En materia de política europea estos dos grupos de extrema derecha no tendrán la fuerza suficiente para hacer aprobar sus propuestas, aunque sí podrán incidir, caso por caso, en las votaciones de este parlamento, el cual aprueba la legislación de la Unión Europea, incluido su presupuesto y los acuerdos internacionales, a partir de los proyectos sometidos a su consideración por el Consejo de la Unión Europea, conocido también como Consejo de ministros de la Unión Europea.
El Grupo Partido Popular Europeo, que reúne a los partidos conservadores y de centro derecha, con 189 escaños (25,8%), once más que en 2019, y el Grupo Socialistas y Demócratas, que coaliga a los partidos social-demócratas y de centro izquierda, con 135 escaños (18,8%), uno menos que en 2019, son las dos corrientes políticas más votadas, consolidando el primero su posición mayoritaria.
El Grupo La Izquierda, alianza de los partidos de izquierda radical y comunistas, obtuvo 36 escaños (5%), dos más que en 2019. En cambio, el Grupo Renovación Europa, que reúne a los partidos liberales, con 79 escaños (11%), y el Grupo Los Verdes, donde se encuentran los partidos ecologistas, con 53 escaños (7,4%), sufrieron un importante retroceso, cada uno con veinte escaños menos.
En el pasado estas cinco familias políticas han coincidido para evitar que la extrema derecha saque adelante sus iniciativas y probablemente mantendrán este “cordón sanitario” en el nuevo período legislativo. Pero dado que los grupos operan en coaliciones cambiantes según sus intereses, nada está garantizado ante márgenes de votación estrechos. De otro lado, los 100 escaños restantes, 55 nuevos diputados y 45 diputados reelectos, hacen parte de fuerzas políticas no afiliadas a un grupo, por lo que la decisión de afiliarse o crear nuevos grupos podría cambiar el equilibrio político.
El nuevo parlamento deberá elegir el presidente o presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, el verdadero poder en la arquitectura institucional según algunos analistas. Este alto cargo lo ocupa Ursula von der Leyen, del Grupo Partido Popular Europeo, quien ya ha sugerido estar dispuesta a trabajar con el Grupo Conservadores y Reformistas Europeos, pero luego ha matizado sus palabras diciendo que, si es reelecta, trabajará con liberales y socialistas para construir una “mayoría en el centro para una Europa fuerte”. Todo indica que la presidencia de la Comisión Europea quedará nuevamente en manos de la derecha conservadora, lo cual afianzaría el sello político de esta agrupación en la marcha de la Unión Europea en los próximos cinco años.
Es en materia de política interna de cada país, que los recientes resultados de estas elecciones al Parlamento Europeo están teniendo y tendrán una fuerte repercusión, con sus consecuencias a corto y mediano plazo para la Unión Europea en su conjunto. Y si bien parecería excesivo decir, como lo ha hecho el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su cuenta de X, con ocasión de estos comicios, que “La extrema derecha gana Europa” y [los pueblos europeos] “No se han dado cuenta del ascenso del fascismo al poder”, lo cierto es que estas elecciones marcan un significativo viraje en las urnas en favor de los partidos de extrema derecha. Así lo demuestran los resultados en Francia, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, los países nórdicos y algunos de los países del este.
Viraje que podría interpretarse, en unos casos, posiblemente los más, como un voto de censura a los actuales gobiernos centristas. El deterioro del poder adquisitivo, los importantes flujos migratorios, la pérdida de conquistas sociales adquiridas, la deslocalización de industrias por fuera de la Unión Europea y la importación extensa de productos agrícolas de países terceros, son las razones que dan muchos de los ciudadanos encuestados que votaron por la extrema derecha. En otros casos, dicho viraje podría entenderse como un cierto acercamiento a las ideas de extrema derecha sobre la “identidad nacional”, la “preferencia nacional” y “la inmigración selectiva”.
Los problemas derivados de la ecuación ‘integración europea vs soberanía nacional’, o ‘beneficios sociales vs recursos limitados’, o ‘inclusión social vs llegada masiva de migrantes’, son complejos y tienen sus propias particularidades en cada país. No obstante, cualesquiera que sean las vías más apropiadas para gestionar esta dinámica de contrarios y encontrar soluciones realistas, el populismo, la xenofobia y el supremacismo, que subyace en el discurso de voceros de la extrema derecha, solo conseguirán agravar dichos problemas y abonan el camino a los totalitarismos.
En Francia, el triunfo de la extrema derecha en casi todos los departamentos o circunscripciones electorales fue arrollador, un hecho inédito pero que se veía venir según los sondeos. El partido Agrupación Nacional, liderado por Marine Le Pen, con una lista encabezada por un hombre joven, Jordan Bardella, obtuvo el doble de votos que Renacimiento, la alianza liberal promovida en las pasadas elecciones presidenciales por Emmanuel Macron. Y por ello, en una alocución a la nación en la misma noche del 9 de junio, el presidente anunció, para sorpresa de todos, la disolución de la presente asamblea nacional, a la cual le quedaban todavía tres años, y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, cuya primera vuelta tendrá lugar el 30 de junio y la segunda el 7 de julio.
En Bélgica, los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo produjeron la dimisión del Primer ministro liberal, luego de que su partido llegó en tercer lugar, detrás del partido de extrema derecha, ganador, y del partido de derecha conservadora. En Alemania el canciller alemán, cuyo partido social demócrata obtuvo apenas el tercer lugar, salió muy debilitado. En Italia, el partido de la Primer ministro, Hermanos de Italia, de extrema derecha, llegó en primer lugar con amplia ventaja. En Hungría obtuvo la victoria el partido del Primer ministro, de extrema derecha. En Austria, el partido de extrema derecha salió vencedor. Y en República Checa, el partido de un ex primer ministro, conocido como el Trump checo, ganó las elecciones.
Sin embargo, en Portugal los socialistas obtuvieron la victoria, por encima del partido conservador Alianza Democrática del Primer ministro y del partido de extrema derecha Chega. En España el Partido Popular, conservador, ganó las elecciones y el segundo puesto lo obtuvo el Partido Socialista Obrero Español del presidente del gobierno Pedro Sánchez, quedando el partido Vox, de extrema derecha, relegado al tercer lugar. En los Países Bajos los socialdemócratas ganaron los comicios. En Polonia la coalición liberal del primer ministro consiguió el primer lugar, dejando atrás a los conservadores y la extrema derecha. Por el contrario, los partidos ecologistas o verdes sufrieron un franco revés a nivel europeo, salvo en pocos países.
En general, puede decirse que nunca antes las elecciones al Parlamento Europeo habían provocado tal impacto en el panorama nacional de los países miembros de la Unión Europea.
Parlamento Europeo 2024-2029
Imagen: https://results.elections.europa.eu/es
Mauricio Trujillo Uribe
Foto tomada de: France 24
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