En Brasil, por ejemplo, el aumento de aranceles entre USA y China podría significar un aumento de exportaciones de soya desde Brasil, -tal como sucedió en 2018 cuando hubo guerra comercial-, lo cual podría aumentar la deforestación tanto de El Cerrado como de la Amazonia, porque además los gobernadores locales (p.e.: Matto Grosso) buscan desmantelar regulaciones ambientales del gobierno central de Lula y la moratoria al cultivo de Soya que se impuso a las tierras deforestadas después de 2008; la presión por varios frentes resulta en sinergias negativas muy fuertes y manifiesta la dinámica de siempre: los madereros entran y talan los árboles más preciados; los ganaderos los siguen y talan y queman el resto reclamando las “mejoras” como en Colombia; un tiempo después venden los terrenos a los productores de soya y continúan abriendo nuevas zonas de pasto a costa de la cobertura natural. La deforestación relacionada con la soya liberó en 2022 la cantidad de 133,4 millones de toneladas de CO2, equivalente al consumo de más de 15 millones de hogares estadoudinenses.[1] Los Mundukuru do planalto, una comunidad indígena importante, están sufriendo además consecuencias sociales, culturales, ambientales y económicas por la expansión de la soya. La próxima COP 30 en Belem do Pará, tendrá como marco todas estas realidades de gran dinámica, pues el comercio mundial responde a todas esas medidas como las de los aranceles, con gran agilidad.
Se estima que si la deforestación amazónica llega al 20-25% de su cobertura vegetal (hoy la deforestación está en alrededor del 17%), sobrepasará el punto de no retorno, convirtiéndose de una región que captura gases de efecto invernadero a una que los emite; de hecho, en varias ocasiones, algunas de sus subregiones han sobrepasado esa barrera, como producto de las quemas masivas de bosque, después de talados o de incendios que se presentan por las sequías que cada vez son más frecuentes, tanto por actores locales como por el calentamiento y variabilidad climáticos, cada día más intensos y más frecuentes. La interconexión climática de la amazonia con otras zonas críticas del mundo revela la enorme sinergia y simbiosis que se presenta entre ellas, demostrando la unidad biogeoclimática planetaria. Dada la realidad actual de salida de los Estados Unidos del Acuerdo de Paris nuevamente y de sus políticas de negación del cambio climático en general y de aumento de aranceles al comercio internacional, es necesario revisar todas las políticas de Colombia y América Latina a la luz de estas nuevas realidades, que inciden radicalmente sobre las posiciones que hayamos tenido hasta el momento. En el caso de la amazonia, debemos revisar efectos directos como indirectos y lograr acuerdos entre nuestros países y de nosotros como grupo, con el resto del mundo y específicamente con China, que juega un papel fundamental hacia el futuro.
Uno de los “servicios” más significativos de la Amazonía, -posiblemente el más importante-, es el de los “Ríos Voladores”, identificado por el meteorólogo brasileño Carlos Nobre y su equipo, que consiste en que la humedad que portan las nubes que provienen del océano atlántico de Brasil y que cruzan el amazonas movidas por los vientos alisios, descargándose y cargándose de nuevo hasta siete veces antes de llegar a la cordillera andina gracias a la enorme evapotranspiración que sucede por su gigantesca cobertura vegetal; esta corriente aérea está disminuyendo a medida que crece la deforestación de la cuenca amazónica. En el caso de Colombia, cada día se hace más evidente la menor cantidad de agua que logran captar embalses como el de Chingaza, que se alimentan de dicha dinámica; debemos recordar que los bogotanos extraemos del río Guaitiquía 12 m/s de agua que irían hacia la Orinoquia y que proviene principalmente de los “ríos voladores” de la amazonia. Las nubes que logran llegar a la cordillera se dirigen principalmente hacia el sur del continente hasta la cuenca del Rio de La Plata y afectan similarmente buena parte del sur del continente. Así que las aguas provenientes de la amazonia alimentan tanto la Orinoquia como la región andina y después de esta, en el caso de Colombia, la región caribe, en la cual sólo queda alrededor del 2 al 4% de bosque tropical seco y buena parte de sus ciénagas han sido desecadas para ganadería y algunos cultivos y contaminadas por la extracción de oro con amalgamas de mercurio y cianuro. Es decir, que las implicaciones de las aguas amazónicas sobre otras macroregiones son muy significativas y en el caso colombiano tiene especial significado. Los colombianos dependemos del Amazonas, mucho más de lo que creemos. Hacia el futuro, se pretende extraer más agua del Guatiquía para proyectos como el de Chingaza II, lo cual en una fotografía estática podría ser posible, pero la realidad muy dinámica es la de la deforestación, tanto brasileña como colombiana, de la amazonia. Necesitamos relacionar todas realidades para tener un cuadro completo, que nos permita solucionar de manera realmente sustentable.
La deforestación es el síntoma y causa principal
En el caso de Colombia, sin lugar a dudas, la amazonia es actualmente la región mayormente afectada por la deforestación como lo demuestran las cifras recientes, reconociendo que en el 2024 (107 mil hectáreas deforestadas) creció frente a las estadísticas de 2023 (70 mil hectáreas deforestadas) que fueron las más bajas en el siglo 21, se ha logrado contener en una dimensión importante, pero aún resta mucho por hacer. El gobierno ha desplegado varias estrategias, entre ellas y de manera muy importante el trabajo con las comunidades después de identificar los 28 núcleos de deforestación más crítica y el pago por servicios ambientales, todo ello soportado por el impuesto al carbono y por los aportes de varios países de la UE, en contraste con la aproximación de gobiernos anteriores que era principalmente de ofensiva militar. No cabe la menor duda que esta aproximación es acertada, pero el proceso de la “paz total” incide en estas cifras, pues los líderes de estas organizaciones ilegales y criminales ordenan a la población a talar so pena de graves consecuencias para quienes no lo hagan, como reacción a los avances lentos del proceso de negociación.
La deforestación amazónica tiene múltiples actores: 1) la ganadería extensiva como instrumento tanto de posesión territorial como de lavado de activos y de especulación de la tierra a manos de dirigentes políticos, terratenientes en expansión y mafias de la coca; esto se asocia a la tala y quema por parte de “colonos”, que llegaron inicialmente a la amazonia con los programas de colonización que los gobiernos inventaron para aplazar o anular programas de reforma agraria en tierras aptas para la agricultura y ganadería, que eventualmente venden o simplemente son contratados para “abrir frentes” que inicialmente tienen cultivos de pan-coger pero que eventualmente resultan en ganadería extensiva de muy baja productividad y alto daño ecológico; existen programas recientes de ganadería regenerativa o silvopastoriles que disminuyen el daño y eventualmente podrían ser adecuados en algunas zonas de la amazonia. 2) La producción de COCA por mafias nacionales e internacionales de narcotráfico de SPA sustancias psicoactivas adictivas, que buscan consolidar el territorio tanto para controlar las rutas de salida de dichas sustancias como para garantizar su producción y establecer otras actividades; su productividad y extensión de siembra han aumentado, hasta alcanzar un poco más de 250 mil hectáreas en el 2023-24 ; 3) la extracción ilegal e ilícita de oro mediante el amalgamamiento de este con mercurio, con grandes estragos para la salud humana y para los ecosistemas tanto por el uso de maquinaria pesada y por la contaminación; existe una alta correlación entre esta actividad y la de coca y ganadería; en el borde de Colombia, Brasil y Venezuela y penetrando varios ríos colombianos se encuentran numerosos puntos con dragas mecánicas gigantescas y motobombas potentes dedicadas a dicha actividad.
El seminario “Economías Lícitas e Ilícitas: Impactos en seguridad y medio ambiente” organizado el 3 de abril por el CESED de la Universidad de Los Andes, la FCDS, fundación Conservación y Desarrollo Sostenible” ilustró que el boom cocalero (2014-2019) aumentó: i) 104% la deforestación, pero no necesariamente por coca (los nuevos cultivos de coca en áreas deforestables fueron entre 3.79-7.13%) y ii) la transformación de áreas de coca a pastos para ganadería en 302% en municipios amazónico-cocaleros. En zonas de desconcentración cocalera como Vistahermosa y Puerto Guzmán hay una transición a la ganadería y oro con afectaciones socioambientales. Esto no implica la salida de los grupos armados de los territorios, quienes siguen cobrando impuestos y participan de otras economías.
En ese mismo seminario quedó claro que Los retos de la política pública son enormes. La convergencia de diversos actores en el mismo territorio- actividad hacen necesario definir criterios de distinción entre informalidad-ilegalidad-criminalidad. Actores bajo diferentes lógicas operan en las mismas cadenas de valor. la investigación colaborativa sobre “Amazon underworld: Economías criminales en la mayor selva tropical del Mundo” demostró que 70% de los municipios fronterizos cuentan con presencia criminal y que entre 30 a 100 toneladas de mercurio al año son vertidas en los ríos amazónicos; el 60% de los territorios indígenas son afectados por economías ilícitas.
La gobernanza de los grupos armados en la región amazónica y las normas asociadas a la deforestación, tierras (incluyendo un catastro multipropósito y contratación de topógrafos), ganadería, minería ilegal, carnetización de la población, entre otros son una realidad evidente. En el caso de Colombia, existen los siguientes grupos violentos:
EMBF, de Calarcá Córdoba (sur del Meta, Caquetá, Cuenca del Río Guayabero)
EMC de Mordisco, (Guaviare, Mapiripán, Puerto Gaitán, Solano)
Ala FARC-EP de la SM (El Pato, Tinigua)
Comandos de la Frontera (Río Caquetá, Piedemonte Putumayo)
EGC (Mapiripán Río Meta)
ERPAC RENACER (Puerto Gaitán, Puerto López)
Es fundamental analizar todos los motores de conflictividad socioambiental evitando lecturas fragmentadas; dados los altos precios internacionales actuales del oro, este actúa como gran impulsor de economía ilegales y acelera la destrucción y degradación ambiental.
Las tres actividades anteriores: coca, oro y ganadería, están interrelacionadas en mayor o menor grado, pues el oro tiene precios muy atractivos en el mercado mundial (Ya llegó a U$3.300 la onza actualmente, lo cual lo hace más atractivo que la misma coca) y su facilidad de legalización y transporte en comparación con la coca es muy alta; además, encuentran que una forma de “lavar” el dinero es la posesión de tierras para lo cual la ganadería es el pretexto. La profundidad de esta interrelación debe ser analizada con urgencia. 4) el asentamiento de la amazonia por campesinos sin tierra, que, por inercia, continúan colonizando cada vez más hacia el oriente, -Chiribiquete-, como ha sido el patrón dictado por la negación de la reforma agraria, financiados por las diferentes mafias y actores políticos y violentos locales. Estos campesinos, al encontrar que sus parcelas no resultan suficientes para brindar un bienestar mínimo a su gente, a sus familias, venden su mano de obra a “inversionistas” de la deforestación y apertura de tierras a la ganadería principalmente. Es posible que, por imitación de experiencias como la del “CERRADO” brasileño, -que se parecería más, sin ser similar, a la Orinoquia-, se esté estableciendo cada vez más algún tipo de cultivo, que incluya soya, sorgo, palma de aceite, maíz, plátano; al respecto es necesario tener presente que hay expectativa fuerte de desarrollos agroindustriales en la Orinoquia colombiana, que podrían ser la alternativa para un buen número de campesinos actualmente asentados en la amazonia. La extracción ilícita y criminal de oro cuenta con mafias internacionales también. Una de las zonas más afectadas es la de Chiribiquete, de enorme valor cultural y antropológico, pues contiene y demuestra una gran dimensión civilizatoria de la amazonia, muy anterior a la presencia de España y Portugal en el subcontinente sur-americano, que sufre actualmente un gran ataque, en el cual las autoridades territoriales participan de varias maneras, como la construcción de vías ignorando el ordenamiento superior del territorio.
Factores potenciadores
Es importante examinar los factores directos e indirectos que activan y dinamizan la deforestación y degradación ambiental de la amazonia, que se relaciona con varios factores directos e indirectos.
FACTORES DIRECTOS
Los directos serían:
- La ausencia de la presencia estatal y la corrupción local, por codicia o amedrentamiento, en el territorio, pues teniendo en cuenta los conflictos que allí confluyen, es importante reconocer que es un territorio que alberga informalidad, ilegalidad y criminalidad. “Amazon underworld: Economías criminales en la mayor selva tropical del Mundo”[2] demostró que 70% de los municipios fronterizos cuentan con presencia criminal y que el 60% de los territorios indígenas son afectados por economías ilícitas.
- La aparición del Fentanilo, que se erige como una competencia de más alcance sicoactivo que la coca colombiana, la cual, aunque ha aumentado su concentración de alcaloide en los treinta años anteriores gracias a la inversión en su mejoramiento por parte de los narcotraficantes, parece estar requiriendo la expansión de los cultivos tanto por el posible aumento de la demanda como por la necesidad de compensar la disminución de su precio internacional ante la llegada de las nuevas sustancias.
- La minería afecta el 17% de toda la amazonia, siendo los países más afectados Brasil, Venezuela, Perú y Guyana. El auge de la extracción del oro en los últimos años y meses recientes, podría estar reemplazando la actividad cocalera, por su mayor facilidad de transporte y mimetización. Amazon underworld señala que entre 30 a 100 toneladas de mercurio al año son vertidas en los ríos amazónicos. A continuación, mediante el mapa, se observa la problemática minera que vive la región[3]:
- La gobernanza de los grupos armados en la región amazónica, actores violentos nacionales, algunos de los cuales provienen de las guerrillas de extrema izquierda y de los paramilitares, con conexiones claras con grupos y mafias internacionales, que se han decantado por los negocios ilícitos y la barbarie exacerbada sin límites, soportados por cadenas internacionales de tráfico de SPA, sustancias sicoactivas adictivas; de hecho, la deforestación se aceleró brutalmente en 2024 como reacción al poco avance de los procesos de negociación de la paz posible, en el 2024, porque las disidencias de las FARC la ordenaron en la zona sur del país a los campesinos a hacerla; mientras que las FARC contuvieron durante su dominio territorial hasta el 2016, de alguna manera, la deforestación pues les convenía como área de escondite y tenían alguna noción de su importancia por la biodiversidad, los actores actuales responden a intereses más mezquinos y de acumulación privada que los anteriores. Los actuales actores usan y mantienen estrategias y tácticas sanguinarias y totalmente anacrónicas, que los alejan tanto de la aceptación social como de la solución política. Hay sin embargo algunos resquicios de oportunidad como el caso de la sabana del Yarí en la cual algunos de dichos actores han propuesto desplegar una apuesta agroindustrial y/ o agropecuaria que podría tener algún sentido si cumple criterios agroecológicos y si se erige como un actor de contención de expansión hacia la amazonia, pues está al borde de la Orinoquia y esta región.
- La nueva versión de la guerra de aranceles de importación activada por los USA, principalmente con China, pues hoy el 30% de la soya, por ejemplo, que consume China, es importada de los Estados Unidos y ahora podría adquirirse en el Brasil, lo cual dispara la deforestación tanto de El Cerrado como de la Amazonia.
- En la amazonia se presentan, tanto de manera espontánea como planificada una conjunción de políticas e inversiones públicas, de recursos ilegales y de inversionistas de riesgo , la baja capacidad de control territorial y financiero del Estado, intereses políticos regionales y locales, mafias con conexiones internacionales y nacionales, fines y medios de grupos armados ilegales, alimentados por una demanda mundial creciente de recursos y mercancías lícitas o ilícitas de alto valor, coca, oro, ganado, tierras, que presentan serias limitaciones de regulación y de trazabilidad, dentro de las cuales la alta demanda de tierras para la producción de “commodities” ocupa importancia creciente, tal como lo exhibió Rodrigo Botero de FCDS en el seminario: “Hay información, principalmente cartográfica, pero requerimos comprender más la dinámica compleja de las interacciones y sinergias que se están dando; el subregistro, la opacidad de algunas de las informaciones y las lecturas fragmentadas generan aún más ruido. Esto amerita la consideración de la creación de un grupo de trabajo permanente entre los diferentes países para comprender mejor la amazonia actual”.
FACTORES INDIRECTOS
Los factores indirectos serían varios:
- Es importante señalar que el precio del oro a nivel internacional se ha mantenido muy alto e incluso ha crecido en los últimos tiempos como reacción a la incertidumbre que generan políticas de países muy influyentes en la economía mundial como los EEUU a la llegada de la administración TRUMP, lo cual resulta en la preferencia de atesorar riqueza económica en lingotes de oro en vez de adquirir bonos del tesoro de los estados unidos de (norte) américa. Hacia el futuro, es de esperar que esta demanda crezca ante la incertidumbre de las economías principales. En el caso del oro, es claro que la acumulación de valor económico en lingotes de oro como estrategia más segura, frente a la incertidumbre de otros instrumentos de almacenamiento de valor como el caso de los “bonos del tesoro” de los Estados Unidos, es el mayor vector de demanda (2.225 toneladas/en 2024); seguido por la joyería, casi del mismo tamaño, con los países de oriente medio, la India y la China como principales destinos (2.004 toneladas/año 2024). La tecnología electrónica es el tercer demandante con 326 toneladas.
- Es también relevante señalar que la demanda generada por la China y otros países como los emiratos árabes, de alimentos vegetales y animales resulta en tendencias de expansión territorial de la producción de estos alimentos, como es el caso de la exportación de grandes cantidades de soya, sorgo, maíz, etc., por Brasil hacia la China y de ganado en pie desde américa latina y de Colombia en particular hacia países como los árabes, pues no ingieren carne de animales que no hayan sido sacrificados con sus cabezas mirando hacia La Meca. La expansión agropecuaria, con tala y quema asociadas, es un factor muy importante de afectación de la sustentabilidad planetaria; es vital profundizar en las estrategias de reemplazo de la carne bovina por otras fuentes proteicas de especies menores que incorporan la piscicultura en policría, la cría de insectos y los vegetales.
- La colonización tradicional de campesinos pobres excluidos por la falta de reforma agraria ha aumentado por nuevos buscadores de oportunidades de supervivencia que se adhieren a actores fuertes ilegales y legales que están actuando en todas esas actividades: ganadería extensiva, oro, coca, dada la incapacidad de la economía de proveer posibilidades. La política de reforma rural que otorgue tierras de vocación agropecuaria es crítica para minimizar la presión sobre la amazonia, especialmente en cultivos tales como la soya, atractivos para la exportación como para la sustitución de importaciones como insumo de alimentación animal.
- Las comunidades indígenas, actores fundamentales de la Amazonía, han cobrado cierta relevancia gracias a la COP16 que reconoce su contribución para la conservación de la biodiversidad al generar una instancia institucional en la cual pueden pronunciarse formal y permanentemente; es evidente que las comunidades amazonicas ancestrales son las que han cuidado la naturaleza que las cuida y las provee. La presencia de la connotada líder arhuaca Leonor Zabaleta como embajadora de Colombia en la ONU, el nombramiento reciente de la doctora Lena Estrada, de ascendencia UITOTO y con conocimiento tanto antropológico como político e internacional, y posiblemente el más reciente en la ANLA, de la doctora Irene Vélez, permitirán ampliar un poco más el peso relativo de las comunidades indígenas, campesinas y afrocolombianas en las decisiones sobre la naturaleza y sobre la gestión ambiental de los proyectos que afectan el país y la amazonia. Sin embargo, frente a las nuevas circunstancias mundiales, se requerirá un apoyo más radical de nuestros países a todas estas familias y comunidades amazónicas.
- Asimismo, otro de los factores indirectos es el de los mercados de carbono (MC), los cuales surgieron como una herramienta financiera para enfrentar el cambio climático, ofreciendo incentivos económicos a la conservación ambiental. Sin embargo, han enfrentado múltiples críticas, en especial en el escenario de la Amazonía. Una de estas críticas es la falta de transparencia y acceso a información confiable, ya que operan mediante transacciones privadas protegidas por cláusulas de confidencialidad, lo que limita el control estatal y el acceso de las comunidades locales; además, presentan debilidades en sus mecanismos de regulación y auditoría. También se cuestiona su efectividad para reducir emisiones, ya que muchos proyectos sobrestiman beneficios ambientales y permiten que empresas sigan contaminando mediante compensaciones poco confiables. Igualmente, los MC reflejan desigualdades geopolíticas, ya que son creados por actores del norte global, mientras que se aplican en territorios del sur global sin participación significativa de sus comunidades locales, especialmente pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos; dicha situación ha derivado en denuncias como el “colonialismo verde”. En este mismo aspecto, las comunidades locales también enfrentan desventajas económicas y jurídicas, siendo muchas veces engañadas o presionadas para firmar acuerdos desiguales, lo que ha generado conflictos internos y vulneración de derechos colectivos. Por último, los MC se encuentran relacionados con la generación de incentivos perversos como el desplazamiento forzado, la obstaculización del acceso a la tierra y hasta el aumento de la violencia contra defensores ambientales, fenómeno que ha sido denominado “carbono de sangre” en América Latina.[4] Además, la medición de las toneladas captadas excluye el gran aporte de la porción subterránea (raíces) y de los humedales en la captura de los gases de efecto invernadero.
ACCIONES POLÍTICAS
Los países amazónicos tienen grandes retos respecto a la Amazonía. A nivel interno de Colombia todos los partidos y agrupaciones políticas deberían:
- Trabajar intensamente con sus representantes en la Amazonía en la comprensión más profunda de la importancia de esta región para América Latina y el mundo, de tal manera que identifiquemos los argumentos y estrategias que permitan que no apoyemos la expansión ganadera ni los cultivos de coca y otras actividades extractivas ilícitas como la del oro y por el contrario, comprendamos, apoyemos y propongamos nuevas estrategias de aprovechamiento sustentable de la región con las propias comunidades campesinas e indígenas. Hoy, buena parte de los daños a la amazonia tienen apoyo directo o indirecto de las autoridades locales territoriales electas, a costa de las comunidades indígenas.
- Apoyar rotundamente el programa de entrega de tierras aptas para la agricultura y ganadería, más cercanas a centros de demanda, a los campesinos que voluntariamente quieran reubicarse; dentro de esta estrategia, considerar la Orinoquia con proyectos agroindustriales sustentables, para asociaciones de productores y campesinos. Esto cobra vital importancia para restar presión hacia el Amazonas, ahora que ha reaparecido el interés de las petroleras en esta región, debido a la confirmación de hallazgos potenciales importantes y a la corriente auspiciada por Trump de “Drill, Baby, Drill”.
- Apoyar rotundamente todas las estrategias de producción sustentable de los frutos no maderables del bosque tropical húmedo amazónico, y hacerlas más visibles tanto a nivel nacional e internacional, incluyendo el ecoturismo, el turismo intercultural y científico respetuoso del saber de las comunidades y del dialogo de saberes. Para ello es fundamental que se fortalezcan los programas de dialogo de saberes, ampliándolos en áreas como la del conocimiento piscícola, por ejemplo, en el cual los indígenas demostraron evidentemente una gran superioridad al conocimiento “occidental”, académico[5] y sobre todo la importancia de conjugar el saber tradicional con el “normal”.
- Insistir y fortalecer la propuesta de DENOMINACIÓN DE ORIGEN tanto del ganado bovino respecto a su región de cría como de la forma de su levante para privilegiar tanto las zonas aptas para ganadería como los sistemas de ganadería sustentable y regenerativa que están consolidándose. Este es un problema compartido que debemos abordar solidariamente.
- Lanzar una gran campaña de reemplazo total del mercurio y cianuro para la extracción de oro tanto en la amazonia como en otras zonas del país como Chocó y río Cauca, con estrategias de demostración de dichas alternativas y facilitación de su obtención. Establecer igualmente una DENOMINACIÓN DE ORIGEN del oro comercializado y exportado, aprovechando el desarrollo reciente de una tecnología reciente de detección de estas sustancias en cualquier pieza de oro. Dado que este problema es compartido con otros países de la cuenca, trabajar conjuntamente para lograr la erradicación total de esos materiales.
- Proponer una nueva convención de drogas de Naciones Unidas que reemplace o actualice las de 1961, 1971 y 1988 incluyendo claramente enfoques de salud pública, derechos humanos, reducción del daño, cooperación internacional e investigación científica sobre SPA e incluir regulación del consumo de drogas y la implementación de programas de tratamiento y rehabilitación para adictos en la senda de una legalización de su consumo bajo reglas de juego claras y transparentes. Para ello debe trabajar con el resto de países afectados.
- Lanzar una gran campaña y avanzar legislativamente en la comprensión de la relación de la Amazonía por los “ríos voladores” con la región andina, orinocense y caribe colombianas, de tal manera que se incluya en las tarifas del agua potable un monto creciente para la protección de la cobertura vegetal e integridad de todas estas cuencas bajo la filosofía de ordenamiento territorial alrededor del agua. Todos los colombianos debemos comprender nuestra gran dependencia de la Amazonia y aportar de manera entusiasta y comprometida a su permanencia y bienestar, además de insistir en los ámbitos internacionales sobre la necesidad de mayor solidaridad y pensamiento global.
- Consolidar todos los mecanismos nacionales e internacionales de decisión participativa y voz de las comunidades indígenas y habitantes de la Amazonía en la gesta de proteger el bosque tropical húmedo amazónico, garantizando la protección y respeto de los derechos humanos de los pueblos indígenas que ocupan el territorio.
- Liderar a nivel internacional el compromiso de los países alrededor del Amazonas como región especial, estratégica para la sustentabilidad planetaria y lograr concretar apoyos internacionales al respecto.
- Promover el desarrollo y la inversión de los países de la región en investigación, ciencia y tecnología, con el fin de poner los avances tecnológicos al servicio de los ecosistemas. No hemos comprendido como países algo que es cada vez más evidente en la experiencia China, que hoy asigna el 2,68% del PIB del país a generar nuevo conocimiento como estrategia fundamental de progreso integral.
- Urge una posición clara, proactiva e innovadora como la de brindar públicamente tecnologías de reemplazo del mercurio que resultan más eficientes y de mayor productividad: el Servicio Geológico Colombiano ha desarrollado con varias comunidades unas tecnología físico-químicas que reemplazan totalmente mercurio y cianuro en la extracción del oro, logrando hasta 85% de captación del metal precioso, frente al 46% que se obtiene con mercurio; esto significaría un aliciente importante con recuperación de la “inversión” muy rápida y sobre todo la minimización del daño a la salud humana y a los ecosistemas, con especial énfasis la riqueza íctica y podría ser una primera aproximación de “paz parcial”, de “tregua con la naturaleza” que viabilizaría el acercamiento y legalización gradual de las actividades de minería de oro ilícitas hacia una “paz total”. debemos empezar o avanzar con pequeños pasos que convenzan a los actores que ese es el camino. Varios países de la cuenca amazónica compartimos este reto y debemos atrevernos a enfrentarlo de manera innovadora, proponiendo que el primer paso sea el de “paz con la naturaleza”.
- Por último, para enfrentar los problemas de los mercados de carbono, se requieren acciones políticas que garanticen mayor transparencia, regulación y justicia ambiental. Es fundamental establecer marcos legales que obliguen a divulgar públicamente la información sobre los proyectos, incluyendo contratos, montos y beneficiarios, además de crear mecanismos de auditoría independientes y rigurosos. También se deben reconocer y proteger los derechos colectivos de las comunidades locales, asegurando su consentimiento libre, previo e informado, así como su acceso a la justicia ambiental. Asimismo, es clave promover su participación efectiva en el diseño y gestión de los proyectos, garantizando beneficios económicos justos y evitando prácticas abusivas. Finalmente, debe priorizarse la titulación de tierras y la protección de líderes ambientales para prevenir desplazamientos forzados y violencia asociada a estos mercados de carbono, bajo una dinámica de transparencia total.
Colombia debe llegar muy bien preparada a COP 30, en alianza con todos los países amazónicos, con especial énfasis con Brasil; la secretaría del TCA por parte de Martin Von Hildebrand, lograda en la COP16 en octubre 2024 en Cali es el primer paso para ello, pero debemos intensificar el trabajo tanto colombiano como interpaíses amazónicos ante un reto grande de lograr una COP positiva.
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[1] Fuente: Trump’s Trade War Could Turbocharge Deforestation in the Amazon. Massive tariffs on China will drive up soybean production in Brazil at the rainforest’s expense. Sarah Sax https://www.theatlantic.com/science/archive/2025/04/brazil-amazon-rainforest-trump-china-soybean/682483/
[2] https://globalinitiative.net/analysis/amazon-underworld-economias-criminales/
[3] https://observatorioamazonia.fcds.org.co/acercamiento-conflictos/amazonia-occidental/mineria/microficha-mineria-en-el-bioma-amazonico-occidental.html
[4] Ceballos-Bedoya, M. (2024). Los mercados de carbono en Colombia: entre los problemas de capacidad estatal y la judicialización verde. Dejusticia. https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2025/03/Los-mercados-de-carbono_Doc94_web.pdf
[5] Libro “ Piraiba ecología ilustrada del gran Bagre Amazónico”, premiado en 2018 por Fundación Alejandro Angel Escobar , como producto de investigación participativa de la fundación Tropenbos, con liderazgo conjunto de Luis Angel Trujillo , Carlos Rodriguez y Confucio Hernandez.
Carlos Hildebrando Fonseca Z. PhD
Foto tomada de: La Silla Vacía
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