La gráfica presenta la evolución del indicador de seguimiento de la economía (ISE) y de la tasa de desempleo (TD). La serie incluye datos mensuales, y cubre el período enero del 2006 a noviembre del 2024.
Los cambios en el desempleo son mucho más volátiles que las variaciones del producto. En un número importante de meses el producto cae y también disminuye el desempleo. Esta situación se observó claramente en los últimos meses de la serie. Lo lógico habría sido que la menor tasa de crecimiento del producto se reflejara en un mayor desempleo. A lo largo de todo el período considerado, la correlación entre las dos series apenas es de –0,28, así que los cambios en el producto no necesariamente se reflejan en la tasa de desocupación. Este comportamiento asimétrico dificulta la explicación de las variaciones del desempleo a lo largo del tiempo.
Las razones de la divergencia entre el producto y el empleo podrían ser la informalidad, los flujos del mercado de trabajo, la productividad, y las limitaciones del ISE.
La informalidad del trabajo. La información sobre informalidad es limitada. Y, además, la definición actual de lo informal no guarda ninguna relación con la dinámica del PIB. El DANE define como informales a los asalariados o empleados domésticos que no cotizan a pensiones, ni a salud. Las razones por las cuales no se hace la cotización son muy diversas. Y, claramente, no guardan una relación directa con la dinámica del producto.
El mercado laboral se mide como stock y no como flujo. Otra razón de la divergencia es la forma como se mide el mercado laboral. En las estadísticas se toman datos de stock y no de flujo. En realidad, los movimientos laborales son flujos, que se van modificando en función de la correspondencia entre las vacantes y los contratos en cada momento del tiempo. Y además de los movimientos intertemporales habría que considerar los geográficos. No tiene sentido, por ejemplo, hacer referencia al desempleo de Soacha porque las conmutaciones entre Soacha y Bogotá son permanentes. La persona está desempleada en Soacha por el funcionamiento del mercado laboral en Bogotá. Los datos del DANE no contemplan estos movimientos y, entonces, calcula un desempleo para Soacha y otro para Bogotá, como si fueran procesos autónomos.
En el cortísimo plazo, como el mes, los cambios en productividad no guardan relación con las variaciones del producto. Las transformaciones de las relaciones factoriales (capital/trabajo) avanzan a ritmos diferentes a los del producto. En el último debate sobre el salario mínimo se presentaron tres mediciones de la productividad. Cada una es razonable, pero no son convergentes. La productividad por hora (valor agregado/horas laboradas), es diferente a la productividad por trabajador (valor agregado/trabajadores), y ambas son muy distintas a la productividad total de los factores (PTF).
Finalmente, la evolución del producto captada a través del indicador de seguimiento de la economía (ISE) tiene varias limitaciones. En primer lugar, es una medida transitoria, que se presenta mensualmente, sin las complejidades metodológicas inherentes a la estimación del PIB. Segundo, el comportamiento del ISE depende, en gran medida, de la variación de los precios. Y estos cambios no tienen nada que ver con las dinámicas laborales. El ISE aumenta, por ejemplo, si el precio internacional del petróleo sube. En tales circunstancias, el mayor valor del producto no se refleja en una mayor contratación.
En conclusión, la disminución del desempleo observada en los últimos meses (en enero del 2024 era de 12,7%, en noviembre del 8,2%, y en diciembre de 9,1%) no necesariamente refleja un mejoramiento de la actividad productiva.
Jorge Iván González
Foto tomada de: efe.com
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