Luego la Democracia con el ropaje de República ha sido utilizada e implementada en estos 235 años, como un sistema político. Tiempo durante el cual ha sido reformada, cambiada, ajustada, remozada y transformada, en cada país a través de reformas constitucionales para que funcione mejor desde su base tripartita, las tres ramas del poder público: el Ejecutivo (con Presidente o un primer ministro), el Legislativo (los congresos o los parlamentos), y la rama Judicial (los jueces y las altas cortes de casación y cierre a los litigios Inter partes). Y el Derecho constitucional dándole forma a las democracias con una arquitectura supra legal, derechos humanos, sociales, colectivos, y del medioambiente; orden territorial; organismos de control; Bancos de la República, etc.
Pero la Democracia tomada por los partidos políticos para ubicar a sus élites, cúpulas directivas y adláteres en las posiciones importantes del Estado, ha sido manoseada por unos y otros, malformada, distorsionada y apropiada por esos partidos políticos y las facciones partidistas que se apoderan de parcelas o de la totalidad del Estado por períodos presidenciales (usualmente cuatrienios o sexenios), utilizando al pueblo que los delega, reciclando a los electores, adueñándose del Estado, por partes o en su conjunto y disponiendo del presupuesto público; en conexión con los empresarios como correa de transmisión para que opere el latrocinio gradual que conforma la cleptocracia.
“El neoliberalismo, a pesar de su promesa de construir y extender la democracia, destripó rápidamente las regulaciones y vació los sistemas democráticos para convertirlos en leviatanes corporativos. Las etiquetas «liberal» y «conservador» carecen de sentido en el orden neoliberal, como demuestra un candidato presidencial demócrata que se jactó de contar con el respaldo de Dick Cheney, un criminal de guerra que dejó el cargo con un índice de aprobación del 13%. El atractivo de Trump es que, aunque vil y bufonesco, se burla de la bancarrota de la farsa política”. (Hedges, 2025)
En los últimos 34 años , dentro de Colombia, comenzó a funcionar el neoliberalismo desembozado a partir del gobierno de César Gaviria, al ritmo del neoliberalismo en otros países que también habían pasado del liberalismo radical decimonónico a otras formas de gobernabilidad, y nosotros al conservadurismo bipartidista de La Regeneración y El Republicanismo (1886/1930), dos formas frentenacionalistas; para movernos luego bajo el alero del imperialismo norteamericano en la tercera década del siglo XX; después inmersos en el desarrollo de la globalización, los neoliberales aparecieron con la teoría del Mercado como rector de la economía y la reducción del Estado interventor (golpeando a la socialdemocracia y los Estados del bienestar). Con el neoliberalismo se privatizaron o mercantilizaron los servicios públicos y los derechos sociales, permitiendo que los particulares de apoderaran del manejo de la energía y las hidroeléctricas, gran parte de la distribución del agua, los alcantarillados, la telefonía, los peajes, la educación, la salud, las pensiones, etc., (la reconversión de todos los derechos sociales dándoles un tinte económico). Así, el empobrecimiento fue mayor para las capas poblacionales subalternas. Y la cogobernabilidad entre clase política y empresarios casi que inescindible.
A manera de ejemplo, los concesionarios de los peajes se acomodan de manera sibilina. Este aspecto es otro agregado a las grandes ganancias para tener una especie de fondo buitre, preparado por los Neoliberales desde hace muchos años para exprimir a la población que circula en vehículos y aferrarse al aparato del Estado indirectamente, utilizando las infraestructuras, los puentes, las vías, los paisajes (un derecho colectivo), los trazos carreteables construidos que atraviesan propiedades privadas, etc., y luego se inmiscuyen en las obras, inciden en la reparación de las vías con el recaudo, acumulan por todo lado y se quedan como concesionarios perennes. En la práctica, sin serlo, se comportan como un subgobierno oculto, como si fueran parte del Ministerio de Transporte. Los concesionarios al subir desorbitadamente el valor de los peajes indisponen a la población contra el gobierno nacional, sometiéndolo a quejas y reclamos que el gobierno no ha ocasionado.
La PANDEMIA por el Covid-19(2020/2021), una peste globalizada, desnudó a los neoliberales en todo el planeta tierra, y se vio claro el manejo del Estado con subgobiernos de empresarios neoliberales enquistados en los aparatos estatales actuando como correas de transmisión en cada área, a la manera de poderes ocultos (se habían introducido para manejar la salud, la educación, el transporte…), para saquear, horadar, robar, la hacienda pública. Con la PANDEMIA la pobreza se palpó y quedó al descubierto, flotó y reflotó, la pobreza se vio de manera descarnada: Gentes sin ningún ingreso fijo y sin alimentación. Sin renta básica, con alto desempleo y sin subsidios reales, entonces sobrevino el estallido social que, no fue invento de ningún dirigente de izquierda, sino una reacción ciudadana liderada por los jóvenes hijos de padres excluidos, sojuzgados y marginados por décadas de funcionamiento de políticas del neoliberalismo (economía para beneficiar castas empresariales), y por acciones clientelistas como zaga de la corrupción bipartidista.
Las autocracias han minado a las democracias y se están convirtiendo en un sistema político extendido en casi 50 países. Los autócratas de derecha brotan de las democracias en descomposición; los autócratas de izquierda brotan de corrientes socialistas pervertidas por dirigentes que también burlaron (como las derechas corruptas), al proletariado, al campesinado, a las etnias racializadas y a la pobrecía en general que les aportó el voto en medio del fragor de discursos populistas sin sustancia teórica. Los autócratas son exmilitantes de partidos políticos tradicionales, o populistas desviados del populismo puro, o son Outsiders osados y aventureros que aprovechan la descomposición de los partidos políticos; en cualquier caso los autócratas se elevan, se aúpan, y llegan al poder concentrando el mando y debilitando los controles de la Democracia; todo ello es posible porque están sustentados y apuntalados por los neoliberales agazapados o reencauchados que siguen manejando los grandes negocios de la Nación, las empresas engarzadas al derecho preexistente que les otorga reconocimiento y movilidad en todos los negocios frente al Estado. Su relacionamiento con los autócratas que ascienden al poder lo hacen con el trueque de los contratos por inmensas coimas, de esta manera cogobiernan como un poder oculto o subgobierno que codirigen. Los autócratas aminoran o diluyen la publicidad de los actos administrativos (característica principalísima de las Democracias que llevaría realmente a la transparencia), por el secretismo y el misterio para tapar los negocios de deslazamiento del erario o hacienda pública. Igual sucede con las relaciones internacionales. Los autócratas tienen lazos y entronques con las multinacionales y el empresariado más pujante de la globalización mercantil.
Anne Applebaum, dice en su libro de reciente circulación que, “Hoy en día, las autocracias no están gobernadas por un único hombre malo, sino por sofisticadas redes que cuentan con estructuras financieras cleptocráticas, un entramado de servicios de seguridad (militares, paramilitares policiales) y expertos tecnológicos que proporcionan vigilancia, propaganda y desinformación. Los miembros de esas redes no solo están conectados entre sí dentro de una determinada autocracia, sino también con las redes de otros países autocráticos y, a veces, incluso de las democracias. Las empresas corruptas controladas por el Estado de una dictadura hacen negocios con las empresas corruptas controladas por el Estado de otra”. (Applebaum, 2024).
La Democracia no es perfecta y no se ha podido pulir para su definitivo encarrilamiento. Dejan lados oscuros y tienen flaquezas que aprovechan los cleptócratas y los clanes de saqueadores vestidos de políticos formales. Las autocracias de suyo son imperfectas y surgen de las democracias corroídas. El autócrata ejerce un poder unipersonal porque sin ser dictador desembozado desde que inicia su actividad política para ascender, llegan al poder de manera sinuosa, desmontando piezas institucionales. El poder unipersonal desplegado con el autoritarismo, lo sostiene porque alienta bandas de corruptos alrededor del Estado, facilitando las condiciones para que se apoderen de los grandes negocios: el Neoliberalismo redivivo. Los empresarios distribuyéndose el Mercado (la economía nacional), con la anuencia o autorización del autócrata a quien retroalimentan con los porcentajes de esos negocios. Imaginen hasta donde llegó el poder de los empresarios y la forma sibilina de cogobernar. Debilitaron las democracias con el saqueo y el desvencijamiento de las instituciones y siguen fortaleciendo o manejando desde las sombras como neoliberales a los gobernantes autócratas, o sea a dictadores civiles.
La misma escritora Anne Applebaum, historiadora estadounidense, egresada de la Universidad de Yale, nos relaciona cerca de 50 autocracias en el mundo, tomando como referencia al Centro de investigaciones Freedom House sobre la Democracia y la libertad. Narra y describe a los autócratas modernos con regímenes de raíces históricas distintas, objetivos distintos, estéticas diferentes. El comunismo chino y el nacionalismo ruso no solo difieren entre sí, también del “socialismo” venezolano, la ideología Juche de Corea del Norte, o el radicalismo Chií de la República islámica de Irán. Todos ellos se diferencian de las monarquías árabes y de otras (Arabia Saudi, Emiratos Árabes…), que, por lo general, no buscan socavar el mundo democrático. También difieren de las autocracias más moderadas y de las híbridas, denominadas en ocasiones democracias liberales (Turquía, Singapur, India, Filipinas, Hungría…) que a veces se alinean con el mundo democrático y otras no.
Los EEUU verán consolidar la autocracia que deseó Donald Trump desde su primer gobierno (2017/ 2020) pero fue interrumpido por el triunfo de Joe Biden, ahora lo hará desde el próximo 20 de enero/2025 ya con un gabinete en su mayoría compuesto por oligarcas. Y llega con ánimo expansionista sobre Panamá, Groenlandia, Canadá y parte de México. Milei, en Argentina, es otro caso no citado por la autora, un neoliberal a ultranza que quiere desmontar al mismo Estado desde adentro para privatizar todos los servicios, un populista de derecha. Daniel Ortega, desde Nicaragua, contradice todo el espíritu sandinista y los primeros pasos de la revolución contra Somoza; con sus reelecciones ahora actúa en contravía de sus excompañeros de lucha. El depuesto presidente de Siria, vencido por un brazo militar de Al Qaeda, Bashar Al Ássad, autócrata despótico violador en serie de los derechos humanos que, llevó hasta la degradación a un país con una guerra civil de 13 años. Sobre el comportamiento del sionismo en Israel, frente a los islamistas, en el fondo subyace la ideología religiosa como cemento a estas conductas desviadas orientadas por un gobierno unipersonal en el mando (con un supuesto andamiaje democrático. Se envalentonan para matar envueltos en un ropaje religioso defendiendo como monoteístas un Dios que para cada uno es el verdadero.
La oligarquía como grupo minoritario de ricos siempre ha subsistido en estos 235 años dentro del capitalismo y la Democracia, se han movido en la gran industria, el sector financiero y el acaparamiento de tierras. Durante la guerra fría lo siguieron haciendo (1946/ 1989). Y en la etapa postsoviética introdujeron el neoliberalismo económico (desde 1990). Pero en los últimos años, las oligarquías después de ver ascender gobiernos populares de izquierda con diferentes formas de ensayo hacia el socialismo, han llegado con el voto del pueblo desencantado de las políticas de exclusión, llegaron estos progresistas al poder activando mecanismos de participación de las instituciones democráticas; las oligarquías en cada país han encontrado la fórmula de revivir el neoliberalismo apoyando a los autócratas que les entregaron espacios de poder gubernamental y facilitaron todos los nuevos negocios a través de la privatización de los servicios públicos y los derechos sociales: Mercantilizando los derechos. Las oligarquías nacionales financian las campañas electorales, irrigan el dinero para la compra de líderes y votos, luego organizan un subgobierno para sostener al autócrata e incidir en todos los grandes negocios. Con esa metodología las derechas tradicionales se juntan en el eje de la ultraderecha, embrión del neofascismo. Y dejan al descampado el centro político cuyos miembros se trastean de manera desgranada hacia los extremos: derecha e izquierda. Así puede entenderse la inacción e invisibilización del centro político.
Así la Democracia es desmontada dejando cascarones institucionales y fortalecen la Autocracia. La actividad política se la permiten a los sumisos y abyectos de los partidos tradicionales que se convierten en instrumentos de la ultraderecha coaligada (con las derechas ambiguas de siempre) para hacer oposición cerril y bloquear a los movimientos políticos o sociales, o para destronar a quien haya alcanzado el poder en elecciones competidas, la consiga es : Dejar sin oxígeno al gobernante popular y buscar el regreso de un Autócrata (o en cuerpo ajeno), que les había dado el juego económico so pretexto de la confianza inversionista. Y atizar la guerra, vituperando contra cualquier forma de paz pactada para hacer política invocando la “seguridad” que han impedido. De esta forma minan o dinamitan los restos de la Democracia para abrirle paso a la Autocracia.
Un aspecto grave de la situación nacional en Colombia es la articulación de las derechas para socavar un gobierno progresista a punta de golpes blandos, más de 30 actos emanados de funcionarios supérstites de gobiernos anteriores empotrados en la Rama Ejecutiva, en la Rama Judicial y en los organismos de control, todos imantados y atraídos aún por el imaginario uribista, su líder Álvaro Uribe Vélez, se comportó como autócrata durante 8 años (2002- 2010) y reeditó otro gobierno conduciendo a Iván Duque (2018- 2022). Esas derechas actúan desde varios grupos bipartidistas y ahora están articulados como ultraderecha; es fácil ver los efectos, con la conducta de la Sala de Consulta del Consejo de Estado que facilitó la actuación del Consejo Nacional Electoral, para hacerle un juicio al presidente Gustavo Petro , ambas entidades sobrepasándose las funciones que tienen en la Constitución y las leyes, coadyuvando así entre ambos para el golpe parlamentario. Para revisar como sobrepasan las facultades remito a dos análisis que hice para la Revista Sur, republicados en Google con estos títulos: “Los miembros del Consejo Nacional Electoral, no son magistrados” (23 de septiembre de 2024), y el otro, “Historia sobre la Sala de Consulta del Consejo de Estado” www.sur.org.co” ( 21 de octubre de 2024).
Ante estos esguinces a las normas, dos entidades retorciendo el camino legal sobrepasándose las funciones que tienen en la Constitución y las leyes, para facilitar un golpe parlamentario y defenestrar a un presidente, alterando la Democracia; debería intervenir la OEA aplicando la Carta Democrática Interamericana, expedida por la Asamblea General de la OEA en el año 2001, y convertida en tratado internacional con la firma de los países que la aprobaron; así este organismo multilateral continental renovó los estatutos fundacionales de 1948 y estableció los lineamientos para la defensa de la Democracia. Podría el Presidente Petro actuar solo ante la OEA, o convocarla en grupo, acompañado por otros presidentes que respetan la institucionalidad democrática y también son progresistas, como: Lula de Brasil, Boric de Chile, Claudia Sheinbaum de México, Xiomara Castro de Honduras y quien asumirá el 1 de marzo, Yamandú Orsi, en Uruguay. Una lectura de conjunto de los artículos 4, 17, 18, y 20 de la Carta Democrática Interamericana, permite apreciar que puede intervenir el Secretario General o el Consejo Permanente y ser debatida la situación irregular que se está presentando en Colombia.
Artículo 20/ En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente. El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática. Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme a la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la presente Carta Democrática.
Citas:
Applebaum Anne. “Autocracia S.A. Los dictadores que quieren gobernar el mundo”. Libro publicado por la editorial Debate. Penguin Random House. Grupo editorial S.A.U. Primera edición, noviembre de 2024.
Carta Democrática Interamericana (CDI). Esta reforma de la CDI fue aprobada por la Asamblea General de la OEA, se convirtió en un Tratado internacional firmado por 34 Estados. Se aprobó en Lima (Perú), en septiembre 2001 siguiendo el mandato de la tercera Cumbre de las Américas, celebrado en Quebec. La CDI tiene 28 artículos.
Hedges Chris. “Cómo llegó el fascismo”. Análisis del periodista Hedges publicado en la Revista catalana Sin Permiso www.sinpermiso.info . Enero 5 el año 2025.
Alberto Ramos Garbiras, Especialización en derecho constitucional de la Universidad Libre; Magíster en Ciencia Política de la Universidad Javeriana; PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); estudios de actualización política en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor de las cátedras: derecho internacional, ciencia política, derechos humanos, derecho constitucional y derecho ambiental, en la Universidad Libre, Cali.
Foto tomada de: France 24
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