Nuestras sociedades aún no han madurado para asumir los procesos electorales, sin producir tanto desperdicio. Se sigue llegando principalmente al elector, con hojas volantes o como se les quiera denominar, para ganar su posible aprobación o aceptación en las urnas. Aunque los medios de comunicación electrónicos y las redes sociales han ido ganado mucho espacio, se insiste en “votar” literalmente, millones de volantes con la mejor imagen de quienes se han postulados como candidatos(as) y el logo de sus respectivos partidos o movimientos políticos, buscando impactar con llamativas presentaciones.
Lo que se diga en los mismos poco importa. Muy pocas campañas ponen énfasis en el contenido. Muy pocos dicen o exponen con seriedad sus propuestas. En todo caso no muchos lo leerían detalladamente para saber con certera que proponen y que programa le convendría al elector, a su colectividad, a su entorno y territorio. Todos y todas colocan frases o slogan impactantes para con una simple frase fríamente calculada y por lo general elaborada por “expertos” publicistas, dejen convencidos los posibles votantes.
En todo caso, hay que reconocerlo, este es el “agosto” para las impresoras grandes o pequeñas. Muchas no dan abasto con tan solicitado material. Las cotizaciones aumentan y las ganancias se puede ver. A lo anterior hay que agregar las camisetas, gorras, pasacalles, pendones y demás. Agregando a el costo de las cenas, refrigerios, transporte, pago a taxis y buses por portar los microperforados tan de moda, alquiler de espacios, perifoneo, etc. No olvidemos que muchos pagan honorarios a quienes les sirven para el volanteo o repartición de propaganda. Sería muy interesante saber que tanto mueve la economía las contiendas electorales.
Pero siguiendo con la basura electoral, se debe llegar al contenido de los mensajes transmitidos a los votantes. Lo que deberíamos llamar basura política. Porque muchos hablan babosadas. Frases vacías, sin fondo, que solo buscan atraer sin proponer nada serio para sus respectivos territorios. Es decir, para que todo siga igual. No proponen solucionar nada, solo esperan que los votos necesarios les aseguren la curul, escaño o el trono de mandatario, para que, gracias a la cacareada democracia, puedan seguir esquilmando el erario público. Los recursos de todos y todas. La gran mayoría de candidatos, no buscan servirles a sus electores, solo desean mandar sobre la comunidad a costa de sus necesidades más sentidas y saquear lo que debería ser de todos y todas.
Lo anterior me lleva de nuevo a invitarlos(as) para que votemos a conciencia, para que votemos bien, pensando siempre en el beneficio colectivo, en beneficio de las mayorías ciudadanas. Como dice el lema por “El Agua, el Territorio y la Vida”. No permitamos que quienes han venido obrando en contra de los intereses de las comunidades, sigan manejando a su antojo el Estado y sus entidades.
Nota: Por igual, por contradictorio que parezca, estoy colaborando en el volanteo en semáforo, acudiendo a convocatorias y reuniones con diferentes sectores, portando con orgullo la gorra de nuestro candidato. Porque estamos convencidos de la necesidad de un cambio real y duradero, que beneficie a la ciudadanía para construir una sociedad verdaderamente justa, democrática, diversa y en armonía con la naturaleza.
John Elvis Vera Suarez
Foto tomada de: Seminario Voz
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