Las siguientes elecciones de Cámara y senado consolidaron la hegemonía regional del Barretismo frente a un disminuido Jaramillismo. En este momento los botines electorales están del lado del Barretismo: la gobernación, el Hospital, la Universidad y posiblemente Cortolima. El panorama de electoral actual está teñido de desconfianza en los gobiernos y partidos políticos, corrupción, trasteo de votos, anulación de inscripciones e injerencia de los mandatarios en las elecciones mediante la contratación desmedida de funcionarios para favorecer a sus candidatos.
Campaña a la gobernación
El que primero saltó al agua fue el candidato de la casa Barreto, Ricardo Orozco. Logró el respaldo unánime del Partido conservador y luego de los partidos la U, MIRA y la ASI. Aprovechando que su nombre estaba fresco en la mente de los tolimenses pues acababa de renunciar al cargo de Secretario de Gobierno departamental, se dedicó a recorrer los municipios. No tuvo contendor, durante meses. Esto le ha permitido en la actualidad ser el favorito en los sondeos y apreciaciones políticas. Sin embargo, enfrenta una tremenda tormenta mediática por acusaciones sobre antiguos sucesos penales ya prescritos. Es la vieja práctica de judicializar la política.
El partido Liberal, con desbandada en sus filas y sin candidato propio, trata de remozar laurales uniendo sus penas con otro partido en crisis, Cambio Radical. Lanzan como candidata a la exsenadora Rosmery Martínez. Mediante un ingenioso manejo mediático logran promocionarla bien para tratar de recortar la ventaja que le lleva Orozco. Tiene una lujosa de hoja de vida pero su desempeño como oradora es deficiente. Busca aprovechar su condición de mujer para ganar electores de su género.
El centro democrático que con la elección del presidente Iván Duque había logrado casi 380 mil votos contra un poco menos de 175 mil votos de Petro, inició la escogencia de candidato a la gobernación. La inexperiencia y la improvisación fueron lo más destacado de este tortuoso proceso. Después de encuestas, foros y sondeos, quedó la sensación, como siempre, que se escogió el que dijo Uribe. Fue ungido Mauricio Pinto exmilitante de la Casa Barreto. Quizás pensando en ganar algunos votos barretistas, unir entorno suyo al centro democrático y lograr una posible alianza con Rosmery, para tratar de derrotar a Ricardo Orozco. En el Tolima, como en el país, existe más uribismo que centro democrático, lo que le genera una gran debilidad, además que enfrenta una división interna complicada. En la actualidad la judicialización de la política también lo toca con acusaciones de violencia de género y fraude procesal.
La convergencia de partidos y movimientos alternativos (Polo, UP, Verde, Farc, Decentes y Compromiso ciudadano) sin estar todos de acuerdo lanzaron a Jorge Enrique Palomino, diputado actual por el partido Verde. Es un candidato con formación académica y bagaje en el sector privado y educativo, buen orador, pero poco conocido.
La posibilidad de alianzas contra el candidato de la casa Barreto no están allanadas y el camino es complejo. Pero la unión de Pinto Rosmery, por sí sola no garantiza el triunfo. En el panorama se vislumbra la victoria de Ricardo Orozco.
CAMPAÑA A LA ALCALDÍA.
Ibagué no fue diferente al resto del país en cuando a la proliferación de candidatos. Se inscribieron nueve, entre ellos una mujer.
La casa Jaramillo había logrado mantener uno de los trofeos electorales al ganar la alcaldía de Ibagué apoyando por debajo de la mesa, a Guillermo Alfonso Jaramillo, hermano del derrotado candidato a la gobernación Mauricio Jaramillo. Esta vez apoyan a Alberto Girón quien fuera gerente de la empresa de acueducto y alcantarillado IBAL. Es un candidato con buena experiencia administrativa. Su distancia con la comunidad no le ha permitido ubicarse como el favorito pese a la maquinaria electoral oficial.
El partido liberal en aguda crisis escogió al exconcejal Camilo Delgado como su candidato. Sobre él pesa una sanción temporal de la Procuraduría, por problemas en procedimientos administrativos en el Concejo, que a su vez, sufre el peor desprestigio de los últimos tiempos. No figura entre los tres primeros de las encuestas y preferencias locales.
La casa Barreto y el partido conservador escogieron a Andrés Fabian Hurtado para aspirar a la alcaldía. Pertenecía al partido liberal. Tiene un llamado a juicio por una investigación cuando era director del aeropuerto de Ibagué. Su manejo de las redes sociales y el respaldo de la gobernación lo mantienen entre los favoritos. De ganar posibilitaría que la Casa Barreto obtenga el botín que aún no posee.
El poco conocido partido Colombia Justa y Libre inscribió a la exgerente de la Unidad de Salud de Ibagué, Diana Gaitán. Tiene mucha experiencia administrativa pero casi nula en lo electoral. En medios locales la acusan de haber plagiado su programa de gobierno. Ocupa el último lugar en las preferencias.
El centro democrático, también dio muchas vueltas para escoger su candidato. Se decidió por Leonidas López, un hombre con gran formación académica. Sin experiencia administrativa, su poco conocimiento de la ciudad y su escaso reconocimiento social, lo tienen por fuera de las opciones ganadoras.
El nuevo partido de los exfuncionarios del expresidente Santos, Colombia renaciente, se definieron con Alfredo Bocanegra. Un gran orador, buena formación profesional y vasta experiencia administrativa. Los jefes políticos no confían en él. Tiene poco respaldo electoral. No marca entre los favoritos.
José Barreto se inscribió por el movimiento ciudadano Firmes por Ibagué y lo respaldaron casi 90 mil firmas. Pero en la constatación de estas en la registraduría no le alcanzaron para validar la inscripción. Fue respaldado por los Partidos del la U, el Mira y la ASI. Su independencia, sencillez y el conocimiento de barrios, comunas y veredas, lo tienen como favorito.
El desconocido partido ADA avaló al Rubén Darío Correa, un muy conocido periodista que decidió recorrer el camino de su colega Campo Elías Terán en Cartagena. Se proclama independiente y cívico. Su propuesta populista ha calado pese a no contar con ninguna experiencia administrativa. Está entre los favoritos.
La Colombia Humana y la UP avalaron la candidatura del exsecretario de gobierno de Ibagué y Bogotá, Hugo Ernesto Zárrate. En los mentideros políticos se dice que es el plan B de la administración municipal. Permanece en los últimos lugares de la preferencia electoral.
Se habla de posibles alianzas. El enfrentamiento de las casas Barreto y Jaramillo se sienten en esta campaña local. Es factible que sólo lleguen al final Girón, Rubén Darío y José Barreto. Si los acuerdos para la gobernación ponen en peligro la gobernación de Orozco, la casa Barreto sacrificaría a Andrés Fabian Hurtado. Los acuerdos con el centro democrático a la Gobernación pueden impulsar a Girón o florecer a Leonidas López. Quedan cinco semanas intensas, de propaganda negra, pocas propuestas y de mucho pulso político…
AGUSTIN ANGARITA LEZAMA, Médico cirujano, politólogo, periodista y docente universitario.
Foto tomada de: Ecos de cobeima
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