Datos de SAIS – CARI1 acerca de las inversiones chinas en África
Los préstamos chinos al continente africano son enormes. Lo sabemos por los datos contrastados de dos entidades.
Por un lado, la China Africa Research Initiative at Johns Hopkins University School of Advanced International Studies (SAIS – CARI) —a partir de 2021, gestionada por el Boston University Global Development Policy Center2— ha presentado cifras impresionantes.
Entre 2000 y 2019, SAIS-CARI comprobó que los financieros chinos habían firmado 1.141 préstamos por valor de 153.000 millones de dólares con los Gobiernos africanos: una tercera parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo de todos los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) a África en dicho periodo. Dichos préstamos tenían un elevado carácter de confidencialidad en cuanto a firmas y garantías de devolución.
La mayor parte de los préstamos fueron para infraestructuras: 30% transportes, 25% para energía y 12% para minería. A cambio, China se aseguraba petróleo, cobre y otros minerales africanos. Angola fue el país más beneficiado —un 28% de las inversiones—, seguido de Etiopía, Zambia y Kenia.
Con todo, desde 2019, China ya no concede créditos a países que podrían hacerse insolventes y ha prometido ser más transparente.
Por otro lado, las fuentes procedían de AidData3/4. Comprobó que, entre 2000 y 2017, el Gobierno chino había concedido préstamos a 24 países de ingresos bajos y medios. El 47% corresponderían a África. Estudió 13.247 proyectos en 165 países por un importe de 843.000 millones de dólares. Se trata de datos muy precisos.
Conclusiones de AidData
China se ha centrado en la deuda externa —no tanto en el desarrollo—, porque su objetivo es dominar los mercados financieros.
Está más interesada en los megaproyectos.
El 70% de sus créditos proceden de entidades públicas chinas.
Ha invertido en 42 países que superan el 10% del PIB.
La deuda global hacia China es de 385.000 millones de dólares.
Más de la tercera parte de los préstamos vinculados a la IFR5 han llegado a gobernantes corruptos de los países receptores. En algunos casos, se alzaron protestas de los beneficiarios legales…
De 2ooo a 2012, China y Estados Unidos (EEUU) invertían cantidades similares: 32.000 millones la primera y 34.000 millones la segunda. Sin embargo, de 2013 a 2017 —primeros años de la IFR—, la financiación china en el extranjero se expandió espectacularmente y gastó 85.400 millones; EEUU 37.000.
Entre 2000 y 2017, China financió el exterior con solo un 12% a través de la AOD, mientras que fue un 81% a través de préstamos semiconcesionales o no concesionales y créditos a la exportación, menos “generosos” que los de la AOD.
China invirtió en Asia el 29%, en África el 25%, en América Latina el 23% y en Europa el 18%.
Entre 2000 y 2017, China superó como país inversor a EEUU, duplicó a Japón y Alemania y quintuplicó a Francia y Reino Unido.
También entre 2000 y 2017, de los 1,4 billones de financiación total, Venezuela y Rusia se llevaron más de la cuarta parte del total.
Los diez proyectos con mayor financiación —entre 7.000 y 32.000 millones de dólares— fueron cuatro para Rusia, tres para Venezuela y uno para Kazajstán, Brasil o Angola. Los de Venezuela se destinaron a un fondo de desarrollo del Gobierno y el resto a proyectos petrolíferos.
- Los 23.000 millones de dólares destinados a Kazajstán y Turkmenistán fueron para oleoductos de gas.
Cláusulas de confidencialidad
Entre 2000 y 2020, los cien contratos de deuda más importantes entre entidades estatales chinas y 24 Gobiernos extranjeros se llevaron 36.600 millones de dólares. Desde 2014, se han firmado más de 2.000 acuerdos con países “en desarrollo” y todos ellos tienen una cláusula de confidencialidad.
Rasgos más señalados de la política exterior China
En octubre de 2021, China planteó su posición ante la Asamblea General de Naciones Unidas (UN), lo cual nos permite saber qué quiere, cómo se ve a sí misma y cómo quiere ser vista. Expondré los más destacados:
Sostiene que solo hay un sistema internacional —el centrado en UN— y un solo conjunto de normas: las básicas de las relaciones internacionales, respaldadas por los propósitos y principios de la Carta de las UN.
Se opone al unilateralismo, el proteccionismo y las intimidaciones, y rechaza el pseudomultilateralismo, porque se basa en política de grupo y pequeños círculos.
Quiere ser la constructora de la paz mundial mediante el desarrollo pacífico no hegemónico, la expansión o las esferas de influencia. Se ha comprometido a desarrollar la amistad y la cooperación con todos los países de acuerdo con los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica.
Se considera situada en una posición objetiva y justa, que busca la resolución de las diferencias mediante el diálogo y la consulta y el principio de no injerencia en los asuntos internos de los demás. En consecuencia, se opone firmemente a la amenaza deliberada o al uso de la fuerza en los asuntos internacionales.
Presiona a los Estados poseedores de armas nucleares para que acepten que “una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”. A los que tienen los mayores arsenales nucleares, que se desarmen y se recorten de manera verificable, irreversible y jurídicamente vinculante para lograr un desarme nuclear completo.
Con otros miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) ha iniciado el Código Internacional de Conducta para la Seguridad de la Información, primer documento sistemático mundial sobre el código internacional de conducta en el ciberespacio.
En 2013, el presidente Xi Jinping presentó la BRI (Iniciativa de la Franja y la Ruta), que sigue el principio de consulta extensa, contribución conjunta y beneficios compartidos, la filosofía de cooperación abierta, verde y limpia, y un enfoque sostenible, centrado en las personas y de alto nivel. El objetivo de la BRI es promover la política, la infraestructura, el comercio, la conectividad financiera y de pueblo a pueblo, y contribuir con la sabiduría y las soluciones de China a un mejor sistema de gobernanza global, un mayor desarrollo en todo el mundo y la construcción de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad.
Enfocándose en áreas prioritarias —respuesta a la COVID-19, alivio de la pobreza, cooperación para el desarrollo y cambio climático—, explorará la construcción conjunta de una Ruta de la Seda de la Salud6, una Ruta de la Seda Verde7, una Ruta de la Seda Digital8 y una Ruta de la Seda de la Innovación. Asimismo, trabajará para un futuro brillante de cooperación de beneficio mutuo.
Ha elaborado múltiples normas sobre el espacio ultraterrestre, incluida la prevención de una carrera armamentista, el desarrollo de la utilización de los recursos espaciales y la sostenibilidad a largo plazo.
Adopta una filosofía de derechos humanos centrada en el pueblo. Considera que los derechos a la subsistencia y el desarrollo son los derechos humanos básicos, y adopta medidas que promuevan los derechos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales de todas las personas, y se esfuerza por defender la equidad social y la justicia y promover el desarrollo humano integral.
Comunicado del ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi en 2022
A principios de año, se defendió de las críticas hacia China por no garantizar los derechos humanos individuales, loó el nuevo pensamiento sobre diplomacia del presidente.
También informó de un desarrollo de cooperación práctica e integral entre China y Rusia. Varios son los objetivos.
En primer lugar, conseguir la estabilidad global.
En segundo lugar, establecer “tres líneas rojas” y presentar “dos listas de preocupaciones clave”, instando a EEUU a no desafiar el camino y sistema de China, ni obstruir su desarrollo o infringir su soberanía e integridad territorial.
En tercer lugar, han emitido severas advertencias y tomado contramedidas contundentes, disuadiendo a las fuerzas separatistas de la independencia de Taiwán. La tendencia general es la reunificación completa de China y el Gobierno se opondrá a cualquier intento de crear “dos Chinas”.
En cuarto lugar, se esforzarán en que las relaciones entre China y EEUU vuelvan al camino correcto. Para ello, deberían explorar conjuntamente —por el bien de las personas en todo el mundo— la coexistencia pacífica entre dos países con diferentes sistemas, culturas y etapas de desarrollo.
Discurso del presidente Xi Jinping el 17 de enero de 2022
Tuvo lugar en la Sesión Virtual del Foro Económico Mundial. Reiteró lo dicho y subrayó sus conceptos clave: multilateralismo, desarme, centrarse en las personas, UN, cooperación, innovación, Agenda 2030, beneficios compartidos, conectividad y no a los juegos de suma cero, los bloques, la guerra fría, el proteccionismo y las hegemonías.
¿Qué hay de las contradicciones?
Las hay, y enormes, entre los discursos y la realidad en varias e importantes cuestiones.
En primer lugar, se presenta como defensor de los derechos humanos, cuando es un régimen carente de libertades individuales y donde no se tolera la práctica del islam.
En segundo lugar, habla de cooperación cuando lo real es la expropiación y control de una enorme cantidad de países.
En tercer lugar, realza a UN sin haber firmado ni ratificado algunos de sus instrumentos más importantes.
En cuarto lugar, crítica las políticas hegemónicas cuando se ha convertido en el Estado más hegemónico del planeta.
Finalmente, defiende una política verde cuando no la lleva a cabo.
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3 del College of William and Mary.
5 Iniciativa de la Franja y la Ruta.
6 En 2017, la OMS propuso una alianza estratégica con China para asistir a países vulnerables situados a lo largo de la BRI.
7 A principios de 2018, la Academia de Ciencias de China inició el proyecto de investigación ambiental de la BRI. Evalúa los recursos y asuntos ambientales en países y regiones clave.
8 En 2015 presentó una iniciativa centrada en la construcción de infraestructura digital y de telecomunicaciones.
9 El presente artículo se ha basado en el libro de Vicenç Fisas Hegemonías, bloques y potencias en el siglo XXI. Editorial Los libros de la Catarata.
Pepa Úbeda
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