“En mayo de 1965, un hecho radicalizó aún más al movimiento estudiantil. Fue la muerte a golpes por la Policía de un alumno de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Jorge Enrique Useche, durante una protesta contra la invasión de marines a República Dominicana, que movilizó a más de veinte mil estudiantes en todo el país. Su muerte, en cuyo entierro simbólico en la Universidad Nacional habló el padre Camilo Torres, produjo otra protesta, que incluyó, por primera vez, a universidades conservadoras como la Universidad Javeriana y el Rosario. A los tres meses, Camilo murió en su primer combate en la guerrilla del ELN.” Enrique Santos, en El Tiempo, 26/11/2011.
Antesala del Cogobierno
“Un hecho fundamental está modificando y acelerando la crisis de la estructura autoritaria e inorgánica de la Universidad; la integración y movilización del profesorado por medio de la estructura democrática de los Claustros.” Antonio García Nossa, Anexo 3. Ver Rebelión Universitaria 1971-1972, p. 264.
Entre los años 1965 y 1966, el movimiento estudiantil se anima a promover huelgas nacionales bajo la conducción de la Federación Universitaria Nacional, FUN. A este activismo el reformista Lleras Restrepo, a través del decreto 3157 de 1968 convierte a las universidades públicas en establecimientos públicos, reduciendo su autonomía, y sus rectores los designarán el presidente, gobernadores y alcaldes según sea el caso.
Para el año 1969, hay una ola de huelgas que responden a los elementos regresivos de la reforma de 1968, y los conflictos universitarios tienen la marca de antiimperialismo. En la Nacional se tradujo en el desalojo físico en mayo de 1969, del rector Jorge Méndez Munévar, quien pretendía continuar la modernización de Patiño y se oponía a la implementación del Plan Básico de cuño estadounidense.
En su reemplazo provisional es encargado el cronista deportivo Mike Forero Nougués, en medio de las protestas por la visita de Nelson Rockefeller a Bogotá. Lo reemplazó Enrique Carvajal Arjona, quien provenía de la FES valluna, quien cerró la Nacional. Para 1970 se posesiona como nuevo rector a Mario Latorre Rueda, vinculado desde los inicios del proyecto de la Universidad de los Andes, y gobierna entre el 13 de abril y el 19 de diciembre de 1970, y desarrolló el seminario “UN 1970”, en el refugio de El Muña, para dar cuenta de los resultados de un auto-estudio institucional que él mismo dirigió, en el marco de una serie crisis financiera de la institución.
En aquellas jornadas se abocaron los tópicos de la autonomía, cogobierno, su estructura así como las principales políticas académicas.[1]Pero agobiado por la crisis financiera, el rector Latorre renuncia ante el presidente Pastrana, el 9 de noviembre de 1970. En paralelo, hay una transformación al interior de la conciencia económico corporativa del movimiento estudiantil, que en la Universidad Nacional se tradujo en una proliferación de grupos políticos de izquierda, Comandos Camilistas, Juco, Jupa (fusión de “Sol Rojo y Fusil” y Combate).
Los golpes represivos del gobierno habían producido la crisis organizativa de los estudiantes, y estos para recomponerse en la nueva situación se valen de los Comités Asesores de Carrera que con presencia profesoral darán nacimiento a una serie de Encuentros Nacionales, al Comité Nacional de Solidaridad y los Comités de Huelga.
Los profesores impulsan la estructura de los claustros, nacidos en la universidad original del medioevo, y Antonio García Nossa, un socialista suigéneris, que había animado la Liga de Acción Socialista, y fundador del Instituto de Economía en la Facultad de Derecho, asume la vocería del claustro de Economía, para explicar esta estructura:
“El Claustro universitario es una estructura esencialmente democrática en cuanto se fundamenta en el consenso y en la participación, rompiendo el estado de incomunicación y aislamiento…que ha sido la obligada consecuencia de las estructuras autoritarias impuestas a la Universidad…Ese régimen…ha impedido la integración y la movilización democrática de los tres grandes estamentos básicos: los profesores, los investigadores y los estudiantes.”[2]
Todos los caminos conducen a Cali
“El modelo que nos proponemos para Colombia no es el de una nación llena de campesinos-propietarios laborando sus pequeñas propiedades con herramientas de mano, sino más bien el de un país como el Canadá o los Estados Unidos en donde un número relativamente pequeño de hacendados-propietarios cultivando la mejor tierra y empleando técnicas modernas y mucha maquinaria han alcanzado enormes progresos en la productividad agrícola…” Lauchlin Currie (2022). Operación Colombia. En: Boletín Cultural y Bibliográfico VOL. LVI, No. 102, 2022, p. 60.
“Cuando la Policía se mostraba casi impotente para contener al estudiantado, el Ejército salió en su ayuda, igualándose un poco las acciones (…) Varios disparos hechos por el personal del Ejército ahogaron las voces de lucha de los huelguistas. Fue en ese momento cuando se advirtió que el joven Edgar Mejía Vargas estaba herido de muerte. Conocido cariñosamente como `Jalisco` por lucir enorme sombrero (…) murió cuando era trasladado a urgencias del cercano hospital universitario.” L. A. Ordóñez (2011). Mataron a Jalisco, 26 de febrero, el día que todo estuvo a punto de estallar. Cali. Universidad del Valle.
El departamento del Valle es uno de los polos del desarrollo capitalista de la agro-industria en Colombia, en el marco de la dependencia que estudió un destacado intelectual autodidacta, Mario Arrubla. Animador del proyecto político de la Partido Revolucionario Socialista, PRS, él publicó junto a Estanislao Zuleta y otros intelectuales de izquierda la revista Estrategia, primero como periódico, el número uno, y luego como una revista de crítica contemporánea de la llamada Organización Marxista Colombiana, descentrada del partido comunista fue una suerte de ensayo renovador, de un proyecto de intelectualidad orgánica que buscó ser la base del nacimiento del PRS,[3]una organización de corte leninista.
Para dicha revista, Mario Arrubla publica tres ensayos que serán pioneros en la segunda etapa del estudio de la dependencia en América Latina, luego de los trabajos del economista argentino Raúl Prebisch. Los publica como libro, Estudios sobre el Subdesarrollo Colombiano con una introducción en 1969, que coincide con la aparición de Dependencia y desarrollo en América Latina de Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto.
En los años sesenta, Arrubla es un crítico de la propuesta Operación Colombia del economista canadiense, Lauchlin Currie, traído por Alberto Lleras Camargo, conocedor del proyecto del Tennesse Valley de la reconstrucción capitalista promovida por el gobierno de Franklin Delano Roosevelt.[4] El autor de la propuesta de desarrollo capitalista, que Arrubla calificó de capitalismo utópico, Currie la revisó en 1968, e hizo otra para el Desarrollo de las Cuatro Estrategias de la administración de Misael Pastrana.
A comienzos de los años sesenta, Arrubla indicaba cómo “el 90% de las explotaciones agropecuarias estaban dedicadas a la ganadería, ubicadas en las mejores tierras y desplazando a los campesinos hacia las laderas de las montañas.”[5] Lo relevante era, que en sus escritos Arrubla daba cuenta del desarrollo capitalista colombiano en el marco de una fuerza global, ayudado por las lecturas de Marx, Lenin, Mandel (1962) y Baran (1959).
Así que Colombia tenía una cambiante relación colonial, y el planteamiento político derivado era la revolución socialista. Pero, con base en esa idea “la revolución debía formar cuadros intelectuales para crear una conciencia comunista, lo que iba en contravía de quienes creían que la revolución se conseguía con las armas.”[6]
Lo dicho, y propuesto por Arrubla tuvo debates internos con el economista Salomón Kalmanovitz, quien, sin embargo, se confundió en su crítica, dice Juan Carlos Villamizar, doctor en Historia, al asimilarlo con el grupo de Cardoso y Faletto que difundió la concepción de centros capitalistas y periferias subdesarrolladas que socializó la Cepal.[7] Desde entonces Arrubla crítica la idea que “permitir a la burguesía colombiana solucionar sus problemas de recursos en dólares para adquirir la nueva maquinaria de la industria naciente,” no llegaba al fondo del problema, “que era superar la dependencia.”[8]
Con este momento constitutivo de un orden capitalista dependiente en crisis ocurre el estallido social de Cali, en rebeldía estudiantil contra el autoritarismo ejercido por la FES, Fundación para la Educación Superior, que era el poder real sobre la Universidad del Valle.[9]Estaba en curso, con descaro, un sistema de privatización de la universidad pública.
El punto crítico se produjo con el desconocimiento del profesor Bernardo García como decano para la División de Ciencias Sociales y Económicas. El rector Ocampo Londoño ejerció la facultad discrecional estatutaria y lo cambió por Julio Mendoza Durán, y adujo como motivos que García “había demostrado ser un político extremista activo…además, había expresado en la Universidad Nacional, su rechazo a las fundaciones extranjeras, especialmente a la Ford y a la Rockefeller…”[10]
La respuesta estudiantil fue convocar a los Consejos estudiantiles que citaron después de deliberar en enero de 1971, el primer Encuentro Nacional el 2 de febrero de 1971. Hay toma de la rectoría, expulsión del rector y realizan una asamblea en la plaza de Caycedo el 25 de febrero. La respuesta gubernamental se produjo al día siguiente, a las 3 am. Se allana la Universidad del Valle, y retienen a estudiantes que la ocupaban. Gran concentración en el parque Belmonte en la cercanía de la Universidad, las fuerzas militares atacan, muere Jalisco, el estudiante Edgar Mejía Vargas. La movilización sigue por las calles de Cali, y las fuerzas del orden vuelven a atacar y hay nuevos muertos.
Con el toque de queda, a partir de las 2 pm., en tiempos de estado de sitio, la declaratoria coincide con la renuncia del rector. En la Universidad Nacional de Bogotá se vota la solidaridad frente a estos acontecimientos. Aquí se realiza el II Encuentro Nacional, 13-14 de marzo, y se vota el Programa Mínimo de los Estudiantes Colombianos.
Programa Mínimo y Cogobierno
“Por una literatura que pueda ser comprendida por una persona con la cultura necesaria para comprender una fotonovela… ¿Este cuento es para ustedes, porque nunca se hubiera escrito si no es por el estado de ánimo producido en mí y en cuántas otras, 20.000 personas?” Andrés Caicedo (1971). El atravesado. Cali.
“Y matan estudiantes. / Miren. / Miren la muerte/Recorriendo las calles/Tratando de asustar a los pobres/Tratando de asustar la justicia, Desde los carros verdes/Pero miren/Más allá de las calles/Más allá de los carros verdes. Carlos Augusto “Tuto” González, asesinado en Popayán, por un disparo de un soldado, el 4 de marzo de 1971.
“Hace 15 días se reunieron en la apacible Palmira grupos dizque de representantes de las universidades colombianas. Y allí produjeron un documento (…) que refleja una pobreza intelectual de ideas y de criterios. Misael Pastrana Borrero, alocución presidencial. El Espectador. Bogotá, 10/04/1971, p. 5.
Se suceden los Encuentros Nacionales de Estudiantes. Después de Bogotá, que es fundacional para el Programa Mínimo, viene el III en la sede de Palmira de la Nacional, el 3 de abril, y el IV que tuvo que sesionar de modo clandestino, el 24 de abril, porque antes, se dictaron los decretos de estado de sitio, 580 que autoriza los cierres de las universidades, y el 581, que establece el cierre de la Universidad Nacional. Es la universidad de la guerra en pleno, cobijada por el orden marcial.
Hay también las detenciones de los universitarios activistas, en particular los integrantes del Comité de huelga. En Barranquilla son aprehendidos varios líderes el 19 de mayo,[11] por las autoridades. El estudioso por excelencia de este tiempo, A.P. Villamil,[12]recuerda el relato de Caicedo que aparece en este epígrafe, y la prosa poética de Tuto González, cuya muerte se recuerda en otro poema, en la misma época crítica de la rebelión antisistémica. Es un tiempo de grandes solidaridades, que empieza con la decretada por la Universidad Nacional el 1o. de marzo de 1971, a lo largo y ancho del país, y sus capitales.
En todo caso, es en Bogotá, durante el II Encuentro Nacional Universitario, con presencia de 29 delegaciones de universidades públicas y privadas, que se aprobó el Programa Mínimo, que se ratificó en Palmira, durante el III Encuentro, el 14 de abril. En sus principales apartados se lee:
1. Abolición de los Consejos Superiores Universitarios.
a)Creación de gobiernos provisionales.
b) Confirmación de una comisión para estudiar un proyecto de ley Orgánica de las Universidades.
c) Establecimiento de un sistema democrático para la elección de autoridades universitarias, en los establecimientos públicos y privados de educación superior. Este sistema debe contemplar la participación de profesores y estudiantes en la conformación de los organismos directivos.
d) Reglamentación nacional y democrática de la estructura de poder de las universidades privadas y públicas.
2. Financiamiento de la Universidad.
a) Cumplimiento de la asignación del 15% como mínimo del total del presupuesto de educación para la Universidad Nacional y llenar los déficits actuales de todas las universidades del país.
b) Establecimiento de un control oficial del fisco de las universidades privadas.
c) Congelación de matrículas en todos los establecimientos públicos y privados de educación media y superior a partir de 1970.
La redacción del programa mínimo que contempla más puntos, una vez leído tuvo la aprobación del Encuentro de Bogotá, por casi todas las delegaciones de universidades privadas y públicas, excepto el voto negativo de la Universidad La Gran Colombia.
La conflictividad no para. Hay el sitio de la Universidad en Medellín el 4 de marzo; ocupación militar de la Universidad Pedagógica Nacional en Bogotá. Expulsión del rector Diego López de la Universidad Nacional el 24 de marzo, y el campus lo ocupan las FF.AA el 16 de abril. Los disturbios pululan en Tunja, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Pereira, Ibagué, Manizales, Pasto. Con todo ello se produce por el presidente Pastrana la clausura de varias universidades: Nacional en sus sedes; Antioquia, la UIS, Tecnológica de Tunja, Cartagena, Barranquilla, Quindío y Pedagógica Nacional de Bogotá.
Para el mismo tiempo de la confrontación en las universidades y calles, hay un nuevo ministro de educación, el joven Luis Carlos Galán Sarmiento que dispone un paquete de reformas legales para la universidad colombiana, que está dispuesto a exponer y discutir.
Por lo pronto, el movimiento estudiantil tenía dos posiciones en debate: la del no al cogobierno universitario, y reclamaban la apertura de las universidades, la derogatoria de los decretos represivos y libertad para los encarcelados; y la de quienes defendían el Cogobierno que planteó el Programa mínimo, exigencia aquella que condicionaba la apertura.
El presidente, igualmente, responde con el anuncio de un proyecto de reforma que se presentará en el mes de junio, y que será preparado por una comisión de notables. El primer paso fue derogar los decretos 580 y 581 de 1971, el 1o. de junio. El VI Encuentro Nacional de Estudiantes reunido en Medellín a partir del 3 de junio, ratificó el cogobierno como bandera de lucha, pero no fue posible una declaración conjunta.
En su lugar, se produjo una constancia firmada por 16 delegados que informaba de “la imposibilidad de cumplir las tareas del V Encuentro”. La razón invocada no era otra que la gran dispersión de las masas estudiantiles producida por los cierres estatales implementados.
(Continúa)
_____________________
[1] El ensayo del profesor Moncayo, al respecto toma como referencia un artículo de Rafael Mirando, aparecido en El Espectador, “Universidad Nacional, 71. ¿Ciencia? ¿Profesional? ¿Autonomía? ¿Co-gobierno?. Bogotá, septiembre de 1970.
[2] García Nossa, Antonio, La representación universitaria y el sistema democrático. Ver Anexos de Rebelión Universitaria 1971-1972. Op. cit., pp: 264-66, Bogotá, abril 3 de 1970.
[3] Antonio Gramsci, en los Quaderni escribe en La Formación de los Intelectuales al respecto. Revisar el volumen temático Los intelectuales y la organización de la cultura. Juan Pablos Editores. México.
[4] Currie evaluó entonces el Plan de Desarrollo Económico y Social que presentó la Cepal al primer gobierno del Frente Nacional.
[5] Villamizar, Juan Carlos (2022). “Arrubla y los Estudios sobre el subdesarrollo colombiano.” En: Boletín Cultural y Bibliográfico, VOL LVI, No. 102, p. 61.
[6] Jaramillo Restrepo, S.(2019). Revista Estrategia y trayectorias intelectuales en los agitados años 60 colombianos. Sociohistórica, 70 (43), p. 21.
[7] Kamanovitz, S (1980). Crítica de una teoría de la dependencia: a propósito de Arrubla. Oveja Negra. Bogotá, pp. 49-90.
[8] Arrubla (1984): “Y la Cepal…trata así de tranquilizar a los imperialistas dando al mismo tiempo la clave de la dependencia neocolonial”. Op. cit., p. 83.
[9] Moncayo, V. M (2023). Op. cit., p. 67.
[10] FEUV (1973ª). FEUV, 1971-1972: Desarrollo político del movimiento estudiantil. Editorial Herrera Hermanos.
[11] Entre otros Ernesto Amézquita, Eduardo Barragán, Ricardo Sánchez, Moritz Akerman, Carlos Jiménez, Lisandro Navia, Rafael Quintero, José Tomás Jiménez
[12] Revisar Movimiento estudiantil de 1971: configuración del discurso de resistencia, propuesta y contra ideología. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional, 2019.
Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD, Director Grupo Presidencialismo y participación, U. Nacional. Presidente IGS Colombia. Director Revista Pensamiento de Ruptura.
Foto tomada de: Redalyc
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