- Pobreza y desigualdad 2022.
En 2022, en el total nacional, la pobreza monetaria fue de 36,6 por ciento y la pobreza monetaria extrema de 13,8. Al determinar los niveles de pobreza, se compara el valor per cápita de ingreso o gasto en el hogar con el valor de una canasta mínima denominada línea de pobreza. La línea de pobreza es el costo per cápita mínimo de una canasta básica de bienes y servicios en un área geográfica determinada. La línea de pobreza monetaria extrema es el valor en dinero que necesita una persona mensualmente para adquirir una canasta básica alimentaria que le provea el mínimo requerimiento calórico para subsistir.
En 2022, la pobreza monetaria fue 3,1 puntos porcentuales menor a la registrada en 2021, cuando fue del 39,7 por ciento; en consecuencia, entre 2021 y 2022, 1,3 millones de personas salieron de condición de pobreza monetaria. En 2022, en el total nacional, 18.331.941 personas estaban en situación de pobreza monetaria y en 2021 había 19.634.410 personas en esta situación.
En 2022, la pobreza monetaria extrema fue 0,1 puntos porcentuales superior a la registrada en 2021, cuando fue del 13,7 por ciento. En 2022, en el total nacional, 6.904.501 personas estaban en situación de pobreza monetaria extrema y en 2021 había 6.773.594 personas en dicha situación; por tanto, lo anterior significa que 130.907 personas adicionales entraron a la pobreza monetaria extrema. En 2022, la incidencia de la pobreza extrema en los centros poblados y rural disperso representaba 2,1 veces la incidencia en las cabeceras (23,3 % frente a 11,0 %).
En 2022, las ciudades que experimentaron mayor pobreza monetaria fueron Quibdó con el 62,3 por ciento, seguida de Sincelejo, con el 49,5. Por su parte, Manizales A.M. y Cali A.M. con el 20,6 y el 24,0 por ciento, respectivamente, fueron las ciudades que presentaron menor incidencia. La ciudad con menor porcentaje de pobreza monetaria extrema en 2022 fue Manizales A.M., con el 4,0 por ciento, seguida de Medellín A. M., con el 5,3. La ciudad con mayor incidencia de pobreza monetaria extrema en 2022 fue Quibdó, con el 31,7 por ciento, seguida de Riohacha, con el 23,3.
El instrumento que se emplea para calcular la desigualdad de un país determinado es el índice o coeficiente de Gini, que es una fórmula para medir la disparidad de ingresos entre los miembros de una sociedad y que revela la desproporción entre los ingresos de los más ricos y los más pobres. En 2022, en el total nacional el coeficiente de Gini fue 0,556. En 2021 este coeficiente fue de 0,563. A su vez, en 2022 el Gini en cabeceras municipales fue 0,538 y en 2021 fue 0,548. En los centros poblados y zonas rurales dispersas el Gini fue 0,479 para 2022 y en 2021 este coeficiente fue 0,462.
- Modelo explicativo.
En los dos siglos de la historia independiente del país, coexisten conflicto armado y democracia, desarrollo económico y desigualdad social, modernización y violencia, participación política y represión, acumulación capitalista y pobreza.
El dominio español sobre Colombia se extiende desde el inicio de la invasión en 1499 hasta la independencia del país en 1919; como estrategia de dominación y explotación de las clases populares y trabajadoras, los grupos hegemónicos implementaron un régimen de pobreza, despojo, usurpación y concentración de los medios de producción, tributos confiscatorios y expropiadores e ingresos que mantenían al pueblo en condiciones de miseria. El proceso de emancipación no transformo la estructura, instituciones ni mentalidades de carácter colonial y feudal, ni la organización oligárquica en castas y clases sociales.
Para principios del siglo XX, la ley excluía de los derechos políticos a quienes no contaran con educación, riqueza o sexo masculino. El 90 por ciento de la población vivía bajo condiciones de pobreza, por tanto no eran considerados ciudadanos; superponiendo a su precaria situación económica la privación de derechos políticos y sociales. Para el año 1905, el tamaño de la población era de 4,8 millones de habitantes.
El gráfico 1 y la tabla 1 muestran que en el período 1950-2022 el promedio del grado de incidencia de la pobreza por ingresos insuficientes es de 58,3 por ciento; el coeficiente de variación (% desviación estándar/el valor promedio) es de 25 por ciento, con un rango de 52,3 puntos puntuales, un máximo registrado en los años 1953-54 de 87 por ciento y un mínimo de 34,7 por ciento en 2018.
La condición de pobreza y su evolución está asociada con factores políticos (eficiencia y eficacia de la política fiscal y socio laboral, de una parte, y de la justicia distributiva, de otra) y económicos (mercado laboral y crecimiento relativo de la economía y la población, esto es, el ingreso per cápita).
Durante el siglo XX y lo corrido del XXI, el país ha crecido con rapidez y, en paralelo, aumenta el tamaño del Estado, que cada vez maneja una proporción mayor del producto interno. En Colombia, la presión tributaria, fiscal o impositiva registra una media de 16,6 por ciento en los años 1947 a 2024 (según proyecto del PGN), con un mínimo de 5,4 por ciento en 1947 y un máximo de 29,6 en 2024. La concentración del ingreso nacional por parte del Estado crece en 24,2 puntos porcentuales durante estos 77 años. En 2023, la población de Colombia suma 52,2 millones de habitantes.
Los diferentes gobiernos, independiente de su ideología política, se han inclinado por aumentar la tributación indirecta (como el IVA o el impuesto al consumo), fácil de cobrar, para evitar tensiones muy fuertes con los empresarios, los grupos más ricos y la oligarquía dominante.
Una de sus funciones cruciales del Estado en su asociación con la clase económicamente dominante consiste en regular los conflictos de clase y asegurar la estabilidad del orden social. A partir de la Constitución de 1991, el Estado se ha caracterizado por el asistencialismo y ha asumido en mayor grado la satisfacción de las necesidades socio-laborales. Durante el período 1950-2022, el gasto socio-laboral en relación al total del Presupuesto General de la Nación (PGN) registra un valor promedio de 32,4 por ciento; el coeficiente de variación es de 31,8 por ciento; el rango de proporción del gasto en esta función estatal es de 35,7 puntos porcentuales, con un mínimo de 11,4 por ciento en el año 1955 y un máximo de 47,1 en 1974.
El modelo social y económico se ha caracterizado por un contubernio entre los intereses e ideología liberal-conservadora, apoyando a los empresarios y confiando en que sus inversiones crean empleo e ingresos para toda la población. La intervención estatal, aunque mantiene su retórica de la lucha por la distribución del ingreso, se concentra en crear condiciones favorables para la inversión privada, aupar las actividades extractivas y de explotaciones minero-energéticas y en un asistencialismo social cada vez más amplio y focalizado en los sectores más pobres, ligado al clientelismo, la burocracia, las empresas electorales, la corrupción y la impunidad. El hecho que la pobreza extrema aumenta en los años 2021-2022 y que el índice de desigualdad del país sea uno de los más altos en el mundo permite concluir que la políticas socio-laborales son ineficientes, ineficaces y regresivas.
El Coeficiente de Gini es el indicador que más se ha utilizado para medir los niveles de desigualdad de ingresos o concentración de la riqueza. En Colombia, en el período 1950-1922 registra un valor promedio de 0,518 y un coeficiente de variación de 9,4 por ciento. El rango de variación es de 0,2 puntos, con un valor mínimo de 0,4 durante los años 1950-54 y un máximo de 0,609 en 1963. Por encima del valor de 0,5 en el coeficiente de desigualdad, de acuerdo con la evidencia histórica, los factores que desencadena los conflictos sociales se elevan exponencialmente.
A partir de 1991, la Constitución Política creo el marco jurídico para que parte de los recursos del Estado se orientara al pago de subsidios para reducir la desigualdad y la pobreza en el disfrute de derechos económicos y sociales, que abrieron también la puerta a nuevas formas de clientelismo, corrupción y oportunidades de negocios y beneficios al gran capital.
En el período 1950-2022 el país experimentó un aumento de su población de 4,6 veces y durante el mismo lapso el valor del conjunto de los bienes y servicios producidos (PIB) se multiplicó por 17,3; en consecuencia, el PIB per cápita se multiplicó por 3,8 veces.
Durante este período, la tasa de desempleo anual es de 9,8 por ciento; el coeficiente de variación es de 39,9 por ciento; el rango de variación es de 16,8 puntos porcentuales; el valor mínimo de la tasa de desempleo es de 2,9 por ciento en el año 1955 y un máximo de 19,7 en 2000. En julio de 2023 la tasa de desempleo registró un valor de 9,6 por ciento, esto es, 1,4 puntos porcentuales por debajo del valor observado en julio de 2022 que fue de 11,0 por ciento.
La relación porcentual entre el valor del producto interno y el tamaño de la población permite calcular el ingreso per cápita. La variación anual de este indicador es de 1,9 por ciento durante 1950-2022; el coeficiente de variación es de 141,1 por ciento (el más alto en comparación con los demás indicadores analizados); el rango de variación es de 17,7 puntos porcentuales, con un mínimo de -8,6 por ciento registrado en el año 2020 (el año más crítico de la pandemia por covid-19 y la crisis más grave en la historia económica del país) y un valor máximo de 9,1 por ciento en 2021 por efecto rebote post-pandemia y la caída en la tasa de crecimiento demográfico.
Una matriz de correlación es una herramienta estadística que muestra la intensidad y la dirección de la relación entre dos o más variables. De acuerdo con la matriz de correlaciones (tabla 2), la incidencia de la pobreza por ingresos insuficientes está asociada negativa y significativamente con el valor del índice de desigualdad (-0,42); el gasto socio-laboral (-0,63); la tasa de desempleo (-0,64); y el crecimiento del ingreso per cápita (-0,15). En consecuencia, un Estado eficiente, eficaz, transparente políticamente y generador de oportunidades y capacidades tendría un efecto significativo en la reducción de la pobreza; de manera complementaria, una economía que favorezca la inclusión y la generación de empleo digno y decente en las cantidades requeridas también tiene efectos positivos y significativos en los bajos e insuficientes ingresos de los hogares.
El modelo económico y político de desarrollo es concentrador e injusto en Colombia. El crecimiento en el ingreso per cápita no reduce la pobreza ni mejora la iniquidad de manera significativa. El coeficiente de desigualdad Gini está correlacionado de manera positiva pero poco significativa con la proporción del gasto público socio-laboral (0,07); la tasa de desempleo (0,37); y, el crecimiento del ingreso per cápita (0,22); en consecuencia, el modelo económico y el precario mercado laboral favorecen la concentración del ingreso en Colombia.
En estadística, la regresión lineal es un modelo matemático usado para aproximar la relación de dependencia entre una variable dependiente (la pobreza por ingresos insuficientes, en nuestro caso de análisis) respecto a otras variables independientes: concentración del ingreso, proporción del gasto socio-aboral respecto al PGN, tasa de desempleo y evolución del ingreso per cápita. Este método es aplicable en muchas situaciones en las que se estudia la relación entre dos o más variables o predecir un comportamiento. En el caso estudiado, la correlación entre las variables estudiadas (coeficiente de determinación: R²) es de 61,8 por ciento; en consecuencia, el 38,2 por ciento de las variaciones en el grado de incidencia de la pobreza son explicadas por otras variables no incluidas en el modelo (como podrían ser la violencia, la informalidad laboral, la corrupción, el asistencialismo, la inflación, las tasas de interés o el tipo de crecimiento económico, entre otras).
Como se explicó, la regresión lineal es una técnica de análisis de datos que predice el valor de datos desconocidos mediante el uso de otro valor de datos relacionado y conocido. El coeficiente Gini registra un valor de -76,1 como fuerza explicativa de las variaciones o cambios registrados en la pobreza por ingresos; el porcentaje de gasto socio-laboral respecto al PGN presenta un coeficiente de -0,64; el coeficiente de la tasa de desempleo es de -1,3 y el de la evolución en el ingreso per cápita de -0,3.
- Conclusión
En resumen, la pobreza generalizada y las desigualdades extremas son unas de las grandes tragedias de la sociedad colombiana y constituye uno de los mayores fracasos en el modelo de desarrollo y el sistema político. La pobreza está asociada orgánicamente con la desigualdad socioeconómica, por tanto no pueden analizarse ni intervenirse de manera independiente una u otra. La política fiscal (ingresos y gastos), la calidad del gasto socio-laboral y la democracia participativa son fundamentales en el enfrentamiento de la pobreza y la desigualdad.
La relación entre pobreza, desigualdad, mercado laboral, calidad de las políticas públicas y crecimiento económico y demográfico sostenibles permiten concluir que son problemas sistémicos y complejos que requieren de transformaciones estructurales del Estado y del modelo de desarrollo.
Revista Sur 332 Anexo Libardo Sarmiento A
Libardo Sarmiento Anzola
Foto tomada de: UNI Global Unión
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