En una Audiencia pública en la ciudad de Cali sobre la reforma laboral, convocada por la Comisión séptima del Senado, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores/CUT, la más importante del país, Fabio Arias, presidente de la CUT, advirtió que se convocará nuevamente al estallido social si los parlamentarios de la ultraderecha colombiana siguen con el bloqueo y sabotaje de la reforma laboral en el trámite legislativo, que intenta recuperar derechos de los trabajadores cercenados de manera grotesca en el gobierno de Uribe Vélez como se dio con las horas extras.
La indignación y desazón de Arias es la de millones de colombianos que observan inermes como los clanes y las roscas políticas de todos los pelajes: parlamentarias, judiciales, burocráticas, contractuales, las administradoras de salud, los dueños de las tarifas de luz, los dueños de los juegos de azar virtuales y mediáticas, promueven movidas como las guerras jurídicas, los golpes blandos, el sabotaje legislativo, las campañas de prensa con grandes mentiras, apagones de la luz y suspensión de servicios de la salud, para bloquear y sabotear el desarrollo de la plataforma progresista con la que gobierna el presidente Gustavo Petro en representación de un bloque popular configurado justamente en los ambientes de la movilización social de abril del 2021.
La más reciente jugada de las pandillas parlamentarias de la ultraderecha logró destruir un proyecto de ley presentado por el presidente Petro para adelantar una reforma tributaria que permitía recaudar 12 billones de pesos (3 mil millones de dólares) con impuestos a las multinacionales petroleras para evitar las deducciones en las regalías y a los juegos virtuales de azar, cuyas empresas son grandes aportantes a las campañas electorales del actual presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien engorda jugosas cuentas bancarias en Suiza; justamente quien coordino todo el bloque mafioso que dio al traste con la propuesta tributaria oficial.
Esos 12 billones eran recursos necesarios para financiar importantes programas sociales de la actual administración progresista en el apoyo de la paz en el Catatumbo, en los subsidios a los hogares con mujeres cabezas de hogar, la renta joven y los procesos de reforma agraria.
Eso poco importó a tales grupos políticos reaccionarios provocando una tremenda crisis en las finanzas públicas oficiales, la suspensión de pagos de salarios y la parálisis de muchos proyectos de inversión social y de obras públicas.
Este bloqueo al gobierno está propiciando el quiebre de la paciencia popular como en abril del 2021 desatando las manifestaciones y estallidos de indignación como la del presidente de la CUT.
Como en el refrán popular, tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, las cosas se pueden volver a repetir en un dramático retorno de la historia para constatar que la potencia de la multitud sigue plena y vigente en la demanda de los cambios necesarios que garanticen los derechos cercenados de millones de seres humanos. Cambios a los que se niega una plutocracia egoísta plagada de privilegios y ventajas que son insulto para el resto de la población.
Siendo así, lo que procede es avanzar en la organización de una jornada de movilización y rebelión popular como la de abril del 2021, que ya la propia jornada del muralismo de las “Cuchas tiene la razón” insinúa en su presencia muitudinaria urbana como una forma de solidaridad con los familiares de los desaparecidos en la Escombrera de la Comuna 13 de Medellin por la sangrienta Operación Orión ordenada en octubre del 2021 por Uribe Vélez, Martha Lucia Ramírez y el general Mario Montoya, ejecutada por el CTI y las unidades de contra guerrilla en conjunto con los paramilitares de don Berna.
Horacio Duque Giraldo
Foto tomada de: Blu Radio
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