En 2013, Xi Jinping propuso compartir su exitoso modelo de desarrollo a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una oportunidad sin precedentes para los países del sur global de promover el desarrollo económico por medio de la cooperación internacional enfocada en la economía productiva.
Inspirada en la antigua Ruta de la Seda, esta iniciativa busca construir nuevas infraestructuras, facilitar el comercio y fomentar la inversión en sectores clave como la energía, la logística, las manufacturas y la tecnología. Después de 11 años, la iniciativa ha atraído la participación de 152 países y 32 organizaciones internacionales, ha impulsado casi un billón de dólares en inversiones, ha ejecutado más de 3.000 proyectos, ha creado 420.000 puestos de trabajo, ha sacado a cerca de 40 millones de personas de la pobreza y ha brindado un fuerte impulso a la prosperidad y el desarrollo de los países asociados[ii].
Colombia se suma a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China
El gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, ha dado un paso significativo en su política exterior al anunciar su intención de unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) de China.
Este anuncio fue realizado inicialmente por el viceministro de Asuntos Exteriores, Jorge Rojas, durante la celebración del 75 aniversario de la República Popular China en Bogotá. Posteriormente, el canciller Luis Gilberto Murillo viajó a China para formalizar la creación de una comisión binacional que se encargará de negociar los términos de la adhesión de Colombia a la iniciativa[iii].
Es importante destacar que gobiernos anteriores habían considerado unirse a la IFR, pero la presión de Estados Unidos había impedido que se concretara esta iniciativa. El gobierno de Petro ha optado por una política exterior más independiente, buscando diversificar sus relaciones internacionales y explorar nuevas oportunidades de cooperación.
La decisión de Colombia de unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta representa un cambio significativo en la política exterior del país y abre nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social, en un momento en que el presidente Petro enfrenta un contexto de polarización política interna y severas limitaciones fiscales que obstaculizan los proyectos ferroviarios y de transformación productiva que había prometido.
Oportunidades de desarrollo económico con la IFR en Colombia
China es el segundo socio comercial de Colombia y el principal importador de productos colombianos. Además, está desarrollando varios proyectos de infraestructura en el país, entre los que destacan el Metro de Bogotá y la construcción del Regiotram de Occidente, el primer tren de cercanías de Colombia, que conectará a Bogotá con Facatativá, Madrid, Funza y Mosquera. Sin embargo, se abren posibilidades para nuevas inversiones y proyectos de mayor envergadura que transformen la estructura productiva del país, dotándolo de una infraestructura más eficiente y promoviendo encadenamientos productivos con alto contenido tecnológico en el sector industrial.
La precariedad de las finanzas públicas colombianas exige explorar nuevas alternativas de financiamiento. La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) representa una oportunidad única para acceder a fuentes de financiación que no ejerzan presión sobre las finanzas públicas, estimulando el desarrollo productivo del país. Los megaproyectos de infraestructura propuestos por el presidente, como una conexión ferroviaria entre Buenaventura y Barranquilla o un canal seco a través del Darién, no solo mejorarían la conectividad del país, sino que también generarían empleos y atraerían inversiones. Además, la IFR podría facilitar el acceso a financiamiento para desarrollar fuentes de energía limpias y eficientes, fundamentales para la reindustrialización y la diversificación de la matriz energética. Al negociar acuerdos de cooperación con China, Colombia podría impulsar la producción de bienes con mayor valor agregado, fortaleciendo su posición en las cadenas de valor globales.
En conclusión, las enormes necesidades de infraestructura de Colombia han sido un factor determinante en la decisión de unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Esta iniciativa ofrece la oportunidad de acceder a financiamiento y tecnología china para desarrollar proyectos en sectores clave como transporte, energía y telecomunicaciones. Se anticipa un aumento significativo de las inversiones chinas en Colombia, lo que impulsará el desarrollo económico y la generación de empleo. Además, la IFR facilitará la financiación y construcción de proyectos de gran envergadura, mejorando la conectividad y competitividad del país. Finalmente, la cooperación con China se fortalecerá en diversos ámbitos, abarcando comercio, inversión, cultura y ciencia.
Derribando falsos mitos sobre China
Ante la decisión del gobierno de Gustavo Petro de integrar a Colombia en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, han surgido voces disidentes que amplifican la propaganda antichina al estilo de Joseph Goebbels, el maestro de la propaganda nazi, provenientes de medios controlados por grandes corporaciones y las decadentes élites occidentales. Estas buscan crear una opinión pública negativa sobre China, acusándola de ser una dictadura, de reprimir a minorías étnicas, de acabar con la democracia en Hong Kong, y de no permitir la libertad de empresa ni de pensamiento.
Si bien el sistema político chino es de partido único, en el que el Partido Comunista de China (PCC) ejerce control sobre el gobierno, existen mecanismos de participación ciudadana y se promueven espacios para la crítica constructiva con el propósito de mejorar la gestión pública. Un ejemplo de ello es la tradición cultural de discutir asuntos de Estado mientras se toma té, una práctica que refleja un tipo de democracia participativa al estilo chino. Aunque no sigue el modelo de democracia liberal de Occidente, este enfoque busca involucrar a la población en la toma de decisiones, demostrando una forma de participación que algunos consideran más eficiente en el contexto chino[iv]. Aunque en China no existe una pluralidad de partidos políticos como en las democracias occidentales, sí hay varios partidos que forman parte de un sistema de cooperación multipartidista y consulta política, liderado por el Partido Comunista de China (PCC). Este modelo permite la participación de otros partidos, aunque bajo la dirección del PCC. Muchos ciudadanos chinos consideran que su sistema político es democrático, ya que está enraizado en su historia y tradiciones culturales, lo que refuerza su legitimidad y adaptabilidad a las particularidades del país[v].
La democracia al estilo chino se basa en el concepto de “democracia popular de proceso completo”, que garantiza la participación ciudadana activa en todos los niveles de la sociedad, desde comunidades locales hasta el ámbito nacional. Los ciudadanos tienen no solo derechos, sino también responsabilidades en la toma de decisiones, participando en discusiones tanto presenciales como en línea. El sistema incluye mecanismos consultivos, como comités vecinales y casas para diputados, y se actualiza constantemente con avances tecnológicos que facilitan la participación. La voz del pueblo no solo se escucha, sino que se traduce en acciones concretas para mejorar la vida de la población y contribuir al progreso del país[vi].
La acusación sobre la represión de minorías étnicas, como la de los uigures en Xinjiang, forma parte de una campaña occidental destinada a desacreditar al régimen chino. Los testimonios de numerosos visitantes a la región, el respeto por sus tradiciones religiosas y el notable crecimiento de su economía—que ha visto expandir su PIB nominal de 1.200 millones de yuanes en 1955 a 1,9 billones de yuanes en 2023—, así como el incremento de casi el 230 % en el número de habitantes pertenecientes a esta minoría étnica entre 1955 y 2020, desmienten con hechos las falacias de la propaganda occidental.
Del mismo modo, las críticas sobre las limitaciones a las libertades civiles y políticas en Hong Kong responden más a las manipulaciones y sabotajes del antiguo imperio británico para desacreditar el principio de “un país, dos sistemas”. La ley de seguridad nacional de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, que tanto se critica desde Occidente, solo se refiere a actos y actividades que amenazan la seguridad nacional, sin afectar las transacciones comerciales, los intercambios internacionales, los litigios comerciales generales ni las causas penales[vii].
La afirmación de que China es un país comunista oculta de manera engañosa el hecho de que su economía ha experimentado un crecimiento impresionante en las últimas décadas, impulsado por una combinación de políticas estatales y una creciente participación del sector privado. En China, existe libertad de empresa, aunque el Estado sigue desempeñando un papel fundamental en la planificación económica y la regulación de sectores estratégicos.
Por otro lado, el pensamiento dominante en la sociedad china no es tanto el marxismo-leninismo, sino el confucianismo, promovido desde la educación básica por el gobierno y que moldea la visión actual del pueblo chino. El confucianismo, una filosofía en lugar de una religión, enseña cómo vivir con rectitud y ética. El Ren, su virtud central, se refiere a la capacidad innata del ser humano para relacionarse con los demás de manera amorosa, compasiva, solidaria y empática, fomentando una perspectiva comunitaria en lugar de individualista[viii]. Esta idea se asemeja a la noción de “Comunidad de destino común o comunidad de futuro compartido[ix]” que actualmente promueve la República Popular China.
Una perspectiva superior para superar los problemas internos
La integración de Colombia a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) permitirá al gobierno abordar las dificultades internas y la alta polarización política desde una perspectiva más amplia, superando los obstáculos que han paralizado su agenda en el Congreso y que han limitado su accionar debido a decisiones judiciales.
La IFR abrirá oportunidades de desarrollo que promoverán la creación de empleo de calidad, reducirán la pobreza y facilitarán el cumplimiento de los compromisos programáticos del gobierno, que enfrentan grandes obstáculos. Esto contribuirá a aumentar el respaldo social hacia la gestión presidencial y a debilitar las fuerzas internas que intentan socavar su gobierno. Además, la agenda internacional brindará a Colombia la posibilidad de tener un papel protagónico en las iniciativas destinadas a buscar alternativas a la crisis financiera, económica y política que actualmente agita la geopolítica global.
Hoy se están llevando a cabo debates sobre la necesidad de realizar reformas políticas que permitan una participación más equitativa en las decisiones de las Naciones Unidas. Al mismo tiempo, se están impulsando iniciativas para desdolarizar la economía global y avanzar hacia un sistema monetario y crediticio que garantice la estabilidad cambiaria y fomente la economía productiva. Si Colombia logra posicionarse como líder en estos temas, también ganará respaldo internacional, lo que contribuirá a mejorar su gobernabilidad interna.
Colombia en la IFR: ¿Qué implica para la relación bilateral con EE.UU.?
Estados Unidos mantiene reservas frente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) porque considera que China podría desplazarlo de su liderazgo global. Sin embargo, la política de China se basa en el respeto a los sistemas políticos y la no intervención en los asuntos internos de otros países. A diferencia de la geopolítica angloamericana, China no tiene propósitos expansionistas. Mientras que Estados Unidos cuenta con más de 800 bases militares en todo el mundo, China solo posee una, ubicada en Yibuti, un pequeño país en el Cuerno de África. Esta base, inaugurada en 2017 y denominada “Base de Apoyo de Yibuti”, se centra en operaciones humanitarias y de lucha contra la piratería.
China se enfoca en promover relaciones comerciales, económicas y tecnológicas bajo el principio “gana-gana” o beneficio mutuo, un enfoque que difiere del paradigma geopolítico de “gana-pierde” adoptado históricamente por Estados Unidos y el Reino Unido, donde el bienestar de estos países ha dependido del saqueo y control político e ideológico de otras naciones.
Colombia, por su parte, debe seguir manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos, evitando discursos agresivos o confrontacionales que podrían comprometer su política diplomática. La decisión de unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta es una decisión soberana, que no busca excluir a Estados Unidos ni a la Unión Europea. Al contrario, se debe invitar a los países transatlánticos a reevaluar sus políticas económicas, comerciales y financieras hacia el sur global, que han generado descontento, motivando la búsqueda de nuevas alternativas de cooperación y financiamiento con enfoques más equitativos, como los propuestos por la IFR y los BRICS.
Colombia debe desempeñar un papel activo en la construcción de puentes entre los bloques transatlántico y la alianza de los países de la región Asia-Pacífico, que ha emergido como el nuevo epicentro del desarrollo económico y político mundial. Es crucial superar el enfoque competitivo de la alianza transatlántica y avanzar hacia una cooperación global que permita abordar problemas urgentes como la pobreza, la creciente desigualdad, los conflictos bélicos interminables, las crisis ambientales y la falta de desarrollo en gran parte del sur global.
Este tránsito debe centrarse en cambiar la dinámica de la geopolítica hacia la geoeconomía, y de la confrontación entre bloques a una cooperación sólida entre Estados. La construcción de un futuro compartido para la humanidad solo será posible mediante el esfuerzo conjunto, priorizando el bienestar colectivo sobre los intereses individuales de poder, y promoviendo un enfoque más equitativo y sostenible en las relaciones internacionales.
_______________
[i] https://www.catedrachina.com/single-post/el-imparable-crecimiento-de-los-salarios-en-china-compensa-la-ca%C3%ADda-generalizada-de-salarios-global
[ii] Datos de la tercera secretaria de la embajada china en Colombia, Chen ing, en el seminario: por qué Colombia debe unirse a los BRICS y a la iniciativa de la franja y la ruta de china, realizado el 29 de agosto.
[iii] https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/petro-mete-a-colombia-al-club-de-socios-de-china-y-acelera-la-politica-exterior-multipolar/
[iv] https://espanol.cgtn.com/news/2022-10-17/1581931931875942401/index.html
[v] https://espanol.cgtn.com/n/2021-06-27/FECfIA/en-que-es-nuevo-el-nuevo-sistema-de-partidos-politicos-de-china/index.html
[vi] https://web.facebook.com/watch/?v=419438430652331
[vii] https://espanol.cgtn.com/news/2024-03-21/1770679700469141506/index.html
[viii] https://espanol.cgtn.com/news/2022-10-20/1582913598063448066/index.html
[ix] La frase “Comunidad de destino común o comunidad de futuro compartido” la utilizó por primera vez Hu Jintao, predecesor de Xi Jinping, en su informe ante el 18 Congreso del Partido, en 2012, cuando pidió que se afianzara la conciencia de una “comunidad de destino común” entre los vecinos de China.
Carlos Julio Diaz Lotero
Foto tomada de: La Silla Vacía
Jorge Albeiro Gil Panesso says
Nuestro Embajador, Sergio Cabrera, gran director cultural, sabe de Estrategia.
La Ruta de la Seda llegó,,,
Jose gutierrez says
Como no iban los anteriores presidentes a seder a la presión de EEUU si los convenios comerciales favorecen a la clase política que representan y que no buscan promover la inclusión social y económica sino, concentrar la riqueza.
Como no va a ser positivo hacer parte de este tipo de propuestas económicas. Se requiere de un ejecutivo y legislativo que piense más en la inclusión y la disminución de la pobreza, implementando programas de producción y empleo que desembocan en salarios que mueven la economía.