Según el último informe de UNODC, el consumo de cocaína parece estar aumentando en los dos principales mercados, a saber, América del Norte y Europa[1]. La prevalencia del consumo en la población en general y las pruebas realizadas en el entorno laboral indican que el consumo de esa sustancia aumenta en los Estados Unidos. De acuerdo con la DEA Colombia continúa actuando como la fuente mayoritaria de la cocaína incautada internamente. Según el Programa de Identificación de la Cocaína (CSP por sus siglas en inglés) en el 2015, aproximadamente el 90% de las muestras de cocaína tuvieron como origen Colombia, seguido de Perú con tan sólo un 7% y 2% con un origen desconocido[2].
En Europa se han detectado signos incipientes de aumento del consumo de cocaína al analizar las aguas residuales en algunas ciudades, mostrando que el consumo aumentó el 30%, como mínimo, durante el período 2011-2016. (UNODC informe síntesis 2017).
En el caso europeo los indicadores clave sobre disponibilidad de cocaína muestran una tendencia clara al crecimiento de la oferta en las calles de las ciudades y países consumidores. De un lado, la pureza experimenta un crecimiento importante del 104% (véase gráfica No.1)[3] y los precios experimentan una tendencia a la baja (con un precio promedio que oscila entre 78 € y 59 € gramo y como tendencia indexada ha oscilado de 100 en 2006 a 92 en 2015).
Gráfico No.1
Precio y pureza (tendencias indexadas) 2006-2015
Fuente: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías OEDT (2017), Informe Europeo sobre
Drogas 2017: Tendencias y novedades, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo.
En Europa, la cocaína está disponible de dos formas: la más común es el polvo de cocaína (en forma de sal) y la menos común es el crack, que se fuma (base libre). La cocaína se produce a partir de las hojas del arbusto de coca. Se obtiene casi exclusivamente en Bolivia, Colombia y Perú. Se transporta a Europa por diversas vías, como vuelos de pasajeros comerciales, flete aéreo, servicios postales, vuelos en aviones privados, yates y contenedores marítimos.
El valor mínimo del mercado minorista de cocaína en la UE se estima en 5 700 millones de Euros.
En total, en 2015 se notificaron en la UE cerca de 87 000 incautaciones. Bélgica, España, Francia, Italia y Portugal concentran el 78 % de las 69,4 toneladas que se incautaron (gráfico No.2). La situación se mantiene relativamente estable desde 2007, aunque tanto el número de incautaciones como la cantidad incautada aumentaron entre 2014 y 2015 (gráfico No.2). Aunque España (22 toneladas) continúa siendo el país en el que más cocaína se aprehende, en Bélgica (17 toneladas) y Francia (11 toneladas) se incautaron de grandes cantidades en 2015; en comparación con el año anterior, Alemania, Bélgica y Portugal notificaron aumentos importantes en las cantidades confiscadas.
Gráfico No. 2
Incautaciones en el mercado de cocaína en Europa 2002-2015
Fuente: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías OEDT (2017), Informe Europeo sobre Drogas 2017:Tendencias y novedades, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo.
Como se observó, en general, las tendencias indexadas indican un ligero aumento de la pureza de la cocaína en 2015, lo cual dice sobre su disponibilidad en los sitios de demanda. En Europa se incautaron en 2015 otros productos de coca, como 76 kg de hojas de coca y 377 kg de pasta de coca. Las incautaciones de pasta de coca indican que existen laboratorios ilegales que producen clorhidrato de cocaína en el viejo continente. Según el OEDT se trata de una novedad, puesto que, hasta la fecha, la mayor parte de los laboratorios de cocaína localizados en Europa eran instalaciones de extracción secundarias, destinadas a extraer la cocaína de materiales en los que se había integrado (como vino, ropa o plásticos).
Cómo aparece Colombia en el contexto del mercado transnacional de cocaína: algunas referencias.
El informe de UNODC 2017 citando un estudio sobre crimen organizado en Europa llama la atención sobre las estructuras que tienen orígenes nacionales y se mueven en rutas y mercados transnacionales que le apuntan al dominio los mercados de drogas en Europa, de acuerdo al tipo de sustancia. La información busca relevar la existencia de grupos para los cuales hay evidencia sobre el control de los mercados. Veamos:[4]
Cuadro No. 1
Grupos de criminalidad organizada con mayor involucramiento en mercados de drogas de acuerdo con sustancias
Fuente: Ernesto U Savona y Michele Riccardi, eds . From legal markets to legitimate businesses:the Portfolio Organized Crime, Final Report of Project OCP-Organized Crime Portfolio (Trento, Transcrime, Universitá degli Studi di Triento, 015.
En el caso que nos ocupa, la cocaína, la evidencia más fuerte sobre presencia de grupos de crimen organizado activos asociados al comercio sitúa a Colombia en primer lugar junto con otros partícipes de África, Albania, Italia (principalmente la ‘Ndrangheta) y España.
Relacionado con lo anterior, el país más frecuentemente mencionado como punto de partida de embarques de cocaína hacia Europa durante el período 2010-2015 es Brasil seguido de Colombia, Perú, Ecuador, República Dominicana, Argentina y Venezuela (UNODC World Drug Report 2017 Vol 3).
Los puntos principales de entrada de cocaína a Europa han sido por años, los de la península ibérica, así como también los puertos de Rotterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica). A su vez España y Holanda están identificadas como los dos países más importantes desde donde parte la distribución de cocaína hacia el resto de Europa durante el período 2010-2015, incrementando su papel como ejes de tráfico y distribución para toda la región. De hecho, España es el país más importante en cuanto a incautaciones durante las dos décadas anteriores, sumando un tercio del total de incautaciones en la región durante 2010-2015, seguido de Bélgica y Holanda.
Un documento conjunto de Europol y el Observatorio Europeo de Drogas de 2016 señala la creciente participación como brokers para el mercado de cocaína de estructuras criminales asentadas en Holanda, Reino Unido, Italia y España actuando en coordinación con grupos latinoamericanos que controlan los embarques desde diferentes puntos de Latinoamérica.[5]
Estos brokers juegan un papel como receptores del redireccionamiento de cantidades de cocaína que se distribuye desde Holanda y España, como en el caso de grupos de criminalidad organizada asentados en Reino Unido y que mantienen nexos fuertes con los distribuidores españoles. Se han detectado también embarques que conectan puntos de Centroamérica con Irlanda y luego con Reino Unido. No obstante, como se ha señalado el peso mayor está en los puertos de mayor ingreso ubicados en Holanda y España y los puntos de salida tienen un mayor peso en Suramérica.
De otro lado, reportes de interdicción de embarques hacia países africanos que a su vez los redireccionan hacia Europa indican que Brasil es el más frecuente punto de partida o tránsito en el contrabando de cocaína hacia ese continente (58%) en el mismo período 2010-2015 , seguido de Colombia (20%), Chile (10%) y Perú (8%).
Otras dinámicas del Mercado de cocaína Asia y África
Aunque comparativamente más reducidos, en general hay indicaciones de que los mercados de cocaína siguen aumentando en otros países distintos a Europa y EU, tal como sucede en varios países de Asia, Latinoamérica y en Australia, amén del flujo de cocaína usando la vía africana. Una posible prueba de esto fue una significativa incautación de cocaína (900 kg) practicada en Sri Lanka en 2016, y otra, de una remesa de 500 kg que probablemente iba de camino a Asia, efectuada en Djibouti (cuerno africano, puerto de entrada al mar Rojo por el Golfo de Adén)) en 2017. Esa fue la mayor incautación de cocaína registrada en África oriental desde 2004.
En general, en 2015 la cantidad de cocaína interceptada en Asia aumentó más del 40% en comparación con el año anterior, y se registraron aumentos en todas las subregiones. Los mayores porcentajes de incautación total de cocaína en Asia en el período 2010-2015 se registraron en Asia oriental y sudoriental (el 56%) y en el Cercano Oriente y el Oriente Medio (el 40%) (UNODC, 2017).
Entre los países latinoamericanos, Brasil fue el país más frecuentemente mencionado como punto de partida de embarques de cocaína hacia Asia en el período 2010-2015 (37%), seguido de Colombia (19%), Perú (10%), Bolivia (10%), México (8%) y Argentina (8%). La mayor parte de los embarque s hacia África se hicieron principalmente a través de Nigeria y Suráfrica, mientras ya puesto en Asia en tránsito hacia el oriente cercano y medio, se mencionan Emiratos Árabes, seguido de Jordania, Líbano y Siria. Así mismo en el Sur y Sureste de Asia los más frecuentemente reportados son Tailandia, Hong Kong, China e India. En los embarques hacia Asia los lugares de destino con un mayor número de reportes son Israel, Líbano, China e Indonesia.
Australia
En el caso de Australia, el análisis forense revela que en 2015 la mayor parte de la cocaína ofrecida en el mercado continúa originándose en Colombia. En efecto, el 49% de la cocaína incautada por la Policía federal de Australia fue reportada como de origen colombiano, mientras que un 40% lo fue de Perú mientras que la reportada por autoridades de la aduana presenta una relación de 69% a 21% respectivamente.
Los puntos de embarque y/o tránsito desde el hemisferio americano hacia Oceanía de acuerdo con información del período 2010/2015 en orden de importancia son: Estados Unidos, Canadá, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Argentina, Panamá y México. En Asia, fueron Hong Kong; otros puntos de China continental y Tailandia. En un reporte de 2014/15, las autoridades australianas reportaron como puntos clave de embarque teniendo en cuenta las cantidades de cocaína incautadas, Estados Unidos y luego Brasil; Hong Kong, China; Malaysia; Emiratos Árabes; Trinidad y Tobago; Francia; India; y Tailandia.
Como se observa, siendo mayoritariamente originaria de Colombia la cocaína que llega a territorio australiano, es muy versátil y amplio los puntos de embarque utilizados donde se combina norte y Suramérica más puntos del Caribe y diversos lugares de acceso en Asia, para redirigir los cargamentos a Australia como punto final.
La globalización del mercado
Uno de los problemas más recurrentes en el balance sobre participación de Colombia en el mercado mundial de la cocaína es la reducción de los análisis a lo que sucede en Estados Unidos. La narrativa más divulgada señala que los narcos colombianos han sido reemplazados por los grupos mexicanos que hoy en día monopolizan la distribución local en todo el territorio estadounidense. No obstante, el informe de UNODC reconoce una presencia importante directa de colombianos en la distribución de cocaína en la costa Este. La narrativa del “reemplazo” no aclara tampoco los términos de las transacciones entre organizaciones criminales de México y Colombia, teniendo en cuenta que según las cifras oficiales que hemos reseñado, la cocaína colombiana sigue representando el 90% de la consumida allí.
Esta narrativa es políticamente aprovechada por entidades colombianas encargadas de reprimir el tráfico (incautaciones, extradiciones, etc) para señalar que ese reemplazo de grupos colombiano por mexicanos obedece al éxito de las tareas de interdicción y en general la represión a los grupos asentados en Colombia.
En consecuencia, se dice, los narcos colombianos han quedado circunscritos a suministrar cocaína a los mexicanos y a buscar cómo salir de su producción promoviendo mercados en el interior de Colombia sobre todo en las principales ciudades.
La mirada general que hemos recogido del último informe de UNODC sobre mercados de cocaína y del Observatorio europeo de Drogas y Toxicomanías muestra una realidad distinta. La demanda de cocaína se ha diversificado y complejizado en cuanto a rutas o puntos de tránsito, amén de la gran diversificación de las estructuras que controlan el comercio global que es mucho más de los que representa el mercado de EU.
En tal sentido, y a modo de ejemplo, un observador de la FLACSO Ecuador echando mano de las cifras oficiales de UNODC intenta un balance en la distribución del mercado global de cocaína, sin embargo sus datos son parciales y se queda corto en relación con los nuevos mercados emergentes en Asia y Oceanía. No obstante, usando sus cifras diríamos entonces que la distribución global puede tener las siguientes características:[6]
Cuadro No.2
Distribución del mercado global de cocaína 2012
*Regiones complementadas
Si dejásemos a un lado la precisión porcentual del resto de regiones distintas a EU, diríamos que en las inferencias y consecuencias en materia de caracterización del mercado de cocaína, EU solo representa un 31% y por tanto es imposible tener claridad sobre lo que sucede frente a Colombia si no se reconoce la complejidad y magnitud del crecimiento del mercado global de cocaína.
La información suministrada por el último reporte de UNODC 2017 convoca justamente a pensar mucho más las dinámicas nuevas de esos mercados y llama la atención del rol proactivo de las estructuras criminales colombianas en el resto del mundo que combinan arreglos con brokers nacionales y estructuras que intermedian el redireccionamiento de la cocaína hacia otros sitios.
La información expuesta sugiere que Brasil se ha configurado como un punto de embarque que estaría atendiendo como mínimo una tercera parte del mercado mundial de cocaína, cumpliendo un papel importante en embarques directamente a Europa e indirectamente a través de África y directamente a Asia y Oceanía. En esa importancia le sigue Colombia. La circunstancia en que se ha puesto Brasil, genera movimientos en las estructuras del crimen organizado, nuevos arreglos entre redes ilegales de modo que se ha terminado modificando el mapa, los procedimientos y las prácticas requeridas para atender la geopolítica de la cocaína que se observa. En el caso de los grupos colombianos, estudios de centros de pensamiento sobre criminalidad en Latinoamérica, llaman la atención sobre las nuevas dinámicas que se ponen a tono con el contexto del movimiento de cocaína a nivel global . Una de ellas se relaciona con la producción ilegal de coca y su transformación en Bolivia para producir cocaína, teniendo en cuenta su conexión con Brasil. De acuerdo con Insight Crime:
“Hoy en día, el crimen organizado transnacional (COT) colombiano está produciendo cocaína de alta pureza en Bolivia y la está enviando a Brasil y Argentina, donde se vende una parte de la droga el resto es transportada hacia Europa o Asia. Los colombianos siguen siendo los pioneros en el tráfico internacional de drogas, y la lógica actual del negocio indica que el mercado de Estados Unidos ya no es tan rentable para ellos, pues ahora está dominado por los mexicanos, quienes ganan la porción más grande del tráfico de un kilo de cocaína. Lo anterior hace de Bolivia infinitamente más atractiva para el COT colombiano”.[7]
Estas circunstancias de cambio y mayor globalización de los mercados llevan a pensar en las conexiones de corredores y rutas que se han creado también en el interior de Colombia, para una salida expedita de los embarques exportables. El área cocalera y sus transformaciones en puntos equidistantes a Brasil muestran ese comportamiento.
Mapa No.1
Distribución regional según la permanencia del cultivo de coca, 2006-2015 y zona influencia 1er frente FARC
Fuentes: SIMCI “Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015”, Julio de 2016yMonsalve Gaviria,Ricardo “¿Qué se sabe de la disidencia del Frente Primero de las FARC?”, El Colombiano Abril 10 de 2017.
Tomando como referencia el mapa de permanencia de cultivos de coca 2016 del SIMCI (véase mapaNo.1), se puede observar la coincidencia que presenta el control que ejerce el Primer Frente de las FARC (grupo disidente del proceso de paz) sobre la zona del núcleo Meta-Guaviare con 10.500 hectáreas para 2015 y que guarda influencia sobre departamentos como Vaupés, Guainía, Vichada y Amazonas, los que a su vez mantienen una cercanía sobre la frontera con Brasil.
Puede inferirse que de acuerdo con lo consignado para el contexto de la cocaína, la zona mencionada tendría un potencial económico importante y una eventual ampliación sobre el conjunto de departamentos limítrofes con Brasil. El propósito allí es suministrar suficiente cocaína para atender el influjo de los puertos de salida internacional de Brasil, al lado del papel que juega la producción boliviana, influenciada hoy por grupos colombianos, con intereses en esa ruta transnacional hacia diferentes mercados.
Algunas conclusiones
La narrativa que reduce el tema del narcotráfico colombiano al contexto del mercado de EU en donde se ha venido elaborando una imagen asociada a una relación casi de subordinación a través del suministro de materia prima o cocaína a grupos mexicanos, es simplificadora y errática. Como se ha observado, el mercado mundial de la cocaína es mucho más que EU y tiene una gran complejidad en su reconfiguración en términos de rutas, redireccionamientos, seguridad y arreglos entre grupos organizados. El carácter problemático de esa narrativa, se deriva de las consecuencias políticas importantes que acarrea, una de las cuales es el encubrimiento del papel proactivo y la fortaleza que muestra el crimen organizado dedicado al contrabando de cocaína.
Esta narrativa sirve a un discurso afirmativo de la guerra contra las drogas, ya que se mete al narcotráfico en la falsa idea de un repliegue en razón a una sumatoria de circunstancias relacionadas supuestamente con la aplicación de la ley. En realidad este diagnóstico ratifica que las políticas rara vez se formulan con base en la verdad, en los hechos, en observaciones racionales o en hechos empíricos. Como lo señala Raphael Perl citado por Peter Lupsha, la verdad en la política antidrogas obedece a una definición construida. (Lupsha, 1997: 66). Es decir, de un lado la verdad en la política antidrogas se construye con base en su propia métrica de veridicción y de otro, los mismos indicadores de éxito ya tienen un sesgo dirigido a validar la estrategia.
Las estrategias que desarrollan el paradigma de la prohibición de las drogas hacen parte de un mundo ya interpretado. ¿Qué significa esto? Quiere decir que nunca se nos dan hechos, así sin más, sino hechos interpretados, hechos valorados. Por tanto, los hechos del mundo son hechos que son siempre juzgados y situados en una escala axiológica, hechos que se contemplan, se crean, se construyen y se elaboran, desde una perspectiva determinada (Mèlich, Joan-Carles,2014). Simultáneamente ese discurso tiende a negar las especificidades, lo singular, las diferencias y los entrelazamientos complejos del fenómeno de las drogas. Desde el punto de vista de las decisiones, ofrece la seguridad que sus acciones son correctas y de este modo posee y divulga una conciencia tranquila.
La desaparición construida del narcotráfico transnacional colombiano o su reducción fantasiosa como suministradores de sustancias para un mercado doméstico en las principales ciudades, ha llevado a tal punto que la misma Fiscalía General de la Nación el órgano judicial competente en Colombia para liderar las investigaciones sobre el tema prácticamente carezca de unidades de investigación transnacional a la vez que reducen el problema a una “amenaza” para los centros urbanos de este país. En uno de los pocos pronunciamientos sobre el tema el Fiscal Néstor H. Martínez señaló que:
“…el panorama se hace más desalentador cuando se advierte que los mercados de exportación tradicionales para la droga colombiana han disminuido o, cuando menos, han estabilizado sus tasas per capita de consumo. Porque en estos términos, la ecuación se hace cada vez más perversa: aumenta la producción nacional de sustancias psicoactivas, se consume menos en el exterior (sic) y en consecuencia aumentan los inventarios de marihuana y de coca que quedan para el consumo doméstico. Y ahí está el problema”.[8]
Ese tipo de diagnósticos – en contravía de lo que sucede hoy con el crecimiento del consumo mundial de cocaína – conlleva consecuencias en cuanto a las acciones de investigación y ejecución de la política, hoy reducidas a un ámbito doméstico a tono con las miradas simplistas por parte de quienes han observado sólo a Colombia desde la perspectiva del mercado de drogas de EU.
Agregado a la pérdida de corporeidad del crimen organizado transnacional colombiano, suele asociase la presencia del narcotráfico a la existencia de cultivos de uso ilícito y en consecuencia se alientan las cruzadas de erradicación forzosa (que incluyen reclamos de retorno de las fumigaciones aéreas como lo hace la actual Fiscalía General de la Nación) o la medición del éxito de la política incluyendo la sustitución de cultivos a la reducción de áreas de hoja de coca. Mientras tanto el narcotráfico como hemos visto, exhibe una fortaleza que se deriva de su capacidad de integración a las nuevas tendencias de los mercados internacionales.
En síntesis, Colombia carece de una política criminal integral contra el narcotráfico capaz de dar cuenta de las nuevas tendencias globales, de la capacidad de incidencia sobre la institucionalidad para favorecer sus intereses privados, del uso de la infraestructura del comercio legal para garantizar sus exportaciones, el lavado de activos, pero también una política que dé cuenta del uso adecuado de los ingentes recursos incautados.[9]
El tema trasciende políticamente en la perspectiva de construcción de paz en Colombia, teniendo en cuenta que el narcotráfico ha sido el principal financiador de la guerra interna tanto para beneficio de grupos paramilitares como las guerrillas. De nuevo en este punto, los esfuerzos gubernamentales se concentran en la reducción a los cultivos de uso ilícito buscando su disminución como la quintaesencia del problema mientras, como se ha visto, grupos organizados criminales exhiben una gran fortaleza y capacidad de sostener la demanda de materia prima para procesar cocaína hacia mercados internacionales.[10]
El reto del control territorial de zonas con trayectoria de economías y órdenes ilegales por parte del Estado sigue siendo deficitario. Como parte de los acuerdos de paz y que acordó el abandono de las FARC de zonas productoras, de transformación y acopio de drogas, llevó a su concentración en zonas veredales ocasionando el copamiento de aquellas por parte de estructuras de seguridad del narcotráfico y oportunistas de la continuidad de la ilegalidad. De cara al panorama presentado, el nuevo contexto armoniza con la vigencia de un mercado internacional de cocaína en auge y promisorio en sus perspectivas de demanda y movilidad de rutas y redireccionamientos de gran cobertura global.
Este hecho contrasta con la ausencia de una política criminal frente al narcotráfico de modo que pueda dar cuenta de las ventajas competitivas que aún exhiben los grupos organizados del narcotráfico transnacional colombiano. De otro lado, si la actual política frente a los cultivos de uso ilícito fracasa o se privilegian acciones de fuerza para reducir áreas en el corto plazo, la estructura de mercado transnacional ofrece condiciones óptimas para volver a vincular economías campesinas en crisis o que resulten frustradas de los intentos del programa de sustitución de cultivos.
En tal sentido ese panorama favorece la vigencia de las estructuras guerrilleras renuentes al proceso de paz y que se sitúan favorablemente en la geopolítica de la coca/cocaína como en el caso del Frente 1º de las FARC ubicado en el núcleo Guaviare-Meta con incidencia en los departamentos con frontera con Brasil. Situación que prolonga factores de inestabilidad a la construcción de paz a nivel local y regional.
Si la paz se entiende como construcción de Estado en zonas por fuera de su influencia, los caracterizados escenarios de ilegalidad y corrupción del nivel nacional más las dinámicas locales territoriales en el mismo sentido, acarrean costos políticos sobre la legitimidad institucional y se observan en la ausencia de una delimitación entre prácticas legales e ilegales que emana de altos responsables de la institucionalidad misma del Estado colombiano.
Ideas como el cierre de la frontera agrícola, la promoción de una inserción en lo legal con oportunidades para comunidades social y económicamente excluidas, entre otras alternativas al fin del conflicto, no obedecen a acciones voluntaristas sino a procesos de construcción territorial de paz que deben fundarse en la vigencia de una cultura democrática que entiende y acepta la vigencia de la ley y un orden institucional. Mientras esto no sea posible, ahí está la vigencia de la informalidad y/o la ilegalidad como opción de subsistencia. De este modo se afianza la permanencia del productor local en un umbral que da vigencia a soluciones pragmáticas para sortear sus ingresos para la subsistencia, dado que la institucionalidad vigente no logra entender y procurar su integración al orden legal. La continuidad de una política antidrogas basada en la criminalización y uso de la fuerza estimula este escenario.
Ricardo Vargas M: Investigador independiente Asociado al Transnational Institute TNI.
NOTAS
[1] UNODC World Drug Report 2017.
[2] US Department of Justice, Drug Enforcement Administration DEA, 2016 National Drug Threat Assessment, Nov 2016.
[3] Precio y pureza valores medios nacionales (mínimo, máximo y rango intercuartílico)
[4] Citado por UNODC World Drug Report 2017, “THE DRUG PROBLEM AND ORGANIZED CRIME, ILLICIT FINANCIAL FLOWS, CORRUPTION AND TERRORISM”, Vol.5, 2017
[5] European Monitoring Centre for Drugs and Drugs addiction European Drug Markets Report, In-depth Analysis 2016 EMCDDA–Europol Joint publications, Publications Office of the European Union, Luxembourg.
[6] Pontón Daniel, “La economía del narcotráfico y su dinámica en América Latina ” FLACSO Ecuador 2013.
[7] McDermott, Jeremy “Bolivia: el nuevo epicentro del narcotráfico en Suramérica ”, Insight Crime, 16 Octubre 2014
[8] Palabras del Fiscal general de la Nación, doctor Néstor Humberto Martínez Neira, en el acto de instalación de foro sobre “narcomenudeo en Colombia” del Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, 9 de noviembre de 2016.
[9] Es una gran paradoja que mientras la Fiscalía General de la Nación reclama con vehemencia las fumigaciones aéreas de cultivos de coca, de otro lado, haya sido incapaz de entregar un diagnóstico claro y fundamentado para judicializar congresistas involucrados en el saqueo de recursos incautados al narcotráfico por un valor cercano a un mil millones de dólares (US 1000 millones). Más dramático aún, que un abogado defensor de algunos de esos parlamentarios involucrados en el saqueo haya sido designado como Fiscal Anticorrupción, situación que se supo luego que organismos de inteligencia de EU comprobaran que ese fiscal extorsionaba a investigados para dilatar los procesos.
[10] El imaginario que se ha construido de narcotráfico como sinónimo de cultivos de uso ilícito es de tal dimensión, que el Ministro de Defensa ofreció su renuncia si en el 2017 no se logra una disminución de al menos 50.000 hectáreas de hoja de coca. Véase: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/mindefensa -renunciaria-si-no-se-logra-reduccion-de-cultivos-ilicitos-este-ano/20170710/nota/3515688.aspx
REFERENCIAS
-European Monitoring Centre for Drugs and Drugs addiction European Drug Markets Report, In-depth Analysis 2016 EMCDDA–Europol Joint publications, Publications Office of the European Union, Luxembourg.
-Lupsha, Peter, “La guerra contra las drogas ha terminado: viva la lucha contra el crimen organizado transnacional” en Thoumi, F. y Alexandra Guáqueta, “El rompecabezas de las drogas ilegales en Estados Unidos”, Universidad de los Andes, 1997, Bogotá.
-McDermott, Jeremy “Bolivia: el nuevo epicentro del narcotráfico en Suramérica”, Insight Crime, 16 Octubre 2014. -Martínez Neira, Néstor H. Palabras en el acto de instalación de foro sobre “narcomenudeo en Colombia” del Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, 9 de noviembre de 2016.
-Mèlich, Joan-Carles, “La lógica de la crueldad”, Herder, 2014, Barcelona .
-Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías OEDT (2017), Informe Europeo sobre Drogas 2017: Tendencias y novedades, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo.
-Pontón Daniel, “La economía del narcotráfico y su dinámica en América Latina” FLACSO Ecuador 2013. -SIMCI “Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2015”, Julio de 2016
-UNODC World Drug Report 2017.
-UNODC World Drug Report 2017, “THE DRUG PROBLEM AND ORGANIZED CRIME, ILLICIT FINANCIAL FLOWS, CORRUPTION AND TERRORISM”, Vol.5, 2017.
-UNODC World Drug Report 2017 “Market Analysis of Plant Based-Drugs Opiates, cocaine, cannabis”.Vol.3 2017. -US Department of Justice, Drug Enforcement Administration DEA, 2016 National Drug Threat Assessment, Nov 2016.
Prensa
-http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/mindefensa -renunciaria-si-no-se-logra-reduccion-de-cultivos-ilicitos-este-ano/20170710/nota/3515688.aspx
-Monsalve Gaviria, Ricardo “¿Qué se sabe de la disidencia del Frente Primero de las FARC?”, El Colombiano Abril 10 de 2017.