Hay que reconocer que el Gobierno Petro desde su posesión le abrió la posibilidad de nuevo a esa insurgencia de retomar las conversaciones, que todos los gobiernos anteriores le habían abierto (Gaviria, Samper Pastrana, Uribe, Santos), con excepción del Gobierno de Iván Duque y eso fue importante. Pero de ahí a creer que la mayoría del ELN estaba convencido que la llegada del Gobierno Petro era la antesala o el inicio de una especie de ‘revolución’ como ellos seguramente la sueñan, creo que era y es equivocado. A partir de allí creo que se derivó la ‘creencia’ que la desmovilización del ELN era algo de cortísimo plazo –se pensaba por algunos en meses.
Incluso, yo no he estado nunca tan seguro que la idea de forzar un cese del fuego era lo adecuado; sigo pensando que quizá era más pertinente seguir con la metodología de ‘negociar en medio de la confrontación’, pero acompañado de una estrategia ofensiva real de la Fuerza Pública, que incluso es una alternativa, como la planteó el consejero comisionado de paz, si esta insurgencia retoma la realización de secuestros –que sin duda sería una decisión lamentable-, pero que permitiría continuar con las conversaciones.
Ahora bien, en relación con el caso del grupo denominado ‘Comuneros del Sur’, una vez que el Comando Central (COCE) ha dicho que ese grupo ya no forma parte del ELN y ellos mismos han expresado que no reconocen ni la autoridad del COCE, ni de la Dirección Nacional, queda claro que se trata de un grupo u organización que no es parte del ELN y que por consiguiente el Gobierno está en libertad de iniciar o continuar un proceso de conversaciones y definir si le reconoce o no su naturaleza política, estando claro que no es ya parte del ELN –suponiendo que en algún momento seguramente si lo fue-. Con lo cual queda claro que hay una sola Mesa de Conversaciones entre el Gobierno y el ELN. Esto resuelve una de las causas que había sido invocada por la Delegación del ELN para la situación de crisis –de congelamiento, la llamaron- en que entraba la Mesa de Conversaciones.
Queda una discusión abierta, pero que no es de nuestro interés por el momento y es si se trata, como dicen los dirigentes del ELN de un grupo promovido en su actuar por funcionarios del Estado, especialmente de inteligencia militar, o, de un antiguo grupo regional del ELN, que se cansó, por la razón que sea, de mantenerse en condición de alzado en armas y quiere un proceso de desmovilización con el actual gobierno, aprovechando la política de ‘paz territorial’. Esto debería ser de interés es de la dirección del ELN, porque si se tratara de esta segunda situación, deberían preguntarse con realismo, en que otros Frentes o grupos regionales puede estarse dando o incubando una situación similar y que respuestas ellos deberían darles.
Está pendiente la realización en los próximos meses del VI Congreso del ELN, según ellos mismos lo anunciaron; considerando que esta es la máxima instancia de dirección y orientación de esta insurgencia. Al respecto, es posible que algunos igualmente le hayan colocado demasiada expectativa al mismo; creo que hay que mirarlo con realismo y considerar que no son previsibles grandes cambios en la orientación política de esta insurgencia, por ejemplo, en lo relacionado con el tema de las armas –la , posibilidad de su dejación como resultado de un proceso de conversaciones, cosa poco probable que se decida ahora-, o incrementar el mandato a la Delegación de Paz para pasar de una situación de Diálogos y Conversaciones a la de una Negociación, mandato que igualmente tampoco creo que se vaya a modificar radicalmente, puede que algo se flexibilice, pero no mucho más. Finalmente en cuanto a sus instancias de dirección y mando, creo que en lo fundamental se van a ratificar, tanto la Dirección Nacional, como el Comando Central, puede que con algún cambio marginal, pero no mucho más.
Lo que parece haber hecho carrera en algunos funcionarios del gobierno y estudiosos del ELN, que se podría cambiar a Antonio García como primer responsable, a quién atribuyen una posición radical, contraria a las negociaciones, creo que eso no tiene ningún sentido; algo similar se decía de Nicolás Rodríguez Bautista ‘Gabino’ responsable militar, en época del cura Manuel Pérez como primer responsable y ahora se dice que Gabino es un dirigente flexible. No, yo creo que las posiciones de esos dirigentes dependen del rol que cada uno de ellos juega al interior de esas estructuras de mando. Algo similar pasa con otros dirigentes de las máximas instancias de esta insurgencia.
Queda otro tema muy difícil de encontrarle soluciones, pero eso será de otro momento, si es que las conversaciones se mantienen avanzando, y es el tema de la justicia; todo indica que el sometimiento a un sistema de justicia transicional va a ser muy difícil, especialmente con las experiencias vividas por los dirigentes y mandos de las FARC.
Creo que es importante que se conozca lo acordado sobre cómo va a participar la sociedad colombiana –procedimientos, mecanismos, formas- y cuándo se va a empezar a desarrollar esa participación decisoria de la sociedad en el marco de dicho proceso –en el punto siguiente de ‘transformaciones para la paz”?-. Porque obviamente no se iba a hacer todo un ejercicio simplemente para diseñar un sistema de participación de la sociedad, sino para ponerlo en práctica en el desarrollo de los puntos dos y tres de la agenda.
Esperemos a ver, con un gran polo a tierra, cómo se resuelve la actual crisis y cómo continua funcionando la Mesa de Conversaciones, para poder valorar las posibilidades de avance en lo que resta del actual Gobierno.
Alejo Vargas Velásquez, Profesor Titular Universidad Nacional, Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz
Foto tomada de: Radio Nacional de Colombia
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