La recién finalizada conferencia de la ONU sobre cambio climático en Dubái, Emiratos Árabes Unidos (COP28), es quizá uno de los ejemplos más perversos de discursos grandilocuentes que parecen dirigidos a atender el problema que las reúne –en este caso la crisis climática–, pero en realidad afirman lo opuesto. Nombran que se debería hacer una transición para dejar los combustibles fósiles, pero en lugar de una decisión que comprometa a los países más contaminantes a reducir sus emisiones, se hace un llamado general a una transición ordenada
y a la neutralidad
climática, es decir, no a reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino a llegar al llamado cero neto
en 2050, que significa de facto seguir aumentándolas con medidas que supuestamente las compensarían. Ahí está uno de los mayores peligros: la falacia de que tal compensación es posible, lo cual no es verdad. Para peor, en esta COP se pide, además, acelerar y apoyar con fondos públicos el despliegue de fuentes de energía y tecnologías fallidas o no probadas, todas de alto riesgo, como la energía nuclear, los combustibles con hidrógeno, la captura y almacenamiento de carbono y otras formas de geoingeniería.
Se incluye al gas como combustible de transición
para dejar el petróleo, cuando es igualmente un combustible fósil causante del calentamiento global. Se nombra la necesidad de ir hacia la eliminación de los subisidios ineficientes
a los combustibles fósiles, un adjetivo que da para cualquier interpretación y para seguir manteniendo el colosal subsidio público al petróleo, que a nivel global llegó a más de 7 billones de dólares anuales el año pasado (http://tinyurl.com/4hshy5tw).
Pese a ser la 28ª Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, es la primera vez que se incluyen en las decisiones las palabras combustibles fósiles
. Un hecho absurdo, porque la crisis climática se trata de eso: calentamiento global por la emisión de GEI debidos a la expansión de modelos de producción y consumo masivos basados en combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón. Crisis que ha beneficiado a algunos pocos países del Norte global y un centenar de empresas contaminantes en desmedro del resto del mundo. ¿Por qué ahora sí se nombra? Se puede pensar que por los daños que ha provocado ya es un hecho inocultable. Una respuesta más acertada es que las decisiones tomadas no cuestionan que se siga con el mismo modelo e incluso se aumente la explotación de combustibles fósiles mientras se compensen
las emisiones, legitimando así fuentes de lucro adicional para los mismos contaminadores.
La tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) es un claro ejemplo de esto y fue un tema central en la COP28. Es una tecnología inventada por la industria petrolera para acceder a reservas profundas de petróleo, inyectando dióxido de carbono concentrado a presión para empujar el crudo a la superficie. Se le llamó originalmente recuperación mejorada de petróleo
(EOR o Enhanced Oil Recovery). (https://tinyurl.com/3fe35wny).
La industria no la desarrolló a gran escala por sus altos costos y demanda energética. También han tenido diversos problemas, como pérdidas del gas, que concentrado es tóxico. Rebautizada ahora como tecnología climática y vendida como captura y almacenamiento de carbono
, va por subisidios públicos y créditos de carbono, lo cual les financiaría las inversiones y les permitirá extraer más petróleo. De las instalaciones de CCS que existen, las tres cuartas partes son para EOR, es decir, para extraer más petróleo. Hay numerosos estudios que denuncian sus fallas e inviabilidad energética, climática y económica. Un estudio reciente de la organización Climate Analytics muestra que confiar en CCS para salir
del petróleo, podría emitir más de 86 mil millones de toneladas de dióxido de carbono adicionales hasta 2050 (https://tinyurl.com/2tzchk4s).
Un reporte de CIEL documentó que en la COP28 participaron 475 cabilderos de la industria especializados en captura y almacenamiento de carbono (https://tinyurl.com/46k9u9ca).
Cada vez que en los textos de la COP28 se nombra dejar los combustibles fósiles, se agrega el adjetivo “ unabated”, es decir combustibles que no han sido abatidos o reducidos
, refiriéndose a CCS y otras técnicas de geoingeniería como captura directa de aire y bioenergía con CCS.
Muchos estudios, y sobre todo la realidad, muestran que basarse en estas tecnologías aumentará las emisiones GEI y agregará nuevos riesgos. Le llaman transición
para dejar el petróleo, cuando en realidad va a empeorar la crisis climática, pero es un gran negocio para los contaminadores.
No obstante el número de cabilderos, no lograron avanzar en los nuevos mercados de carbono, especialmente a través del artículo 6 del Acuerdo de París. Continuaron las protestas desde la sociedad civil y nuevamente las negociaciones debieron ser pospuestas.
Mientras tanto, las protestas contra el genocidio en Palestina se repitieron durante toda la conferencia, dentro y fuera de salas de negociación. Además de un crimen de lesa humanidad, es también una fuente enorme de emisiones de GEI al igual que la guerra en Ucrania y todas las guerras.
Silvia Ribeiro, Investigadora del Grupo ETC
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