La concentración popular rodeando a las tropas que asediaban la Asamblea Nacional, ha obligado a Yoon a retirar el decreto presidencial y a la dimisión del Ministro de Defensa Kim Yong-hyun. La dimisión de Kim intenta crear una barrera protectora para Yoon. Pero la prensa, incluida la conservadora, y la administración Biden han condenado la proclamación de la ley marcial, aislando a Yoon dentro y fuera de Corea del Sur. La movilización en defensa de la Asamblea Nacional se ha convertido en una movilización popular por la democracia, que supera las bases del Partido Democrático. Los sindicatos del KCTU han llamado a la movilización y la dimisión de Yoon (ver su manifiesto).
Yoon, su esposa y miembros de su partido PPP se enfrentan a procesos por corrupción si dimite. Pero también hay causas abiertas contra importantes miembros del Partido Democrático. Si el movimiento popular por la democracia se extiende en las próximas semanas y fuerzas la dimisión de Yoon, que está a mitad de su mandato de cinco años, obligaría a la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales. Se presentaría una oportunidad para la izquierda de volver a tener una presencia parlamentaria significativa, si es capaz de agruparse con el apoyo de los sindicatos del KCTU, como ocurrió en 2004. SP
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El autogolpe del presidente Yoon Suk-yeol fracasó en 153 minutos. Aunque la situación sigue siendo volátil, la población está a salvo de la amenaza de la confrontación militar o de la represión.
¿Qué pasó?
A las 10:29 pm del 3 de diciembre, Yoon declaró la ley marcial, formó una junta militar y envió tropas de las fuerzas especiales armadas a ocupar el parlamento y arrestar a políticos clave.
Pero el intento de golpe de estado fracasó.
Mientras los funcionarios del parlamento y los miembros de los partidos de la oposición luchaban contra los soldados que quefrían imponer el golpe de estado en el parlamento, los activistas y sindicalistas se concrentraron fuera.
A la 1:02 am del 4 de diciembre, 190 diputados, incluida toda la oposición y algunos diputados del gobierno, lograron convocar una sesión plenaria de emergencia y votar por unanimidad la derogación de la ley marcial.
Unas horas más tarde, Yoon aceptó la derrota y dijo que respetaría la decisión del parlamento. Pero la cuestión de si Yoon debe renunciar o ser destituido sigue abierta.
Todavia un misterio
¿Por qué Yoon intentó un autogolpe? El presidente declaró que su intención era eliminar un “cáncer”, es decir, unas fuerzas antigubernamentales supuestamente pro-norcoreanas. Pero esta es una excusa ridícula.
Lo que sabemos es que la mayoría de las personalidades militares y civiles clave involucradas en el intento de golpe de estado eran colegas de Yoon en la escuela secundaria. Además, el número de soldados involucrados fue muy pequeño, menos de 280.
El decreto de ley marcial, mal escrito, reveló lo poco meditado que estaba el plan de los conspiradores.
Los secretarios y ministros de Yoon renunciaron rápidamente, al igual que su ministro de defensa que, habiendo participado en el complot golpista, trató de atribuirse la responsabilidad de haberlo derrotarlo.
También sabemos que Yoon y su esposa, Kim Keon-hee, han exhibido previamente un comportamiento extraño. En muchos sentidos, su matrimonio se asemeja a una serie de televisión de comedia negra y chismes.
Durante la mayor parte de su vida, Kim ha sido una figura surrealista, habiendo estado involucrada en varias estafas financieras, muchas orquestadas por su madre, ella misma una estafadora a gran escala detrás de la escena.
Tal vez la responsabilidad de la trama golpista recae completamente en la pareja de Yoon. La realidad es que pocos coreanos entienden a ninguno de ellos.
Es más, Yoon es un comunicador muy pobre. A principios de noviembre, el presidente pronunció un discurso a la nación en el que se suponía que debía disculparse por la participación de su esposa en varios escándalos. Su discurso fue tan vago que nadie entendía por qué se estaba disculpando.
Se necesitará más tiempo para averiguar los verdaderos motivos detrás del golpe. Sin duda, se conocerá más información durante el juicio y el castigo de los conspiradores golpistas.
División dentro del partido gobernante
Como el presidente aparentemente se niega a dimitir, los partidos de la oposición están buscando como destituirlo.
En 2018, los surcoreanos obligaron al parlamento a destituir al entonces presidente Park Geun-hye después de 134 días de protestas consecutivas a la luz de las velas que en conjunto movilizaron a más de 15 millones de personas. Park pertenecia a un partido que más tarde ayudaría a la constitución del actual Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon en 2020.
El conservador PPP, en el gobierno, se enfrenta a una profunda crisis. Sufrió una gran derrota en las elecciones generales de abril de este año, perdiendo la mayoría en el parlamento.
A pesar de que Yoon escogió a su amigo Han Dong-hoon para liderar el partido, el PPP está hoy dividido entre los partidarios de Yoon y Han.
El intento de golpe de estado de Yoon conmocionó a los líderes del partido, empujando a Han y a otros 18 diputados del gobierno a unirse a la oposición en la derogación de la ley marcial.
Al principio, también parecía que apoyarían el juicio político. Pero después de mucho debate, la facción de Han no logró persuadir a los partidarios de Yoon para que apoyaran la destitución del presidente.
Si bien no había forma de que la facción pro-Yoon pudiera justificar el golpe, el juicio político y la destitución era ir demasiado lejos. Para muchos diputados del PPP la destitución de un segundo presidente significaría la muerte política del partido.
La decisión del partido gobernante colocó al Partido Demócrata, lider de la oposición, en una situación delicada, ya que requerían los votos de al menos algunos diputados del PPP para obtener la mayoría de dos tercios requerida para el juicio político.
Pero con la opinión pública en contra del fracasado líder golpista, el PPP puede pagar pronto un precio político muy alto por su continuo apoyo a Yoon.
Según una encuesta del 4 de diciembre con 504 encuestados, el 73,6 % apoya el juicio político, y solo el 24 % se oponía.
Cuando se les preguntó si Yoon había cometido un delito de traición al declarar la ley marcial, el 68,5% respondió que sí; solo el 24,9 % dijo que no.
La verdadera batalla está en las calles
Dado que la destitución mediante un juicio político parece estar bloqueada, ahora depende de la gente intervenir cunado los políticos han fallado.
El autogolpe terminó con bastante rapidez y la movilización popular en su contra fue bastante limitada. Las protestas se celebraron dentro y fuera del parlamento, así como en la plaza Gwanghwamun, un lugar simbólico de protesta durante las concentraciones a la luz de las velas de 2018.
Se planea una gran protesta para exigir la renuncia de Yoon en Seúl este fin de semana.
El PPP sin duda se convertirá en objetivo de la indignación de la gente si decide seguir apoyando a Yoon. Los conservadores en el gobierno se enfrentan a la opción existencial de descartar a Yoon o quemarse con él como fuerza política.
Cualquiera que sea su intención, Yoon no ha sido capaz de comprender la profunda naturaleza de la resistencia popular de décadas a las dictaduras militares y civiles. Los surcoreanos se niegan a aceptar la visión de tanques y tropas ocupando el corazón de Seúl.
El fallido golpe de Yoon ha demostrado que Corea del Sur todavía tiene un camino que recorrer hasta lograr una auténtica democracia, y que conseguirlo requerirá más revoluciones democráticas.
Won Youngsu https://links.org.au/south-korea-after-president-yoons-failed-self-coup
Contra la dictadura antidemocrática de Yoon Suk-yeol: el pueblo no perdonará esta ley marcial antidemocrática
Declaración de la Confederación Sindical de Corea (KCTU) sobre la imposición de la ley marcial de Yoon Suk-yeol en Corea del Sur
Martes 3 de diciembre de 2024
Lo inimaginable ha sucedido. La ley marcial ha sido declarada por primera vez en 44 años. El 3 de diciembre, Yoon Suk-yeol anunció la declaración de estado de emergencia desde la Oficina Presidencial en Yongsan a altas horas de la noche y declaró la ley marcial. La razón declarada para proclamar la ley marcial es “erradicar las fuerzas pro-coreanonas y mantener el orden constitucional”, pero todos los ciudadanos, excepto Yoon Suk-yeol, entienden el verdadero significado de esta declaración de la ley marcial. Yoon Suk-yeol ha elegido el método irracional y antidemocrático de la ley marcial para extender su vida política, cuando ha llegado a su fin.
La ley marcial fue la herramienta elegida por las dictaduras militares de Park Chung-hee y Chun Doo-hwan para destruir la democracia y los derechos humanos con el fin de extender su poder. Es una medida que no se ha tomado en 44 años, desde que nuestra sociedad logró al menos un sistema democrático formal. Al final, ante una crisis de su propio poder, Yoon Suk-yeol esencialmente ha impuesto su dictadura a través de una ldey marcial irracional y antidemocrática.
La gente no lo perdonará. Recuerdan el destino de los regímenes que declararon la ley marcial. Los ciudadanos recuerdan claramente el fin de los regímenes que les engañaron y dañaron la democracia. La gente nunca perdonó a los regímenes que reprimían a los ciudadanos y violaban la democracia.
El régimen de Yoon Suk-yeol ha declarado su propio fin. La declaración de la ley marcial es efectivamente una declaración del fin del régimen de Yoon. Todos los ciudadanos y el pueblo de nuestro país, incluida la Confederación Sindical de Corea-KCTU, declararán el fin de Yoon Suk-yeol por esta ley marcial. Ha llegado el final de Yoon Suk-yeol.
Confederación Sindical de Corea (KCTU)
El sindicato KCTU ha convocado una huelga general indefinida en toda Corea del Sur el 4 de diciembre; otras huelgas han sido convocadas por otros sindicatos. Son probables paros en los transporte y el comercio
Crisis24
Los trabajadores representados por la Confederación Sindical de Corea (KCTU) iniciaron una huelga laboral indefinida a nivel nacional el 4 de diciembre. Los líderes sindicales afirman que la organización continuará su paro laboral hasta que el presidente Yoon Suk Yeul dimita. Los trabajadores en huelga también han organizado una protesta en la plaza Gwanghwamun en Seúl a partir de las 09:00 del 4 de diciembre como parte de su movilización. El evento probablemente atraerá a grandes multitudes.
La nueva convocatoria de la KCTU coincide con una serie de huelgas ya planificadas por otras organizaciones. Varios sindicatos, particularmente en los sectores del transporte, la educación y los servicios públicos, lanzaron huelgas laborales coordinadas en toda Corea del Sur el 2 de diciembre. Cargo Truckers Solidarity, una filial de la KCTU, está llevando a cabo una huelga de tres días del 2 al 4 de diciembre. Además, los empleados de Korea Railroad (KORAIL) representados por el Sindicato de Trabajadores Ferroviarios de Corea (KRWU) organizarán un paro indefinido a partir del 5 de diciembre, con los trabajadores empleados por Seoul Metro parando a partir del 6 de diciembre. Ciertos empleados sindicalizados del servicio público, incluidos los del Servicio Nacional de Pensiones y Korea Gas en la capital surcoreana, también participarán en la huelga, al igual que los trabajadores de educación afiliados a la KCTU. El propósito de estas acciones laborales era inicialmente exigir mejores condiciones de trabajo y condenar la supuesta discriminación en los lugares de trabajo, entre otras cosas.
Es probable que haya aumentado la demanda de modos de transporte alternativos. Los organizadores pueden suspender o cancelar la acción laboral con poca antelación si perciben que las autoridades puedan ceder a algunas de sus demandas.
Son posibles protestas adicionales en todo el país. Los posibles sitios de concentración incluyen el edificio del Ministerio de Tierras, Infraestructura y Transporte y las instalaciones del Metro de Seúl, así como otros edificios gubernamentales, plazas públicas y vías. Es probable que las autoridades supervisen cualquier manifestación que se materialice e intente dispersar a multitudes demasiado rebeldes. No se pueden descartar escaramuzas menores aisladas entre los participantes de la huelga y la policía.
https://crisis24.garda.com/alerts/2024/12/south-korea-kctu-launches-inde…
Los manifestantes surcoreanos frustraron algo más que un intento de golpe de Estado
John Carl Baker
En agosto de 2023, el presidente norteamericano, Joe Biden, recibió al presidente surcoreano Yoon Suk Yeol y al primer ministro japonés Kishida Fumio en Camp David, donde los tres celebraron sus «valores democráticos compartidos». Esta semana -menos de 18 meses después- Yoon intentó hacerse con el poder dictatorial en un golpe de Estado.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué ha ocurrido? Los acontecimientos se suceden con rapidez, pero la crisis comenzó cuando Yoon anunció el martes por la noche que aplicaba la ley marcial de emergencia, alegando la paralización de la Asamblea Nacional y el peligro subversivo que representaba la oposición. Mientras se desplazaban los tanques por Seúl y volaban en círculos los helicópteros, Yoon envió tropas a la Asamblea para que detuvieran a los legisladores. La policía intentó impedir la entrada de los demás, ya que la oposición tiene una mayoría considerable y podría anular su declaración con una votación. El pueblo surcoreano -que tiene experiencia en derrotar dictadores, potenciales o de otro género- entró en acción, concentrándose cerca de la Asamblea y ayudando a los legisladores a entrar en el edificio. Poco después, la Asamblea Nacional votó la derogación de la ley marcial por 190 votos a favor y 0 en contra. Al cabo de unas horas, Yoon anunció su dimisión. Su intento de tomar el poder había fracasado. Es probable que termine destituido.
Yoon, ex fiscal general, llegó a la presidencia en 2022 tras una ajustada victoria sobre el candidato liberal Lee Jae Myung. Desde entonces, su administración se ha visto salpicada por numerosos escándalos y acusaciones de corrupción, algunas de las cuales implican a su esposa, Kim Keon Hee. Yoon ya se enfrentaba a una legislatura hostil, pero tras un revés electoral este año, en el que la oposición consiguió aún más escaños, Yoon tuvo dificultades especialmente para promulgar medidas políticas. De hecho, el detonante del golpe fue que la Asamblea Nacional recortara su presupuesto preferido y planeara destituir al jefe de la agencia estatal de auditoría y a los fiscales que se negaron a acusar a la primera dama. Yoon es muy impopular en Corea del Sur, y lo ha sido durante gran parte de su presidencia. Para ponerlo en contexto, un reciente artículo de prensa informaba de que el índice de aprobación de Yoon había subido por segunda semana consecutiva, lo cual parece una buena noticia, hasta que uno se da cuenta de que ha subido a un mero 25,7%. Su intento de golpe de Estado fracasó en parte porque carece de apoyo popular.
Esto no debería de sorprender: Yoon es un pequeño tirano. Organizó el primer desfile militar en Seúl desde que Park Geun Hye, también aspirante a dictadora, fue destituida por la Revolución de las Velas de 2016-17.. El desfile de este año se inspiró en Corea del Norte y exhibió un misil balístico, lo cual resulta irónico, ya que Yoon ha tachado repetidamente a su oposición interna de partidarios secretos del Norte. En un discurso pronunciado en agosto de 2023 -pocos días antes de su visita a Camp David- Yoon advirtió de la existencia de una quinta columna de «fuerzas antiestatales» que trabajan para destruir Corea del Sur desde dentro. «Las fuerzas del totalitarismo comunista», declaró, “siempre se han disfrazado de activistas de la democracia, defensores de los derechos humanos o activistas progresistas, mientras se dedicaban a tácticas despreciables y poco éticas y a propaganda falsa”. Yoon citó igualmente la amenaza que suponen los «elementos antiestatales» y los simpatizantes de Corea del Norte cuando anunció la imposición de la ley marcial.
La tendencia autoritaria de Yoon no ha pasado inadvertida. Reuters informó de sus ataques a los elementos críticos del país, y la periodista E. Tammy Kim advirtió en The New Yorker del retroceso democrático de Yoon, especialmente en materia de libertad de prensa, que incluye redadas contra periodistas considerados hostiles a la administración. La situación es tan mala que este año el Instituto V-Dem, que publica un informe sobre el estado de la democracia en el mundo, incluyó a Corea del Sur en su lista de los 10 principales autocratizadores «de campanillas». En otras palabras, Corea del Sur, que no pasó a ser democracia hasta finales de los años 80 y 90, está retrocediendo. Un gráfico del informe muestra un giro autoritario literal con Yoon.
Si es usted un norteamericano que no sabía nada de esto, no es el único. Aunque sea incluso un ávido lector de noticias internacionales, lo más probable es que sólo sepa dos cosas sobre Yoon: (1) que cantó una vez el inacabable éxito boomer de Don McLean, American Pie [en la Casa Blanca, junto a Biden]; y (2) que apañó las relaciones con Japón para ayudar a los Estados Unidos a contrarrestar el poder de Corea del Norte. La primera es -lamentablemente- cierta.
La segunda es, en el mejor de los casos, algo incompleto.
La historia que cuentan de Yoon Joe Biden y algunos centros de expertos estadounidenses es que se trata de un pacificador visionario y un demócrata comprometido que dejó de lado las históricas tensiones entre Corea del Sur y Japón para fomentar la cooperación trilateral en materia de seguridad y disuadir a Corea del Norte. La declaración conjunta de Camp David, por ejemplo, asevera que Biden «elogió al Presidente Yoon y al Primer Ministro Kishida por su valiente liderazgo en la transformación de las relaciones entre Japón y la República de Corea». Pero Yoon estaba dispuesto a ampliar la cooperación con Japón por una razón evidente. Es un conservador surcoreano, y los conservadores surcoreanos son blandos con el legado del imperialismo japonés. ¿Por qué? Porque muchos de ellos fueron colaboracionistas.
El reproche de Yoon a Japón es controvertido en Corea del Sur no porque sea con Japón en sí, sino porque se niega a responsabilizar a Japón por los trabajos forzados durante la guerra. De hecho, el “acuerdo” que sentó las bases para la cooperación en materia de seguridad era en realidad Yoon poniendo a Corea del Sur -y no a Japón- en el compromiso de indemnizar a las víctimas de la ocupación colonial. Esto no es historia antigua. Alrededor de 1.800 antiguos trabajadores forzados siguen vivos en Corea del Sur.
Y aunque Corea del Sur y Japón son vecinos de Corea del Norte y están sometidos a sus pruebas de misiles, la cooperación trilateral tiene peces más gordos que freír. Su objetivo es China, al igual que el acuerdo AUKUS para proporcionar submarinos de ataque a Australia y la política exterior de Biden en general. En lo esencial, Biden veía a Yoon como un vehículo conveniente para su estrategia global de competencia entre grandes potencias. Como la mayoría de los conservadores surcoreanos, Yoon se alinea con los Estados Unidos en política exterior y se le consideraba como un socio fiable contra China. Desde que asumió el poder en 2022, los Estados Unidos ha ampliado su presencia en el noreste de Asia y ha participado en maniobras militares casi constantes, algunas de los cuales son ahora simulacros conjuntos trilaterales. Es ostensiblemente que la cooperación en materia de seguridad liderada por los Estados Unidos trata de disuadir a Corea del Norte, pero en última instancia pretende establecer un bloque regional antichino.
En los Estados Unidos, la Guerra Fría venía a describirse como una batalla entre el comunismo y «el mundo libre». Pero, por supuesto, el «mundo libre» era un término equivocado. Por supuesto, el bloque norteamericano incluía democracias liberales, pero también países bajo gobiernos dictatoriales como, por ejemplo, Corea del Sur. Washington apoyaba a estos dictadores porque los consideraba anticomunistas de confianza, lo que le permitía utilizar a su país como peón en el gran juego de frenar el poder soviético.
No me gustan las comparaciones fáciles de la Guerra Fría, pero en este caso la conexión parece justificada. La administración Biden, decidida a contrarrestar el poder de China, ocultó las cualidades autoritarias de Yoon porque era una baza en una competición entre grandes potencias. En un eco de la retórica de la Guerra Fría, Biden presentó a un líder impopular y tiránico como defensor de la democracia, apostando a que Yoon nunca llegaría a desenmascarar la farsa. Biden se equivocó.
Si hay algo positivo en todo este asunto es que el intento de golpe de Estado de aficionado de Yoon asociará para siempre sus políticas con el autoritarismo. La cooperación trilateral en materia de seguridad resultaba ya controvertida en Corea del Sur. Ahora puede ser radiactiva. En ese sentido, todos deberíamos dar las gracias a los surcoreanos de a pie, que frustraron no sólo las ambiciones dictatoriales de Yoon, sino también los posibles objetivos de los Estados Unidos, que podrían haber desembocado en una guerra con China. Por todo ello, el mundo ha contraído una gran deuda con Corea del Sur.
Won Youngsu, activista, marxista e investigador de estudios laborales coreano. Es director de Pnyx – Instituto de Estudios Marxistas de Corea del Sur.
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