Debilidades estructurales
Quizás el principal mal estructural se origina en el aumento de la economía extractiva, y en el mal manejo que se le ha dado a estos excedentes.
Entre 1970 y 2023 la estructura de las exportaciones cambió de manera significativa. En 1970 el 64% correspondían al café, y 1l.01% al petróleo. En el 2023 la participación del café se redujo al 5%, y la de petróleo (36%) y carbón (16%) subió al 52%.
Esta dinámica extractiva ha sido perjudicial, porque las bonanzas no se han manejado de manera adecuada. Tal y como se observa en la gráfica, entre el 2010 y el 2015 se presentó la mayor bonanza de petróleo y carbón. Estos excedentes se administraron muy mal. Durante esta bonanza, se frenó el crecimiento que traían la industria y la agricultura. Los excedentes de dólares se tradujeron en una revaluación del peso (menos pesos por dólar) que, a su vez, estimuló las importaciones. Este proceso fue dañino para el conjunto de la producción del país. En lugar de convertir los excedentes en desarrollo industrial y agropecuario, los dólares se utilizaron para importar bienes manufacturados y alimentos básicos. Esta secuencia perversa debilitó la estructura productiva nacional.
La economía extractiva tiene un impacto muy diferente al de la actividad cafetera. Las bonanzas cafeteras tienen bondades intrínsecas ya que, en principio, mejoran la calidad de vida de los productores y tiene encadenamientos favorables hacia adelante y hacia atrás. La situación es muy diferente con las economías extractivas que generan dólares que, en el caso de Colombia, tienen débiles encadenamientos hacia atrás y adelante. Después de la puesta en marcha de Reficar, el componente de valor agregado aumentó, pero todavía es muy bajo.
Los ingresos cafeteros dinamizan la economía de manera directa. A pesar de las bondades intrínsecas del café, la producción nacional viene cayendo. Entre el 2019 y el 2022 se redujo de 14,7 millones de sacos a 11 millones. En algunos años estos volúmenes de producción no han sido suficientes para responder por los compromisos de exportación. Por ejemplo, en el 2022 se exportaron 11,4 millones de sacos, así que hubo que importar 400 mil sacos para poder cumplir con los compromisos internacionales. Además, las fincas han perdido productividad y competitividad[1]
También vale la pena mencionar la difícil condición socioeconómica de las familias cafeteras. Actualmente, los subsidios que se distribuyen a través de Familias en Acción llegan a 147.151 hogares, equivalentes al 28,4% del total de hogares cafeteros. Las familias que reciben subsidios se encuentran en una situación económica difícil. Son pobres. Esta situación es inaceptable porque el café genera suficiente riqueza para que todas las familias vivan bien.
Debilidades coyunturales
Desde el punto de vista de la coyuntura, el hecho más relevante fue la caída del PIB de ‑0,3%, entre septiembre del 2023 y sep. del 2024. Los sectores más golpeados fueron: construcción (-8%), industrias manufactureras (‑6,2%), comercio (‑3,5%). El sector de la administración pública, defensa, educación y salud, fue el que más creció (5,3%).
Preocupa que la construcción y la industria hayan tenido una caída significativa. Todos los componentes del sector han disminuido: carreteras y ferrocarriles (‑15%), edificios e ingeniería civil (‑7,1%), vivienda (‑5%).
La recuperación de la economía exige que haya una articulación de los sectores privado y público. A pesar de todas las dificultades fiscales en el 2024 el monto de la inversión del presupuesto del gobierno nacional será de $99,9 billones. La cifra más alta de la historia del país. Y cuando se agregan otros recursos para inversión, como las regalías, el sistema general de participaciones, y los de las ciudades, el monto para el 2024 será de $224 billones. Estos recursos bien utilizados pueden apalancar la inversión privada. Por cada peso de inversión pública se general 4 de inversión privada.
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[1] ECHAVARRIA Juan., ESGUERRA Pilar., McALLISTER Daniela., ROBAYO Carlos., 2016. Informe de la Misión de Estudios para la Competitividad de la Caficultura en Colombia. Resumen Ejecutivo, Bogotá, mimeo.
Jorge Iván González
Foto tomada de: Portafolio
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