Hay un proverbio inglés que dice que cuando dos ladrones riñen siempre se sale ganando algo[1].
En la pelea entre Vicky Dávila de Semana y Juanita León de La Silla Vacía salen ganando los lectores interesados en saber la verdad sobre los medios de comunicación y el periodismo en la sociedad capitalista colombiana. Ocurre en esta riña algo similar a lo que pasa cuando hay peleas entre algunos partidos políticos. Si alguien acusa al Centro Democrático por un acto de corrupción éste responderá rápidamente mencionando otro acto de corrupción del partido acusador. Realmente no le importa mucho que lo acusen de corrupto: sabe que es verdad y además esto no lo afecta electoralmente.
La Silla afirma que Dávila está al servicio de los intereses económicos de los dueños de Semana. Dávila responde afirmando que La Silla también está al servicio de intereses económicos. Algo similar ocurrió entre Daniel Coronell, quien hizo algunas críticas a Semana, y Dávila respondió señalando que sus empresas reciben recursos del Grupo Empresarial Antioqueño.
En un artículo de La Silla Vacía firmado por Daniel Pacheco y Daniela Amaya[2] se presenta un resumen de las acusaciones mutuas del cual rescato lo siguiente:
- Semana es cuestionada por otros periodistas y medios de comunicación por hacer un periodismo al servicio de sus dueños, el grupo de banqueros Gilinski y su directora Vicky Dávila por promover una posible campaña política suya a la presidencia[3].
- Con respecto a la participación en el congreso de Asobancaria,Vicky Dávila dice que ella no recibió un peso de Asobancaria pero que Camila Zuluaga, una de sus críticas, si recibió dinero para publicar un libro y hacer un podcast. Y pregunta: Camila, ¿a usted cuánto le pagaron por su libro en Asobancaria? ¿Eso la deja ser una periodista libre?”[4] Pero además hizo un sondeo en X: “¿Usted cree que Camila Zuluaga, por respeto a su audiencia, debería contarles la verdad a sus oyentes sobre los cientos de millones de pesos que recibe de Asobancaria?”.
- Según le dijo Dávila a La Silla, no está de acuerdo con que periodistas reciban plata de “intereses particulares, como en el caso de Camila Zuluaga, y que no le cuenten a su audiencia”. Pero Zuluaga afirma que “siempre he develado en mi trabajo cuáles han sido mis conflictos de interés”.
- En febrero de 2024 la revista Cambio publicó un artículo de María Jimena Duzán en su portada: “Vicky Dávila: de periodista a candidata”. Duzán afirmaba, tras un intercambio en Twitter entre Dávila y Claudia López, que “la verdadera tigresa de la derecha se llama Vicky Dávila. Se quitó la careta y, aunque no lo ha dicho, va por la Casa de Nariño”.
- Vicky Dávila ataca también a María Jimena Duzán: “La activista de extrema izquierda María Jimena Duzán se ha camuflado por años en el periodismo, lagarto eso sí. Ella sí ha sido funcionaria de gobierno, fue cónsul, yo jamás”.
- El 12 de junio de 2022, Coronell sacó la columna “Mingilinski” en Los Danieles con la tesis de que la Superintendencia Financiera de Iván Duque les ayudó a los Gilinski con sus OPAs a cambio de un cubrimiento favorable de Semana a ese gobierno. En general, la columna hablaba de cómo los dueños de la revista la usan para influir en política y abrirles camino a sus negocios.
- Ese mismo día Semana tituló preguntándose:“¿Daniel Coronell, instrumento de administradores de un GEA arrinconado?”. “Es importante mencionar que Coronell fue despedido de SEMANA y, a través de sus compañías, recibe dineros del GEA. Recursos de los accionistas”, dice el artículo sin mostrar ninguna evidencia.
- Coronell le dijo a La Silla: “Nunca he estado relacionado con ventas de publicidad en ninguno de los medios en los que he trabajado. Siempre he exigido una clara separación entre ventas y contenido”.
- El 22 de noviembre de 2022, Semana publicó: “La llave entre Gonzalo Pérez, presidente del Grupo Sura y Daniel Coronell”. “Es de público conocimiento que el Grupo Sura les paga pauta a las compañías de comunicaciones de Daniel Coronell y que las cifras son astronómicas”.
- El 19 de diciembre de 2022, La Silla publicó una nota titulada “Semana, el policía malo de los Gilinski en las ofertas por Sura y Nutresa”. El reportaje se construyó “después de revisar 70 artículos publicados por Semana.com en las últimas seis semanas”. Concluyó que había un “sesgo que resalta los argumentos de los dueños del medio frente a los de su contraparte”.
- La respuesta desde Semana se demoró pocas horas. En la sección de confidenciales de la revista se publicó un artículo titulado: “Pauta de Sura y Bancolombia representan 36,7 % de la utilidad de La Silla Vacía”(sic). El artículo afirma que La Silla “salió en defensa de sus financiadores” y le reclama a La Silla que “parece minimizar la caída de la acción de Argos desde que su junta directiva tomó una serie de decisiones”, entre otros señalamientos similares.
- Según Dávila, se publicó así porque “La Silla Vacía omitió en sus artículos que cerca del 40% de las utilidades de La Silla Vacía provenían del dinero del antiguo GEA. Me pareció importante, por equilibrio informativo, que la gente lo supiera”.
- La Silla Vacía responde: Esto no es cierto. Además, las utilidades no vienen de los ingresos de una sola empresa, sino que son el resultado de todos los ingresos de La Silla, de los cuales los recursos de Sura y Bancolombia solo representaron un 3,3%, 112 millones de pesos en 2021. Al final de la columna de Pacheco se incluye la siguiente información: Nota: Bancolombia y Grupo Sura son aliados de La Silla Vacía en el proyecto Un Acuerdo para el Futuro (Dime con quien te alías y te diré quién eres).
- El 5 de julio de 2020, el escritor Héctor Abad Faciolince respondió en su columna del domingo en El Espectador a una historia de Semana que advierte sobre las finanzas de ese periódico. En ella dice que cuando el nuevo dueño de Semana, Gabriel Gilinski, tiene rabia con un medio dice que sus acciones no valen nada. “Manda a su Vickita a que abra la página de su revista/banco con una noticia inventada por él mismo: que El Espectador está insolvente, en la ruina, que ya no circula y que se va a volver a ser un mísero semanal como Semana”, dice Faciolince.
- Cinco días después,en su columna en Semana, Dávila le respondió: “Héctor, usted ha sido un privilegiado y un consentido del establecimiento. Pero yo no quiero ofenderlo como usted lo hizo conmigo”. Justo después dice: “No quiero pensar que su rabia sin razón contra mí tiene orígenes en su defensa almibarada a Juan Manuel Santos, a quien en 2016 llamó personaje del año (…) ¿Pero usted ha cuestionado a Santos por la financiación de sus campañas y Odebrecht? (…) Imagino que muchos whiskies que han compartido en Anapoima se lo impiden”.
Muy interesante y educativa la riña entre periodistas.
Coronell dice olímpicamente que él no se encarga de la publicidad y la búsqueda de clientes para sus empresas de comunicación, que para eso están los funcionarios comerciales. Más o menos lo que ha dicho en ciertas ocasiones Julito en la W.
¿Creerá Julito que Daniel Coronell no tiene idea de quien compra publicidad en sus empresas? ¿Creerá Daniel que Julito no sabe quién compra publicidad en sus empresas? ¿Nos creerán los dos bobos a todos los demás? Un periodista de investigación tan hábil y capaz como Coronell no habrá tenido tiempo de indagar sobre la financiación de sus empresas. Un periodista de variedades tan hábil como Julito y aficionado al dinero y a la buena vida no habrá tenido tiempo de darle una miradita a las cifras comerciales de la W.
Todos estos reconocidos periodistas y columnistas afirman que su misión es decir la verdad. Partiendo del principio de la presunción de verdad hay que creerles. Si todos dicen la verdad lo cierto es que todos, de una manera u otra están al servicio, o condicionados, por los poderes económicos, incluyendo el poder del Estado que es una potencia económica. Dado que el poder económico en nuestra sociedad está en manos de los capitalistas (legales e ilegales) y del Estado capitalista, es evidente que todos están, de una u otra forma, al servicio de y se benefician del capitalismo. Lo que ganamos con esta riña es una ratificación de algo que todo el mundo sabe, pero que se intenta ocultar. El corazón y el bolsillo de los medios masivos de comunicación y muchos periodistas está claramente del lado de los grandes capitalistas.
La dependencia y subordinación de los medios de comunicación al poder de los capitalistas y del Estado capitalista se da mediante la propiedad directa de los medios masivos de comunicación por parte de los capitalistas más poderosos o por la dependencia de la publicidad privada y estatal. En estas condiciones la libertad de expresión de los periodistas está restringida por principio.
¿Quién se atrevería a criticar a Luis Carlos Sarmiento en El Tiempo? ¿O a Julio Mario Santo Domingo en El Espectador? ¿O al grupo Quala en La Silla Vacía? etc., etc. ¿Cuánto tiempo duraría el periodista que se atreviera a hacerlo? Pero además, muchos periodistas se autocensuran: bobos no son. Tienen que vivir de algo, no se van a sacrificar, lo cual es comprensible. En los medios masivos de comunicación prácticamente todos los periodistas son defensores del capitalismo, así difieran en políticas estatales con respecto a su regulación. Ninguno es socialista o comunista. Curiosamente la libertad de expresión conduce a que en lo fundamental solo se exprese e informe un punto de vista sobre la sociedad.
La ficción constitucional
Todo lo anterior ocurre en un país cuya Constitución Política dice en su artículo 20 lo siguiente: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.”
Hay que reconocer el humor y fina ironía de la Constitución: ¡toda persona puede fundar un medio masivo de comunicación! Hubiera podido decir también que se garantiza a toda persona la libertad de comprar una isla en el Caribe o un avión (sencillo, eso sí, como el de Luis Carlos Sarmiento). Y realmente no miente la Constitución. Lo raro es que sean tan pocas personas las que en la práctica fundan (o le compran a otro que lo fundó) un medio masivo de comunicación. Pero no le corresponde a la Constitución hacerse preguntas de fondo, es suficiente con su labor de generar ilusiones.
En medio del fango y el lodazal de la riña entre periodistas y medios de comunicación, aparecen todos aquellos que piensan con el deseo y buscan ocultar la verdad. Así como los militares reaccionan con solidaridad de cuerpo ante críticas por hechos delictivos, también lo hacen algunos periodistas. Igualmente consideran que se trata de manzanas podridas que no afectan la institucionalidad del periodismo. Y siguen hablando de la verdad y de la imparcialidad. ¿Creerá alguno de ellos realmente que es posible que sea veraz e imparcial un periódico, noticiero de radio y televisión y sus periodistas, que pertenecen a un gran o mediano capitalista? Vorágine dice en su página de presentación lo siguiente: “En Vorágine creemos que solo a través del periodismo independiente, que no responde a intereses económicos y políticos, se puede garantizar el derecho fundamental a la información de los ciudadanos.” Según Vorágine los medios masivos de comunicación no son independientes. ¿Qué hace la FLIP con respecto a la garantía del derecho a recibir información veraz e imparcial?[5]
Como en tantas otras esferas de la Constitución y la realidad nacional estamos ante un estado de cosas inconstitucional. Casi nadie tiene libertad de fundar medios masivos de comunicación; la mayoría de la información que emiten los medios masivos de comunicación no es veraz e imparcial. ¿Debería la Corte Constitucional declarar el estado de cosas inconstitucional? ¿Cómo verificar y garantizar la veracidad e imparcialidad de la información?
El editorial de El Espectador del 29 de junio[6] critica al presidente Petro por criticar a algunos periodistas y medios de comunicación. Asume solidaridad de cuerpo al reclamar que no se debe “estigmatizar a la prensa”; dada que Vicky Dávila es prensa, no se la debe criticar porque esto es estigmatizar a toda la prensa. Y además le recuerdan que sus críticas a periodistas afectan “un derecho constitucional clave para la democracia.” Lo dice sin sonrojarse el director de un periódico que es propiedad de uno de los capitalistas más ricos de Colombia. ¿Garantiza el Espectador el derecho constitucional a recibir información veraz e imparcial.
Dice que no hay que meter a todos en el mismo saco. Lo cual es cierto. No es conveniente generalizar con respecto a los comportamientos particulares de periodistas. Pero creo que si se puede generalizar con respecto a las estructuras y condiciones generales. El poder económico capitalista les permite controlar los medios masivos de comunicación y por tanto la información y la opinión. En los márgenes pueden actuar algunos periodistas con cierta independencia, muy limitada.
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[1] Tomo I, PDF, p. 408, En superpoblación relativa la ley general de la acumulación capitalista, Ilustración general de la ley de acumulación capitalista, numeral 5, literal e, el proletariado agrícola británico
[2] https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/la-mejor-defensa-es-el-ataque-la-estrategia-de-vicky-en-semana/. Por Daniel Pacheco y Daniela Amaya Junio 19, 2024
[3] “En ese contexto, Semana ha sido objeto de examen por hacer un periodismo al servicio de sus dueños, el grupo de banqueros Gilinski, durante la toma hostil del GEA.” “Últimamente, las críticas a Dávila se han acentuado, por su posición ambigua entre periodista y aspirante presidencial.” La Silla Vacía.
[4] (…) Dice el artículo de La Silla Vacía que Zuluaga había sido moderadora de un panel del congreso y escribió un libro sobre mujeres en el sector e hizo un podcast con el gremio, productos en los que la financiación del gremio era pública, aunque no la cuantía, que Zuluaga aún se reserva.
[5] “Defendemos la libertad de expresión y promovemos un clima óptimo para que quienes ejercen el periodismo puedan satisfacer el derecho de la ciudadanía a estar informada.” https://flip.org.co/sobre-la-flip/quienes-somos
[6] https://www.elespectador.com/opinion/editorial/estigmatizar-a-la-prensa-afecta-la-democracia/
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Fondo Multidonante
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