Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia: “Definitivamente Venezuela no es una democracia, yo si discrepo totalmente de David, allá lo que hay es una dictadura y Colombia por el contrario es una democracia muy vibrante…donde tendremos problemas (donde todos los días asesinan líderes sociales…interpela David Flórez, del partido FARC)…claro asesinan líderes muy desafortunadamente…eso no le quita a Colombia que tenemos una dificultad..”
Interviene Daniel Pacheco[2]: “Sabe qué David, este es un país (Colombia) más democrático que Venezuela porque yo puedo hacer esto en medios de comunicación, eso no se puede hacer en Venezuela…en ese aspecto yo creo que hay que decir las cosas como son, en Venezuela no hay libertad de prensa a los periodistas o los sacan o los matan o los quiebran (Interrumpe David: ¿en Colombia hay libertad de prensa?) , yo disfruto aquí de la libertad de poder invitarlo a usted una persona que piensa totalmente distinto de Jorge Bedoya y totalmente distinto (¿tú crees que todos los periodistas de Colombia tienen libertad de prensa, pregunta David Flórez) Sigue Daniel: nunca hay plena libertad de prensa, nadie podrá decir eso, pero hay más que en Venezuela, creo yo.”
Este diálogo ocurre en un programa de televisión dirigido por un periodista joven que a diferencia de muchos de sus colegas, intenta hacer un periodismo serio y objetivo. En este breve diálogo podemos observar varias cosas:
- La consideración de que Colombia es un régimen democrático. Esto no lo ponen en cuestión ni Jorge Enrique Bedoya ni Daniel Pacheco.
- Pero ante un cuestionamiento en concreto por parte de David Flórez sobre el asesinato sistemático de líderes sociales, reconocen que la democracia colombiana tiene problemas o no es plena.
- Consideran a Venezuela una dictadura y destacan aspectos positivos de la democracia colombiana. En particular Daniel Pacheco decide definir que es la verdad “hay que decir las cosas como son”: en Venezuela no hay libertad de prensa y en Colombia sí.
- ¿Cuál es la prueba de Daniel Pacheco”: yo disfruto aquí de la libertad de poder invitarlo a usted una persona que piensa totalmente distinto de Jorge Bedoya y totalmente distinto”.
- Al insistirle David Flórez si todos los periodistas tienen libertad de prensa, Daniel Pacheco matiza la afirmación: “nunca hay plena libertad de prensa”. ¿A qué distancia nos encontramos de la plena libertad de prensa o de la plena democracia? Eso no alcanzaron a discutirlo.
Pero, ¿es cierto que Daniel Pacheco tiene plena libertad de prensa? ¿Es cierto que puede libremente invitar a quien quiere?. Sería muy interesante ver qué pasaría si invitara a personas que opinan que el capitalismo es un sistema de explotación en el cual los capitalistas se enriquecen apropiándose del producto excedente de los trabajadores, o que los capitalistas tienden a reducir los salarios para aumentar las ganancias, etc. Sería muy interesante ver qué pasaría si Daniel Pacheco decidiera equilibrar los debates y llevar una mayor proporción de críticos del capitalismo? ¿Podría llevar a su programa a alguien que hiciera una investigación explicando desde una perspectiva marxista cómo se enriquece una empresa como Claro. ¿Estaría dispuesto a hacer la prueba? ¿Qué pasaría si de repente Daniel Pacheco dejara de creer en el capitalismo y en un Estado capaz de resolver los problemas de los trabajadores y adoptara un enfoque marxista? ¿Continuaría al frente del programa sin dificultad alguna con los dueños del canal?
Estas situaciones no podremos comprobarlas empíricamente. Es improbable que Daniel Pacheco decida algún día estudiar, por ejemplo, El Capital para comprender los fundamentos de la sociedad en que vive y que adopte una perspectiva de análisis marxista en su programa. La gran mayoría de periodistas en Colombia son abierta y claramente pro capitalistas y los más críticos se enfocan en los asuntos de la corrupción, el clientelismo y los abusos de poder, pero nunca pasan de los límites que ellos conocen muy bien y podrían hacer peligrar sus carreras. Por esta razón hay libertad relativa de prensa: se permite siempre y cuando no se hagan críticas de fondo ni riesgosas para el sistema.
¿Cómo son las cosas en la vibrante democracia colombiana que tanto pondera el señor Bedoya y que parecería compartir, aunque con menos entusiasmo, Daniel Pacheco?
- Menos del 10% de la población es dueña del aparato económico fundamental del país, un 1% concentra el 20% de los ingresos y 40% de la riqueza.
- La población restante solo tiene su fuerza de trabajo y se ve obligada a venderla a los capitalistas, que tienen un poder de decisión sobre un elemento fundamental para sus vidas: el acceso a un trabajo y al ingreso.
- El Estado capitalista está al servicio de los intereses de dicho sistema y en función principal de atender a sus dueños.
- En las elecciones el poder económico controla los procesos, en forma legal e ilegal; el clientelismo, la compra de votos, el constreñimiento al elector, etcétera son rasgos esenciales del proceso democrático colombiano.
- Los partidos políticos casi en su totalidad están al servicio de dichos grandes poderes económicos que los financian.
- Una parte de los funcionarios públicos en todas las ramas del poder – ejecutivo, congresistas, magistrados, etc.- son capitalistas o tienen intereses directos con empresas capitalistas; el gabinete del presidente Duque es un claro ejemplo.
- Otra parte importante, aunque no sean capitalistas directamente, están a su servicio, provienen de dichas empresas y después de su sacrificado paso por el servicio público, regresan a dichas empresas. El Fiscal General de la Nación anterior y el actual Procurador, por ejemplo, pasaron por la nómina o la contratación de Luis Carlos Sarmiento Angulo.
- El aparato estatal está en buena medida capturado por intereses privados y por prácticas corruptas en todos los niveles de gobierno. Algunos clanes políticos se reparten las gobernaciones, alcaldías y oficinas nacionales en los territorios y aprovechan la contratación estatal en beneficio privado.
- Los órganos de control están también capturados en gran proporción por los poderes económicos y las redes clientelistas.
- En las elecciones en muchas regiones del país se amenaza y restringe a los electores y se realizan en medio de grupos armados ilegales.
- Los medios de comunicación más grandes y de mayor cobertura son propiedad de grandes empresas capitalistas y son ellos mismos empresas capitalistas.
- Los medios de comunicación dependen en gran medida de la pauta de las grandes empresas y del Estado.
- La gran mayoría de periodistas está sometida a esta estructura de poder de los medios de comunicación y posiblemente muchos de ellos se autocensuran o limitan.
- Se asesina sistemáticamente a líderes sociales, opositores, sindicalistas, etc. Colombia es uno de los países más peligrosos para el ejercicio de la actividad sindical.
- Se asesina y amenaza a periodistas: Colombia es otro de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo en el continente.
- En la práctica se reprime en forma no abierta y clara como una dictadura militar sino por la vía de fuerzas oscuras que en cierta medida operan bajo el amparo de las fuerzas oficiales.
- Colombia es uno de los países con mayor número de desplazamientos internos y de despojo de tierras.
- Los organismos de seguridad del Estado están prioritariamente al servicio de los poderes económicos y de los poderes políticos; el caso de las chuzadas del DAS es emblemático
- Han ocurrido más asesinatos, desapariciones, masacres, genocidios que en algunas dictaduras militares latinoamericanas. Las propias Fuerzas Armadas han asesinado miles de inocentes como en el caso de los falsos positivos.
- Las fundaciones, centros de investigación en su gran mayoría están financiadas y controladas por el capital; en las universidades se enseña en economía prácticamente solo una interpretación de la realidad.
Así son las cosas en la “democracia” Colombiana: estas son algunas de las “fallas” o “dificultades” que tiene. Evidentemente no es una dictadura militar abierta y franca y existen ciertos derechos y márgenes de libertad, pero estrechos y limitados. Sin mucha investigación se pueden encontrar los datos y evidencias para sustentar los planteamientos anteriores y “mostrar las cosas como son”. Decir que el régimen político colombiano es democrático es simplemente negarse a ver a la realidad. El régimen político colombiano parece más una dictadura disfrazada de los capitalistas.
Evidentemente uno no esperaría que Jorge Enrique Bedoya se interese en descubrir y divulgar esto, pero si lo esperaría de Daniel Pacheco. A un país donde ocurre todo lo anterior y mucho más, lo llama Bedoya una “democracia vibrante”. Hay que tener mucho descaro para hacerlo. Pero obviamente está defendiendo intereses muy poderosos y la verdad y la objetividad no parecen ser uno de sus fuertes. Eso sí, es hábil, como la gran mayoría de defensores de la democracia colombiana, en desviar la atención y en preocuparse más de la “dictadura venezolana” que en examinar las fallas o dificultades de la “democracia” colombiana.
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[1] Zona Franca | ¿Cuáles son las conclusiones de la reunión entre Iván Duque y Donald Trump?, por red+, 4 mar. 2020, https://www.youtube.com/watch?v=fDDZXgJ2Aw0
[2] El minuto 47 y 55 segundos
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: adiccioncomunicacion.com
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