En el Marco Fiscal de Mediano Plazo se proyecta un crecimiento del PIB relativamente modesto, que en el período 2023-2034, oscilaría, en términos reales, alrededor del 3,2% por año. En el plan de desarrollo Colombia Potencia Mundial de la Vida no se introducen cambios sustantivos a esta tendencia.
Aunque este crecimiento es suave, supera el de los socios comerciales, que estaría alrededor del 2,6%. El Marco Fiscal considera que la dinámica de la economía mundial será débil, y en este contexto la situación de Colombia es ligeramente mejor.
Consecuente con este ritmo débil de la economía, el balance en la cuenta corriente se mantendrá negativo, alrededor de –2,5% del PIB. El gobierno considera necesario ir reduciendo la dependencia de las exportaciones del petróleo y del carbón. Sería ideal que las exportaciones alternativas permitieran alcanzar un balance con el exterior positivo. Esta meta todavía es lejana. Los procesos de re-industrialización toman tiempo, y la competitividad internacional no se recupera de un momento a otro. La transición energética es un proceso relativamente lento.
La depreciación también es suave y la tasa de cambio terminaría en el 2034 en $5.561 por dólar. Estas estimaciones suponen que en el panorama internacional no se presentarán movimientos significativos de los flujos de capitales. En estos ejercicios de prospectiva no se suelen introducir cambios bruscos porque, sencillamente, el futuro es incierto, y es imposible predecir hechos tan complejos como la guerra actual entre Israel y Palestina.
Las proyecciones internacionales del precio de petróleo indican que llegará a US$86 dólares barril en el 2034. El Marco Fiscal no hace proyecciones propias, sino que acepta las estimaciones de las entidades internacionales especializadas. Sobre las proyecciones de la producción nacional de petróleo, en el Marco Fiscal se supone que la cantidad de barriles diarios bajará de 754 mil en el 2022 a 525 mil en el 2034. Esta tendencia descendente ha sido cuestionada por quienes consideran que para poder avanzar en la transición energética es indispensable aumentar la producción de petróleo. Esta paradoja es reconocida, aún por quienes consideran que es indispensable avanzar en la transformación energética.
Tanto el Banco de la República, como el Ministerio de Hacienda, son optimistas sobre el comportamiento de la inflación, que pasaría del 13,1% del 2022 al 3% en el 2024. Los mecanismos para lograr esta meta son discutibles. El Banco de la República ha confiado demasiado en que la mayor tasa de interés es el mejor mecanismo para bajar los precios. Sin embargo, este diagnóstico minimiza el impacto que tienen los aspectos relacionados con la oferta en la mayor inflación. Estos días el Fondo Monetaria Internacional (FMI), ha mostrado que el poder monopólico de las grandes corporaciones es una de las causas de la inflación. Si se aceptara este diagnóstico, el instrumento para reducir la inflación no sería el aumento de las tasas de interés. La política contraccionista del Banco de la República lleva a que en el futuro las tasas de interés sean relativamente altas, alrededor del 7,3% año.
Las otras variables importantes del Marco Fiscal tienen que ver con la política fiscal. El saldo de la deuda pública con respecto al PIB continuará alrededor del 55%. Aunque este porcentaje respeta los márgenes definidos por el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, es alto. En el presupuesto del 2024 se llegó a una situación límite, y aunque la inversión superó el servicio de la deuda, se corre el riesgo que en el 2025, la inversión termine ahogada por el servicio de la deuda.
En síntesis, la dinámica de la economía es moderada. No se proyectan cambios significativos. Las propuestas que ha hecho el gobierno tendrán repercusiones en el mediano plazo, pero no se pueden esperar crecimientos importantes en el corto plazo.
Jorge Iván González
Foto tomada de: Forbes Colombia
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