Como he tenido oportunidad de demostrarlo muchas veces, todos los pronósticos del gobierno nacional, de la alcaldía de Bogotá, de médicos, de epidemiólogos y de medios de comunicación han fallado estruendosamente y, a pesar de esto, siguen insistiendo en sus absurdas predicciones.
Ahora están con el cuento que en noviembre vendrá un rebrote peor y que hay que gastar más plata en ventiladores en Bogotá para atender esta pandemia. Igual pasó con el hospital de Corferias, decisiones equivocas, costosas, tomadas a la ligera, pareciera que nuestros dirigentes no saben sumar y restar.
¿No nos decían que en agosto vendría lo peor? Pues no llegó, ni en mayo, ni en junio, ni en julio. Cada vez se inventan un cuento para asustar a la gente, con el fin de que los epidemiólogos sigan imponiendo sus puntos de vistas favorables al sistema que solamente piensa en encierros y en limitar las libertades civiles, sociales, mentales, económicas y políticas de los colombianos. Le dan leña a los alcaldes para que sigan en sus medidas dictatoriales sin sentido, absurdas.
Análisis global
Lo ocurrido del 31 de agosto al 8 de septiembre confirma que el quiebre nacional se dio el 16 de agosto cuando se llegó a un máximo de 11 549,3 casos de acuerdo con un promedio móvil de siete días (en valores absolutos se llegó a un pico de 13 066 casos el 19 de agosto) y los casos acumulados siguen bajando, alcanzándose el día 8 de septiembre a 7929, 6. En la semana anterior, del 24 al 30 de agosto, el promedio de casos nuevos fue de 9968 en comparación con 8489,3 del 31 de agosto al 8 de septiembre. Es una caída clara (gráfico 1)
Gráfico 1 Evolución de los casos nuevos diarios según valores lineales y promedio móvil de siete días
Fuente. Cálculos basados en información del INS
Los muertos vienen disminuyendo de la cifra de más de 300 a menos a partir del 24 de agosto. Este dato es el más importante porque lo que se trata en cualquier pandemia es el de reducir el número de víctimas. Por promedio móvil se llegó a un máximo de 324,3 el 25 de agosto, cifra que disminuyó a 252 el 8 de septiembre (gráfico 2)
Gráfico 2 Evolución de los muertos diarios según valores lineales y de promedio móvil de siete días
Muy notable el aumento porcentual de los recuperados que pasaron de 74, 1% el 30 de agosto a 79,7% el 8 de septiembre.
En pruebas vamos muy mal, menos de 40 000 por día, indicador pésimo. Precisamente, ahora es cuando se requieren testeos masivos de por lo menos 200 000 por día. Hay que llegar rápidamente a testear 5 millones de colombianos, el 10,0 % de la población, que es lo mínimo que recomienda la OMS.
Análisis territorial
De los 32 departamentos y Bogotá, para el 8 de septiembre ya 25 habían llegado al pico, y ocho todavía se encuentran creciendo, sin haber llegado al punto máximo. En el cuadro 1 se presentan las fechas en que las regiones llegaron al pico. Excepto Amazonas, Chocó y Nariño que tuvieron el pico en mayo y julio, los 22 restantes territorios lo alcanzaron en agosto, la mayoría después del 15. Hago notar que estas fechas se han determinado de acuerdo con las cifras que suministra el ministerio de Salud. Como lo he mencionado repetidamente, como hay rezagos en los resultados de las pruebas, esto significa que algunos territorios alcanzaron el pico a finales de julio y otros en la primera quincena de agosto.
En el cuadro 2 se presenta la evolución de los casos diarios según promedios móviles del 30 de agosto al 8 de septiembre. Allí se puede apreciar muy bien la dinámica de los casos nuevos en los últimos nueve días para las 33 regiones.
En el gráfico 3 se presenta de nuevo para su visualización, la evolución del Covid-19 en siete departamentos y Bogotá. Allí se ve claramente el quiebre de las tendencias para todos. Se ha formado una curva en forma de campana, pero en realidad no es simétrica porque la parte descendente es una cola que se demora más en caer.
Fuente: ibidem
Cuadro 1 Fechas en que se alcanzó el pico por territorios
Cuadro 2 Dinámica de los casos nuevos según promedio móvil de siete días
Colombia y el mundo
En cuanto a las comparaciones internacionales, Colombia va muy mal, ya sea se trate de valores absolutos o por millón de habitantes.
En la semana que pasó subimos al sexto puesto en casos acumulados y al 11 en muertos. En cifras por millón de habitantes estamos en los puestos 17 y 12 respectivamente. Es decir, estas cifras muestran, contrario a lo que dice el gobierno nacional y local, que se ha hecho un trabajo pésimo en Colombia para combatir el Covid-19.
Análisis de Bogotá
Bogotá llegó al pico el día 19 de agosto con 4318,1 casos diarios según promedio móvil de siete días. Individualmente, el 6 de agosto se tuvo el máximo número de contagios con 6082 casos, primera y última vez que se sobrepasó la barrera de los seis mil. Igualmente es de notar que solamente en dos días, 11 y 19 de agosto se superaron los 5000 casos. En el resto siempre han estado por debajo de 5000, pero la tendencia es muy clara desde agosto hacia su reducción por debajo de 4000 y de 3000, aún, acercándose a alrededor de 2000 y menos en septiembre.
En muertos, el pico se llegó el 31 de agosto con un promedio móvil de 107. En valores absolutos, el mayor número de decesos fue el día 30 de julio con 122 casos. Del 9 de agosto en adelante los casos bajan a menos de 100, observándose una caída fuerte por debajo de 50 casos desde el primero de septiembre (gráfica 4).
Gráfico 4 Muertos diarios en Bogotá según datos absolutos y promedio móvil de siete días
En otras palabras, los picos en Bogotá, tanto de casos diarios como de muertes, se dieron mucho antes de lo que afirmaban los supuestos expertos, la directora del INS y de la propia alcaldesa. Hubo una campaña de terror, en que se anunciaba que las semanas de julio y agosto iban a ser aterradoras, que por lo tanto había que cerrar la ciudad, y de ahí unas cuarentenas por localidades sin sentido que no atendían a los datos observados.
La confusión sobre lo que implica una pandemia
En una pandemia lo que más importa son las muertes más que el número de casos registrados de infectados. Lo que se trata es de disminuir el número de muertos. Esto es necesario entenderlo para comprender lo que se da en algunos países, como Francia, España y aún Corea del Sur, que han tenido aumentos en los contagiados pero las muertes son bastante reducidas. En Corea no pasan de tres muertos diarios y en Francia y España no son altas como antes.
Como dice el profesor francés Toussaint en una entrevista en Cnews: “lo esencial en una pandemia, es el de saber el número de muertos a que da lugar y de saber igualmente el número de casos severos, de pacientes hospitalizados, y en particular en reanimación”. Otro profesor, el doctor Toubliant, “no hay epidemia hay portadores de virus, y no hay epidemia sin enfermos. Una epidemia sin enfermos yo no sé que es”. Otro profesor francés afirma “no tenemos una epidemia infecciosa, tenemos una epidemia de angustia”.
Siguen las afirmaciones de expertos franceses: Si todo importa y se justifica a nombre de la salud y la seguridad:
¿Por qué no cerrar las vías que causan 3000 muertos por año?
¿Por qué no prohibir el alcohol, que causa 41 000 muertes por año?
¿Por qué no prohibir el tabaco, que causa 75 000 muertes por año?
Dicen que el verdadero virus es la histeria colectiva, que hay que pararlo.
De nuevo proyecciones apocalípticas
Tanto la directora del INS como la alcaldesa Claudia López son campeonas en noticias negativas, apocalípticas, para justificar encierros, que, como he dicho, la señora Claudia López es la líder mundial en pedir cuarentenas, toques de queda, pico por cédula, o por género, restricciones sin sentido para operar todos los días el comercio, y otro tipo de medidas tomadas sin mucho análisis beneficio-costo, o sin tener en cuenta lo que se ha aprendido en el mundo para manejar el Covid-19. Se requiere menos pánico y más tranquilidad, racionalidad, y buen sentido común que parece escasea. Y saber sumar y restar para hacer análisis beneficio-costo de cada decisión.
Antes se decía que los meses de julio y agosto iban a ser dramáticos porque se tendrían incrementos fuertes en los nuevos casos y el sistema de salud podría colapsar, lo que no ha sucedido. Todas esas profecías apocalípticas fallaron. Pero, ahora, de nuevo, nos dicen que esperemos a noviembre, porque vamos a tener un rebrote terrible y habría que volver a cuarentenas. Y en esto son acompañados por médicos y epidemiólogos, supuestos expertos en predicciones.
Miremos unas declaraciones de la alcaldesa de Bogotá y del INS. El 31 de mayo, en la edición de el periódico El Tiempo, la alcaldesa decía: “junio y julio serán los meses de máximo riesgo y muerte”, “debemos prepararnos para cuarentenas periódicas”, “si todas las UCI superan el 70% de copamiento por la alta velocidad de contagio, entraríamos en alerta roja, porque estamos a pocos días de que colapse el sistema de salud y , por lo tanto, de que se empiecen a dar muertes masivas por imposibilidad de tratar a los pacientes críticos, como ha pasado en New York, y países como España, Ecuador, e Italia entre otros. Es “este el momento de liderazgo, no de sacar a la gente a la calle a una especie de sálvese quien pueda”.
El 22 de julio, informa el periódico El Tiempo que la alcaldesa señaló que “la capital enfrenta las seis semanas más duras y complicadas de la pandemia”, es decir, septiembre y parte de octubre, y para ello, hay que encerrarse, siempre la misma cantaleta y colocar toques de queda.
Primero dijo la alcaldesa que junio y julio iban a ser difíciles, luego que julio y agosto, y ahora que noviembre. Y cuando en noviembre todo esté estable, me imagino que dirá que hay que esperar a enero.
Pero en las declaraciones alarmistas no está sola la alcaldesa. Otra de las funcionarias apocalípticas es la directora del Instituto Nacional de la Salud-INS, la señora Martha Ospina, que desde el comienzo de la pandemia en marzo afirmaba que el país iba a tener millones de contagiados y millones de muertes. En la edición de El Tiempo del sábado 22 de agosto, hizo afirmaciones bastante absurdas y que iban contra los datos que ella misma publica en el portal del INS. Siempre habla de modelamientos que corre el INS. Según estos, “en el caso de Bogotá se alcanzaría su tope de máximo de nuevos casos sintomáticos semanales entre la última semana de agosto y las primeras de septiembre, con cerca de 32 000 casos semanales”. Nada de esto ocurrió. Y cuando esto decía, ya Bogotá había llegado al pico.
Peor, afirma “que el país estaría en una fase de aceleración y próxima a llegar a un pico o que se presentaría, más o menos, en la última semana de septiembre y la última de octubre”. En la llegada del pico, según la gráfica del Instituto, los casos semanales sintomáticos sobrepasarían los 70 000 de manera general, o sea 10 000 por día. Qué falta de saber leer las cifras. Decía esto cuando ya se había llegado al pico nacional.
Los expertos, que siempre consultan los medios no se quedan atrás en sus prédicas alarmistas. En esto es especial la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo-Amci, el vicedecano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, el profesor de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández, Carlos Álvarez, coordinador nacional de estudios de Covid-19 de la OMS, el profesor Carlos Eduardo Pérez, y otros epidemiólogos y médicos, todos expertos en proyecciones erróneas y alarmismo.
Entonces, como ya se ha pasado el pico, la nueva teoría es la del rebrote en noviembre cuan do tenemos la temporada de lluvias. Por lo tanto, nada de abrir la economía, nada de disminuir los encierros, colocar restricciones a la movilidad, nada de restaurantes y comercios al por menor abiertos, que sigan el pico por cédula, que tener listos toques de queda, leyes secas, aislar si es necesario de nuevo a todo el país en especial a la capital. Terror, terror, terror (ver crónica del 6 de septiembre de El Tiempo Expertos reconocen posibilidad de nuevos picos de covid-19 en Colombia).
Ah, la Secretaría de Salud del Distrito, nos comunica el 6 de septiembre que, si no se aplican correctamente los protocolos, a finales de octubre o principios de noviembre Bogotá estaría requiriendo unas 2800 camas de UCI, cifra que sobrepasaría la capacidad instalada (1850). Asimismo, cerca de 9000 casos requerirían atención hospitalaria general. De nuevo, el miedo y cifras absurdas, que no tienen nada que ver con la realidad.
En realidad, da para escribir un libro sobre todas las declaraciones de los poderes macro y micro, tarea que realizaré.
Conclusiones
Para el 8 de septiembre, 24 departamentos y Bogotá habían llegado al pico de casos nuevos y de muertes diarias. Lo más importante es que los grandes territorios como Bogotá, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Atlántico, Antioquia y Cundinamarca, que explican más del 60,0% de los casos acumulados, ya llegaron al pico y están en la etapa de disminución de los casos diarios como tendencia.
Faltan todavía ocho departamentos, pero algunos son de poca población como San Andrés, Casanare, Vichada, Guaviare y Vaupés.
Vamos para 22 días en que hay una reducción continua en los casos diarios. Por otra parte, antes se venía dando una duplicación de los infectados acumulados cada veinte días, ahora ya estamos en 28 días y, según nuestras proyecciones, la duplicación se dará en 50 o más días, lo que es un cambio fundamental.
Qué puede pasar en octubre o noviembre es un asunto de magia. Los apocalípticos, que siempre han fallado, ahora hablan de que en noviembre se dará el rebrote y de que va a ser muy fuerte y que hay invertir en comprar más respiradores. Francamente esto es de locos, pero lo más grave es que parece que la alcaldesa Claudia López les está haciendo caso. Espero reflexione bien y no haga gastos innecesarios como ocurrió con el tan mencionado hospital de Corferias.
Diego Otero Prada
Foto tomada de: Presidencia de la República
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