La desinformación sobre el paro está ligada a la desinformación sobre el Covid-19. La propaganda del gobierno nacional y algunas autoridades regiones y alcaldes se enfoca en hacer alarmismo sobre el Covid-19, con la teoría que las movilizaciones contribuyen a aumentar los contagios, con la idea de crear miedo para que la gente no salga a las calles.
Antes nos hablaban de que la Semana iba a dar lugar a incrementos altos en los infectados. Se hablaba de que esos días del 31 de marzo al 4 de abril se reflejarían después de mediados de abril en super contagios. Nada de eso ha ocurrido al estudiar las cifras. Después, que por los paros que comenzaron el 28 de abril se iban a tener dos semanas tétricas en la primera mitad de mayo. Como eso no ha ocurrido, ahora la alcaldesa Claudia López, la misma de los presagios pesimistas desde marzo, que las dos semanas terribles van a ser las de finales de mayo. Pero, Bogotá no se puede generalizar al país. La capital no es Colombia.
Las estadísticas de Google Mobility muestran claramente que la movilidad no ha aumentado y cifras de los contagiados prueba que se llegó al pico nacional el 28 de abril.
En cuanto a las muertes, esta tercera ola ha dado lugar a un mayor número de estas que en la segunda, con una tasa de mortalidad que bajó hasta el 23 de abril a 2,57 por ciento, pero que creció a 2,59 por ciento el 11 mayo porque a partir del 28 de abril se redujeron los casos diarios de infectados, y los muertos aún siguen altos, dado que la disminución se refleja más lentamente.
En esta tercera ola, al comienzo fueron determinantes Antioquia, Atlántico y los demás departamentos de la costa atlántica, con Bogotá en una situación relativamente buena. Pero, a partir del pico del 28 de abril los infectados crecieron un poco más rápido en Bogotá, que también llegó a su pico el 28 de abril, con una tasa de mortalidad decreciente de 2,1 por ciento el 10 de febrero a 1,9 por ciento el 10 de mayo, muy por debajo de la tasa nacional de 2,59 por ciento.
El pico nacional se dio el 28 de abril
Es increíble, ni el gobierno nacional, ni los alcaldes, nadie habla que al pico nacional se llegó el 28 de abril con un promedio móvil semanal de 17.616 casos, que ha venido disminuyendo, aunque lentamente, hasta alcanzar 15.988 infectados el 11 de mayo (gráfico 1 y cuadro 1).
La gráfica 1 es super clara, como los datos del cuadro 1: ya llegamos al pico de la tercera ola el 28 de abril con 17.616 casos diarios según promedio móvil de siete días que permite ver bien la tendencia.
Los datos muestran que del 28 de abril al 8 de mayo hubo una caída constante hasta llegar a 15.398 casos diarios de infectados, con un quiebre en los tres siguientes días con una pequeña tendencia creciente a 15.989. Estos movimientos son normales cuando se inicia la etapa decreciente mientras se consolida el cambio, a menos que se den hechos que cambien la tendencia.
Hay una desinformación total a propósito para continuar introduciendo miedo a los colombianos, para que no salgan a la calle y acepten cualquier decisión, norma o regla de limitación a la libertad y los derechos humanos. Hay total unanimidad entre el gobierno nacional y la alcaldía de Bogotá.
Muertes sí han aumentado en esta tercera ola
Para el 11 de mayo, el promedio móvil de muertos era de 449, con una evolución y distribución muy diferente por territorios. Pero, ya se dio el punto máximo el 4 de mayo con 485 muertes diarias, con una caída continua hasta el 11 de mayo. Así, ya hay una evolución positiva.
En el cuadro 2 se presenta la evolución de los muertos para 9 grandes regiones. Bogotá ha venido aumentando el número de muertos diarios, pero está todavía por debajo del pico de la segunda ola, así que el escándalo que se está haciendo sobre la capital está un poco sesgado. Sí, es cierto que hay más utilización de camas UCI, casi al límite del 100 por ciento, pero no es por más muertos ni contagiados exagerados. Es curioso, hay más hospitalizaciones, pero la tasa de mortalidad ha venido disminuyendo. En otras palabras, no hay tantos contagiados en Bogotá como en la segunda ola, ni muertos, pero más hospitalizados, como si en esta etapa el Covid-19 fuera más proclive a hospitalizaciones.
Antioquia, Barranquilla, Valle, Santa Marta y Cundinamarca disminuyen después de mediados de abril sus muertes diarias, mientras que Bogotá, Santander, Córdoba y Cesar los suben. En el agregado, estos 9 territorios explicaban el 17 de abril el 78,68 por ciento de todos los muertos, porcentaje que comenzó a disminuir continuamente hasta llegar a 59,47 por ciento el 10 de mayo. Esto implica, que los incrementos en los muertos se dieron, fuera de los cuatro mencionados, el resto de los 24 departamentos, por incrementos menores de uno a dos muertos por día.
Sin embargo, el aumento nacional en los muertos se centra en Bogotá, que los aumentó de 19 el 1 de abril a 80 el 10 de mayo.
Siguen bajas las pruebas y mejora la vacunación
El promedio diario de pruebas en los primeros once días de mayo tuvo un incremento con los anteriores meses a 69.880, cifra que es muy baja, cuando deberíamos estar por encima de 100.000 pruebas. Esto continúa siendo el lunar negro.
A partir de mayo la vacunación diaria ha crecido, para un promedio de 140.690 vacunados, pero es insuficiente para llegar a 61 millones de vacunas en 2021.
La tasa de recuperación en mayo se ha estabilizado con tendencia a mejorar, con variaciones entre 93,3 y 94,0 por ciento, pero sin llegar a las buenas cifras de 95-96 por ciento de febrero y marzo, aunque hay que tener en cuenta que en estos meses se estaba en la etapa descendente del segundo ciclo, y esto es lo que debe ocurrir ahora en la etapa descendente del tercer ciclo. Ya para el 11 de mayo se había llegado a 94 por ciento.
Ya van más de doce departamentos que están en la etapa descendente de la tercera ola
En el cuadro 3 se tiene una comparación de los contagiados diarios de los días del pico y mínimo de la segunda ola, el pico del 28 de abril de la tercera ola y el valor de los infectados del día 11 de mayo. Para este día, nueve departamentos presentaban valores por debajo del pico de la tercera ola, sobresaliendo los cambios fuertes de Antioquia, Atlántico, Magdalena, La Guajira y Caldas. El resto de los territorios presentan modificaciones muy diferentes, algunos leves con las cifras del 28 de abril, como Bogotá, Valle, Tolima, Córdoba, Huila, Cauca y Caquetá.
En cuanto a la dinámica del Covid-19 hay una gran variedad: un grupo numeroso está en tendencia decreciente, hay otros que todavía aumentan, y un tercer grupo de regiones que muestran gran variabilidad porque crecen y bajan.
Bogotá no es como la pintan
Un ejemplo de esto último es Bogotá, que tuvo un pico el 28 de abril con 4.515 infectados diarios, que se redujo continuamente a 4.349 el 5 de mayo, pero volvieron a crecer los contagios del 6 en adelante y terminaron con 4.915 para el 11 de mayo. Es una situación muy variable y habrá que esperar una semana más para sacar conclusiones claras.
En el gráfico 3 se aprecia muy bien como los datos actuales varían fuertemente de un día a otro, con saltos hacia arriba y abajo, de ahí que es muy difícil hace proyecciones con lo que ocurre en unos pocos días. Esta variabilidad es muy fuerte desde abril.
Ahora, en cuanto a muertos diarios, en Bogotá han venido creciendo desde un mínimo de 15 el 21 de marzo a 80 el 10 de mayo, pero continúa por debajo del máximo del 17 de marzo de 108. Otro punto importante, es que la tasa de mortalidad ha venido disminuyendo de 2,1 por ciento en los meses de febrero y marzo a 1,98 por ciento el 9 de mayo, por debajo de la del nivel nacional de 2,59, lo cual es muy bueno. Así, que contrario a lo que se afirma por los medios, por la alcaldía, algunos médicos y epidemiólogos no es cierto que la situación de Bogotá sea terrible. La mayoría de los indicadores son positivos, excepto el tema de la ocupación de las camas UCI. Pero esto no es para encerrarnos como quieren los apocalípticos y acabar con la economía de Bogotá y enviar más bogotanos a la pobreza y quebrar más empresas. Y más enfermedades y muertes futuras.
Conclusiones
No estamos en una tercera ola terrible. Las cifras hablan por sí solas. Supuestamente llegamos al pico el 28 de abril, y aunque se han dado unos crecimientos pequeños en los infectados diarios del 9 al 11 de mayo, todavía se está por debajo del valor máximo producido de este supuesto tercer pico.
En muertos ocurre lo mismo, se llegó a un máximo de 485 muertos diarios el 4 de mayo que ha venido descendiendo hasta el 11 de mayo. La tasa de recuperación ha comenzado a crecer y ya llegó a 94 por ciento.
No se ve ningún efecto importante de las fiestas de Semana Santa ni todavía de las protestas. Los datos de movilidad de Google no confirman aumentos en la movilidad, porque lo que han producido las protestas son disminuciones de gentes que van a trabajar y más colombianos en los hogares y parques. Las afirmaciones alarmistas de la alcaldesa de Bogotá, especialmente, y de los famosos comités epidemiológicas que nadie sabe que son, quienes los conforman, que estudios y análisis hacen, qué metodologías utilizan, son cajas negras que sirven para asustar a la gente para que acepte lo que decidan los autoritarios.
Finalmente, como dice el filósofo francés Michel Maffesoli “Se entiende que un año de confinamiento impuesto, o recomendado apelando al miedo, provoque un deseo irreprimible de reencontrarse ¡cueste lo que cueste!
Diego Otero Prada, Presidente de la Asociación Colombiana Crítica-ACECRI y Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas-ACCE
Foto tomada de: Agencia SINC
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