“En la paz total hay una oportunidad muy buena”. Luis Mauricio Ospina, comandante del Ejército de Colombia, ET, 29/12/22, p. 1.2.
Entre los finales del año y comienzos del 2023, el presidente Gustavo Petro, y la vice Francia Márquez tocan un diapasón diplomático en sus respectivos escenarios. Petro, en particular, entró en interacción con los presidentes del cuadrilátero neo progresista, al reunirse con Amlo, Gabriel Boric, Nicolás Maduro, y Luiz Inácio “Lula” da Silva. Para precisar con ellos la estrategia apropiada en esta coyuntura global cuyo pronóstico económico es que padeceremos una seria onda recesiva.
De otra parte, Francia Márquez concurría a la palestra internacional, la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, para acompañar el Informe Trimestral de la Misión de Verificación, los días 11 y 12 de enero. Allí habló también con Csaba Kòrosi, presidente de la asamblea general, y con el secretario António Guterres. Para reclamar atención para los temas de género, la no exclusión de las multitudes subalternas, la justicia climática, y anunciar su futuro nombramiento al frente del ministerio de la igualdad, una de las promesas de la campaña presidencial triunfadora.
En el ínterin, Colombia y el mundo tuvieron la noticia de un atentado terrorista que se preparaba cuando la vice visitara el consejo comunitario de Yolombó, en la vía que de Suárez (Cauca) conduce a su residencia familiar, a dónde iría entre los días 7, 8 y 9 de enero. El personal de la Sijin detonó una carga explosiva de 7 kms, que estaba plantada al costado derecho de la vía por donde la comitiva tendría que pasar.
Por contraste, es este un indicio que recuerda a todos que la avenida de la paz total tiene muchos altibajos y accidentes por conjurar. Veamos con cierto detalle la verdad efectiva de la cosa para comenzar el año 2023. Tomando en serio algunas lecciones de la crítica de la economía política, la denominada por Gramsci, economía crítica, como se lee en el epígrafe.
¿La destorcida?
“Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un periodo de varios años de crecimiento lento…” David Robert Malpass, presidente del Banco Mundial.
“Así, dos claves para el año que arranca son el rumbo de la inflación y cómo se comportará el dólar. El destino de los precios, en gran medida, seguirá dependiendo de los efectos de las alzas de las tasas del Banco de la República, las que ya aplicó y las que aún falten.” Mauricio Galindo, ET, 31/12/22, 2.2
El contexto en que ocurren las acciones internacionales del binomio gobernante es de merma notable del crecimiento económico global. Aunque, el perturbador factor de la inflación bajó en los Estados Unidos, pasando al 6,5 %, en el mes de diciembre, que no solo presenta una demanda sostenida de los consumidores, sino también menos personas dispuestas a ingresar al mercado laboral.
Sin embargo, el pronóstico del Banco Mundial, BM, es que el crecimiento económico alcanzará apenas al 1,7 por ciento, el tercer ritmo más débil en tres décadas, solo superado por la crisis financiera mundial del 2008/9, y la pandemia del Covid-19.
Al desagregar las cifras, de acuerdo a David Malpass, presidente del Banco Mundial, las economías más desarrolladas caerán del 2,5 por ciento al 0,5 en este año. Estados Unidos bajará al 0,5 por ciento, luego que su desacelere marcó 2,5 para el año 2022.[1] Tal desempeño sería el más deficiente después de las recesiones de la década de los 70. A su turno, la zona euro no registraría crecimiento alguno, es decir, una revisión a la baja de 1,9 puntos. En Asia, el gigante chino crecería 4,3 por ciento, con una baja del 0,9 en los pronósticos previos.
En cuanto a América Latina y el Caribe, el desacelere se calcula que alcanzará al 1,3 por ciento, con una recuperación hasta el 2,4 en el siguiente año. En el caribe, habrá un despegue de Guayana, 25,2 por ciento, en menor medida lo harán San Vicente, Barbados, República Dominicana y Panamá. Mientras que, México se expandirá al 0,9 por ciento, y el Brasil al 0,8, en tanto que Chile se contraerá, -0,9 por ciento, solo superado por Haití, -1,1.
Colombia, el pronóstico es de 1,3%, produciéndose una notable caída con respecto al 8% del crecimiento experimentado en el año 2022. Después vendrá una recuperación hasta el 2,8 % durante el año 2024. Entretanto, la industria petrolera nacional, con Ecopetrol como líder, mantiene una producción estable de 700.000 barriles diarios. La emisión de bonos a 10 años en el mercado internacional tuvo una notable acogida. Los inversionistas externos compraron bonos por US$2000 millones.[2]
En medio de la desaceleración, la de Ecopetrol es una buena noticia para el gobierno neoprogre de Petro/Márquez.[3] Porque, de una parte, los expertos señalan: cómo la venta de bonos permitirá prepagar el saldo del crédito para financiar lo que fuera la adquisición del 51,4 por ciento de la compra de ISA, así como el plan orgánico de Ecopetrol, y, claro, de modo general el abastecimiento presente y futuro de combustible líquido en Colombia.
En simultánea, este panorama lo marcan el alza de precios, gasolina, alimentos, productos de cocina y hogar; sumados a éstos el impacto del dólar que volvió a alcanzar el tope de los $5.000, aunque vuelve a descender en el mismo mes de enero. En Colombia, con todo, el dólar se encareció 20%. Atribuible esta alza, dice el analista Mauricio Galindo, 4,6 puntos apenas a factores mundiales, mientras que las tres cuartas partes restantes obedecen, en cambio, a factores internos, y no en poco, fruto amargo de los mensajes contradictorios del gobierno Petro.[4]
Ahora bien, el actor interno principal, esto es, el Banco de la República estima que al finalizar 2023, en Colombia la inflación bajaría al 7 por ciento, y, luego, en 2024, alcanzaría la meta del 3 por ciento. Eso sí, en todo caso, la diferencia en el comportamiento económico nacional para conjurar la recesión, la harán dos variables subjetivas: la inversión oportuna en cabeza del empresariado, y el sostenido consumo de la multitud subalterna de los hogares. Será la combinación de estos tres factores la que pause, y a la postre frene la desaceleración que se padece local y globalmente – con sus excepciones.
La cascada de las Reformas
“(Hay) la necesidad de consolidar los logros y conquistas de los últimos 30 años y que se desarrollen los faltantes necesarios para alcanzar un sistema de salud realmente integral.” Iván Jaramillo Pérez, investigador y profesor en Salud, E T, 31/12/22, p. 2.9.
“Se debe construir sobre lo construido.” Carolina Corcho, ministra de salud.
Una vez ganado el premio de montaña en materia de reformas, al coronar la reforma tributaria con la batuta del neoclásico heterodoxo, José Antonio Ocampo, en su condición de ministro de hacienda, siguen tres durísimas etapas reformistas: salud, laboral y pensional. Junto con esta trilogía que a no pocos “espanta” está, también, la hoja de ruta más debatida: la transición energética que contribuya a detener el drama climático regional y mundial.
El mes de mayo tendrá de nuevo a la ministra de minas y energía, la joven Irene Vélez, en primera fila, cuando presente el recorrido que interpela al complejo y variopinto sector minero-energético, donde la minería ilegal es un explosivo componente. No se descartan en la presentación tres temas definitorios: cualificación laboral, transición productiva y mejor calidad de vida con enfoque étnico y de género en los territorios actualmente explotados y disputados.
Otra mujer, del gabinete joven del Pacto Histórico, Carolina Corcho, sujeto de muchas polémicas y desafíos previos, conducirá las reformas al sistema de salud, y tomará en consideración, como lo ha publicitado, el mandato central de la Ley Estatutaria del sector a su cargo, Ley 1751 de 2015.
Hay dos posiciones en la contienda, una la que se define por el modelo preventivo y predictivo, y que se divulgó en el denominado manifiesto de Aracataca, que fija la atención y la recuperación de “los determinantes sociales que impactan en el bienestar individual y colectivo”.[5] En el otro extremos del ring social está el llamado “modelo EPS”, cuyo énfasis exclusivo está en lo curativo. En lo estadístico, cubre al 75% de la población, una satisfacción del 80% y cobertura formal del aseguramiento del 99%.[6]
Pero, este segundo modelo es deficitario. Acumula deudas superiores a los 30 billones de pesos en cabeza de las EPS activas y liquidadas cuyos acreedores son los prestadores de servicios de salud, las IPS.[7]
El gran escenario para las transformaciones es la llamada Colombia profunda que hace parte, tanto del campo como de las ciudades, para lograr el acceso efectivo a servicios junto con un modelo preventivo y predictivo eficaz. Un punto de arranque en esta “cruzada del cambio social” para el sector salud parte de asumir el denominado Plan de Intervenciones Colectivas (PIC) del que son responsables las secretarías de salud. Unido al registro, reclamado por la ministra Corcho, a los Centros de Atención Primaria (CAP), que ofrecen atención personalizada y cercana al lugar de habitación de cada familia colombiana, con un equipo médico sanitario competente en la cercanía.
Por último, en materia de la reforma institucional es “la conformación y administración de las redes integrales e integradas de servicios”,[8] con miras, en todo caso, a garantizar el derecho fundamental a la salud de la población. Lo cual es una promesa y un deber parcialmente cumplido. Hecha esta reingeniería se necesita un sistema de información ágil y transparente, fuentes de financiación nuevas, política farmacéutica que ofrezca autonomía al país, y hacer un ajuste racional de competencias en el plano político administrativo.
La brecha social: Bogotá botón de muestra
“En 2022 se cubrió el 30 por ciento de la brecha de pobreza que registran los hogares, y en 2023 se tiene previsto cubrir el 35 por ciento”. Alfredo Bateman, secretario de desarrollo económico de Bogotá, ET, 29/12/22, p.1.12.
“Este es un premio a la solidaridad de las familias bogotanas (…) de los empresarios y de los servidores públicos que salieron a la calle a identificar a ese millón de familias que cayó en pobreza por la pandemia.” Claudia López, en ET, 29/12/22, p. 1.12.
El bloque de países neoprogres de Latinoamérica tienen el inmenso desafío de avanzar en materia de igualdad social, y sus ciudades principales, no siempre las capitales como es el caso de Bogotá, son el botón de muestra. El referente para medir avances es la reducción efectiva en los indicadores de pobreza, en particular, la monetaria, extrema y multidimensional.
Más aún, si hay progreso en la lucha contra la pobreza, – la desigualdad que está reconocida por la Constitución de Colombia, – disminuye de modo proporcional. En la presente coyuntura aparece una condición adicional, qué pasó con la pobreza urbana en el tránsito a la etapa poscovid, a la cual se refirió la actual alcaldesa Claudia López con mención especial a la solidaridad social, al recibir la capital el premio de Superación de la Pobreza.
Estos son los indicadores suministrados por el Dane: la pobreza en 2021 fue de 9,4%, frente al 13,2% de 2020. En cuanto a pobreza monetaria, el indicador para 2021 fue 35,7 %, mientras que en 2020 fue 40,1 %. De otra parte, en correspondencia con la multidimensionalidad que mide cinco dimensiones de la pobreza, el resultado progresivo fue 7,5% para 2020, y 5,7% en 2021.
Con esta exitosa lucha contra la pobreza y la desigualdad, en cierto modo, es destacable e indicativo que la inflación durante noviembre de 2022 se mantuvo por debajo de la media nacional 10,9 comparado con 12,5%. Es indicativa de medidas de “amplio alcance” que podrían aplicarse, replicarse por el gobierno nacional. A esta política pública se refiere, el secretario de desarrollo económico distrital, Alfredo Bateman. Destacó “el programa de ingreso mínimo garantizado, IMG, cuya inversión de 1,4 billones ha beneficiado a 3,22 millones de personas…”[9]
Dicha estrategia está localizada en el papel económico de administración de los recurso de parte de las mujeres cabeza de familia: “Más del 70 por ciento de los hogares beneficiarios tienen como titulares de las transferencias a las mujeres…”[10]
Adicional con este auxilio sustancial está el repertorio de 23 programas que conforman el ramillete del sistema de cuidado no remunerado. En particular, el funcionario Bateman subraya la entrega de dispositivos de conectividad para el acceso a la educación virtual. Están igualmente los comedores comunitarios, los centros Día, los planes de mejoramiento y de compra de vivienda.
Sin embargo, al comparar los datos de 2021 con respecto al 2022, una institución ProBogotá, que también se basó en el estudio de las estadísticas del Dane, concluye que vistas las proyecciones de la alcaldía el indicador de pobreza extrema rondará el 7,6% en 2022, con una mejoría en 2023, hasta llegar al 6,6 por ciento; la monetaria sobre el 35,7%, y la multidimensional 3,5 y 4,5%.[11]
A hoy, vistos los datos de pobreza en Bogotá, de acuerdo con el DANE, hay 3 millones de pobres, 800.000 en pobreza extrema. Lo cual supone de acuerdo al exdirector del Dane, Juan Daniel Oviedo, quien aspira a competir por la alcaldía, que hay más de 10 puntos porcentuales con respecto a los niveles registrados en 2012.
Para superar la brecha social, revisado el modelo puesto en práctica en Bogotá, de una parte, habrá que mantener para combatir la pobreza extrema el IMG hasta el año 2038, y en lo que respecta a la pobreza multidimensional, es fundamental la permanencia de la llamada Mesa Interinstitucional de Empleo, Pobreza y Hambre, la que incorpora una trilogía virtuosa, a la que tendrá que unirse la firme acción de desmonte de privilegios coloniales que benefician a los más poderosos en el campo económico, político y financiero.
El significante flotante de la Paz Total
“(La paz total) Es una propuesta interesante que incluye a todo aquel que quiere desestabilizar el común vivir de la gente en Colombia…Qué bueno sería que al término de este gobierno pudiéramos tener unas bases muy fundamentadas para que el día de mañana Colombia tenga esta tranquilidad.” Luis Mauricio Ospina, Comandante del Ejército de Colombia, ET, 29/12/22, p. 1.2.
“El gobierno nacional anunció el programa Jóvenes en Paz, una iniciativa que pretende vincular 100.000 jóvenes para que ejerzan como gestores de paz y convivencia, mediando en los conflictos que existen en sus comunidades y apostándole a un liderazgo constructivo desde la legalidad, a cambio de incentivos económicos y educativos.” ET, 27/12/22, p. 1.13.
“Todos han incumplido, pero yo creo quien más lo ha hecho es el Estado, porque las Farc se desmovilizaron, entregaron las armas. Las verdades base lo han hecho, hoy ellos están apostándole a la paz. Ellas están cumpliendo, el Estado no.” María Gaitán Valencia, directora del Centro de Memoria Histórica, ET, 27/12/22, p. 1.14.
El gobierno neoprogre de Colombia es calificado por muchos, incluidos analistas y periodistas, como un gobierno de izquierda hoy. Entretanto, el binomio presidencial ya no los desmiente, aunque Gustavo Petro en más de una ocasión descalificó en sus respuestas y peroratas públicas la utilización de los términos izquierda y derecha por obsoletos.
El comandante del ejército, Luis Mauricio Ospina, quien reemplazó al general Eduardo Zapateiro, abierto contradictor del presidente en funciones, entrevistado al finalizar el año 2022, al preguntársele por este gobierno en Colombia, el primero en la historia de dos siglos de independencia, concluía que “hemos llegado a unas empatías importantes, porque al final el interés de la Fuerza Pública, y específicamente del Ejército, es la tranquilidad de Colombia y de sus ciudadanos, y ese es el interés del gobierno.”[12]
Pero, está claro que, en materia de paz el gobierno de Gustavo Petro tiene que pautar los pasos, y para nada “patear la mesa”. Antonio García y el Coce le pusieron “tate quieto” a los afanes de fin de año. Habrá que esperar hasta finales de este mes, cuando habrá una segunda reunión programada.
El general Ospina, con respecto al Eln, señala, por lo pronto: “Nosotros continuamos haciendo nuestra parte operacional. Una vez ya se establezca una hoja de ruta definitiva seguramente habrá unos espacios que tendremos que acompañar.”[13] Respondiendo a la entrevista de Alicia Méndez hace distinciones entre las organizaciones armadas:
“En el caso del Eln, tiene una especie de estado mayor que es el que intenta mostrar en la mesa de negociación y esa caracterización la determinará el comisionado de Paz con la hoja de ruta que mencioné. Frente a las disidencias y el clan del Golfo, su hilo conductor sencillamente se llama narcotráfico y la disputa del territorio…Los combatimos respetando los derechos humanos, entendiendo que son grupos al margen de la ley.”[14]
Hay otras condiciones necesarias para aclimatar la paz total, a propósito de la cuestión campesina, la implementación de la reforma agraria integral que pactó las Farc Ep, es decir, la erradicación de la coca forzada o voluntaria.
La respuesta de Ospina es: “…como lo ha dicho el señor ministro de Defensa, prima el ser humano y en esa ecuación muchos subsisten de la siembra de la mata de coca, por eso se ha priorizado la sustitución de cultivos…Nosotros somos muy flexible, por eso, cuando entendimos que esto iba a demorar un poco, pues dijimos: no podemos seguir desperdiciando tropas detrás de cultivos en donde lo único que vamos a tener es una confrontación con la población.”
El defensor del pueblo, Carlos Camargo, una figura de por sí polémica desde cuando fuera designado, hace escuchar su voz con respecto a otro anuncio con respecto a la propuesta de Petro, los jóvenes gestores de paz, así: “que los primeros beneficiarios del programa Jóvenes en Paz sean quienes, desde tiempo atrás, le están apostando a la democracia, y a través de ella a representar las necesidades de sus regiones, pero, ante todo, le apostaron a transformar a Colombia.”[15]
In sotto voce está la disputa en torno a si los jóvenes de la primera línea, encarcelados durante el estallido social de 2021, pueden o no ser parte de la gestión de la paz total. Un asunto que ha levantado ampolla hasta hoy, con voces diversas académicas y políticas. Tres de aquellos jóvenes protestantes, su vinculación con la paz siguió en veremos, cuando una juez se declaró incompetente para resolver el problema de su excarcelación.[16]
La nieta de Gaitán, María, también hizo escuchar sobre el Acuerdo de Paz al cierre del año. Recién nombrada directora del Centro de Memoria Histórica, CMH, en reemplazo del historiador Darío Acevedo, quien intentó desandar lo caminado por el historiador Gonzalo Sánchez. Ella sentenció: Todos han incumplido el Acuerdo de Paz, pero quien más lo ha hecho es el Estado.
El progresismo que populariza Gustavo Petro le ha echado mano al gaitanismo, el liberalismo social, cada que puede. La nieta sin ambages en el reportaje de Mauricio Roa afirma: “Yo creo que el presidente se merece conocer bien a Gaitán…creo que él entendió que con Gaitán, el gaitanismo y las memorias olvidadas vamos a tener un esclarecimiento de la memoria y apostarle a una ‘paz total’”.[17]
Ella, al respecto de la paz de Colombia, gritó, cuando estaba en la entrega del Informe final de la Comisión de la Verdad: “No olvidar el genocidio del movimiento gaitanista perpetrado por el Estado desde 1946. Les habla María Gaitán, la nieta de Jorge Eliécer…El teatro Jorge Eliécer Gaitán entró en un aplauso tan supremamente grandioso que yo dije: nos merecemos la memoria.”[18]
La directora del CMH desglosa menciones a los actores subalternos interpelados para la paz total:
“(Las disidencias) es una situación más centrada en lo que el Estado hizo con (Jesús) Santrich. Eso fue de las mayores traiciones. Él se devuelve al monte porque aquí no tenía garantías, como le ha sucedido a la mayoría de los líderes desmovilizados…
Los elenos son de una gran madurez política. Bienvenidos los diálogos con el Eln. No serán otro sí como los acuerdos de las Farc, porque son organizaciones muy distintas…Estoy convencida de que los ‘elenos’ no incumplen si les cumplen.”[19]
De otra parte, María Gaitán Valencia menciona al Clan del Golfo, que se autodenominan hace años Autodefensas Gaitanistas: “Yo he querido mandarles por distintos medios lo que es ser gaitanista. Ellos son la antítesis de lo que es el gaitanismo. Están buscando un estado político de una organización que es paramilitar, asesina y narcotraficante. Eso es una ruta de bus para la ‘paz total’ muy distinta a la condición política que tienen los ‘elenos’.[20]
En suma, el ejercicio de la paz total, que relega el embeleco de la paz con legalidad del anterior gobierno, no puede cometer un memoricidio, y mucho menos ignorar a los diversos actores y la ciudadanía en general para que sea viable. Pero, a hoy el tránsito de la guerra a la paz sufre a no dudarlo un empantanamiento. Este fue el resultado de querer la cabeza del ejecutivo neoprogres hacer avanzar un proceso de paz por decreto, en secreto cocinado, al final del año 2022.
Eran cinco las organizaciones previamente interpeladas. De ellas una no aceptó la estratagema, el Eln que le aguó la fiesta al presidente Gustavo Petro. Las declaraciones y aclaraciones del equipo de gobierno, las voces de Oty Patiño y Danilo Rueda, incluido también el mindefensa Iván Velásquez no lograron desenredar el ovillo.
El crisol de la resistencia y la guerra
“Tengo obligaciones con un gremio, que atendió un llamado del presidente Petro, de diálogo y de concertación. Aquí las invasiones estaban a la orden del día, y cuando comenzaron a actuar las brigadas solidarias que habíamos venido impulsando precisamente para evitar las invasiones, empezaron a atemorizar otra vez a la gente con el cuento del paramilitarismo.” José Felix Lafaurie, en ET, 28/11/22, p. 1.4.
“Por eso es correcto apuntarle a la interdicción, que envía un mensaje directo a los grande narcotraficantes y debilita sus estructuras para que el Estado pueda entrar a promover la sustitución voluntaria,” Jorge Restrepo, director del CERAC, ET, 31/12/22, p. 2.4.
De nuevo, es la paz el trompo de poner, y como resultas de este pulso errático, el trámite de las principales reformas sociales tiene el lunar de la guerra a las puertas del 2023. Entonces, no sobra al cierre de esta aproximación tomarle el pulso a la reacción política, y un caracterizado vocero, el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, quien aceptó colocarse en el crisol donde se fundirán la reforma agraria integral y el ejercicio de la paz total.
Él aceptó ser parte de la mesa de negociación con el Eln, así como ser mediador en la venta de tres millones de hectáreas que satisfarán en parte la necesidad de tierras fértiles para millones de campesinos pobres de Colombia. En una entrevista con María Isabel Rueda, una caracterizada periodista de derecha, le dice:
“A esta sociedad la está matando que se deja llevar por narrativas, que se construyen muchas veces con los cercos propios de la política. Pero, además de ello, la izquierda se especializó en rotular, y ganadero es sinónimo de latifundista y paramilitar. Pero como no es cierto, un gobierno de izquierda se atrevió a decirme que le ayudara a sentarme en la mesa con el Eln.”[21]
En el curso de la conversación, José Félix refiere sus primeras conversaciones con el comandante Pablo Beltrán del Eln: “Dijo, por ejemplo, que creía que esta vez sí funcionaría la negociación porque no están sentados con un gobierno del establecimiento, sino con uno de izquierda, “de los nuestros, de donde vinimos.”[22]
María Isabel lo interpela con una pregunta sobre el cumplimiento del Eln, “¿Y el ataque terrorista contra la Escuela de Cadetes que fue: un cumplimiento o un incumplimiento? Eso fue gobierno Duque, no Santos, año 2017.”[23]
Y a esta precisión añadió: “Beltrán también sugirió [24]traer a los gringos a la mesa, porque hay muchos temas que se cruzan, como el del narcotráfico.”
Luego viene la cuestión de la reforma agraria, “Usted dijo que la reforma agraria de Petro se haría sin ustedes o con ustedes, y que era mejor entonces estar adentro:
Totalmente, lo puse en una columna que escribí en nuestro Nuevo Siglo. A ver. ¿Dígame qué cosa que Petro haya dicho en campaña no está intentando hacerla desde el gobierno? ¿Cuántas veces no se refirió al tema de la tierra y al cumplimiento del primer punto del Acuerdo con las Farc? La diferencia con la reforma pensional, o de salud, o la tributaria que acaba de pasar, u otras muchas más que están en el tintero, es que, en el caso de la tierra, o sea, la expropiación o la extinción administrativa del dominio, no necesita de ningún tipo de trámite legislativo, ninguno.”[25]
El otro capítulo del tránsito de la paz neoliberal a la paz subalterna, cuando menos, porque la paz total, que aquí denomino democrática, tiene primero que cruzar el Rubicón de la política contra las drogas. Porque, en cifras, para el año 2021, había 204.000 hectáreas sembradas con matas de coca, según reportó la oficina de la ONU. Y la negociación con el abanico de grupos armados subalternos toma en cuenta que tales grupos “se financian en gran medida, precisamente, de las millonarias utilidades que deja el narcotráfico.”[26]
Sair Buitrago afirma que “Desde su posesión, el presidente Petro no solo ha cuestionado duramente la política antidrogas, aplicada en el planeta, sino que, cumpliendo promesas de campaña, desactivó cualquier posibilidad de revivir la fumigación aérea con glifosato, planteó cambios para la extradición a EU y determinó que se diera prioridad a la erradicación voluntaria de los cultivos ilegales…”[27]
En particular, Felipe Tascón, director del plan de Sustitución de cultivos de Uso ilícito advirtió que el PNIS, surgido de los acuerdos de paz con las Farc, “fracasó por muchos factores, lo que plantea un nuevo timonazo a la política contra los cultivos ilegales para “recobrar la confianza del campesino y cumplirles con este modelo productivo y económico””.[28]
Con respecto a este otro término de la compleja ecuación a despejar en lo que corre del año 2023, el analista Restrepo precisa a dónde apunta la interdicción, a los cargamentos de droga procesada, a los insumos químicos, o a la base de coca. En todo caso, advierte que se requiere de músculo económico, ergo cooperación internacional, que ha garantizado en lo general las visitas del secretario de Estado, Anthony Blinken a Colombia, con un taque quieto de Petro al espinoso asunto de las extradiciones de carácter administrativo que se practican desde el siglo pasado.
Sobre el particular, la voz de Indepaz, su presidente Camilo González es clara en el sentido de indicar que la política antidrogas debe mantenerse: “El Estado no puede dejar de enfrentar las lógicas violentas del narcotráfico, esto no puede esperar a las negociaciones de paz, que pueden tardar meses, y tampoco puede dejar de cumplir con los compromisos internacionales.”[29]
Por último, este crisol que arde en expectativas tiene el ingrediente de la justicia ordinaria que se le añadirá, cuando tanto la Corte Constitucional, el poder judicial se pronuncia sobre la viabilidad jurídica de la paz total, porque hay varias demandas cursando contra la Ley 2272, y contra el Decreto presidencial sobre los voceros de paz, esto es, contra los activistas de la primera línea que fueron fulminante y muro de contención a la vez del estallido social de 2021.
Estos contingentes de jóvenes provenientes de todo el espectro popular en rebeldía signaron con su lucha y el riesgo de sus vidas en calles y plazas, el lugar protagónico de los Nadies, como bien los llama Francia Márquez, el primer triunfo electoral de un gobierno de izquierda, que en Colombia viste el traje del neoprogresismo como en otros lugares del continente americano. Esta desobediencia civil es la marca de la urgencia de dar cumplimiento a lo establecido desde 1991, en la Constitución de 1991.
Que como bien lo subraya el propio presidente, fue el gran aporte de la tercera fuerza, AD/M19 en la asamblea constituyente que reabrió las avenidas para la democracia subalterna, más allá y más acá de la lucha armada. Y esta Constitución consagró el compromiso estatal de “promover que la igualdad sea real y efectiva”, y de modo particular para las multitudes subalternas. A hoy, tal será, de modo principal, de Francia Márquez quien siendo electa vicepresidente, era se desempeñará al frente del nuevo ministerio de la Igualdad, promesa de campaña, para reivindicar una tarea incumplida desde el tiempo de la conquista sangrienta de Colombia por los españoles y sus aliados, darle finiquito al rosario ignominioso de los privilegios.
¿Será así?
“A ver. Es que Uribe no es el establecimiento político.” José F. Lafaurie, E.T, 28/11/22, p. 1.4.
Conviene cerrar estas reflexiones con una advertencia del caletre de José Félix Lafaurie, que tiene que ver con el desenlace de la crisis de hegemonía nacional, cuando se estructura en la lucha legal y constitucional un nuevo bloque que pone en completa tensión el proyecto del Pacto Histórico, donde la interlocución es ahora con la reacción y la derecha en la disputa por la dirección de la sociedad civil.
Pero, no con la que “Los españoles llaman la derechita cobarde, o el establecimiento cobarde. Es que yo empecé a oler feo cuando peleé con Santos. ¿En qué momento? Cuando no convine con lo que estaba planeado que sucediera con el sector rural en la negociación con las Farc. Santos prometió dos cosas y las incumplió: que esa negociación iba a ser en muy poco tiempo y que no se iba a tocar el modelo de desarrollo económico. Y el único tema que estuvo sobre el asador fue el tema de la tierra y el desarrollo rural.”[30]
El bloque reaccionario está a la espera de otro protagonista del inmediato pasado, el exsenador Álvaro Uribe Vélez, quien espera qué decidirá el juez de segunda instancia por los delitos que se le imputan de fraude procesal y soborno a testigos. Hechos que tuvieron como génesis la creación de las AUC, durante su gobernación y la presidencia del liberal Ernesto Samper Pizano. Cuando él y su hermano Santiago fueron cocreadores del Clan de los 12 Apóstoles. Conversaciones con el mayor Juan Carlos Meneses.[31]
En este año podremos saber también si estamos o no, asistiendo al penúltimo capítulo de Las Guerras de la Paz en Colombia, que luego de más de 30 años, tienen de nuevo una reedición ampliada, en términos informativos y testimoniales, de la aguerrida periodista Olga Behar, cuyo primer tomo acabó de presentar en la Biblioteca del Gimnasio Moderno, doblemente sintomático. En diálogo con el tigre Ojeda, un excombatiente del Eln que lideró el grupo Replanteamiento, cuando miembros otros grupos decidieron romper con el camino de las armas. Para atreverse a disputar la hegemonía al bloque de poder que ejercía con tortura, desapariciones, asesinatos políticos y desplazamiento: la dictadura civil. Van más de cuarenta años en este empeño. A la vista de los protagonistas principales las multitudes subalternas de Colombia que hablaron en 2021, y se han tomado la palabra.
¿Hasta cuándo? Hasta cuando se le quiebre una vértebra a la economía de mercado capitalista político y salvaje que se ha enseñoreado sobre los humildes, los pobres, los excluidos, las mujeres, los jóvenes de Colombia, y tantas minorías étnicas y diversas. Porque como bien lo recordó y entendió Antonio Gramsci, toda hegemonía es en últimas económica.
De ahí, el porqué del recorderis del epígrafe del presente escrito, cuando habla de los cambios sufridos en el sentido común que produce una economía de cambio; y claro, los producidos por la actual destorcida que sacude el globo de la colonialidad asediado por la revolución democrática en las cuatro esquinas del mundo, donde los neoprogresismos de América Latina, son a todas luces, un laboratorio promisorio, plagado de contrastes.
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[1] En diario El Tiempo, “Colombia pasaría de crecer 8% en el 2022 al 1,3% en el 2023,” Bogotá, 11/01/23, 1.8.
[2] Hubo disposición de más de 300 inversionistas de EUA, Europa, Asia y A.Latina, atraídos por la calificación BB+ de la agencia Fitch Rating. La nación posee el 88.5 por ciento del capital total de Ecopetrol.
[3] Neoprogresismo es la definición que acuño para los gobiernos que corresponden a la segunda ola de los progresismos en A. Latina, sin suprimir las particularidades de cada uno. La primera, de un cierto modo se inicia con el triunfo del comandante Hugo Chávez en Venezuela y la cierra el golpe dado contra Evo Morales en Bolivia, que obligó a su exilio. El neoprogresismo aprehende en buena parte de los casos los límites de un programa socialista y su posibilidad de materializarlo en condiciones adversas en lo interno y/o externo. En todo caso, los nuevos gobernantes elegidos a partir de Andrés Manuel López Obrador tienen claro que la revolución democrática tout court es una tarea no cumplida, y que, en esa medida, las transiciones democráticas tienen que responder a las exigencias de igualdad social, cuya brecha se ha acrecentado después de la caída del ciclo de las dictaduras militares, de una parte; y de otra es necesario estructurar unas relaciones con la naturaleza y con los iguales, en el ámbito global que abran las compuertas a compartir mercados y saberes que permitan ir cerrando las brechas de la desigualdad y la competencia leonina.
[4] Galindo, Mauricio.” A manejar la desaceleración y evitar caer en recesión”, en: ET, 31/12/22, 2.2.
[5] Fernández, Carlos F. “La reforma de la salud, un debate que debe ser de todos,” en:ET,31/12/22, 2.9.
[6] Por lo pronto, no se cuestiona la confiabilidad de tales estadísticas.
[7] Op. cit., ídem.
[8] Op. cit., ídem.
[9] Bateman, Alfredo, en ET, 29/12,22, op. cit.
[10] Ídem.
[11] Ídem.
[12] Entrevista al Comandante del Ejército de Alicia Liliana Méndez, en ET, 29/12/22, p. 1.2.
[13] Ídem.
[14] Ibídem.
[15] Camargo Assis, Carlos. “Una apuesta democrática por la paz,” ET, 27/12/22, p. 1.13.
[16] El jurista y profesor del doctorado de Derecho de la U. Nacional, Rodrigo Uprimny, antes, puso en cuestión la ley 2272, que reformó la Ley 418, de orden público, que “autoriza que el presidente nombre como gestores de paz también a integrantes de organizaciones sociales y comunitarias…que el gobierno lleve al Congreso y, con mensaje de urgencia, busque fórmulas legales más apropiadas. DeJusticia, 11/12/22.
[17] Roa, Mauricio, “Acuerdo de Paz,” en ET, 27/12/22, p. 1.14.
[18] Ídem.
[19] Ídem.
[20] Ídem.
[21] Entrevista,“¿Para qué cree que el gobierno Petro lo invitó a la negociación con el Eln?”, en ET 28/11/22, p. 1.4.
[22] Ídem.
[23] Ídem.
[24]Loc., cit.
[25] Loc., cit.
[26] “Hora cero para la nueva política contra las drogas”, en ET, 31/12/22, p. 2.4.
[27] Ídem.
[28] Loc., cit.
[29] Loc., cit.
[30] Lafaurie, ET, 28/11/22, p. 1.4.
[31] Revisar en particular el libro de Olga Behar
Miguel Ángel Herrera Zgaib, Ph D, Presidente International Gramsci Society, IGS-Colombia, Director Grupo Presidencialismo y participación.
Foto tomada de: naiz.com
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