El pasado 11 de marzo, no solamente se eligió el nuevo Congreso de la República, también se tensaron las cuerdas, en los dos extremos del espectro político. Sin embargo, la evidencia indica que hubo injerencia de otras fuerzas políticas diferentes a las que estaban nominalmente en juego. Cómo explicar que el precandidato Iván Duque obtenga en la consulta 4.044.509 votos y todo el Centro Democrático al Senado de la República, incluido el ex-presidente Uribe obtenga apenas 2.519.395 votos? Eso muestra que sectores del partido de la U, de Cambio Radical y del Partido Liberal decidieron apoyar a Iván Duque, incluso muchos votos pueden leerse como votos contra Petro, muchos votaron por Iván Duque, mediante el artilugio que plantea que el “Petro-Chavismo” no le fuera a ganar, y entonces podríamos seguir el rumbo hacia la crisis que hoy vive la hermana República de Venezuela.
En cambio, llama la atención la correspondencia entre los votos de la precandidata Martha Lucia Ramírez (1.538.882), sumados a los del precandidato Alejandro Ordoñez (385.110), con los votos que obtuvo el Partido Conservador en el Senado 1.927.655, la diferencia entre unos y otros es de escasos 3.663 votos.
Estaremos atentos a saber si los casi dos millones de votos del partido conservador, que estuvieron presentes en la “Gran Consulta (de la ultra derecha) por Colombia”, siguen a la Dra. Martha Lucia Ramírez, o siguen a los congresistas que son los que mueven las maquinarias y los votos de estructura partidaria, ahora llamados de la mermelada o las prebendas. Todo parece indicar que esa votación se puede fraccionar entre el candidato Iván Duque y Germán Vargas.
La otra votación que no es de opinión, sino de estructura y de maquinaria, es la del partido de la U y el Partido Liberal, el primero que no tiene candidato, y el segundo, que los congresistas no sienten que su candidato tenga opción de triunfo, y muchos prefieren saltar ahora del barco, antes de que se hunda. Ese sector que “le jala al realismo”, al parecer lo lidera el expresidente Cesar Gaviria.
El candidato Iván Duque, pica adelante al incluir como fórmula vice-presidencial a la Señora Martha Lucia Ramírez, en procura de sumar al menos una tercera parte de los votos que obtuvo en la consulta. Falta ver cuál es la jugada de Germán Vargas que pretende acordar gobernabilidad y su fórmula vice-presidencial con la estructura del Partido Conservador, pretendiendo recoger por lo menos un millón de votos atados a las redes de los congresistas de esa colectividad.
Estando claro que entre Germán Vargas e Iván Duque tienen un case propio (16.44% el Centro Democrático, y 14.07% de Cambio Radical) que con las fórmulas vicepresidenciales se están disputando el 12% que tiene el partido Conservador, lo que los iguala en un porcentaje cercano al 20% cada uno. Viene una batalla a muerte por los votos del Partido de la U (12.09%), que van a buscar mantenerse unidos y a reservar para el final, buscando desequilibrar la balanza, y con su apoyo definir el ganador, para lo cual pretenderán ganar una buena tajada de gobernabilidad en el próximo gobierno. También jugará un papel decisivo las adiciones individuales o de grupo, públicas o subterráneas, desde las toldas del partido liberal con los dos candidatos de su afinidad mermeladistica: Vargas y Duque, quienes aspiran a llegar a la primera vuelta con más del 30% cada uno.
Por el Centro y la Izquierda.
Hasta aquí los votos amarrados, los de las estructuras, las clientelas, las maquinarias y por supuesto los del billete (limpio y no tanto). Ahora miremos que pasa con el voto independiente que se mueve entre la izquierda y el centro. Ese voto tiene como antecedente equiparable la primera vuelta presidencial del 2010, cuando compitieron la formula Antanas Mockus + Sergio Fajardo y la formula Gustavo Petro + Clara López, que sumados lograron un 30% con una votación de 4.465.489 votos.
Igual que con Iván Duque, a Gustavo Petro no le salen las cuentas, en la lista de la Coalición de la Decencia apenas superó el umbral, no llego al 4%, y con seguridad lo apoyaron muchos sectores del Polo Democrático Alternativo, incluso de la Alianza Verde que consideraron que si la consulta de la derecha derrotaba abrumadoramente a la de la izquierda, se envalentonarían y tomarían una gran ventaja. Por otra parte, no se puede valorar a Petro en consulta con su amigo Carlos Caicedo, con Fajardo que no estaba en consulta. Sin embargo, la denominada “Consulta Inclusión Social por la Paz” si logró que Gustavo Petro nivelara las fuerzas con Sergio Fajardo, e incluso tomara una ventaja no muy amplia, como quieren hacer cree sus seguidores.
Los votos que obtuvo Gustavo Petro en la consulta pueden explicarse como la sumatoria de los votos de la Alianza Verde (1.318.152), el Polo Democrático Alternativo (723.536) y los de la Coalición de la Lista de la Decencia (523.412) con una diferencia de apenas 288.631 que pueden provenir de sectores del Partido Liberal cercanos al centro.
Sin embargo la consulta de la izquierda que obtuvo 3.531.288 no se acercó a los 4.465.489 que obtuvieron los sectores independientes y la izquierda en 2010. Eso significa que de la izquierda y los sectores independientes, cerca de un millón de personas, frente a la polarización con la consulta de la derecha, no quisieron votar por Gustavo Petro, la mitad prefirió votar por Carlos Caicedo y la otra mitad, al parecer no se siente cómoda votando por Petro.
Con la votación abrumadora del Profesor Antanas Mockus, acompañando al profesor Sergio Fajardo, con la abultada votación de Gustavo Petro en la consulta, los actores son prácticamente los mismos del 2.010, exceptuando a las López (Clara que se fue al Liberalismo, y Claudia quien luego de una gran gesta anticorrupción hoy hace formula con Sergio Fajardo), pero todos sumados hoy pueden estar aproximándose al 30%.
Mientras Sergio Fajardo logró incluir en la Coalición Colombia, a un sector importante de la izquierda, el Polo Democrático Alternativo y su mayor elector Jorge Robledo, posiblemente, cuando los congresistas y la maquinaria liberal se mueva pragmáticamente hacia la derecha, puede lograr atraer a un sector del liberalismo afín a Humberto de la Calle, que quiere un cambio de elites, y un freno a la corrupción, pero que no le apostarían a cambio profundo en el modelo.
Petro y Fajardo en principio se están disputando los mismos votos, para que crezca uno debe decrecer el otro, sí se empatan (15% cada uno) o la diferencia no es muy grande, 10% y 20%) con seguridad los beneficiados serán Germán Vargas e Iván Duque que podrían entrar en un cabeza a cabeza con un 30% cada uno, o con 25% y 35% pasando juntos a segunda vuelta. Esa es la explicación del título de este análisis.
Soy consciente de que la política es mucho más compleja que las sumas y las restas mecánicas que se han hecho aquí, existen márgenes de maniobra y el voto independiente puede llegar a crecer, especialmente la opinión suele premiar las uniones o alianzas, y muy especialmente la generosidad de los actores políticos. Una formula Petro apoyando a Fajardo podría atraer a sectores que históricamente le votan a las elites tradicionales, tendría mucha más posibilidades de crecer en una segunda vuelta que la formula Fajardo apoyando a Petro.
A la derecha le es más cómodo hacer campaña contra la izquierda que propone un cambio en el sistema, que enfrentar al centro que propone un cambio de elites y una ruptura en el manejo clientelista y corrupto del poder político.
Por otra parte la fórmula de Sergio Fajardo, con su estilo de distención y reconciliación, le aporta más a la consolidación de la paz en el corto y el largo plazo, que la fórmula de Gustavo Petro que contribuye a la polarización, propiciando que se agudice la campaña desde la derecha, buscando legitimar el incumplimiento de los acuerdos de paz, y en particular de la justicia transicional. La mayor votación de la lista de la “coalición de la decencia”, se hizo sobre la consigna “si llego al senado voy a trabajar para meter preso a Uribe”.
El país y los medios de comunicación tendrán que escoger entre dos opciones, seguir polarizando, y sacar a los votantes verracos a votar desde la derecha y desde la izquierda, o le apuestan a una transición que distencione al país y que permita eliminar el flagelo de la corrupción que está haciendo metástasis. Ojala exista la voluntad y la valentía para construir 5 puntos en los que puedan existir identidades, y no seguir buscando los 20 puntos en los que se diferencian y distancian estas dos opciones, que tienen algo en común: NO han gobernado al país. Pero coincidimos muchos analistas y sectores al plantear que la unidad les daría una opción matemática, pero sobre todo emotiva y política de transformar de verdad a Colombia, con un cambio en las elites.
Tarea de Todos. Se puede.
Invito a los seguidores de ambos candidatos, a identificar y resaltar los puntos de encuentro y de coincidencia entre las dos campañas, a evitar descalificaciones y señalamientos que los debilitan por igual, creo que debemos impulsar una campaña en redes sociales a favor de la unidad de estos dos sectores, y también con Humberto de la Calle. Invito a los dirigentes del MIRA a acompañar este proceso de unidad de las minorías, que pueden contribuir de manera significativa a la renovación de las elites y la depuración de la política.
Nota: Es un hecho muy importante para la apertura del espectro democrático colombiano, que la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, haya realizado su primer ejercicio electoral, constituyéndose y comportándose como partido político, pues constituye la materialización de un nuevo sujeto político colectivo. Hay que brindarles todas las garantías para la seguridad de sus dirigentes. Esperamos que avancen rápidamente la construcción de acuerdos con el ELN en Quito, los preferimos haciendo política electoral, que en armas, como un actor generador de violencia.
MIGUEL ANTONIO GALVIS: Analista y consultor Independiente.
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