Arauz cierra la primera vuelta con más de 3 millones de votos, por un millón 818 mil 275 sufragios de Lasso (al contabilizar 99.25 por ciento de las actas), un millón 790 mil 123 de Yaku Pérez y un millón 448 mil 822 votos de la sorpresa llamada Xavier Hervas.
Con intereses muy contrapuestos, Arauz logró conformar un bloque amplio de clases medias, sectores populares, movimientos indígenas, y pequeños y medianos empresarios, que añoran el retorno del proceso progresista de redistribución, recuperación de la soberanía y estabilidad económica. Lasso, por su parte, representa los intereses de la derecha neoliberal que lo impulsó como candidato presidencial en 2013, 2017 y 2021, sin más proyecto que el de desmontar los avances sociales de la Revolución Ciudadana de manera similar a lo que encarnó Mauricio Macri en Argentina frente al kirchnerismo y el peronismo.
Yaku Pérez, en tanto, representa una contracara de la derecha con la que Pachakutik se alió durante los años recientes para enfrentar al correísmo, una derecha ecologista disfrazada de progresismo new age. Pero la sorpresa no ha sido Pachakutik, que con 20 por ciento de los votos iguala sus registros de los momentos postalzamiento indígena (1996 o 2002 cuando llevó al militar de derecha Lucio Gutiérrez a ser presidente de Ecuador hasta su destitución en 2005, tras las protestas de los forajidos que dieron paso al gobierno de Rafael Correa).
La sorpresa de las elecciones presidenciales ha sido el cuarto clasificado, Xavier Hervas, candidato de una especie de socialdemocracia empresarial, que haciendo una campaña en redes sociales dirigida a los jóvenes ha logrado obtener casi 16 por ciento de los sufragios como outsider, aunque después de la elección ya ha mostrado sus preferencias por formar un bloque anticorreísta.
Si miramos la distribución territorial del voto, Arauz ganó en toda la costa ecuatoriana, incluyendo Guayas y Guayaquil e Imbabura, con un alto porcentaje de población indígena, frente a las seis provincias amazónicas de menor densidad poblacional en las que triunfó Pachakutik. Todo ello se traduce en 46 asambleístas para UNES-Centro Democrático; 26 para Pachakutik; 17 para Izquierda Democrática, de Hervas, y 12 para Creo, de Lasso.
Por su parte, Lenín Moreno, que aunque no se presentó a los comicios juega un rol decisivo en el tablero electoral, deja una nación en mitad de una crisis económica y de salud, endeudada con el FMI y con sospechas de andar operando de la mano de Almagro, la Organización de Estados Americanos y el Departamento de Estado de Estados Unidos para impedir la victoria de Andrés Arauz y el correísmo por todos los medios posibles, incluso anulando, bajo la excusa de la pandemia, la segunda vuelta, si hubiera hecho falta.
Junto a Lenín Moreno, será determinante también la posición que adopte el movimiento indígena articulado en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y en su brazo político-electoral, Pachakutik, muy cuestionado también por sus relaciones con la embajada de Estados Unidos, y que se encuentra en una disyuntiva, pues si bien sus bases se alzaron en octubre de 2019 contra las políticas neoliberales de Lenín Moreno, que en realidad eran y son una continuidad del programa electoral de Guillermo Lasso, el rechazo al correísmo y a la figura de Arauz les está llevando a mantener conversaciones secretas primero y públicas después, con Lasso y sectores afines, con los que estarían negociando un apoyo indirecto a cambio de la presidencia de la Asamblea Nacional.
El propio Leonidas Iza, líder del alzamiento de octubre, ha afirmado que Hay gente cercana a Creo (Creando Oportundiades) y a la derecha que están dentro el círculo de Yaku Pérez
(http://www.pichinchacomunicaciones.com .ec/hay-gente-cercana-a-creo-y-a-la- derecha-que-estan-dentro-el-circulo-de- yaku-perez-senala-leonidas-iza/).
Este complejo escenario es el que tendrá que enfrentar Arauz y el correísmo para ganar la segunda vuelta el 11 de abril. Tiene la ventaja de que polarizar con Guillermo Lasso es más claro ideológicamente que confrontar con Yaku Pérez, sumado a un Lenin que, temeroso de ser juzgado por numerosos delitos si Arauz llega a la presidencia, hará lo posible y lo imposible por favorecer el triunfo de Lasso. En cualquier caso, tras la reunión pública entre Lasso, Yaku Pérez y observadores de la OEA, queda claro que las bases de la Conaie van a preferir a un candidato progresista antes que a un banquero neoliberal.
Por delante quedan como retos superar la crisis económica y social provocada por una mala gestión de la pandemia, y recuperar el espacio de Ecuador en el mapa de la integración política latinoamericana después de la decisión de Lenín Moreno de abandonar la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y la Unión de Naciones Sudamericanas, institución de la que Ecuador era sede de la secretaría general.
A pesar de la guerra sucia contra Arauz, es muy posible que en abril triunfe la esperanza en el futuro de Ecuador, en el Ecuador de la revolución ciudadana.
Katu Arkonada
Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/02/13/opinion/018a1pol
Foto tomada de: Pixabay
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