Con el anuncio de la llegada de la Minga Indígena a la capital del Valle del Cauca, y su posterior llegada a Bogotá, el Reo 1087985, el expresidente Uribe Vélez, dio inicio a una campaña de estigmatización de la protesta social y política de los pueblos ancestrales, anclando sus luchas al discurso socialista y al Castrochavismo. Con estas narrativas, el caballista y ganadero antioqueño insiste en cumplir el papel de “contenedor del socialismo” en una Colombia sumida de tiempo atrás en el atraso económico e industrial, por cuenta de una élite que opera bajo un carácter precapitalista, rentista y feudal.
El reconocido presidiario insiste en tratar de asustar a incautos, cándidos, ignaros e ignorantes con el fantasma del Castrochavismo, estratagema que le funcionó muy bien hace cuatro años en la jornada plebiscitaria del 2 de octubre de 2016.
Con ese manido discurso y las narrativas que se desprenden de éste, el latifundista y sub júdice exsenador de la República pretende ocultar el errado manejo, militar y político, que el Gobierno de Duque le viene dando al departamento del Cauca, al insistir en los coloniales procesos de sometimiento territorial, étnico-ontológico-ecológico y ambiental de un vasto territorio sobre el que posaron sus garras narcotraficantes, multinacionales y sus filiales, para insistir en un desarrollo a todas luces insostenible. Por ese camino, lo que promueve desde su cuenta de tuiter el Reo 1087985 son acciones violentas, físicas y simbólicas, con un objetivo claro: extender la racionalidad blanca que lograron imponer en el norte del Cauca los agentes azucareros, por el centro y sur del departamento, de la mano de narco paramilitares que insisten en desplazar a los campesinos, afros e indígenas, violentando sus procesos organizativos.
Con la arremetida de Uribe Vélez en contra de la Minga, el mismo Reo quiere reeditar lo que él mismo vivió y padeció con la Minga de 2008. En aquella oportunidad, el entonces presidente sufrió en carne propia el desprecio y la confrontación argumentada de un pueblo indígena que rechazaba no solo los TLC firmados por Uribe, sino los embates de la Seguridad Democrática y de la idea de nombrar gobernador militar en el Cauca, bajo la lógica de un plan que asumía el territorio caucano como una zona de Rehabilitación y Consolidación.
El Reo 1087985 representa a una élite que se considera blanca, casi aria, la misma que exhibe sin pudor un anacrónico racismo en contra de los pueblos indígenas, afros y campesinos. Larga vida a la Minga Indígena. Y ya sabe la Guardia Indígena que intentarán infiltrar la movilización, como lo hicieron en la señalada Minga de 2008. Habrá que esperar qué vuelve a decir la congresista Paloma Valencia, leal, devota y fiel seguidora del reconocido presidiario. Baste con recordar la propuesta de Valencia de dividir al Cauca entre indígenas y mestizos.
Germán Ayala Osorio, comunicador social-periodista y politólogo
Foto tomada de: RCN Radio
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