A continuación transcribo la grabación defectuosa[1] que hice de la intervención de Julio en el acto magnifico, adobado con la excelente ejecución musical de la Orquesta Sinfónica de la Policía Nacional y precedido por tres estelares intervenciones: la de la anfitriona, por muchos años directora de Parques Nacionales y hoy representante a la cámara Julia Miranda; el ensayo de Pablo Leiva, quien nos precisó la validez del código en el contexto del Siglo 21; y la memoria rigurosa de la elaboración del Código por la abogada de muchos quilates Imelda Gutiérrez. que se llevó a cabo el 19 de marzo en el Capitolio Nacional. No cabe duda que lo más importante que se ha hecho hasta el momento en la dimensión ambiental es el Código de los Recursos Naturales y el Ambiente, construido en siete meses febriles en 1973 y 1974. Esa fue la base conceptual y jurisprudencial para la Constitución del 91, la creación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la evolución del SINA. Colombia cuenta con bases firmes y profundas; nos falta convertirlas en la realidad que todos debemos construir para tener una “segunda oportunidad” sobre esta tierra maravillosa en la que nos correspondió vivir.
“Honorable representante Julia Miranda, Honorables representantes que han votado para darme esta inmerecida condecoración. Querido amigos:
Nunca me imaginé que bastara acercarme a los noventa para estar hoy en el Congreso rodeado de amigos y familiares. Muchas gracias. Voy a pronunciar unas breves palaras divididas en cuatro temas que considero importante mencionar en este día:
- Mucha gente lo hizo
Debo recordar que fue un abogado liberal muy importante, Mario Latorre Rueda, quien propuso que hiciéramos un código ambiental y que fue otro abogado liberal, el afro- franco descendiente nacido en Guapi, en la costa del Pacífico, Joaquín Vanin Tello, quien dirigió su elaboración. La abogada principal del grupo, Imelda Gutiérrez, está aquí presente, como también está una de las personas que lo hizo posible, Margarita Marino de Botero[2] y acaba de hablar el ingeniero y economista Pablo Leyva[3], quien fue no solo uno de los redactores sino el funcionario que logró que antes de que se terminara el gobierno de Alfonso López Michelsen, él además de haber firmado el Código firmara los siete Decretos que lo reglamentaron. Margarita Marino, Pablo Leyva, los abogados del Inderena, los ingenieros forestales y los ingenieros civiles de la Universidad Nacional, los biólogos marinos de la Jorge Tadeo Lozano, los filósofos Augusto Ángel y Manuel Quevedo, el sabio autodidacta Jorge Hernández, la abogada de la Presidencia Saturia Esguerra, fueron unos pocos de las decenas de ilustrados entusiasmados que impulsaron y escribieron el Código y sus reglamentos entre octubre de 1973 y agosto de 1974. Es importante recordar que la FAO nos apoyó proporcionándonos recursos para que se pudieran contratar asesores internacionales y nacionales de alto nivel como Guillermo Cano, Kenton Miller y los recién graduados García y González en Ingeniería y en Ecología. Debe quedar claro que no es un código redactado en una firma de consultores jurídicos o producto de dos o tres cerebros sino es un texto generado por decenas de disciplinas y pensamientos. También deseo insistir en que el tema ambiental tiene en nuestro país antepasados muy numerosos y antiguos.
- Hubo Precursores colombianos antes de Estocolmo
No solo nuestros antepasados asiáticos y africanos animistas y panteístas, también la paloma del arca de Noe y los lobos y lunas hermanos de San Francisco sin duda influyeron en todos nosotros. También la ilustrada expedición botánica y el sabio Mutis, nuestro sabio Caldas, la comisión corográfica de Codazzi, su descendiente Lleras Codazzi en el Gimnasio Moderno, el sacerdote botánico Pérez Arbeláez y el Instituto de Ciencias Naturales en la Universidad Nacional, los clubes de jardinería de Bertha Hernández de Ospina Pérez, el discurso contra los incendios forestales de Laureano Gómez, la ley segunda de Lleras Camargo, el Inderena de Lleras Restrepo. El último presidente conservador del Frente Nacional Misael Pastrana y su contendor político el presidente liberal Alfonso López Michelsen deben ser considerados como generadores de este código en Colombia. No todo surge de Estocolmo
- No todo se ha solucionado
Tener el código nos ilusionó a muchos y años más tarde tener, gracias al presidente Gaviria y al ministro Manuel Rodríguez Becerra, una Constitución Ecológica, un Ministerio del Ambiente, 33 corporaciones regionales y cinco institutos de investigación nos llevaron a esperar que en Colombia se acabara la deforestación, se manejaran bien las aguas públicas y se aumentaran las poblaciones de animales silvestres. Sin embargo, eso no lo hemos logrado. Tenemos hoy muchísimas más áreas protegidas, el movimiento ambiental es hoy muchísimo más numeroso y vemos más pumas y jaguares, osos y venados, pero las especies en peligro son más de 2.000, las guerrillas amenazan lo parques nacionales y el mercurio contamina inclusive a los ríos amazónicos. Hoy lo humano forma parte del ambiente según nuestras leyes y los ríos tienen derechos, pero continuamos en guerras, la pobreza sigue, el hambre apareció nuevamente y somos el productor más grande de cocaína. No podemos estar orgullosos de lo que ha sucedido, pero al mismo tiempo nuestros cerebros son tan ingenuos que nos siguen acercando nuevamente al optimismo.
- Casi todo se podría solucionar
Ese optimismo tradicional y bogotano naturalmente no nos lleva a dibujar un país maravilloso, pero si a un país en donde se viva bien, como lo esperan también en Bolivia y en Ecuador. Ya el desarrollo en que creímos en nuestros años cuarentones sabemos que se puede demorar siglos, pero al mismo tiempo sospechamos que, en unos veinte años o menos, los economistas regresarán al realismo y lograrán llevarnos a una vida buena y digna. Bastaría para eso dejar de simplificarlo todo como lo he recomendado en de mis varios libros.
Solo me falta lo más importante que es agradecer a todos mis amigos el apoyo que he recibido a lo largo de mi vida y al país todas las facilidades que me han dado, no para ser rico, tampoco para ser muy poderoso, pero si para vivir relativamente bien en medio de todas nuestras dificultades”.
Hasta aquí la intervención de Julio Carrizosa. Gracias Julio por ser un referente de Hombre Nuevo. De hombre no machista y acumulador de cosas materiales, sino ciudadano cívico, intelectual profundo y gran conversador y persona dialogante, que atesora la amistad y el dialogo permanente. Que valora profundamente las mujeres y las demás personas. Gracias Julio por no renunciar nunca a seguir produciendo ideas y conceptos; gracias Julio por no haberse pensionado en la lucha por un país mejor, por que sabemos que hasta el último día de su existencia contaremos con su aporte mental en una nueva dimensión que trasciende la interdisciplinariedad para llegar a la “indisciplinariedad” necesaria para cambiar este mundo imperfecto y a veces decepcionante y seguir construyendo el mundo humano, lleno de “sentipensar” que necesitamos en el siglo 21.
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[1] Comparto toda la responsabilidad de los errores que puedan existir en este escrito con el transcriptor de Google!!!
[2] Quien se encargó de organizar todos los talleres de discusión y elaboración conjunta y pluridisciplinaria del Código.
[3] Creador del IDEAM, le imprimió una gran rigurosidad académica y científica a la entidad.
Carlos Hildebrando Fonseca Zárate, Ingeniero Civil, M.Sc. Sistemas Urbanos y Ambientales, Doctor en Geografía; actualmente asesor de gerencia del FONDO ADAPTACION y director (ad hoc) de Corporación SIMBIOSIS.
Foto tomada de: Memorias Conversadas
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