En el desarrollo de esta estrategia el gobierno del cambio adelanta conversaciones con el ELN, las disidencias de las FARC, el EMC, la segunda marquetalia y varios grupos del multicrimen, con el propósito que pongan fin a la violencia que provoca esta centenaria guerra, donde no se puede desconocer también las acciones criminales de agentes del Estado con prácticas como los falsos positivos.
En el desarrollo de la propuesta de Paz total, termina el 6 ciclo de conversaciones con el ELN, una vez que el gobierno del presidente Gustavo Petro reanudó las conversaciones con este grupo irregular, aceptado el reinicio con la agenda aprobada en Quito-Ecuador en el segundo periodo del gobierno de Juan Manuel Santos y después del congelamiento de las conversaciones en el gobierno de Iván Duque.
El anuncio de la suscripción en este 6 ciclo de los 5 protocolos en donde se resalta el de la renuncia a la práctica abominable del secuestro y el no reclutamiento de menores de edad, además de la prórroga por otros 6 meses del cese bilateral del fuego.
En las negociaciones con los últimos 6 presidentes con el ELN, ha gravitado en la agenda, la propuesta de esta guerrilla de la creación del fondo multi donante, para financiar a sus integrantes mientras se encuentra en cese de fuego; en experiencias con otras guerrillas en el país, el Estado y la cooperación internacional han ayudado a financiar a las guerrillas, pero en la fase final de las conversaciones, cuando la guerrilla se concentra en una zona específica y cuando está en la fase final de las conversaciones y cuando ha sido manifiesta la decisión de la guerrilla de abandonar al uso de las armas, tema nodal que el ELN nunca lo ha manifestado y contemplado en las diferentes negociaciones sostenidas con el Estado colombiano.
El ELN nunca antes se había sentado a negociar con un gobierno progresista resultado del estallido social y la justeza de un programa pensado en los sectores más desfavorecidos de la nación, y por ello el constituyente primario le apostó al gobierno del cambio que lidera el presidente Gustavo Petro y la vicepresidencia Francia Márquez, gobierno que pareciera que el ELN lo sigue mirando como enemigo y cómo parte del Estado opresor al que siempre han enfrentado; el ELN viola lo firmado, sigue con acciones contraria a la sociedad civil de los territorios donde hacen presencia, ejemplo el llamado paro armado en el departamento del Choco, que solo afecta a esta martirizada región golpeada como el que más por la guerra y el conflicto, porque presenta los índices alarmantes de las mayores necesidades insatisfechas.
El ELN pareciera indiferente a las acciones de conspiración diaria de la derecha y los poderosos del país, quienes no cesa en urdir el golpe blando contra el gobierno del cambio que derrotó la propuesta de esa derecha, la que se resiste a dejar sus privilegios de disponer de lo público para beneficio particular. La acción ilegal del ELN golpea fundamentalmente a las comunidades que viven en los territorios de conflictos, porque los poderosos viven a sus anchas con la seguridad que les presta el gobierno con los recursos públicos y además la mayoría de estos poderosos no viven en el país.
Hoy el ELN, tiene el reto de ser consecuente cuando plantea que la esencia de su propuesta es la participación ciudadana y del logro de un Estado más igualitario y donde se viva una democracia plena, propósitos que están consignados en el plan de desarrollo de la potencia de la vida, y que promueve la participación ciudadana en modelos como el consenso nacional o dialogo nacional que propone esta guerrilla y que fortalecería a las organizaciones sociales y que el ELN, ayudarían desde La Paz total a logro de está sentidas reivindicaciones, que de consensuarse lograrán un mejor bienestar para del desarrollo y progreso para las mayorías nacionales.
El ELN tiene la palabra, no puede repetir que el gobierno del presidente Petro está aliado con el paramilitarismo y respaldado por lo que llama eufemistamente “la izquierda legalista” según su último comunicado firmado por el COCE, del 13 de febrero donde justifica el llamado paro armado en el Choco, violando una vez más el protocolo firmado del cese del fuego.
El ELN no se notifica que los más de 11 millones que apoyamos la elección del presidente Gustavo Petro, también rechazamos la violencia y no respaldamos el accionar que va en contravía de la ciudadanía que apoya la negociación con esta guerrilla que pierde cada vez más el minúsculo respaldo que tiene, porque se la ve en muchas ocasiones coincidiendo con quienes están promoviendo la ruptura institucional que quiere el derrocamiento del gobierno progresista de la potencia de la vida, así no se construye la paz tan anhelada que exigimos los colombianos y colombianas.
Harold Ruiz Moreno
Foto tomada de: https://colombia.unmissions.org/
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