Hay que oír y leer al filósofo italiano marxista Diego Fusaro que tiene una alta recepción en Europa y Latinoamérica sobre sus concepciones acerca del capitalismo del siglo XXI, la cultura Woke, la globalización y un marxismo que mezcla con Friedrich Hegel y Johann Gottlieb Fichte.
Fusaro tiene 43 años. Es director del instituto de Altos Estudios Estratégicos y Políticos de Milán, y ha publicado cerca de 13 libros, entre los cuales se destacan Historia y conciencia del precariado, Marx y el atomismo griego, Todavía Marx El espectro que retorna, Pensar diferente Filosofía del disenso, El nuevo orden erótico Elogio del amor y de la familia, Marx idealista, la Farmacia de Epicuro y Europa y el capitalismo.
Ciertas ideas de Fusaro
Voy a presentar algunas de sus ideas, con frases cortas de algunos de sus libros, como una introducción a este filósofo.
El enemigo es el mal
Para Fusaro, demonizar al enemigo es una estrategia para no tener que refutarlo.
Las izquierdas descoloridas
Las izquierdas que él llama fucsias, de colores diversos, de rojo descolorido, critican a Marx, Gramsci y Sócrates, que en realidad han sido traicionados.
Hay un vínculo entre la derecha del dinero y la izquierda fucsia (la social democracia neoliberal y los progresistas liberales).
Las izquierdas fucsias son las aliadas del capital financiero y el capitalismo.
Una clase financiera aliada con una izquierda fucsia que forman parte del turbo capitalismo-ultra capitalismo
Fusaro es antineoliberal y antisionista
Defiende un discurso nacional soberanista. Defiende los estados nacionales.
La familia, el sindicato y el estado son necesarios.
Es anti atlantista y antiglobalización.
El estado de Israel es genocida
Libertad dentro del sistema
Derechos sociales vs derechos individuales.
Se desplaza la atención de los derechos sociales a los individuales.
Hoy el individuo es el super hombre de Nietzsche
Todo lo sólido y profano se desvanece en el aire. Todo es líquido, nada es fijo. No es fija la familia, el amor, el sexo, las comunidades, el estado-nación, los sindicatos, las escuelas…
Eres libre para hacer lo que quieras, pero no puedes hacerlo.
El individuo y la libertad se sacrifican frente a las leyes del mercado.
Se desacredita cualquier pensamiento que no sea liberal.
Es lícito criticar todo menos al capitalismo.
Un capitalismo que homologa todo
Se permite todo discurso mientras sea dentro del sistema, que no vaya contra el pensamiento único, porque si no es negado.
La igualdad del capitalismo del siglo XXI es la homologación.
Hay una homologación de todo. La globalización produce siempre lo mismo en todas partes. Predomina la anglobalización (todos a hablar inglés)
Hoy el capitalismo es el bazar de las identidades de consumo.
Hayek y Thatcher
La escuela austriaca: todas las relaciones deben ser entre los individuos, todas deben ser acuerdos voluntarios, sin intervención del Estado.
Relaciones individuales sin el Estado son pacíficas según la escuela austriaca.
Que cada relación sea un acuerdo mercantil
Detrás están las finanzas y el capital en Hayek
En Hayek aparecen solamente las finanzas y el capital
Margaret Thatcher es la enemiga número uno de las clases trabajadoras.
Estamos en un capitalismo absoluto, sin límites
Las élites son: la oligarquía financiera, los capitalistas de la big tech: una clase post burguesa y antiburguesa.
El capitalismo es hoy post burgués y post proletario, ya no se tienen los valores tradicionales burgueses, sino que son antiburgueses, nihilistas y consumistas.
Estamos en la sociedad de las hamburguesas.
Tenemos una gran sociedad de derechos de consumo de las clases altas.
La astucia de la razón capitalista…, sino también en su habilidad para encargar ese papel a las fuerzas del ala izquierda del espectro político, fuerzas que, mientras tanto, han pasado—traicionando totalmente la letra y el espíritu de Marx y Gramsci-de la lucha contra el capital a la lucha por el capital.
Los nuevos esclavos hacen cola plácidamente ante los templos de las mercancías para comprar a plazos la última novedad, lo mejor que la sociedad de consumo puede venderles.
Hoy en día, en cambio, al pasar del proletariado al precariado y de la conciencia infeliz burguesa a la inconsciencia feliz posmoderna, el conflicto se ha reconfigurado de una guerra controlada totalmente por los grupos dominantes en detrimento de los dominados.
Sobre el disenso
La historia de la humanidad es también la historia del disenso. Desde siempre, en formas, con resultados y presupuestos mutuamente irreducibles, los hombres se rebelan.
El disenso se da como activo y afirmativo. Esto es lo que más falta en nuestro tiempo del consenso de masas y de la homologación generalizada, donde todos piensan y sienten del mismo modo.
… puesto que ya no hay rebeldes, estos son sustituidos por un rebaño amorfo de amantes inconscientes y felices de su propia esclavitud.
Nadie es más esclavo que el que se cree libre sin serlo (Goethe, Las finalidades afectivas).
Como en la caverna de Platón, o en la adaptación cinematográfica que podemos ver en Matrix, los esclavos se movilizan y disienten en contra de sus potenciales liberadores. En palabras de Spinoza, el poder hace todo lo posible “a fin de que luchen por su esclavitud, como si se tratara de su salvación”.
El disenso generalizado contra los totalitarismos extintos acaba siendo utilizado hábilmente como elemento ideológico para legitimar el nuevo orden clasista.
El nuevo orden mundial puede permitir que algunos grupos reducidos protesten. El sistema, según un programa preestablecido, los vuelve impotentes e ineficaces a través de la desocialización y la alienación, es decir, mediante la reducción del tejido social los convierte en un manojo de átomos desarraigados, y mutuamente hostiles, mónadas auto referenciales centradas en sí mismas y en su función de consumidores individuales que identifican de manera irreflexiva la libertad con la libertad de elección consumista.
… la sociedad totalmente administrada puede mostrarse tolerante con las opiniones antagónicas y los disensos, ya que son incapaces de ir más allá de la cortina de la ideología convertida en “se dice” mundializado.
El primer acto de una auténtica rebelión, no manipulada por el orden simbólico dominante, debería ser abandonar estas falsas dicotomías y tomar posición frente a la contradicción principal.
Si el poder consigue dividir, entonces puede mandar holgadamente, a menudo sin siquiera ser nombrado: la lucha verdadera tradicional entre amo-esclavo es sustituida por el enfrentamiento horizontal de esclavos que luchan entre ellos (cultura woke).
El nuevo orden mundial clasista no tolera Estados nacionales democráticos, familias, idiomas nacionales, culturas, identidades, comunidades solidarias, visiones plurales del mundo, perspectivas críticas, movimientos de protestas verticales ni conciencia de clase crítica.
La esclavitud se vive como si fuera libertad, la imposición como libre elección, el dominio como esmerado cuidado por la expresividad individual, en palabras orwellianas, “la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”.
Diego Otero Prada, Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica-ACECRI y miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas-ACCE.
Foto tomada de: Infobae
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