La problemática por la que atraviesa la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá –ETB- no es un tema simple, no es un tema de blanco o negro, no es un tema que pueda tratarse desde posiciones meramente ideológicas o partidistas. Es una situación compleja con muchas variables y el análisis que hagamos debe apuntar a encontrar la mejor solución posible para la ETB y la ciudad de Bogotá.
Ante la perspectiva de que el Tribunal Administrativo de Cundinamarca ratifique la decisión que declaró nulo el artículo del actual Plan de Desarrollo de Bogotá que autorizaba la venta de las acciones de la ETB de propiedad de Bogotá, todo indica que la Administración Peñalosa presentará al Concejo de Bogotá un nuevo proyecto de enajenación de esas acciones.
Bogotá es propietaria del 86.3% de la ETB, la Universidad Distrital 2%, otras entidades públicas 0.6% y el sector privado 11.64%. La Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá S.A. E.S.P. está constituida como una sociedad comercial, con autonomía administrativa, patrimonial y presupuestal, y ejerce sus actividades dentro del marco del derecho privado y la Ley 142 de 1994 (régimen de servicios públicos domiciliarios). La ETB compró Ingelcom, operador de televisión, y es cabeza del grupo empresarial que lleva su nombre, con 88% de Colvatel (redes y soluciones tecnológicas), 75% de SkyNet Colombia (operador satelital) y 39% de Businnes Center Américas (atención al cliente).
¿Cuál futuro para la ETB? ¿Qué hacer? La problemática por la que atraviesa la empresa no es un tema simple, no es un tema de blanco o negro, no es un tema que pueda tratarse desde posiciones meramente ideológicas o partidistas. Es una situación compleja con muchas variables y el análisis que hagamos debe apuntar a encontrar la mejor solución posible para la ETB y la ciudad de Bogotá.
FORTALEZAS DE LA ETB
En el año 2012 la ETB diseñó una gran apuesta estratégica con base en un plan de modernización tecnológica y ampliación de su oferta de servicios que denominó N-play. Este plan tenía como eje central la instalación de una extensa red de fibra óptica al hogar (FTTH) y el despliegue de anillos de fibra óptica (FO) para clientes corporativos y de gobierno. Como es sabido, la FO permite ofrecer muy altas velocidades de transferencia de datos y se prevé, según diversos analistas, que tendrá un crecimiento anual cercano al 5% entre 2017 y 2022 en el país.
El plan N-play comprendió además la adquisición de frecuencias y sistemas 4G LTE, y la licencia de celulares con el operador Tigo, para poder entrar en el negocio de telefonía móvil y datos móviles, y la televisión interactiva digital. A su vez, la ETB dispone de una gran red de telefonía fija e internet (ADSL) gracias a su infraestructura de cobre (aún si su uso está disminuyendo) y del control de los ductos subterráneos de la ciudad que le permite extender ampliamente su red de FO como a ningún otro operador. El conjunto de esas inversiones, realizadas en la Administración Petro, costaron 2.3 billones de pesos y representan hoy cerca de 50% de los activos de la ETB que superan los 5 billones de pesos.
Hoy la ETB sigue teniendo una importante base de clientes en Bogotá que constituye un potencial muy atractivo; de los 108.000 clientes a finales de 2015, es posible que al finalizar 2018 la cifra supere los 200.000. Al mismo tiempo, la tendencia de diversificación de los ingresos es significativa.
Un estudio de 2015 de la EAFIT estima que en los próximos años el retorno sobre la inversión podría ser hasta del 18% y otro estudio de 2016 denominado “La ETB patrimonio público de la ciudad. Un análisis desde el Control Fiscal”, destaca la proyección de la empresa en las nuevas líneas de negocio y que las inversiones realizadas solo tendrán réditos en el mediano y largo plazo.
DIFICULTADES DE LA ETB
Sin embargo, la situación actual de la ETB presenta cifras preocupantes: sus pasivos ascienden a $2,2 billones y las pérdidas a $64.474 millones. Los ingresos disminuyeron de $362 mil millones en el primer trimestre 2017 a $341 mil millones en el primer trimestre 2018. La facturación no creció pero los costos e inversiones aumentaron, reduciendo la rentabilidad y la caja. Los márgenes de Ebitda pasaron de 53% de los ingresos a 28%, y los flujos operativos se tornaron negativos. El panorama por tanto es delicado, aun cuando estos resultados también se explican en parte por el nuevo sistema contable de normas internacionales de información financiera (NIIF).
Desde luego, la difícil situación por la que atraviesa la ETB no es ajena al hecho de que compite en los nuevos negocios con América Móvil (Claro), Telefónica (Movistar), Millicon (Tigo-UNE) y AT&T (DirecTV), que han hecho millonarias inversiones y proyectan una imagen positiva en el mercado.
La fibra óptica que desplegó la ETB pasa, geográficamente hablando, cerca de 1.4 millones de hogares, de los cuales están conectados cerca de 250 mil y alrededor de 700.000 hogares más son potencialmente conectables. Pero si se quiere llegar a medio millón de hogares, que le permitiría a la empresa obtener ingresos adicionales hacia un punto de equilibrio, conectar el último tramo costaría entre 2 y 3 billones de pesos adicionales según estimaciones de la ETB (nótese la diferencia de un billón de pesos, por lo que es necesario que la empresa haga un verdadero estudio técnico).
En este marco de cifras negativas y balances pesimistas, el alcalde Peñalosa y el actual equipo directivo de la empresa le apuestan a la venta de la totalidad de las acciones de Bogotá en la ETB como única salida, según sus declaraciones. Se reorientó entonces el norte de la empresa, al tiempo que se inició una fuerte reducción de gastos y se mejoró la atención al cliente, y aunque se hacen esfuerzos para mantener la estabilidad del barco las dificultades siguen siendo grandes.
También estamos frente a una visión, según la teoría económica neoliberal, que considera que no le corresponde al Estado ser dueño y encargarse de la gestión de empresas de servicios públicos, ni tiene la capacidad de manejarlas con eficiencia, lo que si puede hacer con éxito rentable el sector privado en un mercado altamente competitivo.
CIUDAD INTELIGENTE, NUEVOS NICHOS DE NEGOCIO
Asistimos a la transformación digital de los Estados, las empresas y la sociedad en general y vemos todos los días como nuestra manera de trabajar y vivir está cambiando. El plan N-play estaba justamente asociado a la evolución de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –TIC, que exigía y exige de la ETB su continua renovación tecnológica, operacional y de servicio al cliente.
Este fenómeno extraordinario de innovación y masificación de las tecnologías digitales, inscrito en la denominada cuarta revolución industrial, ha desembocado en la Economía Digital y la Sociedad del Conocimiento en un mundo globalizado, y obviamente impacta a Colombia y su mercado.
Por eso los congresistas tienen gran responsabilidad frente al proyecto de ley de modernización institucional de las TIC que presentó la Ministra TIC y su equipo ante el Senado. También se debe evaluar la conveniencia de fusionar la Comisión de Regulación de Comunicaciones y la Autoridad Nacional de Televisión. Está en curso la asignación del espectro de 700 MHz para las tecnologías 5G y se discute por cuántos años debe adjudicarse. Todo ello jugará en el avance de este importante sector económico que analistas estiman generará al año 2025 entre el 5% y 10% del PIB del país. Si el Gobierno de Duque quiere hacer realidad la llamada Economía Naranja, debe entonces cuidar el desarrollo de las TIC, pues hoy más que antes la creatividad requiere de las nuevas tecnologías.
Considero que el futuro de la ETB está en asociado en gran parte al desarrollo de Bogotá como Ciudad Inteligente, noción que comprende el uso de las nuevas tecnologías digitales para transformar la industria, la producción, la infraestructura y la economía en general; para acercar a gobernantes y ciudadanos en una gobernanza más democrática y participativa; para generar dinámicas de apropiación social y cultural de la ciudad; para apalancar el emprendimiento innovador; para fortalecer la gestión pública; para modernizar los servicios públicos, entre otras muchas perspectivas. Ciudades como París, Londres, Nueva York y otras, aprovechan los grandes beneficios que ofrecen la fibra óptica y toda la oferta de servicios inteligentes derivados o asociados a ella. Bogotá avanza en esta dirección y la ETB tiene allí nuevos nichos de negocio de gran potencial.
Proyectos como el Metro de Bogotá, que requerirá un vasto sistema de recaudo, comunicaciones y anuncios; la digitalización de los contadores de gas y energía eléctrica de la ciudad; la Historia Clínica Unificada que requiere la interconexión de hospitales y entidades del sistema de Salud; la seguridad ciudadana que implica no sólo la red de cámaras de la Policía sino su enlace con otros sistemas públicos y privados; la mejora de la movilidad mediante la Red de Semáforos Inteligentes; la gestión de parqueaderos urbanos para ganar en tiempo y eficiencia; el gobierno en línea, las plataformas de datos abiertos y las cadenas virtuales de servicios al ciudadano, que utilizan plataformas que manejan millones de datos en la nube; el desarrollo de la educación virtual con sus redes, plataformas y contenidos, hoy parte esencial de la enseñanza; la evolución del Internet de las Cosas; la creación de un Parque de Ciencia, Tecnología e Innovación para la ciudad; y otros tantos posibles desarrollos de Ciudad Inteligente, son enormes oportunidades de mercado para la ETB.
Pero además la ETB como empresa de la ciudad de Bogotá también debe tener vocación social, no sólo debe generar utilidades y dividendos, o al menos es la concepción que nos anima a quienes consideramos que las tecnologías deben estar al servicio de metas humanas. Hablamos entonces del retorno social de la inversión, noción esencial para el progreso del conjunto de la sociedad.
Por eso en 2013 y 2014 adelantamos diversos proyectos desde la Alta Consejería Distrital de TIC con el apoyo de la ETB, el MinTic, la Universidad Distrital, la Cámara de Comercio de Bogotá y otros aliados, que tenían un alto componente social: las zonas de WIFI público como factor de convivencia ciudadana y renovación urbana; los centros interactivos para la alfabetización digital, entendiendo que la inclusión digital es hoy parte indispensable de la inclusión social; los cursos virtuales para la igualdad de oportunidades de la mujer; el apoyo a jóvenes emprendedores digitales; la apropiación de la cultura digital para un mejor desempeño individual y profesional del ciudadano, entre otros.
Se trata de proyectos sociales de nuevo tipo que deben seguir realizándose y tener continuidad en el tiempo, que incluso, en mi simple opinión, generarían mayor beneficio para el progreso de los habitantes de Bogotá y el futuro de la ciudad, que los proyectos de infraestructura y sociales que la Administración Peñalosa anuncia se realizarían con el dinero de la venta de la ETB.
Concluyo diciendo que las posiciones frente al futuro de la ETB se pueden resumir en las siguientes: una, la Administración Peñalosa insiste en vender la totalidad de la participación accionaria de Bogotá en la ETB; dos, quienes consideran que se debe esperar para recuperar las inversiones realizadas entre 2013 y 2015, mejorando en paralelo los procesos internos, la atención al público, el servicio posventa y afinando una estrategia comercial propia y con aliados; y tres, conseguir un socio estratégico que le inyecte capital a la ETB pero sin que Bogotá pierda el control de la empresa.
Considero que se requiere en lo fundamental una convergencia y articulación de las dos últimas opciones. Pero además de buscar un operador de telecomunicaciones de talla mundial como socio estratégico, también existe la posibilidad de encontrar otros socios entre aquellas grandes empresas que podrían estar interesadas en la ETB en la medida en que las TIC constituyen un componente de inversión estratégica de sus propios negocios en los proyectos de Bogotá como Ciudad Inteligente.
Lo cierto es que cualquiera que sea el camino a seguir, cada día que se aplazan las decisiones de fondo sobre el futuro de la ETB, la empresa corre el riesgo de estancarse, de perder competitividad y de seguir desvalorizándose. Hay que encontrar soluciones viables que le convengan tanto a la ETB como a Bogotá. A mi juicio ¡antes que pensar en vender la ETB, hay que dedicarse a fortalecerla!
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Mauricio Trujillo Uribe: Ex Miembro de la junta directiva de la ETB. Ex Alto Consejero Distrital de las TIC para Bogotá
Foto tomada de: Revista Semana
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