El DANE clasifica a toda la población, según ingresos en cuatro “clases sociales[1]” como se muestra en el siguiente cuadro:
Solamente 850.000 personas (1,7% del total) son clase alta; 12,7 millones (25,4%) son clase media, y 36,5 millones (72,9%) son clase vulnerable y pobre (dentro de la cual a su vez 7,5 millones viven en condiciones miserables por que no tienen ingresos suficientes para alimentarse bien). Aunque el concepto de clase utilizado por el DANE es incorrecto, estas cifras dan una clara idea de la creación de una isla de riqueza en medio de un mar de pobreza.
En 1900 Colombia tenía una población de aproximadamente 4 millones de personas; supongamos que el 80% era pobre, es decir, 3,2 millones de pobres. Durante estos 120 años se consolidó el capitalismo en Colombia. En 2020, Colombia tiene 21 millones de pobres y 15 millones de “vulnerables”. El capitalismo y el mercado, tan alabados por sus defensores, muestra una enorme capacidad de crear pobres.
Estas cifras del DANE muestran los bajos niveles de ingreso monetario que recibe la mayoría de trabajadores colombianos. El 72,5% de los hogares colombianos es pobre y vulnerable: tiene ingresos inferiores a $2.615.124 mensuales. Este solo dato evidencia cómo las condiciones de vida de la mayoría de trabajadores colombianos son bastante precarias. Los rangos presentados por el DANE no permiten explorar con más detalle otras situaciones; por ejemplo, la clase media está enmarcada en un rango amplio, convendría examinar qué porcentaje se encuentra cercano al límite de $2.615.124. Probablemente la mayoría es más cercana a este límite inferior que al superior. Así mismo, el límite inferior de $14 millones mensuales para considerar a alguien de clase alta, no permite ver la división al interior de esta clase. Comparado con la mayoría de los trabajadores, una familia que obtenga $14,2 millones mensuales está en una condición monetaria muy superior a los pobres, pero de todas formas está muy lejos de las familias de los capitalistas, especialmente de los más ricos.
Esta clasificación en “clases sociales” desde 2012 es relativamente estable. En este año el 70,2% era pobre y vulnerable, bajó a 67,7% en 2019 y subió en 2020 a 72,9%, al tiempo que la clase media pasó de 27,8% a 30,1% para caer nuevamente al 25,4%. Y la clase alta pasó del 2% al 2,2%, para caer luego al 1,7%.
La pobreza en 2020
En 2020 la proporción de población en pobreza para el total del país fue 42,5% un aumento de casi 7 puntos con relación a 2019, cuando fue de 35,7%. La incidencia de la pobreza venía disminuyendo desde 2012, cuando fue 40,8%, alcanzado un mínimo de 34,7% en 2017. Tradicionalmente había sido mucho mayor en las zonas rurales pero en el año 2020 se igualaron.
Para el total del país, la población pobre pasó de 17,5 millones en 2019 a 21 millones en 2020, sobre una población de aproximadamente 50 millones. Solamente en Bogotá el aumento en el número de pobres en 2020 fue de 1,1 millones de personas, pero también fue alto en otras ciudades grandes.
La pobreza monetaria extrema pasó de 9,6% en 2019 a 15,1% en 2020. Venía disminuyendo lentamente desde 2012. En las zonas rurales es de 18,2% y en las zonas urbanas de 14,2%. En cifras absolutas pasamos de 4,7 millones de personas a 7,5 millones entre 2019 y 2020; solamente en Bogotá se pasó de 345 mil a 1 millón cien mil. Según esto, 7,5 millones de trabajadores y sus familias no tienen ingresos para comprar una canasta de alimentos que les garantice una mínima nutrición.
Las personas asalariadas tienen un nivel de pobreza de 24,7%, lo que indica que no obtienen siquiera el salario mínimo, y lo mismo los ocupados con 38,7%. De otra parte, los hogares sin niños, con más personas ocupadas y con menor número de personas tienen niveles de pobreza inferiores.La incidencia de la pobreza es mayor en las mujeres (46,7% frente a 40,1%); en los jóvenes hasta 25 años en comparación con los mayores de 65 (50,7% frente a 30,3%); entre las personas con ningún nivel educativo o apenas primario frente a los de educación universitaria o posgrado (49,6% frente a 15,7%); entre los desocupados frente a los ocupados (69,1% frente a 38,7%); entre los patronos y cuenta propia frente a los asalariados (50,9% frente a 24,7%); y finalmente entre los no afiliados y los afiliados a pensiones (52,4% frente a 18,2%). Estas diferencias se observan también con relación a la pobreza extrema.
La desigualdad medida por el coeficiente de GINI de los ingresos pasó de 0,526 a 0,544 entre 2019 y 2020, uno de los niveles más altos en América Latina y el mundo. De acuerdo con la encuesta Pulso Social del DANE[2] el 31,4% de los colombianos no logra consumir tres comidas al día.
Las cifras del DANE esconden más de lo que muestran
Las categorías utilizadas por el DANE sobre pobreza y clases sociales son, teóricamente, muy pobres, por decir lo mínimo. El DANE enfoca el asunto desde una perspectiva cuantitativa -la magnitud del ingreso monetario recibido- lo que permite que pueda haber cambios importantes en las “clases sociales” de un período a otro. De este modo, una persona en 2019 era clase media y pasó a ser vulnerable en 2020, al tiempo que muchos vulnerables pasaron a ser pobres y muchos pobres pasaron a ser pobres extremos. Evidentemente la magnitud del ingreso es una situación relevante e importante para las personas, pero si el análisis se queda ahí simplemente no permite entender en qué consiste esta sociedad. Los pobres son trabajadores asalariados, trabajadores por cuenta propia, desempleados y subempleados, degradados, e incluso pequeños patronos de microempresas. La clase social se fundamenta en el lugar que ocupan las personas en el proceso de producción social. El origen de la pobreza se encuentra en la expropiación de sus medios de producción.
Examinar cuál es la vinculación de las personas a la actividad productiva nos permite comprender un poco más el fenómeno de la pobreza y además entender por qué se genera. La pobreza en la sociedad capitalista es el resultado de unas relaciones sociales de producción específicas y, además, no se puede separar de la riqueza, están íntimamente relacionadas. En Colombia predomina el modo de producción capitalista, es decir, una forma de producción basada en el trabajo asalariado, que es comprado por los capitalistas dueños del dinero y de los medios de producción. Esto tiene varias implicaciones:
- Los trabajadores asalariados (aproximadamente 11 millones, de los cuales 9,6 millones en actividades productivas de ganancia) elaboran todo el valor agregado o producto interno bruto del país, pero solo se quedan con una parte, la remuneración a los asalariados. Los patronos (menos de 800.000 personas) se quedan con el excedente bruto de explotación, como lo llama el DANE, es decir con un plusvalor o valor excedente que equivale a un trabajo excedente. Los trabajadores asalariados trabajan una parte de la jornada para producir el equivalente de su salario y otra parte para producir el excedente del capitalista.
- Esta situación es una relación de explotación. Los capitalistas, que son una inmensa minoría, se quedan más o menos con la mitad de la torta, lo mismo que les corresponde a 11 millones de asalariados. De este modo, los capitalistas (industriales, comerciales, financieros) se enriquecen año tras año y acumulan dinero, bienes de consumo y más medios de producción; además, entregan parte de dicho excedente a los dueños de la tierra bajo la forma de arriendo y al Estado bajo la forma de impuestos.
- La finalidad del capitalismo es generar el mayor plusvalor posible y para esto tratan los capitalistas todo el tiempo de reducir al mínimo posible el salario, tanto el salario absoluto, como el relativo, es decir la proporción con respecto al valor agregado.
- Debido a su mayor poder económico, respaldado por el poder político y armado, los capitalistas logran que el salario mínimo sea una miseria y además que la mayoría de trabajadores no gane mucho más del salario mínimo. Muchos capitalistas pequeños y medianos no cumplen siquiera las normas legales sobre el salario y pagan menos de lo estipulado.
- De otra parte generan una división entre los trabajadores al pagar mejor a una capa de asalariados, aquella que cumple las funciones de dirección, supervisión y control en nombre de los capitalistas: gerentes, directores, supervisores, administrativos, etc. Estos trabajadores asalariados, debido a los mayores ingresos monetarios, tienen un mejor nivel de vida y terminan, en su gran mayoría, defendiendo el sistema capitalista y teniendo como modelo de vida el de sus patronos. Esto se complementa con buena parte de los asalariados del Estado, que conforman una burocracia ubicada por encima de los trabajadores que contribuye a su dominación.
- Adicionalmente, el capitalismo concentra los ingresos y la riqueza en un puñado de grandes capitalistas; junto a ellos persiste una capa de pequeños y medianos productores, en dura competencia y siempre al riesgo de desaparecer, pero que en muchas ramas industriales logran sostenerse y obtener ingresos relativamente altos comparados con los ingresos de los trabajadores. Esta es una capa que también está del lado del capitalismo, a pesar de que son también en parte explotados mediante relaciones desiguales que les extraen parte de su ganancia e incluso sus ingresos laborales.
De otra parte una masa enorme de trabajadores -10,4 millones- son trabajadores por cuenta propia, dentro de la cual se destacan los productores campesinos, los productores urbanos pequeños, micro y artesanales, así como los pequeños comerciantes (tenderos y vendedores ambulantes) y productores de servicios muy diversos. Aquí también se encuentra un grupo, cuantitativamente menor, de profesionales y técnicos independientes (abogados, economistas, médicos, odontólogos, ingenieros, arquitectos, sicólogos, etc.) que logran obtener ingresos más altos debido a la especialidad de sus trabajos. Pero la gran masa trabaja en actividades muy competidas, de baja especialización y productividad, obteniendo por tanto ingresos muy bajos.
Una parte importante de estos pequeños productores y comercializadores son formalmente independientes, dado que no tienen una relación salarial, pero en la práctica muchos trabajan al servicio de grandes empresas capitalistas (por ejemplo los tenderos que venden chocolatinas Jet de la nacional de chocolates). Los campesinos son dueños de la tierra y algunos medios de producción, pero en su gran mayoría son explotados por los intermediarios comerciales y por los prestamistas, formales e informales, que les extraen parte del valor que crean.
Polo de riqueza
La acumulación de capital genera pobreza en un lado y riqueza en el otro. La pobreza de la mayoría es resultado de las relaciones de producción en las que están ubicados y de la lógica del modo de producción capitalista. A su vez, la pobreza es la base de la riqueza. Al tiempo que las grandes masas de trabajadores obtienen ingresos muy bajos, los capitalistas concentran el ingreso y la riqueza. Por una parte, la capa superior de asalariados se queda con la mayor parte del ingreso disponible como muestra la encuesta de ingresos y gastos de 2017-2018. El 61% de los hogares tiene un ingreso inferior a dos salarios mínimos y el 77% menos de 3 salarios mínimos; el 10% más rico de los hogares recibe el 41% del ingreso corriente disponible, lo mismo que recibe el 80% más pobre[3].
Por la otra, los capitalistas, y especialmente los más grandes y ricos, se quedan con la mayoría del ingreso y de la riqueza; son dueños de las fábricas y empresas comerciales, de las acciones de las empresas, de los depósitos en los bancos y de los títulos del Estado. Las 14 familias y personas más ricas del país, que controlan a su vez los grandes grupos empresariales, acumulan una riqueza de $20.962 millones de dólares, aproximadamente 75 billones de pesos.
La obtención y acumulación del plusvalor le permite a los capitalistas y asalariados de más altos ingresos, que representan apenas 1,7% del total de la población, concentrar la propiedad de los medios de producción, las viviendas y el dinero:
- Concentración del ingreso y la riqueza: el 1% de la población colombiana concentra el 20% de los ingresos anuales y el 40% de la riqueza.
- Concentración de la propiedad de la tierra rural. Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi el 10% más rico concentraba el 68.8% del total de los avalúos en el año 2000 y 76.5% en el año 2015.
- De acuerdo con el Censo Agropecuario el 1% de las Unidades Productivas Agrícolas (UPA) acapara el 74% del total de las tierras productivas del país.
- Concentración de la propiedad de la tierra urbana: el coeficiente de Gini de avalúos de la propiedad urbana para propietarios fue de 0.741 en el 2000, bajó a 0.697 en 2010 y se incrementó en 2015, donde fue de 0.724.
- El 10% de los predios con mayor valor representaban el 65.9% del valor total de todas las propiedades urbanas en 2000, este porcentaje bajó a 61.4% en 2010 para ubicarse finalmente en 62.6% en 2015.
- Concentración de acciones: el número de dueños de acciones se incrementó 69% al pasar de 391.198 en 2005 a 661.022 en 2014. El 10% de los accionistas acumula cerca del 99% del saldo valorizado de las acciones.
- Títulos valores: en 2014, 18.700 personas naturales tenían títulos valores; en el 2010 eran 15.238 y en 2005 14.171. El valor de la riqueza acumulada en títulos por las personas naturales fue en 2014 de $792.572.915 millones, poco más que el PIB para el mismo año. El 99% de esta riqueza la acumulan 1.870 personas que para 2014 concentran los valores más altos.
La pobreza capitalista es explotación, es el resultado lógico de la forma en que está organizada la producción capitalista. La pobreza es inseparable de la riqueza. Durante 2020 mientras los trabajadores asalariados y por cuenta propia se empobrecieron aún más como consecuencia de la pandemia, Luis Carlos Sarmiento, el capitalista más rico del país, incrementó su fortuna en US$3.000 millones[4].
El DANE y los economistas tratan de ocultar la relación entre pobreza y riqueza
Los capitalistas y los economistas tratan de separar la pobreza de la riqueza. Las examinan como si fueran situaciones independientes. Consideran que la pobreza es resultado de factores individuales, de la suerte, de la educación, de la pereza, etc. Así mismo afirman que la riqueza es resultado de virtudes morales, de la suerte, de la herencia y de capacidades de los capitalistas o simplemente de una cualidad misteriosa del dinero de engendrar más dinero.
Pero además, culpan al Estado de la situación. Invirtiendo la causalidad señalan que la pobreza es resultado de que el Estado no tiene un sistema tributario progresivo y de que no distribuye recursos mediante el gasto social. Efectivamente, el Estado capitalista interviene para corregir la distribución primaria del ingreso, para compensar de alguna manera a los trabajadores de menores ingresos, con el fin de garantizar que estén en condiciones estar a disposición de los capitalistas y de que no se rebelen. Pero esto no afecta para nada la desigualdad fundamental, cualitativa y estructural: la división en clases y la explotación de los capitalistas sobre los asalariados y los cuenta propia.
La mayoría de intelectuales en Colombia asume la anterior posición. La protesta social que ha tomado fuerza en los últimos días se inscribe también, en su gran mayoría, dentro de esta perspectiva. La causa fundamental de la pobreza de la gran masa de los trabajadores y trabajadoras es el modo de producción capitalista.
Estado de cosas inconstitucional
En el marco de las propias normas de la sociedad capitalista, la situación anterior indica que existe un estado de cosas inconstitucional. El Estado y los capitalistas, dueños de la sociedad, no garantizan los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política. No se garantiza el derecho a un trabajo digno, a un salario que permita cubrir las necesidades básicas, no se garantiza una vivienda digna. Este incumplimiento de las normas constitucionales se manifiesta en que tampoco se garantiza el derecho a una vida digna.
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[1] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/pobreza-monetaria
[2] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/encuesta-pulso-social
[3] https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/pobreza-y-condiciones-de-vida/encuesta-nacional-de-presupuestos-de-los-hogares-enph
[4] https://www.larepublica.co/empresas/luis-carlos-sarmiento-angulo-sumo-us3000-millones-a-su-fortuna-2947619
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: BBC
Tiberio Gutierrez says
En la Revista Sur, Nº 332 de septiembre 3 de 2021, Carolina Corcho, asegura que “En Colombia la realidad es que la izquierda y el centro divididos no lograrán la fuerza suficiente suficiente para lograr la presidencia de la República”, y propone “7 agendas de transición democrática para Colombia: salud, agraria, educación, político-electoral, medio ambiente, tributaria y convivencia”; un programa unificador y unas reglas para escoger un candidato único desde la primera vuelta. Ver “Un acuerdo programático y político del centro izquierda: una imperiosa necesidad” “Declaración PAOLA 2021.”
Sería muy importante que Alberto Maldonado contribuyera con sus propuestas para la construcción colectiva del programa de transición democrática del Pacto Histórico. Gustavo Petro propone un capitalismo popular en el discurso de Barranquilla.;el Editorial del Semanario VOZ del 8 de septiembre del 2021: “El Pacto Histórico define su programa”, habla de cuatro grandes pactos: Recuperar el trabajo y la productividad; por la vida digna, garantías y oportunidades sociales; por la naturaleza y para enfrentar la crisis climática; por la vida la paz y la democracia; Alejandro Gaviria habla de unir al centro y propone 60 puntos de generalidades programáticas; Oscar Iván Zuluaga, precandidato del Centro Democrático propone “(…) evitar la amenaza que representa el socialismo”. “Mi propuesta es la generación de dos millones de empleos dignos y bien remunerados”. “Necesitamos tener un crecimiento vigoroso y una deuda pública sostenible. Es indispensable que el 8 de agosto de 2022 se presentes las reformas fiscal, laboral y pensional que generen condiciones para que tengamos un crecimiento a tasas altas y una deuda pública sostenible. La suma de esas tres estrategias es lo que va a permitir crear los dos millones de empleos bien remunerados que se necesitan para recuperar el bienestar de las familias y de los ciudadanos” (El Colombiano 13-9-2021) “Un eventual gobierno alternativo tendría que ser de coalición y deberá responder por soluciones y respuestas básicas: Reforma rural y soberanía alimentaria; diálogo y solución política; vivienda digna; saneamiento básico y servicios públicos; sistema preventivo de salud; estatuto de trabajo; política exterior soberana…” Editorial Semanario VOZ (8-9-2021) Como se puede observar estamos en pleno debate programático, y en este sentido, Alberto Maldonado tiene mucho que aportar en la construcción colectiva de los temas programáticos del Pacto Histórico.