Está negociación va a colocar en entredicho un axioma: las mejores negociaciones se dan entre actores plenamente diferenciados, si se quiere, entre enemigos claramente enfrentados, el proceso de paz en curso, el que se adelanta con un ELN, que es la última de las organizaciones rebeldes de nuestro viejo alzamiento armado, se da entre socios por el cambio y que además tienen plena identidad sobre la importancia de la más amplia participación social, ciudadana e institucional, de acuerdo al mandato constitucional de que la Paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento y que somos una democracia participativa.
Hay muchos hechos que muestran que este proceso tiene la singularidad de darse con el liderazgo del primer gobierno de estirpe popular en toda nuestra vida republicana y que es un gobierno interesado en ampliar esta precaria democracia y en avanzar en superar exclusiones y inequidades que están en las raíces de la rebelión armada que poco a poco hemos ido superando y que tiene hoy en el presidente Gustavo Petro un fiel testimonio de que la Paz política firmada en 1990 por el M-19, hoy está al frente de este esfuerzo de cambios para lograr una sociedad que se paresca a la promesa constitucional de que somos un estado social democrático y de derecho, lo que evidentemente no lo es el conjunto de la sociedad colombiana, donde imperan para muchos territorios y comunidades, violencia y barbaries y para millones exclusiones y marginalidad.
Las dos partes han dado señales en estas tres primeras semanas de trabajo, en el sentido de su interés y compromiso con los temas humanitarios que siempre deben ser prioridad en tanto estamos hablando de sufrimiento humano que debe ser superado, allí están los estragos de las violencias persistentes que sufren muchas comunidades y personas, en ese sentido el anuncio que ha hecho el presidente Petro, de que una de las primeras acciones conjunta entre Gobierno y el ELN, será el retorno a su territorio de las comunidades indígenas Embera hoy en situación de desplazamiento es una muy buena noticia.
Igualmente el ELN ha informado que en las acciones humanitarias a desarrollar igualmente están conversando sobre medidas frente a las presas y presos del ELN, que pueden estar sobre setecientos distribuidos en más de treinta cárceles por todo el territorio nacional, sin duda un tema en el que se pueden tomar muchas acciones y es clave que este grupo de militantes del ELN tengan un papel protagonico en esta tarea de paz.
Vamos a ver hasta donde logran avanzar en este primer ciclo de diálogos y negociaciones, donde es clave junto a los asuntos humanitarios, establecer con precisión la agenda del proceso – donde es referente importante la firmada en marzo de 2016 entre Gobierno Santos y el ELN – y quizás logren avanzar en elementos para establecer un cese bilateral y el fundamental punto de la participación, motor y corazón de este proceso.
Arranca en buena forma un proceso de paz necesario y que tiene todo para ser exitoso.
Luis Eduardo Celis
Foto tomada de: Infobae
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