“En Colombia, el futuro de un niño o niña está marcado por el lugar o las condiciones económicas del hogar donde nace. Entre menos dinero tenga, más se debe esforzar por superar barreras para alcanzar sus metas. “Un niño que nace en un hogar pobre tiene una probabilidad muy alta de seguir siendo pobre buena parte de su vida por características de origen que no tienen nada qué ver con su talento o esfuerzo. La desigualdad de oportunidades en temas como acceso a una educación de calidad es la primera trampa de pobreza”, afirma Roberto Angulo, economista experto en el tema y socio fundador de la firma Inclusión”.
Vanegas repite un lugar común en los medios de comunicación y en las facultades de economía. Se refiere al futuro pero, obviamente, debería decir también que se trata del presente. Los hijos de Patricia Rodríguez evidentemente están ya marcados por el hecho de haber nacido en una vivienda humilde en Altos de Cazucá. No es necesario mucho esfuerzo mental para comprenderlo. Como tampoco afirmar que “entre menos dinero tenga, más se debe esforzar por superar barreras para alcanzar sus metas”. Posiblemente Vanegas no ha tenido la oportunidad o el tiempo para estudiar a fondo la economía y es comprensible que sus afirmaciones se queden en dicho nivel de obviedad. Pero ella se sustenta en las afirmaciones de un economista experto en estos asuntos de la desigualdad y la pobreza: Roberto Angulo.
Pero Angulo, el experto…dice lo mismo que Vanegas. Su análisis se queda en el mismo nivel superficial: “Un niño que nace en un hogar pobre tiene una probabilidad muy alta de seguir siendo pobre buena parte de su vida…” y además, “la desigualdad de oportunidades en temas como acceso a una educación de calidad es la primera trampa de pobreza”. Con esto de “trampa de pobreza” se da aires de mucha profundidad cuando realmente no está diciendo nada de fondo. Es muy probable que Angulo haya estudiado en una Universidad en la cual nunca le dieron la oportunidad de conocer teorías explicativas del capitalismo: es una víctima del totalitarismo de la economía neoclásica.
En los informes oficiales y en los debates usuales en la opinión pública es común: 1) Que la información se concentre principalmente en la distribución de ingresos; 2) que los analistas, opinadores, periodistas y funcionarios se indignen: la desigualdad es inaceptable, intolerable, injusta, etc., etc.; y 3) principalmente, que poco se profundice en las explicaciones de la desigualdad.
Hay bastante información disponible sobre la elevada concentración de la riqueza y los ingresos en Colombia, aunque no sea suficiente. Se dispone de datos sobre la concentración de la propiedad de la tierra rural y urbana, de la propiedad de las empresas, de la propiedad de las acciones, de los impuestos, etc. Las estadísticas oficiales presentan datos de indicadores como el GINI de ingresos periódicamente y omiten o no presentan con tanta frecuencia los indicadores de concentración de la riqueza; informes de analistas no gubernamentales, como Garay y Espitia, profundizan en los datos del DANE y de la DIAN para mirar mucho más en detalle los niveles de concentración o desigualdad.
Los datos disponibles indignan a tirios y troyanos. “La desigualdad es intolerable” se dice mil veces, pero se sigue tolerando. Se condena, por parte de muchos, moralmente tan aberrante desigualdad: pero a ésta no parece importarle dichas críticas y sigue tan tranquila.
Al llegar a las explicaciones se encuentran puras obviedades y superficialidades, como las que plantea Angulo y repite Vanegas. Ninguno de los dos se pregunta: ¿por qué hay condiciones económicas tan desiguales? ¿por qué hay personas que tienen que vivir en laderas riesgosas en viviendas de cartón con techos de zinc? ¿Por qué hay hogares pobres? ¿Por qué hay pobres? Supongo que llevarán su argumento al pasado: el niño que nace en un hogar pobre se encuentra en tal condición porque probablemente sus padres nacieron en un hogar pobre. ¿Por qué sus padres nacieron en un hogar pobre? Seguramente nos dirán que por que a su vez los abuelos nacieron en un hogar pobre? Y así indefinidamente. A Angulo y muchos otros no les interesa ir al fondo del asunto.
Este tipo de explicaciones se encuentra también en economistas que han ganado el premio Nobel. Samuelson, ganador el premio Nobel de Economía en 1970 y autor de uno de los textos de introducción a la economía más famosos, afirma lo siguiente, después de aceptar que el mercado produce soluciones inaceptables en cuanto a la distribución de ingresos:
“La razón es que los ingresos están determinados por una amplia variedad de factores, incluyendo el esfuerzo, la educación, la herencia, los precios de los factores y la suerte. La distribución efectiva del ingreso puede no corresponder a un resultado justo. Más aún, recordemos que los bienes siguen a los votos no a las necesidades mayores. El gato de un hombre rico puede beber la leche que un niño pobre necesita para permanecer saludable. ¿Sucede esto porque el mercado está fallando? En absoluto, porque el mecanismo del mercado está haciendo su trabajo –poniendo los bienes en las manos de aquellos que tienen los votos en dólares. Si el país gasta más en fertilizar sus prados que en alimentar los niños pobres, esto es un defecto de la distribución del ingreso y no del mercado.” (p. 39).
Esto es lo que se enseña en las facultades de economía: la distribución del ingreso no tiene nada que ver con el mercado ni con la economía capitalista: depende de la educación, la herencia, el esfuerzo, los precios de los factores y la suerte. Es increíble, Samuelson pone en el mismo saco al salario y las ganancias, con la suerte o el esfuerzo. Solo le faltó incluir el efecto de los nombres raros sobre la pobreza, un gran descubrimiento científico de Alejandro Gaviria[2]. Obviamente, en algunos casos estas obviedades se exponen en una forma más enredada, con matemáticas y fórmulas complicadas para darle un aire de ciencia al asunto. Pero en sus aspectos fundamentales, sus explicaciones no van más allá de lo que plantea Vanegas, o piensa cualquier persona del común, o difunden charlatanes que venden libros con fórmulas para salir de la pobreza.
El totalitarismo de la economía
¿Es aceptable que en una sociedad democrática y pluralista se adopte en las facultades de economía un solo punto de vista? ¿Es aceptable que en las facultades de economía se enseñe a los estudiantes casi que exclusivamente el enfoque neoclásico con algunos elementos de keynesianismo? ¿Es aceptable que se proscriba de las facultades de economía el estudio de El Capital de Marx? En la práctica la respuesta es sí. En Colombia los programas de economía se concentran casi exclusivamente en la enseñanza de la economía neoclásica y no se enseña El Capital de Marx. En la realidad hay un totalitarismo académico, una campaña de adoctrinamiento que evita que los estudiantes conozcan otra visión del mundo y el texto teórico más importante para conocer el capitalismo. Por ejemplo, en la facultad de Economía de la Universidad de los Andes solamente hay un curso de introducción a El Capital dictado por el profesor Samuel Jaramillo. Cuando él se retire, el muy reducido pluralismo habrá desaparecido.
Juan Camilo Cárdenas, quien firma el documento sobre ciencia y tecnología del Pacto Histórico[3], fue decano de economía de la Universidad de los Andes y conoce bien esta situación. No sé si como decano intentó aumentar el pluralismo, pero parecería que por lo menos en lo que respecta a Marx no fue así. Ojalá, ahora que suscribe un documento en el cual se afirma lo siguiente: “La ciencia es siempre parte de un modelo sociopolítico, por lo que la ciencia hegemónica en las sociedades capitalistas reproduce y apuntala el sistema de dominación, operando desde esa lógica. Por ello, optar por un modelo alternativo de ciencia implica cuestionar esa lógica y ese modelo de dominación desde el que también se gesta la ciencia.” (pp. 1-2), se anime a proponer medidas para romper con el totalitarismo académico en las facultades de economía.
La economía neoclásica se niega a hacer las preguntas de fondo y por tanto no tiene respuestas de fondo. Es más o menos útil para saber cómo se produce dentro del capitalismo, pero poco sirve para entender qué es el capitalismo. Sus análisis son profundamente superficiales. Pero constituyen el pensamiento dominante. Controlan no solo las facultades de economía, sino los principales centros de investigación, las políticas públicas y los medios de comunicación.
La economía neoclásica, por ejemplo, no se pregunta por qué existen, por un lado, capitalistas, dueños del dinero, las empresas, las fábricas, las tierras, etc., y por el otro trabajadores asalariados, que solo cuentan con su fuerza de trabajo para vivir, o trabajadores por cuenta propia con recursos productivos mínimos que apenas les generan un ingreso de subsistencia. La economía neoclásica toma esto como un hecho dado, como una realidad natural. Para la economía neoclásica esta evidente desigualdad entre las personas no es objeto de investigación y explicaciones.
Al adoptar esta posición desde el comienzo elimina la pregunta fundamental. Deja de observar y tratar de explicarse este hecho cotidiano, a la vista de todos. Y se enfoca entonces en otras “desigualdades” sin ir a la raíz. ¿Es esto una actitud científica seria?
El Pacto Histórico debería promover una profunda reforma de las facultades de economía. Por simple equidad democrático-académica la mitad de las materias deberían ser sobre la teoría marxista de la economía y la otra mitad de economía neoclásica. Aún más, bajo criterios de reparación histórica, deberían darle a Marx un peso más grande considerando tantas décadas de exclusión.
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[1] https://elpais.com/america-colombia/2022-07-18/la-vida-sin-plata-de-patricia-y-otros-19-millones-de-colombianos.html
[2] https://agaviria.co/blog/2007/04/la-mala-suerte-de-los-sin-tocayo.html
[3] SISTEMA NACIONAL DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN (SNCTI) PARA EL BUEN VIVIR, EL VIVIR SABROSO Y EL EJERCICIO EFECTIVO DE UNA DEMOCRACIA MULTICOLOR DOCUMENTO DE VISIÓN POLÍTICA
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Semana.com
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