El viaje ha estado siempre en lo más profundo de la experiencia humana sobre la tierra. Esa enorme curiosidad por conocer ha llevado al hombre, de la mano de la curiosidad, de la experimentación y de la ciencia, desde los más alejados puntos del cosmos hasta lo más profundo de los mares. Y el viaje no cesa.
En tiempos disruptivos como el que vivimos, cuando las máquinas inteligentes están configurando una sociedad con mucho tiempo libre, el turismo ha adquirido una importancia crucial para atender esa curiosidad humana por aprender y alcanzar el mundo en sus diversas culturas. Y, en consecuencia, la actividad turística se ha convertido en un gran instrumento de desarrollo económico y promoción social a nivel global. Y el país de la belleza tiene allí una gran oportunidad, a pesar de sus dificultades.
Según la Organización Mundial de Turismo, OMT, el turismo es “un fenómeno social, cultural y económico relacionado con el movimiento de las personas a lugares que se encuentran fuera de su lugar de residencia habitual por motivos personales o de negocios”. A la par, el turismo es un indicador del nivel de vida de la sociedad, una importante fuente de ingresos de las economías, un motor del crecimiento económico regional y un instrumento para la reducción de las desigualdades intrarregionales, muy incidente en el mejoramiento de la relación centro-periferia.
En el año 2023, la contribución de la actividad turística a la economía mundial fue de US$ 9 billones. A Francia, el primer país receptor de turismo internacional la visitaron 89 millones de personas. A España lo hicieron 84 millones, a Estados Unidos 79 millones, de las cuales 56 millones solo a Nueva York. A México llegaron 49 millones de visitantes.
En Colombia, el turismo ha venido adquiriendo una creciente importancia en la economía nacional y en las diversas regiones con destinos turísticos, a pesar de las dificultades intrínsecas para la actividad como la percepción de inseguridad, la falta de infraestructura, vías terciarias, escasa competitividad, etc.
De acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el número de turistas internacionales en 2002 fue de 1,1 millones y en 2009 alcanzó los 2,5 millones, representando un incremento del 127% en menos de una década. En el mismo lapso, 2002-2009, la entrada de divisas pasó de $1,2 a $2,6 miles de millones de dólares. Así mismo, la tasa de ocupación hotelera promedio ha aumentado constantemente y la oferta de cuartos también se incrementó: 52,7% en 2010; 58,3% en 2011; 60,1% en 2012 (COTELCO, 2015). En los últimos ocho años, desde 2015 al 2023, la llegada de turistas extranjeros al país creció en un 62%.
Según el Banco de la República, los ingresos de divisas al país por cuenta de transporte aéreo de pasajeros y viajes fue de US$ 9.000 millones, un incremento del 22.4% en comparación a 2022. En el 2023 llegaron a Colombia 5.8696.869 de visitantes no residentes, cifras que superan en 173% las del 2021. En el 2024 se espera el ingreso de 6.02 millones de personas, un 4.3% más que en el año previo, lo que representaría ingresos por US$% 19.200 millones, un aumento de 14.5% en comparación con los niveles de 2019. Para el 2034 se proyectan ingresos por US$ 26.000 millones, el 5.3% del PIB nacional.
El turismo interno y la transición energética justa
En el 2023, 1,75 millones de colombianos optaron por explorar los encantos nacionales, un incremento del 25% en referencia al 2022. Bogotá recibió en el año 2023, 998.910 turistas extranjeros, casi el doble que Antioquia, (589.606) y Bolívar con (565.357 visitantes). A la capital de Colombia, en el 2023, de acuerdo con el Instituto Distrital de Turismo, llegaron 12.347.876 visitantes, 10% más que en 2022, atendidos por 15.000 restaurantes, más de 10.000 bares y establecimientos nocturnos, más de 700 hoteles, lo que da una idea de la dimensión del sector y sus efectos multiplicadores.
Esta evolución y estas cifras indican el enorme potencial para crecer que tiene la actividad turística en el país y el importante papel que el sector puede cumplir en la diversificación de la economía nacional y la transición energética en la que está empeñado, con razón, el gobierno nacional, para dejar de depender de las energías fósiles. Y en el fortalecimiento de las economías regionales.
Una vez que la actividad turística se consolida en una región o en una localidad, se modifican las actividades económicas, cambia la actitud frente al manejo de los recursos naturales, se transforma la visión de las actuaciones culturales y se modifican las actitudes hacia otras culturas y otras formas de ver el mundo.
Los viajes entre regiones del país han ganado una mayor relevancia económica en los últimos años. La geografía de esos flujos del turismo nacional sigue un patrón centro-periferia, pues la mayoría de los viajeros urbanos provienen de la capital del país y de los departamentos circundantes que aglomeran grandes centros urbanos, y concentran los más altos niveles de ingresos y calidad de vida del país. De acuerdo con esos flujos, se espera un efecto eficiente de transferencias desde las áreas centrales hacia la periferia con esos movimientos y gastos turísticos.
En ese sentido, en el ámbito local, las actividades económicas alrededor del sector turístico claramente dependen de un factor de demanda externa, pues son los visitantes foráneos los que llevan a cabo el gasto en paquetes turísticos. Para que esos beneficios se concreten, el rol de los gobiernos locales en el fortalecimiento del turismo en los municipios de Colombia es definitivo para garantizar impactos sobre el empleo y los ingresos.
Las interdependencias regionales y sectoriales asociadas con el patrón centro-periferia permiten que el consumo turístico de los hogares sea un canal eficiente para reducir las desigualdades de ingresos interregionales en el país. La distribución espacial de estos efectos multiplicadores, es decir, su distribución entre las economías regionales y nacionales, depende de varios factores estructurales, de ubicación y culturales. La magnitud de los multiplicadores es decisiva para el potencial de beneficios. Las desigualdades regionales podrían reducirse si se fomenta el turismo como estrategia de desarrollo local.
La industria turística es intensiva en trabajo, de donde se deduce que sus promotores lo propicien por su potencial para crear empleo e ingresos locales. Como está directamente conectada con varias industrias tales como alojamiento, transporte, entretenimiento, agencias de viaje, administración, finanzas, salud, los viajes interregionales e intrarregionales pueden generar directa o indirectamente sobre la producción bruta, valor agregado y empleo.
La actividad turística además es vital en el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio a 2030, en áreas claves como el fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsable, acción por el clima, vida de ecosistemas terrestres, paz justicia e instituciones sólidas.
Debido a su naturaleza intersectorial, el turismo tiene la capacidad de reforzar las asociaciones público-privadas y de involucrar a múltiples agentes interesados -internacionales, nacionales, regionales y locales- para trabajar conjuntamente con el fin de alcanzar los ODS y otros objetivos comunes.
El desarrollo turístico es una prioridad del Gobierno Nacional y así está consignado con claridad en el Plan Nacional de Desarrollo, Colombia Potencia mundial de la vida, 2220-2026: “Los territorios desarrollarán sus capacidades para el aprovechamiento sostenible de su riqueza natural y cultural, vinculándola efectivamente a la oferta turística de tal manera que se impulse la cadena de valor del sector. El Gobierno Nacional, con el apoyo de las entidades territoriales y los diferentes actores públicos, privados y comunitarios, adelantará los proyectos estratégicos de turismo y se crearán herramientas para su creación. Igualmente se promoverán herramientas para la creación de empresas turísticas, mediante el ajuste en el pago de la tarifa de parafiscalidad durante los primeros años de funcionamiento de estas unidades productivas. Este tipo de actividades contribuirán a la construcción de una cultura de paz y al posicionamiento de Colombia como un destino donde el turismo se hace en armonía con la vida, en línea con el Plan Sectorial de Turismo”.
________________
[*] Cifras tomadas del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Banco de la República, Departamento Nacional de Planeación, Organización Mundial del Turismo, Anato.
Fernando Guerra Rincón
Foto tomada de: Infobae
Deja un comentario