Vistos la dinámica proselitista y los resultados electorales en el Huila, los cambios políticos van despacio, pero van, y es más válido porque se percibe que van con argumentos y talante. Son una tensión entre la resignación y una incómoda zona de confort individual, y la aspiración decidida en que se enfrenten los desafíos desde lo colectivo y el beneficio general.
Fueron unas elecciones que, salvo por un interesante giro en un porcentaje de los votantes, pareciera haberse realizado sin haber pasado recientemente por paros, explosión social y primeras líneas; sin pandemia y sin el establecimiento galopante del desempleo, la pobreza, la inseguridad y la desigualdad en la región. Los candidatos del establecimiento, que han ganado elecciones y gobernado en alianzas, volvieron a ofrecer en abstracto lo que en décadas de sus gobiernos no han ejecutado en concreto. Se relevan algunas caras y vuelven a ganar con las mismas fórmulas: jóvenes con libretos viejos, pero eso sí, ya probados como efectivos. Para vencer otra vez, la efectividad no tiene fecha de vencimiento.
Esta pareció una campaña de otro planeta: desbordante y hasta agresiva cantidad de propaganda mostrando rostros, muchos conocidos, a quienes nada, o casi nada, se les reconoce en beneficio general. Propagandas sin propuestas de transformación estructural como si se viviese en el paraíso, como si no hubiera problemas que cada vez golpean más en las condiciones y sentidos de vida de sus potenciales votantes. En las redes sociales, candidatos activos y comentarios sobre reuniones de contratistas presionados, y en la calle, al lado de la contaminación visual, silencio y pasividad.
No hubo la emoción que se hubiera esperado en medio de crisis, pandemia, hambre y desempleo; en casi todos, una política sin política y sí con cínica politiquería, porque es que hasta la hacen con “buenas” formas, como gente de bien, como florecer en el cielo, haciendo un juego de palabras con los nombres y lemas de dos candidatas.
En general, la votación en el Huila se redujo. Para Cámara se pasó aproximadamente del 50 al 46% del censo electoral, y para Senado, del 51 al 45%. Aproximadamente 450.000 ciudadanos se abstuvieron de votar, incluyendo 40.000 de ellos sí votaron hace 4 años.
A Cámara de Representantes, que es lo regional y corresponde a 4 escaños para el Huila, entre 2018 y 2022 la suma de votantes de los identificados como partidos tradicionales (Conservador, Liberal, Cambio Radical, Centro Democrático y el prácticamente desaparecido de la U) bajó algo más del 10%, lo que les llevó a perder una de las 4 curules que tenían, eso frente al Pacto Histórico y a una profesora activista ambiental que fue la gran ganadora y que brota con fuerza como corriente “refrescante”, al decir de los mismos perdedores. Lo de esta candidata y el Pacto no fue sorpresa, se esperaba, lo que sorprendió fue el amplio respaldo en votos.
En números, el establecimiento se reconfiguró electoralmente por dentro: la curul que perdió el conservatismo la obtuvo Cambio Radical, que suma 2, al llevarse para su campaña a un dirigente de ese partido. El Centro Democrático se redujo en una tercera parte y, para subsistir en los años próximos, tendrá que hacer mucho más que ir con el que diga su jefe nacional y con las cada vez más reducidas maquinarias regionales, que sus partidos cercanos de perspectiva le van rasguñando. Cambio Radical creció de manera importante (más del 60%) gracias a su previo actuar en el Congreso, al apoyo evidente del actual alcalde de Neiva, a los efectos de la anterior Gobernación y a un buen número de otros alcaldes que les han asegurado contrataciones suficientes.
Lo paradójico está en que, aun manteniendo sus aparatos, los liberales, el Centro Democrático y, muy probablemente, los conservadores que en el reconteo están en puja de curul con el Pacto Histórico, pierdan los escaños que hoy (marzo 2022) tienen en el Senado, quedándose la región centro sur (Huila, Caquetá y Putumayo) sin representación en esa instancia. Vale revisar la forma de elegir senadores, que cada vez dependen más de grandes empresas y relatos electorales y menos de las dinámicas en los departamentos poco visibles en el mapa político nacional.
Como conclusión, los resultados muestran el simplismo del “al mal tiempo, buena cara” que sigue como consigna de resignación sin ponerse colorado. Se concluye que entre más grande es la resignación, es más grande la atadura a unas condiciones que ya se sabe que hay que superar. Aquí no aplica, para la mayoría, ese “yo no me dejo”. Aquí, hasta siendo conscientes, mejor una certeza del “malo conocido” que la incertidumbre retadora del “bueno por conocer”. En cambio del cambio, es preferible seguir como se está.
Es lo que hay, pero hay más:
Emerge con fuerza, como dentro de las aguas mansas, una ola, una corriente que más que refrescante, es transformadora: la que representa la suma de los movimientos y partidos alternativos junto con un creciente voto independiente identificado como “de opinión” y de ciudadanías libres. En listas diferentes, los partidos y movimientos que hoy están unidos en el Pacto Histórico, en 2018 sumaron cerca de 40.000 votos y ahora estuvieron a pocos de llegar a los 70.000. Se convirtió en la primera fuerza electoral en Neiva y la segunda en el departamento y en varios municipios, lo que lleva a vislumbrar en candidaturas propias en Gobernación y alcaldías con muchas opciones el año próximo.
En Neiva el voto alternativo, sumando los pocos de Coalición de la Esperanza y el Nuevo Liberalismo, llegó al 30%. Para Cámara, en la capital del departamento se dobló la votación anterior, especialmente jalonada por la Profe Leyla Rincón Trujillo[1] con el voto de opinión y hasta algunos de la derecha. La Profe había sido reconocida como la mejor Concejal, o Concejal Visible, en los dos años anteriores, por una alianza de universidades y medios de comunicación que hace seguimiento a esa corporación.
El posicionamiento de ella está en su coherencia, ética, formación y luchas por el ambiente y los derechos sociales que la llevaron a actuar casi todo el tiempo como única oposición política en Neiva, lo que le dio en estas elecciones un respaldo para ser la más votada en esa ciudad, y la segunda o tercera en varios otros municipios. Es la confianza en la alternativa, que pasó de 3.000 votos para Concejal en Neiva a cerca de 35.000 en el Huila, siendo la mitad de la votación total del Pacto, incluida la hecha por el logo solo, que captó una cuarta parte de ella.
En síntesis, el Pacto Histórico captó nuevos votantes entre los jóvenes, pero también recogió muchos de quienes antes votaban por los partidos tradicionales; es una fuerza de transformación con bastantes posibilidades, ahora más cuando en la consulta interpartidista del Pacto Histórico se obtuvieron más de 120.000 votos, equivalentes a más de una cuarta parte de la población que sufraga, que sumados a la mayoría de quienes participaron en la consulta de Centro Esperanza, pueden llegar a ser 150.000 ciudadanos activos votando centroizquierda e invitando a votar en la primera vuelta presidencial. La consulta del llamado Equipo por Colombia obtuvo algo menos de 60.000 votos, lo que presagia un cabeza a cabeza entre Gustavo Petro y Federico Gutiérrez en el Huila en las presidenciales. Sobre los demás candidatos, Sergio Fajardo, quien tuvo un alto respaldo hace 4 años, ha quedado bastante desdibujado, y la mayoría de sus líderes y seguidores ya están con el candidato del Pacto Histórico.
Apunte especial también lo merecen los resultados en el departamento del Putumayo, en donde el Pacto Histórico se instaló como la fuerza mayoritaria, con cerca del 40% de la votación a Cámara, eligiendo al líder social y académico Jorge Andrés Cancimance López como su primer representante proveniente de la izquierda política. Él viene de ser diputado a la Asamblea de su departamento porque obtuvo la segunda votación en la elección de gobernador con el sello de Colombia Humana.
El Pacto Histórico alcanzó 55.000 votos en la consulta mientras que Equipo por Colombia tuvo algo menos de 10.000 y Centro Esperanza, cerca de 4.000. En Putumayo se ve más que probable un triunfo regional de Petro en primera vuelta.
Para los análisis sobre el tipo de lista a acoger en próximas elecciones, basta advertir que tanto en el Huila como en Putumayo y en Tolima, donde también el Pacto Histórico obtuvo curul a Cámara con la lideresa social y profesora Martha Alfonso Jurado, se alcanzó con lista abierta. Sigue contrastar resultados entre listas abiertas y cerradas.
Así, queda reconfigurada una tendencia progresista en la región centro sur, en donde van mejorando las propuestas y los respaldos para enfrentar la cultura y la práctica política que, sin decirse mentiras, sigue eligiendo a la mayoría de los congresistas, pero como se dice: principio tienen las cosas.
Queda muy interesante la tensión entre la incómoda resignación de la mayoría de votantes, y la decidida gesta transformadora de que quienes están tomando el destino con manos propias.
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[1] Debo advertir que es hermana de este columnista y que puede existir algún sesgo por parentesco y por coincidencias políticas. Invito a consultar otras lecturas sobre el papel político de ella.
Fernando A. Rincón Trujillo, Consultor en políticas públicas.
Foto tomada de: Opanoticias
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