En Argentina llegó al poder la extrema derecha neoliberal, libertaria y autoritaria
Son varias las razones para este ascenso de la ultraderecha en Argentina, que puede pasar en Chile y en 2026 en Colombia. Es muy importante analizar esto para las fuerzas de izquierda, todavía hay tiempo de corregir los errores para evitar la catástrofe en Colombia.
El primer punto es la falta de renovación de los partidos, en este caso del peronismo, incluyendo la derecha, con las mismas figuras desgastadas que vienen del siglo XX, que excepto el primer período kirchnerista y parte del segundo, en que hubo algunos avances, no han roto con el sistema e implementado una política a favor del trabajo, contra la desigualdad y la pobreza.
En el período de Alberto Fernández, se aceptó un ajuste con el FMI, que como la experiencia lo muestra, llevó al desastre económico a Argentina. Es el mismo error que se está cometiendo en Colombia, que hay miedo a romper con las recetas del Fondo y en esto los supuestos izquierdistas ahora lo aceptan. Más grave en Colombia porque ni se atreven a pedir discutir el tratado de libre comercio con Estados que no permite renovar la agricultura ni industrializarse.
Hay que revivir una izquierda sin avergonzarse
Se entregaron las banderas de la izquierda, todo por quedarse con un liberalismo progresista woke identitario, que se olvidó de la lucha de los oprimidos contra los opresores, del papel de las clases obreras, de la crítica al capitalismo, para luchar por tribus que defienden intereses particulares, sin hacer la unidad en contra de los opresores. Esto ha dado lugar a la embestida de la extrema derecha, con su defensa de la familia, de la mujer tradicional, del individualismo, de la religión, del orden, de la seguridad.
Renovar la izquierda
En Colombia como en Argentina se requiere renovación total y la conformación de una verdadera izquierda que luche para combatir la pobreza, contra los monopolios, la especulación y el FMI.
Hay que mandar a descansar a las figuras gastadas que vienen apareciendo desde el siglo pasado en Argentina y Colombia. Hay que acabar con la gerentocracia.
En Argentina, el peronismo debe dar un salto total de renovación ideológica y de dirigentes, lo mismo en Colombia. Aquí, con el Pacto Histórico no se llega a ninguna parte. Es un seudo partido que no se sabe qué es, es la unión con babas de muchos partidos y movimientos cada uno buscando sus intereses personales.
El gobierno debe hacerse una autocrítica, el presidente debe dedicarse a gobernar y olvidarse de tanto tuit. Romper con las recetas del FMI, como las órdenes que da sobre los precios de los combustibles, sobre el déficit fiscal, sobre la política de tasas de interés, sobre la tasa de cambio flexible, olvidarse de que el mercado lo resuelve todo. Nada de clientelismo, combatir la corrupción severamente, nombrar gentes competentes.
Presidente, olvídese de ser el campeón del cambio climático mundial, sea el campeón del desarrollo justo de Colombia. Reflexione, quítese esas ideas absurdas que tiene sobre el petróleo, el gas natural y el carbón en Colombia. Nosotros solamente somos responsables del 0,55% de las emisiones de gases de efecto invernado, que cubre metano, óxido nitros (que usted nunca comenta), CO2 por uso de combustibles y CO2 no debido a combustibles (que tampoco menciona).
En Latinoamérica necesitamos una nueva izquierda, que no le de miedo aceptarlo, porque, de no hacerlo, el continente se llenará de Mileis, Kasts, Bolsonaros, Trumps, Uribes y toda esa especie que anda ahora surgiendo en todo el mundo como Marine Le Pen y Zaymour en Francia, Mileni en Italia, Rishi Sunak en Inglaterra, Macron en Francia, o líderes de tercera categoría como Scholtz en Alemania, Sánchez en España, los líderes del este europeo, señores como Joseph Borrel y Ursula Von del Leyden de la Comisión Europea.
Hay que evitar el triunfo de la extrema derecha en Colombia en 2026
Si no actuamos, en 2026 Colombia entrará al ciclo de la extrema derecha. Pero, para esto hay que hacer un revolcón ideológico de crear un partido verdadero de izquierda democrático, descentralizado, algo que veo muy difícil. La dispersión en Colombia es inmensa, más de 30 partiditos en las fuerzas alternativas e independientes, cada uno defendiendo el interés particular de un supuesto líder.
Y esta izquierda no debe tenerle miedo al FMI, a los ortodoxos, a la prensa del sistema, al sistema imperial, debe apoyarse en el pueblo, en los oprimidos, en los intelectuales, en los obreros, y formar un frente de lucha con todos los movimientos sociales del mundo afines. Los tibios pierden, miren a Alberto Fernández en Argentina, no fue capaz de luchar por liberar a una indígena, negoció con el FMI.
Diego Otero Prada, Presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica-ACECRI y vicepresidente de la Academia de Ciencias Económicas-ACCE
Foto tomada de: France 24
jovito acevedo says
Esto si que es lo que podríamos llamar un subjetivismo ideologizado, en los 60s, algunos grupos se alzaron en armas porque la gran mayoría del pueblo no tenía derechos dentro del Frente Nacional y las circunstancias internacionales favorecían esas actuaciones: la revolución cubana y la existencia del campo socialista. Hoy, si bien el camino no está despejado para construir estados democráticos o si se quiere con perspectiva socialista (el nombre no interesa porque hay variedad de socialismos, que es otra discusión), sí existen condiciones para avanzar en la organización de un Estado popular y democrático. En Colombia y tal ves en otros lares la cosa no es como soplar e inflar botella, que es como se imagina nuestro amigo el cambio, aquí hemos pasado por lo más alto de la acción política que es la lucha armada y no hemos podido quitarle el poder a las élites que tienen todo el poder del mundo. Es cierto que el presidente no tiene la fuerza suficiente para hacer el cambio pero de ahí no se deriva una posición de deslegitimación de lo que hace, hay que entender que lo que mi amigo llama la izquierda, no hay tal, esa fuerza es muy débil y sola no alcanza para hacer los cambios que requiere el país y por eso las decisiones son difíciles dentro del mismo pacto histórico, no se puede imponer una línea política como en los tiempos de los partidos comunistas, moiristas, etc. Hay que hacer concesiones, hay que caminar “un paso adelante y dos pasos atrás”, el subjetivismo desbordado no es buen consejero; con todo el inmenso respeto que me merece la memoria del Che, creo que su actuación desesperada en Bolivia precipitó su caída, para mi amigo la debilidad de fuerzas en el congreso no sería una causal de impedimento para hacer andar la rueda, se está haciendo un gran esfuerzo para dar ese paso adelante en el complejo actuar de la política, esas salidas radicales, subjetivistas del izquierdismo infantil no le ayudan al presidente, como artículo es muy sonoro pero como razón objetiva solo sirve como exhibicionismo trasnochado.