Ya Colombia llega a la escandalosa cifra de 108 casos detectados (son muchísimos más los contagios) con el Coronavirus, COVID-19, que ha causado una grave pandemia que afecta hoy a todos los continentes, convirtiéndose en la más grave crisis sanitaria que recuerde el globalizado mundo moderno. Pandemia que tiene en alerta a la Organización Mundial de la Salud y a la comunidad internacional, no solo por las consecuencias en el aumento progresivo del número de muertos, enfermos y de sistemas de salud colapsados por esta tragedia viral; sino por sus consecuencias sociales, económicas y políticas, aún impredecibles, que nos llevan a pensar que después de esta crisis, la humanidad no volverá a ser la misma.
Pero en Colombia, el Presidente no reacciona, interpone intereses económicos y particulares ante semejante tragedia, y en una actitud pusilánime no solo está dejando propagar sin controles este virus mortal, sino que se ha dedicado a entorpecer la labor de alcaldes y gobernadores, que si han logrado dimensionar el peligro que acecha a sus territorios.
¿Qué es el coronavirus y por qué está causando estragos en el mundo entero?
Lo primero que hay que entender es que los virus son partículas de material genético envueltos en proteína, no microorganismos vivos, por eso no los podemos matar, pero si desactivar. Al no ser seres vivos no pueden reproducirse, y por eso utilizan células de un huésped, las infectan, ensamblan su información a la maquinaria enzimática de la célula, secuestrando su aparato de reproducción, y comienzan a hacer copias de sí mismos.
Los virus por lo general son desactivados de forma eficiente por nuestro sistema inmunológico (nuestras defensas), y aquí viene la enorme peligrosidad del coronavirus COVID-19, ya que, tanto este virus como la neumonía que desencadena, eran totalmente desconocidos antes de estallar el brote de Wuhan (China), en diciembre de 2019, mejor dicho, el cuerpo humano no tiene como defenserse de este coronavirus porque las células de defensa no lo reconocen y, lo peor, la capacidad de infección del COVID-19 es tan grande, que puede infectar miles de personas en cuestión de horas.
Esta capacidad de contagio tan grande, considerada exponencial, es lo que tiene en riesgo a la humanidad entera y en algunos países ya ha empezado a desatar el infierno, ya que, si no se controla a tiempo, hace colapsar los sistemas de salud con la llegada masiva de pacientes que requieren cuidados intensivos para poder respirar, lo que se traduce en que no quedan hospitales, clínicas, ni camillas, ni personal médico para ningún enfermo, de coronavirus o de cualquier otra enfermedad o dolencia, y la gente que se enferme de gravedad: niños, jóvenes, adultos o ancianos, morirán.
El contagio exponencial implica que apenas aparezca 1 solo caso, ya la alarma debe ser TOTAL ¡¡¡ Una persona tiene la capacidad de contagiar a 3, esas 3 contagiaran a 9, esas 9 contagiaran a 27, esas 27 contagiaran a 81, esas 81 a 243, esas 243 a 729, esas 729 a 2.187, esas 2.187 a 6.561, esas 6.561 a 19.683, esas 19.683 a 59.049, esas 59.049 a 177.147, esas 177.147 a 531.441, y así sucesivamente hasta que el virus llegue al último huésped de no ser contenido y controlado. Ya en el mundo hay 225.252 infectados detectados, lo cual nos indica que, incluso para los países que hoy mas están sufriendo los estragos de la pandemia, esto apenas acaba de empezar.
En Italia, que hace unas semanas tenía apenas 20 casos, se hizo caso omiso de las advertencias de evitar eventos públicos y quedarse en casa, y especialmente en la región de Lombardía desestimaron los efectos de esta pandemia, continuaron con sus eventos turísticos, y hoy tiene 35.713 infectados detectados , 3.000 muertos en todo el país, y la cifra sigue exponencialmente en aumento, con la gravedad que ya el sistema de salud colapasó, no pueden recibir un enfermo grave más, el personal médico a diario tienen que decidir a quien desconecta para poder conectar a otro con más esperanza de vida, y la situación a llegado al punto que la gente no puede ser recibida en los hospitales, porque no hay cupo, y mueren en sus casas, mientras sus familias aterradas no encuentran ni cómo enterrarlas en medio de esta tragedia.
Este aterrador panorama se ha vivido hasta ahora en países con sistemas sanitarios robustos, con recursos y alto nivel de vida: Italia, Alemania, Francia, España, y sin embargo su infraestructura de salud ha colapsado. Por eso preocupa la llegada del coronavirus a Colombia, país con un sistema de salud precario y, en muchos lados, casi inexistente. País con enormes franjas de población en la pobreza y la miseria, país con un grado de informalidad fruto de la destrucción del derecho al trabajo, país que no tiene como aguantar la expansión y el nivel de contagio de este virus y, que para completar el cuadro de esta tragedia anunciada, es país con una clase política indolente, que ni en medio de la amenaza de muerte y destrucción que enfrenta la humanidad, ha dejado de favorecer los negocios de unos pocos sobre la suerte de millones.
Como dijimos, el COVID-19 es un coronavirus de propagación exponencial, que en todos los países, incluido China, empezó con un primer contagio y luego desató una masiva infección que apenas comienza. Para un análisis comparativo de los países más afectados hasta ahora por esta pandemia, observemos el siguiente cuadro:
Como vemos todos los esfuerzos se están centrando en evitar focos de infección que generen contagios masivos y abruptos, que hagan colapsar los sistemas de salud, con consecuencias para todos los que requieran asistencia hospitalaria, por el coronavirus o por cualquier otra enfermedad o urgencia médica. Por eso es clave cuidar prioritariamente a las personas mayores de 60 años, y a las personas con enfermedades crónicas (pulmonares, cardiacas o con diabetes, por ejemplo). Parte de la suerte que vive Alemania, con la tasa de muerte más baja frente a número de contagios, es la constumbre de las familias alemanas de no vivir con sus hijos jóvenes, los muchachos, una vez alcanzan a mayoría de edad, se independizan, y este factor, junto a las jornadas de detección temprana del contagio y el aislamiento de los mayores, explica en parte la suerte de los alemanes frentea la pandemia.
La tarea es tener lo más controlada posible la curva de contagios, para que el sistema de salud pueda hacer frente a la pandemia, mientras se trata a nivel mundial, urgentemente, de encontrar una vacuna. Hasta que esta no exista, tanto solo nos queda la responsabilidad de evitar eventos públicos y masivos, y en la mayor medida posible, tratar de estar en casa.
Gabriel Bustamante Peña
Foto tomada de: El País
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