Lo anterior permite proponer diferentes interrogantes que a nivel de Gobierno es necesario asumir con perspectiva de futuro y praxis; entendiendo que la propuesta sobre el uso de energía nuclear en si misma representa la posibilidad de incursionar en el campo de la física conectando una de las expresiones más avanzadas de la revolución industrial con uno de los campos de la ciencia de mayor complejidad.
A esta interpelación se le atraviesan los contextos del pasado y del actual futuro que se pueden resumir en la expresión «El peligro» recordando así, Chernobyl en 1986, Fukushima en 2011, o la tensión constante sobre el devenir de Zaporizhzhia por la Guerra de Ucrania, casos que por sí mismos logran posicionar suficientes temores que pueden llevar a descartar los proyectos de energía nuclear en el cambio de la matriz energética.
Pensar en el uso de la fisión y la fusión de los átomos conlleva la discusión inicial sobre los límites que puede imponer la percepción del peligro en el progreso técnico-científico, toda vez que no estamos hablando de un campo desconocido, conocemos las ventajas y riesgos, pero la forma de abordar este campo del conocimiento reclama ir más allá.
El temor debería conllevar a una revisión sobre los alcances mismos de lo que nos causa resistencia, por lo cual es necesario anteponer el análisis «Técnico/Científico» por encima del prejuicio.
Es cierto que el uso de los átomos conlleva la posibilidad del anular la existencia en los lugares donde se encuentren sus plantas de procesamiento, pero también conlleva la posibilidad de apertura de las Naciones a las expresiones más cualificadas de la ciencia, representa la entropía, pero también la trasformación, esa es su naturaleza.
En la década de los años 50s la inversión en la ingeniería aeroespacial fue la puerta de acceso al macrocosmos, en el mismo momento de la historia donde la investigación en la fisión y fusión nos permitieron como humanidad el tener acceso al microcosmos, independiente de sus fines o usos en el contexto de la Guerra Fría fue la inversión en este campo lo que nos permitió como humanidad dar un salto cualitativo.
Sobre la investigación en energía atómica en Colombia no se ha tenido la oportunidad de socializar que medios dispone el Estado y la Academia para trazar una hoja de ruta, instituciones como el Grupo de Asuntos Nucleares en el Ministerio de Minas y Energía o la Dirección de Asuntos Nucleares en el Servicio Geológico Colombia disponen de una memoria institucional que nos permite transitar el camino sin tener que partir desde cero.
En los aciertos que tiene la agenda de transición democrática que acoge el presidente está el reconocer que la ciencia es uno de los soportes vitales a los que no puede renunciar un proyecto de país, la inversión conlleva a priorizar los sectores a los cuales apostar, esto se traduce en el flujo de recursos orientados a concretar respuestas y soluciones a los problemas públicos como lo son la diversificación de las fuentes de energía.
En este contexto la apuesta por dar un giro en la matriz de las fuentes de producción de energías y combustibles que tenemos disponibles en Colombia permite que el Ministerio de Minas y Energía pueda retomar en sus estudios el uso de la energía nuclear bajo la pregunta rectora ¿De qué fuentes nos vamos a valer?
Las preguntas que en este momento buscan resolver todas las naciones se pueden sintetizar en tres ¿Dónde conseguir más agua, donde conseguir mas energía, donde conseguir más alimentos?, En el caso de Colombia desde la década de los años 90s la incursión de los nuevos proyectos hidroeléctricos nos ofreció una segunda fuente de energía masiva que hoy es nuestro soporte vital, pero conlleva el impacto ambiental que ningún proyecto de progreso puede evitar, lo cual nos retorna la pregunta ¿Cuántas fuentes de energía necesita un país?
El uso de los átomos para la generación de energía se conecta en diferentes escalas con la Agenda Climática, entendida esta como una respuesta sin impacto por emisiones de dióxido de carbono.
El caso de la guerra de Ucrania forzó a la Unión Europea en retornar a diferentes fuentes y oferentes poco amigables con el medio ambiente; el carbón, gas licuado, petróleo se reclaman con urgencia para el consumo, generando un retraso en la agenda de renuncia a los combustibles fósiles, donde se presentan escenas tan contradictorias como el ver en la misma línea de tiempo como Alemania ordena el cierre de sus centrales de energía nuclear mientras Francia posiciona la energía nuclear como energía verde, pero al mismo tiempo Alemania Polonia y República Checa retornan a sus fuentes de carbón, en nuestro lugar tenemos la posibilidad de acceder a una tecnología de la cual no hemos hecho uso sin contribuir de forma negativa en los efectos adversos del Cambio Climático.
Las discusiones que en Colombia se presentan sobre el impacto ambiental por casos como la Hidroeléctrica Hidroituango, la postura sobre los nuevos contratos de exploración petrolera o el límite de las reservas son buenos ejemplos de cómo el modelo de energía reclama pluralidad de fuentes, ningún país puede tener una sola fuente de energía y ningún país puede confiar todo su modelo a un solo oferente en energías, tener opciones y alternativas es un imperativo.
Los escenarios de transición siempre tienen momentos de tensión entre lo posible y el deseo, entre las renuncias y las aspiraciones, por este motivo es necesario pensar por el lugar de la Energía Nuclear en este Gobierno, lo cual no nos exime de avanzar decididamente en la apuesta del Hidrogeno Verde, pero reconociendo que la investigación atómica no se presenta como una amenaza si no como una posibilidad de tener acceso a la tecnología, productos y derivados que pueden coexistir a la par como fuente de energía con el Hidrogeno Verde.
Tratamientos en salud, intervención de los procesos de cultivo, fuente de energía potencial a largo plazo, construcciones con los máximos estándares de mitigación del riesgo, la no dependencia en el acceso a isotopos, producción y/o análisis de los componentes tecnológicos para los procesos de fusión y fusión son algunos de los ejemplos del tipo de apertura en la innovación científica que son factibles si damos el paso institucional necesario.
En la discusión planteada el 06 de enero de 2023 en el programa A fondo la Periodista, María Jimena y el Profesor, Camilo Prieto, nos permitieron comprender que las limitaciones en esta materia están desde lo normativo, pasado por lo presupuestal y mediado por lo político, por este motivo la necesidad de conformación de un Comité Técnico-Científico con dedicación exclusiva al análisis de todas las variables sobre la incorporación de la tecnología nuclear es una necesidad, donde puede jugar un rol protagónico la iniciativa de crear el Instituto de Energía Nuclear.
Toda esta discusión antes propuesta esta encaminada a que en el marco de las conversaciones que se pueda sostener en los próximos meses en las instancias del BRICS o en los acuerdos de cooperación con la República Francesa o la República Popular China este tema pueda hacer parte de la agenda de discusión, siendo estos países que lograron impulsar sus económicas con el uso de los átomos con fines pacíficos.
Esta es una ventana de oportunidad que debemos explorar.
________________
[1] El Acuerdo Nacional no es que el gobierno deje su programa y coja el de la derecha: Gustavo Petro https://www.youtube.com/watch?v=jfFIIfxCzoo&t=3395s
Abdiel Mateus Herrera, Coautor de la Agenda de Transición Democrática, Otra Colombia es Posible.
Foto tomada de:
https://www.radiotimes.com/movies/oppenheimer-atomic-bomb-special-effects-film-explained/
Deja un comentario