Cientos, miles de millones de gentes se han tomado las calles de las grandes metrópolis y ciudades para repudiar esta criminal arremetida de Israel que, con el pretexto de aplastar las milicias de Hamás, tiene el deliberado propósito de exterminar la totalidad del pueblo palestino y, sobre sus ruinas, avanzar en su designio de extender la ocupación del territorio de Gaza para avanzar en su objetivo de un estado sionista habitado solo por judíos. Las multitudes agitan por todos los confines del planeta consignas que exigen detener el genocidio y reivindican la libertad del pueblo palestino, “FREE FREE FREE Palestina” es el grito solidario de las multitudes en las calles y “NO ES UNA GUERRA ES UN GENOCIDIO” es la sentencia popular anticipada de las muchedumbres movilizadas que exigen castigo para el régimen genocida de Netanyahu y su ejército nazi – sionista.
Se comparta o no, es explicable que las milicias Hutíes de Yemen del Norte, en solidaridad con el pueblo Palestino, decidieran bloquear el Estrecho de Bab al- Mandab que controlan desde sus costas del Mar Rojo, por donde circula el 15% del comercio mundial y atacar con poderoso arsenal de misiles balísticos los buques de guerra y cargueros de mercancías, de bandera israelí o de sus aliados de occidente, con clara decisión de no dar marcha atrás, hasta que Israel permita el ingreso de energía, alimentos, agua y medicamentos a la franja de gaza y detenga el genocidio.
Es indudable que la inmensa mayoría de la población mundial se ha colocado del lado del pueblo Palestino y que no vacila en calificar de genocida al régimen israelí, mientras que los amos del mundo, el norte global, encabezados por los Estados Unidos, no solo protegen al sanguinario gobierno, sino que justifican el holocausto, amparados en la hipócrita consigna del “derecho de Israel a la legítima defensa” y apoyan la matanza con millones de dólares y toneladas de armas de destrucción masiva, flotas de aviones artillados y buques de guerra. Es claro que son los gobiernos y las poderosas multinacionales del petróleo, la guerra y el comercio y milmillonarias minorías que gobiernan el mundo, quienes apadrinan y patrocinan el masivo etnocidio a manos del genocida régimen de Israel.
La ONU, ha demostrado por enésima vez que no pasa de ser un ministerio de colonias, del hegemón imperialista y sus satélites europeos, que se limita a hacer tímidas declaraciones que exigen a Israel detener la matanza indiscriminada y le piden que orienten su ofensiva a apuntar quirúrgicamente contra los miembros de las milicias de Hamás. Lo máximo que han logrado es una resolución para declarar una tregua limitada, para el intercambio de prisioneros israelíes y de Hamas y el permiso para ingresar víveres, medicinas y agua potable al escenario de los sobrevivientes y agonizantes mártires del genocidio continuado. Terminada la tregua la ofensiva volvió sobre Gaza con toda su brutalidad y no se detiene desde entonces.
Los gobiernos y pueblos del sur global, encabezados por Sudáfrica que sufrió en carne propia las políticas del apartheid y las leyes segregacionistas, expresaron su repudio a la desenfrenada ofensiva de exterminio palestino; el presidente de Sudáfrica, Ciril Ramafosa, declaró que ”el castigo colectivo de los civiles palestinos mediante el uso ilegal de la fuerza por parte de Israel es un crimen de guerra, la negación deliberada de medicina, combustibles, alimentos y agua a los residentes de gaza equivale a genocidio” y procedió a romper relaciones con Israel. Le siguieron Bolivia, que también rompió relaciones con Israel, Colombia que llamó la embajadora en Israel a consulta, México, Brasil, Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Sudáfrica, consecuente con su tradición de lucha contra el apartheid, heredada de Nelson Mandela, procedió a interponer una demanda contra el régimen de Israel ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU (CIJ); por considerar que dicho país está cometiendo genocidio en Gaza y, por consiguiente, ha violado sus obligaciones como firmante de la Convención para la prevención y sanción del delito de genocidio. La demanda se basa en demostrar que los actos y omisiones de Israel tienen carácter genocida, ya que se cometen con la intención específica de destruir a los palestinos en gaza como parte del grupo nacional racial y étnico palestino más amplio y, enumera ocho actuaciones de Israel que constituyen genocidio:
- El asesinato masivo de palestinos en Gaza, la cifra actualizada al momento de presentación de la demanda, superaba los 21.110 asesinados, 70% de los cuales son mujeres y niños. 2) causar graves daños físicos y psíquicos a los palestinos de Gaza. 3) La expulsión masiva de hogares y desplazamiento de palestinos en Gaza. 4) La privación de acceso a alimentos y agua adecuados, como consecuencia de la declaración de asedio total adoptada por Israel en octubre, que privó a la población civil de Gaza de suministros básicos. 5) La privación de acceso a vivienda, ropa y saneamiento adecuados a los palestinos. 6) la privación de asistencia médica adecuada. 7) La destrucción de la vida palestina, mediante bombas lanzadas contra viviendas, escuelas, hospitales, edificios oficiales y lugares de interés cultural, y 8) La imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos de palestinos. También destaca el asesinato de mujeres y niños; así como, la situación de mujeres embarazadas obligadas a desplazarse sin recursos y sin atención médica. La demanda también se orienta a demostrar que la actuación de Israel va más allá de la legítima defensa y tiene como objetivo la aniquilación del pueblo palestino. (Canal Red – La Base). La denuncia cita declaraciones de altos funcionarios del gobierno de Israel que constituyen incitación directa y pública al genocidio, tales como, las de Benjamín Netanyahu que se refiere a los palestinos como “monstruos bárbaros”, que inició “una guerra entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad, entre la civilización y la ley de la jungla”, las de las menazas del ministro de defensa israelí de “hacer Gaza permanentemente inhabitable y se refiere a los palestinos como “animales humanos”, los llamamientos de los ministros de extrema derecha Besabel Motric e Itamar Ben Gvir, para desterrar a los palestinos de Gaza. Cita también las declaraciones del presidente de Israel Isaac Herzog “no es cierta esa retórica acerca de que los civiles no sean conscientes o no estén involucrados, eso es falso, lucharemos hasta que le rompamos la columna vertebral”; lo que demuestra que el régimen se niega a distinguir entre milicianos de Hamás y población civil para justificar el llamado castigo colectivo. En el mismo sentido la demanda enumera los centenares de declaraciones de los ministros de defensa, seguridad nacional, energía e infraestructura, de finanzas, patrimonio, agricultura y de numerosos oficiales, portavoces y asesores militares que apoyan y alientan las acciones de genocidio en curso con el bombardeo y la incursión militar terrestre en Gaza. (Canal Red – La Base).
La demanda exige que la Corte Internacional de Justicia decrete una medida cautelar vinculante que ordene a Israel detener sus acciones militares y parar el genocidio. Al respecto ya existe el antecedente de la medida cautelar dictada en 2001 con ocasión de la “Operación Plomo Fundido” que Israel ejecutó en Gaza, con saldo de 1.600 hombres, mujeres y niños víctimas de aquel genocidio que quedó en la impunidad.
Causa estupor, aunque era de esperarse, que ni los países del norte global, Estados Unidos y Europa, ni los países de la Liga Árabe y buena parte del mundo musulmán, que protegen a Israel y son cómplices del genocidio en Palestina, no se hayan pronunciado en apoyo a la demanda. Por el contrario, EE. UU. calificó la demanda sin fundamento y contraproducente, (se supone que sus intereses en oriente medio); Alemania, siempre con la carga de la culpa de su deuda histórica, rechazó la demanda y reiteró su apoyo a “la legítima defensa” de Israel.
Israel calificó cínicamente la demanda de carente de fundamento y pro terrorista, “Israel rechaza con repugnancia la calumnia de sangre difundida por Sudáfrica y su demanda, porque carece de base fáctica y jurídica y constituye una utilización despreciable y despectiva de la Corte. (Comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores de Israel). El portavoz de Netanyahu, Elon Levi, condenó enérgicamente la decisión de Sudáfrica y la acusó de “convertirse en cómplice criminal de los autores de la masacre del 7 de octubre”.
La demanda, inesperadamente, tuvo un amplio eco en los medios de comunicación hegemónicos de todo el mundo, lo cual le concede una amplia importancia y trascendencia internacional. Lo saludable es que ya está teniendo apoyo en los países del sur global, Bolivia, Malasia, Brasil, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Honduras y Colombia adhirieron a la demanda. Juristas del mundo apoyan, centrales obreras y movimientos sociales del mundo exigen a sus gobiernos que apoyen la demanda contra Israel, cientos de miles de españoles se manifestaron en todas las ciudades el pasado 20 de enero, un millón de londinenses agitaron en las calles la consigna “CEASE FIRE NOW”, lo propio hizo el pueblo belga en Bruselas que agitaron “FREE PALESTINE” y millones de yemeníes salieron a las calles de su capital SANA’A, para repudiar la agresión militar de Estados Unidos e Inglaterra y ratificar su apoyo a la resistencia palestina, el pueblo judío anti sionista se manifiesta diariamente en las calles de Tel-Aviv para exigir que termine el genocidio y los familiares de los israelíes en poder de Hamás, se tomaron el parlamento para exigir el inmediato cese al exterminio y negociación ya para el retorno de los suyos a sus hogares. Es cada día más evidente que será la movilización de los pueblos la que podrá detener el genocidio del hermano pueblo palestino.
Es probable que la Corte dicte la medida cautelar solicitada por Sudáfrica, ordenando a Israel detener sus operaciones genocidas en Gaza; pero, es también altamente factible que el régimen sionista no la acate. Pero si así ocurriera, la Corte adoptaría la calificación de Israel como Estado genocida, tal como ha sido el dictamen anticipado de los pueblos movilizados en multitudes por el mundo entero para exigir castigo para los genocidas.
Lamentablemente los hechos, no solo marchan en dirección a profundizar el genocidio, sino que avanzan hacia una vasta guerra regional, preludio de una nueva guerra mundial, el segundo al mando de Hamas, Saleh al Arouri, fue asesinado mediante un ataque de Israel en Beirut, Israel bombardeó las tropas sirias en Damasco, en respuesta a supuestos ataques con misiles desde Siria, Siria respondió con misiles sobre territorio de Israel, Irán atacó bases militares y tropas de Estados Unidos en respuesta a bombardeos de los Estados Unidos a su territorio, Irán atacó bases militares de EE. UU. en territorio de Irak, Alemania acusa a Putin de preparar en secreto una ofensiva militar contra la OTAN, Inglaterra y Estados Unidos bombardearon a Yemen, como castigo a los ataques de las milicias Hutíes a cargueros y buques de guerra israelíes y de sus aliados, la guerra Rusia Vs Ucrania -USA – OTAN está lejos de una salida negociada de Paz, el conflicto de China con Taiwán se agudiza estimulado por USA, para citar solo algunos ejemplos. Todo indica que la conflagración termonuclear está en la carpeta de la poderosa industria de la guerra y pone en riesgo la vida de la especie humana y del planeta entero. Solo la mundialización de la resistencia de los pueblos la detendrá.
José Arnulfo Bayona, Miembro de la Red Socialista.
Foto tomada de: El Economista
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