La realidad electoral ha demostrado que existen dos bloques históricos, que en las últimas dos décadas han participado en la disputa por el poder presidencial: un bloque representado por los sectores tradicionales de la política antes (Liberales y Conservadores) y nuevas empresas electorales emergentes: Cambio Radical, Partido de la U y Centro Democrático, con quienes han apostado y convivido con gran éxito sectores emergentes provenientes de alianzas con la economías ilegales de diferentes pelambres, quienes ha gobernado el país durante las dos primeras décadas del presente siglo. Y el segundo bloque, ha sido liderado por el llamado sector independiente, principalmente por los profesores Antanas Mockus en Bogotá y Sergio Fajardo en Antioquia, al que ahora se suma con gran ímpetu la izquierda encabezada por el hoy senador Gustavo Petro.
Así, partimos de reconocer que los dos bloques: el que ha gobernado y el alternativo, están ampliamente fragmentados y que ninguno de ellos va a llegar unificado a la primera vuelta presidencial, y en ese escenario, el que gane de los sectores de la coalición de gobierno recoge a las demás expresiones, y lo propio pasaría con el ganador entre la coalición del bloque histórico (izquierda) o la coalición de la esperanza (sectores independientes).
Sin embargo, todo parece indicar que el bloque hoy en el gobierno, con el liderazgo del expresidente Álvaro Uribe, luego de recobrar su libertad, se ha propuesto llegar unificado a la primera vuelta presidencial, en procura de hacerse con el triunfo en el mes de mayo del 2022 y así intentar apaciguar a sectores demócratas de los Estaos Unidos que están forzando cambios en temas de derechos humanos, justicia y paz, especialmente. Esta estrategia aceleró el proceso en este bloque, por lo que los movimientos de los ex mandatarios de grandes ciudades y de varios departamentos, pretenden meterse a la baraja y jugar aquí y ahora para llegar unificados a la primera vuelta.
Los Ex-alcaldes y los Ex-gobernadores.
Al interior del Centro Democrático, se mueven dos corrientes, una radical que se encuentra inconforme con el tono del gobierno del presidente Iván Duque, que considera que el partido debe llevar un candidato “pura sangre uribista” de corte radicalmente ultraderechista; y un sector que considera que lo más serio sería apoyar a un candidato con experiencia en la administración pública, que garantice un gobierno eficaz y asertivo, en oposición a un gobierno dubitativo y gris, pero obediente al expresidente, como el actual.
En este escenario es que leemos los movimientos de los exalcaldes y los exgobernadores, quienes pretenden jugar en esa escogencia, con un candidato como Alex Char o Dilian Francisca Toro, dentro de la baraja de precandidatos que van a enfrentarse al candidato del Centro Democrático en el mecanismo de selección que les permita llegar unificados a la primera vuelta presidencial.
Entendemos que los clanes regionales o casas políticas, que aportan las maquinarias electorales para la elección presidencial, tienen vocación de poder y que están dispuestos a jugar con unas reglas concertadas de manera amplia y no sometidos a la decisión del partido de gobierno. En realidad es una estrategia para mejorar su negociación en la repartición del actual pastel burocrático y en el eventual del gobierno del 2022-26.
El sector alternativo llega dividido a la primera vuelta?
La pregunta que nos surge, al ver los movimientos de los diferentes sectores del bloque del gobierno, al pretender llegar unificados a la primera vuelta, bajo la premisa que así podría ganar en mayo del 2022; es saber si esa dinámica, podría contribuir a la generación de un mecanismo de unidad en el sector alternativo y así poder enfrentar en mejores condiciones a su competidor histórico.
Miguel Antonio Galvis, Consultor Independiente y Director Ejecutivo de la Fundación Siglo XXI de Educación para Adultos.
Foto tomada de: https://www.elpais.com.co/
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