Para comenzar señalo que Antonio Gramsci nace en el año 1891 y fallece en el año 1937. Jorge Eliécer Gaitán nace en el año de 1898 y fallece asesinado en el año 1948. Así, ubicamos en términos de temporalidad las dos vidas con sus vicisitudes, inquietudes y realizaciones. En ellos reconoceremos al compararlos elementos de cercanía cuando encaran un tiempo histórico mundial y local durante la parte final del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
En segundo lugar, quiero llamar la atención de cómo hay una referencia explícita a que ambos son políticos e intelectuales de la modernidad. Así dicho, ellos están situados en un escenario que conocemos como moderno. Lo característico es lo nuevo, se produce un corte histórico social; con respecto a la tradición, sin que el recorrido premoderno desaparezca, sino que se articula e integra con unos imperativos que la modernidad le marca.
En concreto, para Italia, Gramsci, quien nace y vive en Cerdeña diecisiete años, lucha y resiste la experiencia del colonialismo interno. En Colombia, Gaitán experimenta tanto la modernidad periférica como el nuevo imperialismo estadounidense, las economías de enclave en la agricultura y el petróleo.
No son desarrollos capitalistas centrales ni los de Gramsci ni los de Jorge Eliecer Gaitán, pero están entroncados, imbricados en la modernidad y por eso no es gratuito como ya lo han escuchado que Gaitán hace parte de lo que se denomina la generación de los Nuevos.
Subrayo también el sentido de utilizar la expresión Sur profundo para indicar cómo en ese escenario de la modernidad, tanto Jorge Eliécer Gaitán como Antonio Gramsci tienen preocupaciones específicas por cómo es que esa modernidad avanza, y en qué medida resuelve o no, los desafíos que hermanan a uno y a otro autor con una situación específica: la realidad de la inmensa población campesina que compone tanto la sociedad de la Italia continental meridional como la de la Isla de Cerdeña, como pasa en el caso de Colombia en la primera mitad del siglo veinte, donde Jorge Eliécer Gaitán adelantará su tarea política principal.
Jorge Eliécer Gaitán culmina su formación universitaria con un Ph.D. en Jurisprudencia, y con título de Especialización Jurídico Criminal en Roma que cubre con su pecunio. Allí cursa 16 materias en un año de estadía en la Universidad de la Sapiencia. Es en la Universidad pública donde se establece una vinculación y una relación directa con Enrico Ferri, quien al mismo tiempo es una lumbrera en el campo del derecho penal y es también un socialista. En ese escenario de los años veinte para el tiempo en que Gaitán se va a doctorar con la distinción magna cum laudem, aquel ya corresponde a un momento histórico de tremenda modificación de la realidad política italiana.
Antonio Gramsci termina sus estudios de bachillerato en el Liceo Dettori, en Cagliari, pero no logra continuar de inmediato sus estudios universitarios. Hasta que gana una beca para la Universidad de Turín, cuando obtiene el noveno lugar en el concurso que abre la monarquía para los territorios del antiguo Reino de Cerdeña, que desapareció durante el Risorgimento, cuando se resuelve el problema de la unidad italiana.
Gramsci abandona los estudios de Filología, después de cuatro años de estudios interrumpidos, por precariedad económica y de salud, pero, en definitiva, por su decisión de dedicarse a la política socialista con los obreros y campesinos de Turín y el Piamonte.
Socialismo, fascismo y hegemonía conservadora
El fascismo es el fenómeno que se instaura en los años veinte como respuesta reaccionaria a la presencia activa del socialismo y el comunismo en Italia, y en menor medida en Colombia. Esa realidad del fascismo hace que para el mismo tiempo en que Jorge Eliecer Gaitán está en Roma haciendo su estudio doctoral en derecho penal tenga el poder la figura política de Benito Mussolini con la complicidad de la monarquía.
Antonio Gramsci es apresado por orden de la dictadura de Mussolini en noviembre de 1926. Empieza un tortuoso periplo por las cárceles italianas. De manera definitiva lo confinarán en la prisión de Turi (Bari). Allí desarrolla su obra principal, Los cuadernos de la cárcel entre los años 1929 y 1935.
Jorge Eliécer Gaitán, una vez culmina su doctorado con honores, regresa a Colombia y es electo representante a la cámara. Vive el drama de la realidad campesina parcelaria, y proletaria en el enclave imperialista de las Bananeras escenarios de creciente conflictividad social y sindical. Gaitán y Gramsci establecen una interlocución con los grupos y clases subalternas.
En la Colombia de los años veinte, el socialismo ha encontrado además de una interlocución práctica en la praxis subalterna, una indagación de parte de Jorge Eliecer Gaitán al graduarse de sus estudios de derecho en la Universidad Nacional. Luis Tejada interpela a Jorge Eliecer Gaitán. Es integrante de uno de los primeros círculos marxistas y participa de la generación de los Nuevos. Pregunta a Jorge Eliecer Gaitán que cuál es su posición frente al socialismo; si se identifica o no con la causa del Partido Bolchevique y el proyecto triunfador en la Unión Soviética. Gaitán le responde que su socialismo es un socialismo liberal.
Dos trayectorias políticas
Antonio Gramsci, en su nativa Cerdeña, es un activista del nacionalismo sardo. Proclama que los continentales deben ir a parar al mar para que Cerdeña configure su propia unidad nacional. Es el bautismo político del Gramsci que estudia el bachillerato en Cagliari, y escribe un trabajo que cierra ese tiempo juvenil, que titula Oprimidos y opresores (1910). Luego cuando ingresa a la Universidad de Turín, Gramsci entra en contacto con el proletariado de Turín, y cambia su percepción, y ubica la causa sarda en el marco de la revolución proletaria.
En el caso de Gaitán, el contacto de maduración política es Bogotá y Colombia, mientras que para Antonio Gramsci es Turín, que fuera capital del reino piamontés, y la realidad de la Italia posRisorgimento. El trasunto social y político de esta experiencia es la emergencia del socialismo, el comunismo y la reacción contra estos.
Al fijarnos en Jorge Eliecer Gaitán, en la segunda década del siglo XX, su trabajo para graduarse como abogado es “Las ideas socialistas en Colombia”. Su director es un sacerdote, José Alejandro Bermúdez, su profesor de derecho canónico, a quien recuerda en una crónica periodística. De él dice: “Su palabra, que luce una acentuada fogosidad, cálida, estremecida, no se limita a la rígida pauta de un pénsum intocable y reducido.[1] Y firma con el seudónimo Cástulo Mendia, uno de varios que empleó en su trayectoria de escritor de juventud.
Al hacer un recorrido y una auscultación de lo que allí está escrito, ustedes encontrarán entre otros autores la mención que Jorge Eliécer Gaitán hace a Antonio Labriola, de quien Gramsci incorpora la expresión Filosofía de la Praxis, para confrontar el economicismo y el positivismo dominantes en el pensamiento de la Segunda Internacional. Antes se produjo la ruptura del grupo de L´Ordine Nuovo con el Partido Socialista italiano de Turati y compañía, y Gramsci participa de la fundación del Partido Comunista de Italia en el Congreso socialista de Livorno en el año 1921.
Son hechos y situaciones que ubican en un sentido cercano lo que pasa en la experiencia del liberalismo colombiano, que lucha contra la hegemonía conservadora. En particular, cuando los liberales conducidos por el general Benjamín Herrera desarrollan precisamente lo que será la convención de Ibagué, donde la interlocución entre liberales socialistas y anarquistas.
Bajo el cobijo del general Benjamín Herrera entienden y entendemos por qué Jorge Eliecer Gaitán se dispone a hacer un examen de las ideas socialistas. Mientras que en el caso particular de Gramsci hay un activismo de carácter periodístico con el partido socialista; y se ha ubicado en el escenario huelguístico de Turín, donde los obreros de la FIAT han desarrollado la experiencia del bienio rojo en los años 1919 y 1920.
Entonces está el imperativo político, hay la inquietud, la importancia de hacer como en Rusia. Más aún, en qué medida esa huelga prolongada también le permite a Gramsci descubrir la pertinencia de establecer una relación no solo con los obreros sino con el campesinado, con la pequeña burguesía intelectual. Asuntos que son adaptados y son desarrollados también con algún detalle en el ejercicio reflexivo de Jorge Eliecer Gaitán.
A propósito de la tesis de grado de J.E. Gaitán, “las ideas socialistas en Colombia (1924)” nos movemos entre el año 1921/22 y 1924/1926. Gramsci para el año 1926 está enfrentando, confrontando al fascismo dentro y fuera del parlamento italiano. Jorge Eliecer Gaitán está confrontándose con el liberalismo contra la hegemonía conservadora.
Risorgimento y Regeneración
Ambos son regímenes de carácter autoritario y la dirección política al interior de esos procesos de tránsito al capitalismo tienen también una conducción reaccionaria. Para el caso colombiano es lo característico de un proceso de Regeneración, que excluye al campesinado de la reforma, y coarta también la reforma intelectual y moral impulsada por el radicalismo. Con sus diferencias para el caso italiano, es el equivalente de lo que se conoce como el tiempo del Risorgimento, cuyo análisis prueba al Gramsci cultor de la ciencia de la historia y de la política juntas.
Entonces, para la Regeneración colombiana hay el Resurgimiento italiano. Es el modo histórico, en cada caso, de cómo la burguesía obtiene la dirección económica compartida con los terratenientes, y es dominante en de las amplias mayorías de cada uno de estos países cortando cualquier participación activa de éstas. Ahora bien, en el caso concreto de Colombia hay la lucha precisamente del radicalismo contra la alianza conservadora y moderada liberal, mientras que, el partido de la acción con Mazzini y Garibaldi hacen lo propio.
En Colombia, Gaitán tiene como un antecedente intelectual y político en la disputa contra los resultados de la Regeneración de Rafael Núñez, el solitario de El Cabrero, a la figura heroica del radical Rafael Uribe Uribe, junto a la presencia viva del general Benjamín Herrera. Han sido dos generales emblemáticos que son derrotados en la confrontación con las fuerzas de la hegemonía conservadora durante la “guerra de los mil días”.
Así se le da paso a la construcción del orden que nace en 1886 y va hasta el año 1936. Al estudiar el Risorgimiento italiano, Gramsci encarcelado está interesado en examinar cómo tales antecedentes tanto intelectuales como políticos, ayudan a explicar el porqué de un régimen fascista posterior; y de qué manera los comunistas italianos lo enfrentan. Al respecto, él escribe un ensayo no concluido, cuando preparaba la revista del Partido que no llega a publicar, y que se llama “Algunos temas sobre la cuestión meridional (1926)”.
Tal es la manera de referirse al sur en el sentido político del término; y de modo puntual a la realidad del campesinado y la cuestión Vaticana.
¿Gaitán y Gramsci se conocieron?
Fíjense ustedes, avanzando en este paralelo comparativo, aunque Gramsci y Gaitán no se hayan conocido, sí fue posible que aconteciera su encuentro en Roma, porque cuando Gaitán está un año en Italia, desde septiembre y hasta comienzo de noviembre de 1926, Gramsci estaba aún libre. Ejerciendo su cargo de diputado comunista mientras la resistencia y el paso a la clandestinidad de los comunistas.
Después, Gramsci es detenido en forma preventiva para enjuiciarlo y llevarlo a prisión. empieza ese recorrido en noviembre de 1926 hasta que en el año 29 lo condenan a prisión y queda circunscrita su vida al territorio de la cárcel de Turi, en Bari. Es un penal situado en el sur del país, para presos políticos que tienen enfermedades, objeto deben ser objeto de un supuesto tratamiento especial.
Ahora nos movemos entre, primero, 1921 y 1926 y llegamos luego a 1929. Este último año se convierte en una fecha clave en la vida de los dos dirigentes políticos. El uno, como abogado en ejercicio que electo representante al congreso, adquiere un prestigio nacional defendiendo a los jornaleros de extracción campesina que trabajan en el enclave de la United Fruit. Junto con Gabriel Turbay adelanta un debate como representante a la cámara el uno y el otro al respecto de la masacre de las Bananeras que aún hoy siguen cuestionando figuras de la política reaccionaria y de derecha.
Para indicar que en efecto eso no ocurrió, pero el año de 1929 marca también una ruptura en el tema del sentido común en Colombia y del sentido común también en Italia porque precisamente en el caso de Colombia empieza a erosionarse de manera definitiva la hegemonía conservadora, es decir, la dirección que los conservadores con la iglesia realizan sobre los grupos y clases subalternas.
Gramsci llama al problema político religioso la Cuestión Vaticana presente en Italia con el Pacto de Letrán que firman el cardenal Gasparri y Benito Mussolini. En Colombia, en razón de lo resuelto con la constitución del 86 y el Concordato, la cuestión religiosa es confrontada también por los grupos y clases subalternas, por los obreros y los campesinos de Colombia que tienen la interpelación de socialistas y los primeros comunistas. Conocido es el ciclo de luchas obreras y campesinas que tienen en el liderazgo a Raúl Eduardo Mahecha, de María Cano y Tomás Uribe Márquez, quienes están precisamente liderando esos procesos con una nueva estructura organizativa de los subalternos.[2]
Es la estructura del partido socialista revolucionario que va a aparecer también al lado del sindicalismo revolucionario alrededor de estos acontecimientos reivindicativos frente a la explotación en un enclave imperialista, y cómo en ese escenario aparece y se proyecta la figura, el prestigio del joven abogado Jorge Eliécer Gaitán. Al lado de otro joven liberal en el congreso, Gabriel Turbay, que tiene antecedentes de formación en los círculos comunistas de Luis Tejada.
Ambos, en los debates del Congreso de Colombia, mostrarán el grado de corrupción política y el drama del quiebre de conducción política del conservatismo que luego en el año 1930 va a conducir al inicio de la República liberal. Entre tanto, en la realidad italiana, hasta cierto punto paralela pero diferente, Gramsci ha tenido que vivir la experiencia de la confrontación que se da al interior de la dirección de la tercera internacional que presenta a Stalin como secretario del partido Bolchevique, ahora partido comunista.
Un viraje internacional
Stalin es la figura rectora de la tercera internacional, a la muerte de Lenin, y con el destierro de Trotsky, después. Así que, en ese debate, en esa gran conflictividad, al interior de la Internacional, Antonio Gramsci manifiesta el desacuerdo desde la cárcel fascista, a propósito de cómo se está conduciendo la lucha contra la oposición de izquierda al interior del partido Bolchevique. Después, cuál es el tratamiento que se le está dando a Trotsky, Kaménev, y Zinóviev, bolcheviques, y todos aquellos que tienen una posición disidente.
Gramsci tiene que vivir en la cárcel esa situación con sus compañeros comunistas que prácticamente lo aíslan. Gramsci entonces estructura una lectura y una reflexión con respecto a cuál es la verdad de pensar la lucha política en términos diferentes de lo que ha señalado Stalin como el social-fascismo, y cómo este es un momento en los términos del entendimiento contrario a la imposición de que se tiene que librar una lucha clase contra clase, la improcedencia de ésta. Es necesario insistir, en cambio, en la fórmula del frente único con los socialistas, y quienes se oponen al fascismo italiano, para empezar.
Esto último, en el caso concreto de Colombia, para el año 1930 va a producir, precisamente, una purga a lo que había sido el partido socialista revolucionario. Del que hicimos mención. Es sancionado Ignacio Torres Giraldo, cuando se crea el Partido Comunista de Colombia. Entonces, Raúl Eduardo Mahecha toma distancia de este recorrido impuesto. Frente a esa nueva práctica se silencia por diez años.
Ignacio Torres Giraldo, por ejemplo, tiene que padecer una suerte de juicio político, retractarse de la experiencia vivida que, ustedes saben, es la experiencia de intentar una suerte de ejercicio revolucionario donde confluyen liberales y socialistas y que ha quedado registrado en las reflexiones del historiador Gonzalo Sánchez, que ha escrito una monografía sobre Los bolcheviques del Líbano.
Cuando el imperativo parecía ser hacer la revolución, esta experiencia revolucionaria en el caso concreto de Colombia antes de 1930, va a tener unas ejecutorias específicas, y una derrota de lo que fueron esos núcleos de lucha revolucionaria contra la regeneración conservadora y su autoritarismo y pro-imperialismo antinacional.
Ahora bien, en el caso de Rusia de 1930, todo ello, tales directrices van a significar, son la indicación de que se acabó la experiencia de pretender construir la revolución proletaria en el mundo. Ahora hay que fijar la atención en la construcción del socialismo en un solo país, y este es, la Unión Soviética.
Un cambio de perspectiva
En el año 29, el capitalismo experimenta el crack mundial con la caída de la Bolsa de New York. Es el vendaval de la depresión capitalista. Que afecta las expectativas de los revolucionarios y los reformistas. Les ha hecho pensar a algunos que el capitalismo está en la hora final, esa no es la lectura de Gramsci y en los Cuadernos de la cárcel va entonces a desarrollarse una reflexión que es muy importante también para ponerla en contexto y en interlocución, luego de ese desenlace trágico.
Es relevante entender que hay una realidad planetaria diferenciada como se proponía desde la Tercera Internacional. Una es la realidad de Occidente y otra la de Oriente. Entonces Gramsci hablará en los Cuadernos de la cárcel de Oriente para aprehender la experiencia política del capitalismo dependiente o del capitalismo periférico. En el caso ruso para explicar el porqué la revolución socialista triunfa, y tiene, en simultánea, que enfrenta allí las tareas de la revolución democrática. Esa problemática hermana las reflexiones de Gaitán y Gramsci en dos continentes, y países. Es la problemática que nos ubica en la pertinencia de estudiar la democracia como un asunto transversal a la reflexión de ambos líderes políticos.
Oriente, esto es, la experiencia de la revolución rusa, permite a Gramsci, por contraste esclarecedor, pensar la condición revolucionaria actual de Occidente en Italia, en un escenario periférico dependiente como la Italia fascista de los años veinte y treinta. Él reclama un tratamiento político distinto que exige construir una realidad nacional popular.
Interpelados obreros, campesinos, y pequeña burguesía confrontan una propuesta política que haga posible conducir el nuevo sentido común transformado, democrático, y rompa con la influencia política fascista dominante; y que por esa vía abandone esa idea de la lucha de clase contra clase. Tal es la nueva manera de acercar esa problemática, hasta proponer lo que Gramsci insistirá en los años treinta: una Constituyente democrática.
Al decirlo define un periodo histórico y una época distinta en lo estratégico. Gramsci la llama “un tiempo de guerra de posiciones”, ya no es la guerra de movimientos, ya no es el asalto al poder político sino un trabajo de filigrana, un quehacer fundamental en el escenario de la sociedad civil. Por lo pronto, no es la conquista del poder en la sociedad política.
Ahora, no es más en el Estado gobierno donde se resuelve el problema de la hegemonía, sino es en el escenario de la conducción de la sociedad civil, es en el espacio donde los grupos y clases subalternas han de ser conducidos por sus intelectuales, transformando el sentido común dominante y construyendo la autonomía política que les permita luego hacerse gobierno.
En esa medida también estos han de librar esa batalla social, política económica e ideológica que le da sentido a la complejidad de la política
Política y hegemonía in nuce
En específico tratemos de la hegemonía ahora. Gramsci la llama el ejercicio de dirección, el ejercicio de persuasión, el proceso de la construcción de un nuevo consenso y en ese escenario encontramos precisamente elementos de conexión y de similitud con la trayectoria de Jorge Eliecer Gaitán.
Me permito recordarles, para cerrar esta aproximación comparativa con las diferencias advertidas cómo Jorge Eliécer Gaitán, luego de lo que es la experiencia de 1930 empieza por proponer la estructuración de un grupo político independiente del bipartidismo reinante, que es la UNIR, La unión nacional izquierdista revolucionaria.
Ustedes han escuchado antes, cómo Gramsci propone la construcción precisamente de una nueva hegemonía, donde aparece el punto de lo nacional popular. Entonces en la exploración de Gaitán que dura inicialmente entre 1933 y 1935 Gaitán encuentra tal sintonía, primero, en las capas campesinas, en las Bananeras, y luego en la experiencia de la gran Hacienda cafetalera del Chocho, en Cundinamarca, en la cordillera oriental.
Experiencia que es ejemplar en términos de lucha por una representación política diferente, por democracia en el ámbito de la revolución democrática y en el orden burgués. Pero el resultado electoral que confronta la UNIR es el que ya conocemos, donde la votación por el liberalismo es aplastante. Gaitán concluye la experiencia de la UNIR como propuesta política alternativa. Da paso a la experiencia con el liberalismo y la llamada revolución en marcha.
Actúa como interlocutor del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo entre el 34 y 1938. Gaitán adquiere experiencia de gobierno en los espacios que afectan a la sociedad civil de modo concreto. Uno será la Alcaldía de Bogotá y otro como ministro de educación en el primer gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo.
Ahí tenemos entonces esa problemática transversal, el laboratorio práctico de la transformación del sentido común, de qué manera en efecto los grupos y las clases subalternas, los obreros, los campesinos influidos por el liberalismo y por el conservatismo le empiezan a dar cabida a una lectura democrática, a una lectura popular de sus propios intereses y esa experiencia como gobierno en la cual Jorge Eliecer Gaitán se prueba también.
Todo esto le enseña a Gaitán que es fundamental aprovechar en este recorrido transitorio que se vuelve a interrumpir con el gobierno de la pausa, el gobierno de Eduardo Santos, cuando Jorge Eliecer Gaitán
se separa precisamente de la propuesta del directorio liberal y propone como rival a esa candidatura de Santos la candidatura de Darío Echandía que había sido el cerebro constitucional, el ministro de gobierno de la primera presidencia de Alfonso López.
Echandía es derrotado y en esos términos entonces va a ensayarse un nuevo ejercicio exploratorio en esa pausa del presidente Eduardo Santos que va a llamar a Jorge Eliecer Gaitán para que se desempeñe también como ministro y entonces Gaitán va a tener un nuevo contacto con la experiencia de los obreros, con la experiencia del proletariado como ministro de trabajo por un tiempo corto, y en el mismo recorrido está entonces cocinando la idea de pensar en un ejercicio liberal que define las preocupaciones que tocan con esa llamada plataforma del Colón.
Hay también una situación conflictiva en el escenario internacional que está marcado por el problema del desenlace de la segunda guerra mundial y en esa medida entonces Jorge Eliecer Gaitán se dispone a darle existencia a un proyecto político independiente en el cual la interlocución es con los grupos y clases subalternas obreros, campesinos pequeña burguesía, pequeños propietarios a los cuales interpela en los términos de esto que aquí ya se ha comentado, que ni el hambre ni la enfermedad son liberales ni conservadores y empieza a estructurar una propuesta popular y esa propuesta popular, esa candidatura popular tiene como resultado que se divide el partido liberal.
Gabriel Turbay había sido activo en los núcleos marxistas que habían organizado Luis Tejada y otros intelectuales de los nuevos en la época en que se tenían los consejos socialistas en Girardot y en Medellín y ahora se encuentran precisamente en el sector oficialista y el otro en independencia de la corriente liberal oficial y se produce la derrota del presidente liberal en una o en otra candidatura y el triunfo precisamente del candidato conservador, aunque la mayoría es efectivamente liberal.
Gabriel Turbay obtiene la mayoría de votos liberales y la otra votación por Jorge Eliecer Gaitán sumadas hubieran dado el triunfo al liberalismo, pero hay un proceso político de cualificación de transformación del contenido y del pensamiento del liberalismo y este se resuelve con el abandono de Gabriel Turbay de la lucha política.
Gabriel Turbay viaja a París al final de sus días. Este médico de provincia, oriundo de Bucaramanga, ha hecho, después de ser marxista en su juventud, un recorrido y una trayectoria política en el liberalismo, se ha identificado con la propuesta de Eduardo Santos en la dirección liberal tradicional. Confluye en bandos opuestos al momento de prueba máximo enfrentando la rebeldía de Jorge Eliecer Gaitán, y hasta allí llega.
Gaitán, en cambio, después de la derrota contra el conservador Mariano Ospina Pérez, de la que muchos liberales lo responsabilizan, sin embargo, asume el reto con sus partidarios de participar en la votación para Congreso en el año 1947, que es crucial para su carrera definitiva como dirigente. Porque ese resultado, primero, le da la mayoría al liberalismo gaitanista frente al sector directorista, y Eduardo Santos le entrega la dirección liberal.
La minoría y mayoría en el Congreso, sumadas tanto en el Senado como en la Cámara prueban de nuevo la mayoría liberal. Pero hay una minoría directorista, que no acata el énfasis que el gaitanismo hace en lo nacional popular. Por el otro lado está el partido conservador que en esta divisoria histórica tiene afinidades con los directoristas. En el entretanto, el curso de esta experiencia política que muestra la presencia de gobierno y oposición, hace que la paz se nuble, y que la confrontación con las mayorías liberales crezca ensangrentado el país nacional que respalda al líder popular que lo convoca.
Gaitán ante el triunfo, con la dirección oficial del partido liberal, proclama el viraje ideológico político del liberalismo colombiano. Con la confluencia de la mayoría del pueblo liberal y en interlocución con el pueblo conservador descubre un nuevo significante más allá de los odios partidistas: la paz.
Guardadas diferencias, la realidad de la paz tiene presencia en el pensamiento político del Gramsci encarcelado. Desde allí cuestiona la validez de insistir en la actualidad de la lucha de clase contra clase, y, sobre todo, en la pertinencia de insistir en el Frente Único, que una a los subalternos, socialistas, comunistas para resistir con éxito al fascismo, pero sus indicaciones son desoídas, y su carta a la Internacional se queda por el camino.
Gaitán, diez años después de la muerte de Gramsci, atacada de una hemorragia cerebral, en febrero de 1948, descubre también cuáles son los límites para su proyecto político, que se interrumpe con su asesinato. En el caso de Gramsci porque al obtener por fin la libertad, es quebrada por su salud, cuando aspiraba regresar a su tierra natal. A la imposibilidad de desarrollar una dirigencia política desde la cárcel, opta por una estrategia de signo diferente que lo inmortaliza. Es el tesoro político de los Cuadernos de la cárcel donde ha podido estructurar una reflexión con respecto a cómo es que los grupos y clases subalternas pueden llegar a ser hegemónicos antes de la conquista del poder político en un escenario de la periferia capitalista.
En esa medida cómo es que esas tareas pueden iluminar más allá de su propia vida, für ewig, el recorrido histórico del proletariado y los grupos subalternos, el campesinado, de la pequeña burguesía en Italia. mientras que en el caso de Jorge Eliecer Gaitán volviendo a febrero del 48 va a establecer una primera experiencia que es el memorial de agravios y una segunda que es la concreción en esa gran movilización con la oración de la paz con la provocación, con lo nacional popular y con el liberalismo como el partido del pueblo como su enseñanza principal y como el punto de contacto y de articulación de una propuesta política democrática que efectivamente modifica el panorama político del bipartidismo liberal/conservador.
(Continuará)
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[1] Ver Documentos para una biografía. Tomo I. Imprenta municipal. Bogotá, 1949, p. 190.
[2] Para más detalles consultar los trabajos de historia política y social de Mauricio Archila y Renán Vega Cantor.
Miguel Ángel Herrera Zgaib, PhD, Grupo Presidencialismo y Participación, IGS-Colombia.
Foto tomada de: W Radio
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