En la actualidad, el mapa político en la región muestra un panorama interesante de la transición hacia gobiernos de izquierda[1], con cambios importantes no sólo en el ejecutivo, sino en las reformas que se tratan de implementar en los escenarios Congresionales. Hoy las 5 economías más importantes de América Latina son dirigidas por gobiernos progresistas, (Lula da Silva en Brasil, López Obrador en México[2], Fernández en Argentina, Petro en Colombia y Boric en Chile) presidentes que han transitado por diferentes caminos políticos pero que tienen casi los mismos objetivos de transformar las sociedades en las que viven.
Fuente: Statista. Nov 02 de 2022.
Como lo muestra el mapa, América Latina está atravesando unos cambios importantes a nivel de gobiernos de izquierdas y progresismo. Pese a que cada país tiene sus propias especificidades y no todos tienen el tránsito al progresismo de la misma manera; algunos como Brasil y Argentina han tenido sus experiencias, exitosas o no, pero con dirección a brindar mejores condiciones de vida para sus pueblos. Me referiré solo a tres países. Es importante señalar algunos elementos que se deben tener en cuenta para la difícil transición en la que se espera que naveguen y que aseguraren cambios significativos gubernamentales en este panorama político. Cambios permitidos gracias al empujón que dieron los estallidos sociales en alguno de estos países[3].
Países como México que dieron el giro a lo social y a la dignidad, mal interpretado (peyorativamente) como la izquierda, con el presidente Andrés Manuel López Obrador[4] (AMLO) en 2018, generó avances interesantes en sus 5 años de gobierno, su economía es una de las más estables en la región, donde el buen manejo de la pandemia y otras situaciones internas han generado que hoy el peso mexicano sea uno de los más estables de América Latina[5]. Con la victoria de Gabriel Boric[6] en diciembre de 2021, líder estudiantil, diputado y ahora presidente, respaldado por toda la izquierda chilena, este país está en camino a cambiar el pacto social y su Constitución, que pese al rechazo del año pasado[7], está definida para noviembre[8] del presente año. Y con Gustavo Petro[9], la victoria al ejecutivo en junio del 2022, en segunda vuelta. Político que ha transitado por la guerrilla del M-19 y que después de la desmovilización finalizando los 90, emprendió un largo camino en la labor administrativa y legislativa en el país, las alianzas del Pacto Histórico y las reformas que ha insistido en generar, están dando mucho revuelo en el panorama político, la reforma pensional, de salud, laboral (que no ha pasado en debates del Congreso) son algunas de los temas que hacen meollo en la actualidad, al menos, colocó a debatir a todos los rincones de Colombia y más aún con la no aceptación de los medios masivos.
Estos tres países tienen una historia, aunque no parecida por sus contextos internos[10], han tenido y tienen aún características, importantes mencionar, y que dan luces para reflexionar, tanto sobre la importancia de cambios de gobierno como la complejidad que en ellos hay, no solo el cambio de gobierno sino el cambio de modelo Estatal para que los ajustes sean reales.
La primera de ellas es el modelo de Estado en el que se sometieron por muchos años y décadas. En Chile no es secreto que fue el primer modelo de Estado neoliberal de la región. Desde el pinochetismo y la Constitución que está en proceso de ser cambiada, que por su puesto no ha sido fácil por la coyuntura muy manipulada por las elites políticas y mediáticas. México, que a pesar de que ya tiene 5 años de gobierno de AMLO también su coyuntura no ha sido nada fácil: la manipulación mediática y luchar contra la burocracia, enraizada por la derecha de más de 6 décadas hacen difícil desmantelar esa maquinaria clientelista en un solo periodo de gobierno. Y mucho menos un sistema jurídico y administrativo diseñado para sostener el estatus quo de la élite. Y lo mismo con Colombia, no tiene ni un año de su gobierno el presidente Petro y sus intentos fallidos de generar reformas en el Congreso, han sido en parte infructuosos, precisamente porque tenemos ese modelo de Estado neoliberal que tiene Chile y México, estructurado por muchas décadas de gobiernos conservadores.
La segunda es precisamente las formas institucionales y burocráticas que son difíciles de descomprimir de las entrañas del Estado. Los intentos por reformas gubernamentales, legislativas e institucionales están en aras a que exista no solamente voluntad política por parte de los gobiernos de turno, o en este caso a la cabeza de jefes de gobierno, sino que es todo un panorama institucional, político, burocrático y jurídico que debe alinearse con esos objetivos reformistas para poder alcanzar los mínimos de cambios en un solo periodo de gobierno, y está muy difícil y contra producente con el panorama político tanto de Chile como de Colombia. En México han tenido la oportunidad de trabajar con significativas coaliciones de gobierno, pero de igual forma, el peso de la cultura política es bastante notoria.
La tercera es la cultura política, ligada a una cultura general que en cuyos parámetros se ha instalado profundamente las bases neoliberales de estos países, y que lamentablemente es la más difícil de erradicar. Todo el proceso de individualización, del libre mercado, y de la no intervención del Estado en agenciamientos sociales, ha permitido que culturas tan individualistas e interesadas en lo material hayan desdibujado los valores sociales, colectivos y de integración social. Solo la creencia de que con capital financiero se puede generar desarrollo, permitió que los valores sociales y ciudadanos pasaran a un último lugar para la formación y desarrollo de país. Por eso, en estos países, los derechos transferidos desde el Estado a manos privadas generaron una educación mínima en términos de calidad, individuos con un alto grado de egoísmo, antivalores que no son solidarios con el prójimo y pensamiento crítico mínimo, entre otras situaciones que nos hace pensar en la clase de sociedades que nos han convertido esos fundamentos neoliberales. La incapacidad crítica de estas sociedades se manifiesta en que se repite siempre lo que dice el sistema mediático en estos Estados. Sistemas permeados por el sector privado, donde no existe información imparcial, cuyos medios están todo el tiempo desinformando, agrediendo y vulnerando el derecho humano a la libre expresión y a recibir información veraz y oportuna. No existe la responsabilidad social en estos sistemas mediáticos por cuanto están confabulados con el sector político conservador y empresarial.
Los ciudadanos tampoco ayudan por cuanto no hay interés en informarse bien, en buscar alternativas de información. Por ello, las fake news están siempre a la orden del día. El ciudadano de a pie no se esfuerza por contrastar la información y se deja llevar por lo que más retumbe, por lo que más escuche, y muchas veces por el cómo voy yo.
Estos son algunos elementos, existen otros que se pueden reflexionar para complementar el panorama tan profundo y complejo que existe en las transformaciones de los nuevos gobiernos en la región. Sobre todo en países como Colombia, en el que las personas creen que por el hecho de que Petro ganó, al otro día ya tenía que haber hecho magia y acabar con la incontrastable desigualdad en el país, tanta injusticia que se ve diario, la inseguridad, la mala educación y valores de su sociedad, la mala calidad de la educación de las instituciones educativas desde cero a los de alto nivel, todos permeados por clientelas y procesos administrativos que solo están pensados para el proselitismo administrativo y burocrático.
No, no es fácil hacer transformaciones profundas como las que ha planteado Petro. Al Pacto Histórico tampoco le ha ido muy bien por las alianzas iniciales que les tocó hacer con viejos cacicazgos y mañas políticas que han dejado que se filtren. Soy una convencida de que Petro no pudo, no puede y no podrá solo, lamentablemente ha tenido que hacerlo, debe trabajar con lo que hay, mientras pueda generar reales reformas y mirar como implosionar desde adentro un sistema que desde hace mucho está diseñado para que estas elites políticas sigan perpetuándose. Creo que Petro está haciendo su mejor esfuerzo, tampoco puede irse lanza en ristre contra el sistema cultural porque le puede pasar lo mismo que al presidente electo en Perú, Pedro Castillo por tratar de disolver el Congreso[11].
Escucho personas tanto del común como en lo profesional, en la academia, que Petro no debe pactar con los mismos políticos de siempre, y por eso no es un cambio real porque lo ha hecho, prefiriendo muchos irse por la vía del extremo porque pactar con las mismas élites es ponerles freno a las reformas. Y tienen razón: no están dejando debatir en el Congreso, generando mañas de silla vacía (herencia de la reforma política del primer gobierno de Uribe).
Al inicio, el gobierno Petro hizo coaliciones con los mañosos partidos tradicionales, lamentablemente eso le ha tocado, esa es la estructura política – institucional heredada y empezó a negociar con ellas. Ya han mostrado el cobre, y se han desligado de la coalición de gobierno dando a espalda a las reformas porque se les acaba el negocio del Estado. Que, por cierto, la estructura del Congreso es otro elemento con el cual el gobierno Petro tiene que luchar. En este momento no hay coalición fuerte porque los tradicionales se le han retirado, y tiene la lucha crucial con esa estructura que no la hemos podido depurar. Si ellos no se regulan, la ciudadanía con los mecanismos de participación y marchas en las calles, debemos exigir nuevas reglas de juego en el Congreso para que nuestros padres de la patria realmente cumplan su deber, justifiquen su salario, y bajarles tantos beneficios y chanchullos legales que han dejado que personajes como María Fernanda Cabal, Miguel Polo Polo y otras beldades estén en ese recinto, atrofiando la verdadera labor legislativa.
Este año es también crucial en Colombia para elecciones regionales y locales, y el Pacto Histórico por ser pacto, también atraviesa por momentos de confusión, permitiendo el ingreso de muchos políticos con trayectorias poco convincentes. Pese a que es el Pacto Histórico, eso no quiere decir que sus filiales cambien de estructura mental, estamos todos permeados de esa cultura nefasta y politiquera, heredada de las viejas escuelas mañosas de la política colombiana.
Hasta que como sociedad no hagamos un proceso de conciencia personal y colectiva, por mucho que se cambie de ideologías de gobierno, seguiremos transitando por el camino enraizado del desprestigio político, social y cultural y no existirá un real cambio social.
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[1] Ver: Statista, 02 de noviembre de 2022. Nuevo mapa político latinoamericano.
[2] Este año inicias las precampañas a la presidencia 2024
[3] Ver: Statista, 21 de noviembre de 2019. Mapa de las protestas en América Latina.
[4] Ver: AMLO trayectoria política.
[5] Ver: peso mexicano uno de los más fuertes de AL.
[6] Ver: bcl.cl: Gabriel Boric Font.
[7] Ver: Amnistía Internacional. El rechazo a la nueva Constitución es solo una etapa de un proceso constituyente que debe continuar.
Ver: Consejo Constitucional 2023.
[8] Ver: elmundo.es: Acuerdo en Chile. Abril y Noviembre del 2023, momentos claves para dar forma a una nueva constitución.
[9] Ver: quien es Gustavo Petro.
[10] México y Colombia tienen más parecido por la violencia interna del narcotráfico, pero con elementos distintos, como la violencia del conflicto armado en Colombia desde el siglo pasado.
[11] Ver BBC 7 de diciembre de 2022: Pedro Castillo: destituyen y detienen por rebelón al presidente del Perú después de que disolviera el Congreso en una jornada de caos político.
Yeny Girón, Politóloga, docente e investigadora.
Foto tomada de: El País
José Gutiérrez says
Si se gana el poder mediante el voto popular y no existe libertad en el legislativo de apoyar o no programas de gobierno, por estar amarrados a la ley de bancadas, que no es otra cosa que el deseo manifestado por el director del partido, de qué democracia hablamos. Si un presidente no concerta sus propuestas, y los congresistas no las estudian y aprueban o niegan pensando en el bien común, de qué democracia hablamos.
José Gutiérrez says
Que verguenza se siente ante la comunidad internacional por el papel de la llamada oposición al gobierno, que ante propuestas de cambio avaladas por organizaciones internacionales y grupos de estudio serios e imparciales, se oponen por que afecta sus intereses personales o de grupos de poder, algo que es admisible pero no ético por la forma en como mienten al elector, tratando de engañarlo haciendole ver que va a perder cosas que no tienen.