Comienza el editorialista señalando que “hacer empresa está bajo ataque y pocas son las voces que defienden el rol y la función social de idear y levantar empresas, máxime cuando es el antídoto probo contra la pobreza”. Habla, en principio, de empresa y no de empresa capitalista, una práctica común por parte de los capitalistas y sus defensores: prefieren pasar camuflados bajo la palabra genérica empresa sin ponerle el adjetivo calificativo. De este modo pueden poner a don Luis Carlos Sarmiento o Gillinsky o a Mario Hernández en el mismo grupo que un tendero de barrio, un taxista o una pequeña empresa de empanadas. ¿Será que sienten vergüenza de decir abiertamente que son capitalistas?
Resulta curioso que afirme que “son pocas las voces que defienden el rol y la función social de idear y levantar empresas” cuando los grandes medios de comunicación, las grandes fundaciones, los centros de investigación, los gremios, las facultades de economía, Juan Carlos Echeverry en sus columnas en El País y buena parte de la burocracia no hace sino alabar a los capitalistas. Hasta León Valencia dice que en El Plateado hace falta capitalismo lo mismo que el cura de Roux con respecto a Buenaventura. No es claro eso de antídoto “probo” ¿será que quiso decir probado? Pero, aun así, no es cierto: después de más de cien años de creación de empresas capitalistas en Colombia tenemos cerca de 20 millones de personas en pobreza y otros 8 millones en miseria.
Considera el editorialista que “el ataque a las empresas, al empresariado y a la estructura económica se ha exacerbado en los últimos años por el gran poder que han acumulado las grandes multinacionales tecnológicas”. Cita a un autor alemán Zitelmann quien afirma que “el capitalismo necesita quien lo defienda. Son los empresarios quienes deben defender su rol y su papel en la economía”
El mejor antídoto contra la pobreza
Repite con entusiasmo la cantinela de que “ningún sistema económico ha sacado a más personas de la pobreza en toda la historia” como el capitalismo.
“Y es que hacer empresa es el antídoto más eficaz contra la pobreza, no solo porque crea riqueza, genera empleo y paga impuestos, sino porque da rienda suelta a la satisfacción de carencias sociales por medio de proyectos empresariales.” “Hace 200 años, antes del capitalismo, 90% de la población mundial vivía en la pobreza extrema, hoy es menos de 9%. Esto nunca sucedió antes en la historia, que tanta gente saliera de la pobreza.” (¿Pobreza extrema? ¿Por qué no presenta los datos sobre pobreza no extrema?). Por esto defiendo el capitalismo: “en el momento en que una persona tiene propiedad privada y más mercados libres, la gente está mejor”.
El editorialista utiliza los datos de pobreza extrema. Se supone que es pobre extremo aquella persona que no alcanza a obtener USD 2,15 por día, es decir USD64,5 por mes, $270.000 mensuales (un límite bastante miserable, por cierto). Pero no usa los datos de pobreza no extrema cuyo límite son USD6,85 al día, o USD205,5 al mes, cifra que en pesos equivale a $863.000.[2] Informa el Banco Mundial que el 44% de la población mundial vive con ingresos inferiores a esta cifra. En Colombia esta cifra está cercana al 70%. La República no presenta el dato para 1820 de población en pobreza. Sin embargo, no debería ser motivo de mucho orgullo para los defensores del capitalismo ver que casi la mitad de la población mundial, alrededor de 4.000 millones de personas son pobres. Es un resultado extraordinario tener 900 millones de pobres en 1820 y ahora 4.000 millones: el capitalismo fabrica pobres.
En Colombia se podría hacer un cálculo similar para ver cómo en 200 años de historia capitalista (se ha creado una masa de cerca de 20 millones de pobres (de los cuales 8 son pobres extremos). En el caso extremo en 1820 habría 1 millón de pobres. El sistema capitalista colombiano es, también, una fábrica de pobres.
Los hacedores de empresa crean riqueza, generan empleo y pagan impuestos: construyen país
La República pinta a los capitalistas como unos seres especiales dedicados a buscar el bien de todos los colombianos. Pero la realidad tozuda le muestra que el sistema capitalista lo que logra es crear pobres y generar desempleo y trabajo precario. Además la República trata de engañarnos. En sentido estricto no son los capitalistas los que crean riqueza, son los millones de trabajadores asalariados que contratan por salarios bajos, en su gran mayoría, con el fin de obtener ganancias. El interés de los capitalistas no es crear riqueza en general, sino ganancias en particular que vayan a sus bolsillo.
Además no generan empleo por un compromiso social y filantrópico: contratan trabajadores porque para producir son necesarios y la fuente de sus ganancias. Pero los trabajadores para ellos son un costo, así que tratan de reducirlo todo lo que pueden. Además cuando hay dificultades económicas o ven la posibilidad de aumentar la productividad introduciendo máquinas o métodos más eficientes de producción, no dudan en prescindir de los servicios de sus trabajadores. Y a regañadientes pagan impuestos, pero hacen todo lo que pueden para evadirlos y eludirlos.
Los capitalistas efectivamente crean riqueza. El sistema capitalista es una fábrica de creación de un pequeño y selecto grupo de multimillonarios que se quedan con la mayoría de la riqueza y del ingreso: el 1% se queda con el 40% de la primera y el 22% del segundo. Esto es hacer empresa y construir país.
La pintura idílica de los hacedores de empresas no se la creen ni los dueños de La República. Pero hay que idealizar el sistema. Ellos saben, en el fondo de su corazón y de su bolsillo, que el sistema capitalista genera malestar, descontento, conflictos, resistencias y que puede conducir en determinadas circunstancias a protestas sociales, paros y manifestaciones. Además saben que se les puede ocurrir a los trabajadores pensar en ideas peligrosas como sociedades no capitalistas o socialistas.
De ahí la importancia de la lucha ideológica y política. Es necesario evitar que el país caiga en la trampa socialista. Hay que hacer apología del capitalismo y mostrarlo como el mejor de los sistemas posibles. Lo cual es cierto, es el mejor, pero para ese pequeño grupo de grandes capitalistas que concentra la riqueza y los ingresos del país.
El editorialista no presenta datos sobre la concentración de la propiedad física y monetaria, ni tampoco sobre la concentración del ingreso. No nos dice en estos 200 años cuánto excedente han obtenido los capitalistas y cuánto continúan acumulando actualmente. Una revisión rápida de La República muestra que periódicamente se presentan noticias, se hacen análisis y se destacan los grandes logros del capitalismo: las grandes utilidades en los balances de las empresas. Los hacedores de empresas no construyen país, construyen sus fortunas. Y no les va nada mal. De ahí el fastidio y resistencia a un presidente como Petro.
Ñapa
Desde la perspectiva teórica y política el ataque más fuerte al capitalismo y sus ideólogos lo hizo Marx con la publicación de El capital. Recién publicado el primer tomo en 1867 Marx escribió en una carta que consideraba que su obra era el misil más poderoso lanzado contra la cabeza de los capitalistas y los terratenientes. No es extraño por tanto que el sistema capitalista haya activado su sistema antimisiles teórico e institucional para silenciar, criticar y condenar al ostracismo a El capital. Esto es apenas normal. Lo grave es que los propios trabajadores, sus organizaciones sindicales y políticas han abandonado el estudio de esta obra fundamental para la defensa de sus intereses.
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[1] https://www.larepublica.co/opinion/editorial/hacer-empresa-antidoto-eficaz-contra-la-pobreza-4078293
[2] https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2024/10/15/ending-poverty-for-half-the-world-could-take-more-than-a-century. El objetivo mundial de poner fin a la pobreza extrema —que se define en USD 2,15 por persona al día— para 2030 está fuera de alcance: podría llevar tres décadas o más eliminar la pobreza de este umbral, que es pertinente en especial para los países de ingreso bajo. Casi 700 millones de personas —el 8,5 % de la población mundial— viven hoy con menos de USD 2,15 al día, y se prevé que el 7,3 % de la población se encontrará en situación de pobreza extrema en 2030. La pobreza extrema sigue concentrada en países frágiles y con un crecimiento económico históricamente bajo, muchos de los cuales se encuentran en África subsahariana. Hoy, el 44 % de la población mundial subsiste con menos de USD 6,85 al día, nivel de la línea de pobreza de los países de ingreso mediano alto. El número de personas que vive por debajo de este umbral apenas se ha modificado desde 1990 debido al crecimiento demográfico.
Alberto Maldonado Copello
Foto tomada de: Las2orillas.com
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