Pero llegó un gran día, el hilito de agua así nos lo cuenta: Las comunidades de los barrios y otras personas tuvieron la maravillosa idea de retirar las basuras, limpiar un poco su cauce y construir a su alrededor unos caminos. ¡Cual sería la dicha de nuestro amigo! Al ser visitado por niños y adultos, y convertirse en un sitio espléndido dentro de la ciudad. Nos cuenta que día a día vinieron a acompañarlo una gran cantidad de aves que alegraban todo su recorrido con sus cánticos, además de ardillas que juguetonas brincaban por los árboles que se hicieron más grandes y frondosos, crecieron a su alrededor muchas maticas que fueron haciendo posible que Hilito cada vez fuera más grande, y cosa curiosa sus aguas empezaron a ser un poco más claras y hasta se podía observar la presencia de algunos pececillos.
En fin, Hilito se hizo amigo de todos los niños y gentes del sector y hoy con orgullo ve a todos sus vecinos protegiéndolo, cuidándolo y mostrándolo como ejemplo al resto de la ciudad, lo que lo llena de gusto, al saber que otros compañeros y hermanos, los otros hilitos recibirán el mismo tratamiento y amor por parte de sus vecinos, porque, al fin y al cabo, la naturaleza los puso ahí para alegrar y dar vida a todos los habitantes de la hermosa ciudad.
Leonela Serna Beltrán
Foto tomada de: https://www.nationalgeographic.com.es/
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