Han colaborado más de dos decenas de investigadores y se ha estudiado la relación entre preferencias de voto y características económicas tales como: renta, nivel educativo, riqueza, clase social subjetiva, ocupación, situación laboral, sector de empleo, afiliación sindical, situación civil, religión, raza, edad, género, región y ubicación urbana o rural. Las fuentes pueden ser consultadas en wpid.world. Por lo que respecta al caso español, aparece junto a Italia, Portugal e Irlanda en el capítulo 6.
Indicios
La primera constatación es el relevo de partidos “de clase” por partidos “multi-élite”.
Para ello, se ha utilizado como indicador la diferencia entre el porcentaje de votantes formado por el 10% más cualificado y el formado por el 90% menos instruido, que suele votar a partidos de izquierda. La diferencia es vista como negativa cuando el 10% presenta una menor probabilidad de votar a dichos grupos y positiva, cuando es mayor dicha probabilidad.
El mismo indicador ha sido utilizado para la renta. En este caso, se ha calculado la diferencia entre el porcentaje de votantes perteneciente al 10% más rico y el 90% menos rico, que vota a partidos de izquierda.
De acuerdo con los resultados, los altamente cualificados votaban a la izquierda menos que aquellos menos instruidos en los años 1950. Sin embargo, dicha diferencia se ha ido reduciendo con el paso del tiempo y, en la última década, los más educados votan más a partidos de izquierdas.
En el caso de la renta, la evolución ha sido menor, pues los más ricos continúan votando mucho menos a partidos de izquierda a lo largo de todo el periodo.
La conclusión es que el sistema de partidos de clase, en el que los votantes con menor educación y renta votaban a la izquierda, se ha pasado a un sistema de partidos “multi-élite”, en el que los más cualificados y con menor renta votan a partidos de izquierda.
En países europeos como Francia o Alemania, los votantes de menor renta y educación han empezado a votar a partidos de derecha populista anti-inmigración y, entre los de mayor educación, han empezado a pasar de partidos de derecha a partidos verdes.
España
En el contexto español, la divergencia entre el voto por nivel de educación y de renta no ha sido tan pronunciada como en otros países de su entorno. Posiblemente, porque la izquierda ha mantenido gran parte del voto de individuos de baja renta y cualificación.
Por otro lado, no se puede obviar que, entre principios de los 1980 y 2015 como fecha tope, el sistema político español ha pasado del bipartidismo —representado por el PSOE a la izquierda y el PP a la derecha— a un multipartidismo con distintas combinaciones. Es así como han aparecido Unidas Podemos (UP) a la izquierda del PSOE, Ciudadanos (C’s) entre PSOE y PP y VOX a la derecha del PP. Mucho ha tenido que ver en todo ello la crisis financiera de 2008, con la aparición el 15-M (conocido como el “Movimiento de los Indignados”) y el consiguiente nacimiento del partido progresista Podemos y la eclosión del independentismo catalán y el surgimiento de C’s.
Ciertamente, en el caso español, los clivajes de renta y educación son menos pronunciados que en la mayoría de las democracias occidentales. La historia del país ha podido ser una de las causas. Así, a principios de los 1980, el voto estuvo caracterizado por un alto componente de clase, pues personas de menor educación y renta votaban al PSOE. Sin embargo, el voto “de clase” fue perdiendo importancia y, como en otras democracias avanzadas, desde la crisis financiera de 2008, las clases menos instruidas y menores ingresos votan mucho menos a la socialdemocracia.
Por el contrario, dicho voto, en nuestro país, aún no se concentra entre el electorado con mayor educación formal. Sin olvidar que la aparición de nuevos partidos no ha reconfigurado los clivajes existentes de manera significativa y está relacionado con el hecho de que dichos partidos no han conseguido ser transversales entre izquierda y derecha, sobre todo en el apartado de la renta.
Mientras UP absorbe el voto de la izquierda dominada antes por el PSOE, C’s y Vox lo absorben en la derecha en cuanto a la renta. Por lo que respecta a la educación, Vox obtiene la mayor parte de los votos entre los menos cualificados y UP entre aquellos con mayor educación. En lo que se refiere a C’s, se acerca mucho a los antiguos votantes del PP en cuanto a educación y renta. En el momento actual, sin embargo, está a punto de desaparecer.
Si comparamos la situación española con las restantes democracias occidentales, los votantes españoles tienen un posicionamiento renta-educación menos polarizado, ya que el PSOE atrae a un electorado similar al anti-inmigración europeo, caracterizado por menor educación y renta. Entre el electorado europeo, los partidos socialdemócratas han perdido dicho voto. Eso explicaría que el PSOE resiste más que sus homólogos occidentales.
UP es un partido a medio camino entre socialdemócratas y verdes occidentales con un voto más educado que la media, pero de menor renta.
Vox atrae a un voto menos educado, pero de mayor renta y difiere en ello de los partidos anti-inmigración, que son de menor educación y menor renta. Probablemente, porque Vox surge como reacción a las tensiones territoriales en Cataluña, aunque C’s fue creado para hacer frente al independentismo. Ahora bien, tanto PP como C’s atraen al votante más educado y de mayor renta. Con todo, los partidos de centro-derecha españoles no concentran el voto de los más ricos como sus equivalentes de otros países.
La edad de los votantes en la configuración política española
La política española está menos polarizada que otras democracias avanzadas en cuanto a renta y educación, a pesar de la elevada crispación y polarización del debate político. No obstante, la radicalización es muy significativa en cuanto al voto a la “antigua” y la “nueva” política.
La “antigua” obtiene más votos entre los de mayor edad y en núcleos urbanos pequeños y rurales. La “nueva” compite entre la población más joven y urbana. Dicha oposición es menos pronunciada en otros países.
Debemos encontrar la causa en la edad de los votantes: los más fieles a los viejos partidos son las generaciones de mayor edad y los votantes de los nuevos partidos pertenecen a las generaciones jóvenes, aquellas marcadas por la crisis económica y las tensiones creadas en el modelo de Estado por el desafío catalán.
En efecto, en las elecciones de 2019, UP, C’s y Vox concentraron la mayor parte de los votantes menores de 50 años. En ese sentido, mientras España va por detrás de otros países en los clivajes de renta y educación, se desmarca por delante en el clivaje generacional que opta por la vieja o la nueva política de acuerdo con la edad.
Las primeras conclusiones aparecidas en el libro mencionado al principio tendrán un carácter más sólido a nivel internacional cuando los resultados sean más precisos, adquieran una dimensión histórica y se puedan comparar por países.
Una buena herramienta para interpretar de forma productiva, tanto a nivel nacional como global dicha evolución, es consultar la wpid.world. Las Ciencias Sociales y Políticas y la ciudadanía podrían salir beneficiadas y contribuir al debate público y a futuras investigaciones acerca de la interacción entre clivajes políticos y desigualdades sociales.
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* La autora ha extraído datos del libro, un artículo de “El País” y las notas del economista Antonio Marco.
Pepa Úbeda
Lisa says
Muy interesante a mi me preocupa que los votantes educados estén tan desinformados y apuesten por el neoliberalismo
Es decir que mo estén formados políticamente o sea saber en que anda el mundo hoy en 2022