La segunda cara de la moneda, son los que se benefician de ella. Porque prefieren vivir en la informalidad por razones tributarias y de seguridad social. Las razones tributarias son simplemente el no pago de impuestos, conocido como la evasión y elusión y en el caso de la contribución a la seguridad social, es la falta de aportar al sistema de salud, de pensión y al de riesgos laborales. Es claro que la causa o origen de esta informalidad es evadir responsabilidades fiscales y repercute con consecuencias en bajos niveles de contribución a las obligaciones fiscales y los sistemas de seguridad social. Esta característica también tiene un pero y es que la formalidad es costosa para las empresas colombianas y esta es una de las razones por la que la informalidad es preferida entre empleado y empleador.
Y la tercera cara de la informalidad es la unión de las dos caras anteriormente descritas y se resume en el bajo nivel de aporte efectivo en comparación del aporte que debería ser tanto al sistema tributario como al sistema de seguridad social. Todos aquellos empleados y empleadores que dejan de contribuir al sistema de seguridad social, significan menos recursos para financiar servicios de salud, bajo acceso al disfrute de la pensión y el bajo aseguramiento frente a accidentes laborales. Y todos aquellos empresarios y agentes económicos que realicen actividades que generan ingresos y no los reportan, disminuyen el recaudo fiscal que tiene impactos negativos en la implementación de políticas públicas que tratan de generar oportunidades a la población más vulnerable.
La pregunta que subyace es cómo disminuir la informalidad y aunque suene obvio, el primer paso es fortalecer el aparato productivo y empresarial, mediante procesos serios de industrialización, de una verdadera y realista reforma agraria y de iniciativa de innovación, que conlleven a la necesidad por parte de las empresas a contratar talento humano capacitado y que, para el sector educativo, sea el desafío de la creación y formación de este nuevo talento humano. Es claro que con esto se espera, mayores niveles de eficiencia, productividad y crecimiento, que impactará con el desarrollo del país y disminuirá en el mediano y corto plazo, la población vulnerable. En este primer paso las empresas, el Estado y las entidades públicas del sector educativo y de trabajo juegan un papel fundamental para llevar a buen puerto este proceso de industrialización y desarrollo económico.
El segundo paso es fortalecer las herramientas con las que cuentas las autoridades tributarias, para hacer control y vigilancia de personas y empresas que evaden y eluden sus responsabilidades fiscales. Una forma de fortalecer estas herramientas es el acceso y transparencia a la información, lo que implica que entes como centros de investigación, consultores y universidades, que en principio son entes imparciales y técnicos, puedan acceder a los datos y con ello ayudar, asesorar y diseñar mecanismos y políticas que aumenten los ingresos fiscales y con ello, disminuyan los niveles de evasión y elusión de los individuos y empresas que practiquen estas estrategias ilegales.
El tercer paso es incentivar la contribución por parte de los trabajadores que están en el rebusque. Y aquí se encuentra ante una encrucijada de política pública porque la mayoría de personas que están en el rebusque por su nivel de ingresos no pueden aportar, pero si demandan y acceden a dichos servicios que generan asignaciones presupuestales. Y es importante hacer un comparativo y es que todos deberíamos jugar bajo las mismas reglas, porque si el trabajador formal que gana un millón de pesos contribuye, también lo debería hacer el trabajador informal que se gana ese mismo millón de pesos. Por lo tanto, se deben buscar los mecanismos culturales y sociales para incentivar el aporte al sistema de seguridad social y un ejemplo evidente que cambiaría la percepción de pagar impuestos es que se utilicen de manera eficiente con la población más vulnerable, evitando problemas de corrupción, de mala ejecución y mala administración y con ello, la población vulnerable evite la trampa de pobreza que los perjudica. En términos prácticos, es que la población que paga impuestos evidencie que ha mejorado los servicios de salud, con mejor infraestructura en vías, mayor nivel de seguridad y con esto motive, a la población a pagar impuestos porque saben que se verán reflejados en mayor bienestar y calidad de vida.
Esto conlleva tiempo, no es una política de corto plazo sino de largo aliento y mucho esfuerzo, se debe comenzar con el fortalecimiento del sistema productivo e industrial que demande talento humano contratado de manera formal. Lo bueno es que esta todo por hacer y que están los mecanismos y que las empresas y el Estado deben enfocarse en trabajar para el mismo lado, con el propósito de disminuir los impactos sociales y económicos del país, que se verán reflejados en mayor presupuesto para el sistema de seguridad social y las políticas públicas que favorezcan a la población más vulnerable. Y para finalizar y como se ha anotado en el tema pensional, contribuir es un tema de solidaridad y no se debe ver con lentes de evitar sino de cumplir.
Luis Carlos Calixto Rodríguez
Foto tomada de: Eltiempo
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