Expresión que simboliza la rebelión indígena contra la colonia.
También significa ¡VIVA BOLIVIA!
Luego de un doloroso año de resistencia pacífica, con sus hombres y mujeres, muertos, heridos, expatriados, vejados y calumniados, el pasado 8 de noviembre, con la posesión del presidente electo, Luis Alberto Arce Catacora y su vicepresidente David Choquehuanca, el pueblo boliviano le puso sello definitivo a la contundente derrota, propinada por la vía democrática, a la sanguinaria dictadura, sus promotores y financiadores, impuesta el 10 de noviembre de 2019, mediante cruento golpe de Estado
Los derrotados golpistas, pese a que las elecciones fueron organizadas por un Tribunal electoral nombrado por el gobierno de facto, pero con veedurías internacionales y de la asamblea legislativa, realizaron todo tipo de acciones para impedir que el presidente y el vicepresidente electos se posesionaran en sus cargos legítimamente ganados en las urnas. Alegaron fraude electoral, propusieron que una junta militar asumiera el control, asesinaron al dirigente sindical de los mineros y miembro de la dirección del MAS – PSP, Carlos Orlando Gutiérrez Luna y convocaron movilizaciones que a la postre resultaron lánguidas, porque, sin duda, les tocó pasar, por ahora, el trago amargo de la merecida derrota.
El acto formal de la posesión, contó con el reconocimiento de la comunidad internacional, expresada en la asistencia de numerosas delegaciones de más de un centenar de países y de organizaciones de los derechos humanos. La ceremonia de posesión, simboliza la victoria del pueblo boliviano contra, la expoliación y el saqueo de sus recursos naturales, el racismo, la discriminación, la exclusión, la opresión y el sojuzgamiento de los pueblos indígenas por el régimen neoliberal – capitalista, que pretendió reinstalarse con el retorno a la dictadura que había soportado el pueblo boliviano durante décadas.
Representa igualmente el proceso histórico de construcción programática y organizativa de pueblos indígenas en alianza con sindicatos, organizaciones campesinas y sectores populares, agrupados en una especie de frente único de los de abajo que, articulando luchas sociales, sindicales y políticas, lograron conquistas de profundo contenido democrático, anticapitalista y antineoliberal, con perspectiva socialista, bajo la dirección política del Movimiento al Socialismo -MAS -, partido construido por Evo Morales y los movimientos sociales que lo conforman.
Encarna también el método de la movilización y la lucha pacifista en las calles, las veredas, las avenidas, las plazas públicas, no solo para apoyar y exigir el retorno a la democracia y la restitución del presidente derrocado, sino, principalmente, para defender las conquistas democráticas, políticas, económicas y sociales logradas con muchos años de lucha y materializadas durante los trece años del gobierno de Evo Morales, que fue sin duda alguna, un gobierno indígena, obrero, campesino y popular. Su retorno al poder, no es solo la lucha por la democracia en términos de occidente, es el reinicio de la lucha por rescatar la memoria histórica y la visión del mundo y los valores ancestrales de las culturas milenarias, de sus orígenes, de las tradiciones y riquezas de la comunicación y el diálogo, como principios de igualdad y del vivir bien, bellamente expresado por el Vicepresidente de la siguiente manera: “que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos tengan todo y a nadie le falte nada”
Claridad, identidad y coherencia ideológica, programática y política.
La identidad ideológica, política y programática, quedó palmariamente clara en los discursos, tanto de Jilata David Choquehuanca y Luis Arce Catacora en la ceremonia; como, en las alocuciones de Evo Morales, de su retorno a Bolivia, recibido por multitudes en las poblaciones de Potosí, Villazón y Chimoré en el Trópico de Cochabamba y en la población de Orinoca, su pueblo natal, en el departamento de Oruro.
En su arenga, Choquehuanca, invocó la memoria y la cosmovisión de los pueblos originarios, que habitaron territorios del Abya-yala, sometidos al exterminio y al despojo por los invasores y colonizadores, antes de ser convertidos en “América”, pero que aunque reducidos, aún habitan en todo el territorio americano; Comanches, mayas, Guaraníes, Aymaras, Quechuas, mapuches, entre otros, los calificó como “los pueblos de la cultura de la vida que despertaron su Larama que significa rebelde con sabiduría”, para proclamar su manifiesto por la emancipación de dichos pueblos, que fueron “desestructurados y muchos de ellos exterminados y su pensamiento originario sistemáticamente sometido al pensamiento colonial”, para anunciar un nuevo amanecer, un nuevo Pachakuti, basado en el lenguaje de la vida, de su historia, en donde “el bien colectivo sustituye el individualismo egoísta, donde los bolivianos nos miramos todos iguales y sabemos que unidos valemos más, estamos en tiempos de volver a ser Jiwasa, no soy yo somos nosotros; Jiwasa es la muerte del egocentrismo, del antropocentrismo y es la muerte del teolocentrismo (sic)”
Declaró que su lucha es por la paz, contra el colonialismo y por los derechos de la Pachamama, “buscamos la paz, no somos de la cultura de la guerra, ni de la dominación, nuestra lucha es contra todo tipo de sometimiento y contra el pensamiento único colonial, patriarcal, venga de donde venga”; pero también por la soberanía y la autodeterminación del pueblo boliviano y de los pueblos indígenas indoamericanos, “defendemos los sagrados tesoros de nuestra cultura de toda injerencia, defendemos nuestros pueblos, nuestros recursos naturales, nuestras libertades y nuestros derechos. Volveremos al camino noble de la integración, de la verdad, de la hermandad, de la unidad, el camino del respeto a nuestras autoridades, a nuestras hermanas… del respeto a nuestra madre tierra, a la soberanía de nuestros pueblos”.
Finalmente, planteó un llamamiento a la unidad del pueblo boliviano y el respeto a las libertades civiles y políticas, la redistribución del poder, contra la impunidad y por la independencia de la justicia “Los bolivianos debemos superar la división, el odio, el racismo, la discriminación entre compatriotas”, reclamó el cese de la persecución a la libertad de expresión, de la judicialización de la política y del abuso de poder”. Se manifestó en contra del monopolio del poder “el poder, así como la economía se tiene que redistribuir, tiene que fluir”. Al reclamar castigo para los crímenes de los golpistas dijo “justicia hermanos, pero la justicia tiene que ser verdaderamente independiente, pongamos fin a la intolerancia, a la violación de los derechos humanos. El nuevo tiempo significa escuchar el mensaje de nuestros pueblos…sanar las heridas, mirarnos con respeto, recuperar la patria, soñar juntos, vivir bien y gobernarnos nosotros mismos”.
Luis Alberto Arce Catacora, en su alocución, honró la memoria de los héroes caídos en las masacres de Sacaba, Sencata y el pedregal; así como de todas y todos los luchadores “que recuperaron la democracia”. Reivindicó la transparencia de las elecciones que eligieron presidente a Evo Morales y dijo que con el golpe “se escamoteo la voluntad popular” y convirtió a Bolivia “en un escenario de una guerra interna y sistemática contra el pueblo, especialmente contra los más humildes”, que “La persecución y criminalización desatada por el régimen en contra del MAS – PSP, de los movimientos sociales, se tradujo en muertos, heridos, encarcelados, perseguidos, asilados y exiliados. Honró la memoria del dirigente minero Carlos Orlando Gutiérrez, asesinado el día anterior de su posesión.
Señaló que con el triunfo electoral la población boliviana optó por la paz y prometió que su gobierno será el inicio “de una nueva etapa de nuestra historia, con un gobierno para todas y todos, sin discriminación de ninguna naturaleza. Es compromiso de nuestro gobierno reconstruir la patria en unidad para vivir en paz y garantizar la protección de los derechos civiles y políticos, como la libertad de expresión y de organización, el pluralismo político; principios mutilados por el gobierno de facto”
Dejó claro que, en el ejercicio de la presidencia, su principio rector será la democracia “cuyo horizonte es la igualdad económica, social, política y cultural”, porque, en sus palabras, “triunfó la democracia intercultural, la que permite deliberación y organización desde abajo. La democracia que traduce la voluntad y la riqueza creativa a través del voto. Pero democracia, es también la materialización de los derechos contenidos en nuestra Constitución Política; de nada sirve elegir las autoridades, si a la vez el pueblo está privado de derechos fundamentales, como los de acceso a la salud, la educación, al trabajo, a los ingresos, a la vivienda, democracia es tener el derecho a disfrutar de la riqueza que es para todos y no para unos cuantos. Eso lo hicimos en 14 años y eso lo vamos a profundizar en nuestro gobierno… esos son los principios que guían nuestro modelo económico, social, comunitario, productivo al cual retomaremos.”
Anunció que su gobierno centrará sus esfuerzos prioritarios en superar la triple crisis en que el gobierno ilegítimo dejó al país, “La crisis política, la crisis sanitaria, producto de la aparición de la pandemia del covid-19 en Bolivia y la crisis económica, “derivada de la incapacidad del gobierno para generar estabilidad y crecimiento con justicia social, en un año se retrocedió en todas las conquistas del pueblo boliviano”.
La crisis económica es profunda, la dictadura dejó al país andino al borde de la bancarrota, “tras el cambio abrupto de la política económica, que se agudizó a raíz de los efectos de la crisis sanitaria en nuestra economía nacional, que está en medio de una recesión profunda con una caída del PIB de 11,2% al segundo trimestre de este año, caída más fuerte de la economía en los últimos 40 años”, El déficit fiscal alcanza el 12.1%, el déficit del sector público es de 5.6%, el déficit del tesoro general de la Nación es de 8.7%, con una deuda pública, contraída por la dictadura, para pagar sueldos y salarios de USD$4.200 millones y una caída de las reserva internacionales del 13%, que pasó de USD$6.439 millones a USD$5.578 millones, acusando la pérdida de USD$881 millones que se esfumaron prácticamente en el mes de octubre, con sus secuelas de “aumento del desempleo, la pobreza y las desigualdades”. “El desafío es reconstruir la economía, generar certidumbre, crecimiento con redistribución del ingreso, reducir las desigualdades económicas y sociales”, enfatizó el nuevo presidente de Bolivia.
Sin mencionar, ni reclamar castigo para los responsables de los crímenes de lesa humanidad y de violación de los derechos humanos, cometidos por los golpistas, hizo énfasis en la independencia de la justicia, al afirmar que “creo en la justicia, no en fomentar un ambiente de resentimientos y venganza, que no respeta la diversidad de pensamiento, en donde ser de otro partido o color político te hace ser objeto de odio. Eso debe acabar, crear un ambiente donde los únicos que deben temer sean los infractores, los criminales, los violentos, y los que cometan actos de corrupción”.
Finalmente dejó muy clara su política internacional “nuestra voluntad es la de trabajar por un mundo multipolar, en el que no exista supremacía de ninguna potencia, en el que todos los Estados y seres humanos, vivan sin miedo, sin odios, sin el saqueo de los recursos naturales, sin explotación, sin racismo, ni discriminación, sin amenazas y sin presiones de ninguna naturaleza. Asumimos los principios de la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, el no alinderamiento y la plena igualdad jurídica y política de todos los Estados, sin ninguna forma de subordinación… reivindicamos la integración sur – sur, en la que no se nos impongan designios desde el norte”. Propugnamos por la unidad política de la diversidad de América Latina y el Caribe en torno a La CELAC y su declaración de 2014, “cuando declaramos a América Latina y el Caribe como un territorio de paz”. Terminó reiterando su compromiso de “honrar cada una de las promesas de campaña.
Evo Morales, en su mensaje de retorno a Bolivia, ha señalado enfáticamente su respaldo al nuevo gobierno, resaltó que “haber derrotado electoralmente al gobierno de facto en menos de un año, es algo que no se había visto en el mundo. Otra vez, nos hemos organizado, nos hemos movilizado y derrotamos los golpistas”, Planteó que “de nuevo continuaremos con nuestro proceso de cambio”, en 14 años, “construimos un modelo económico mejor que el del capitalismo, modelo basado en las nacionalizaciones de nuestros recursos, sin el FMI, sin las multinacionales, con crecimiento económico. Nacionalizamos nuestros recursos, recuperamos la renta petrolera para el pueblo boliviano”. Ha reiterado que “el golpe no fue dado a Evo, y a Linera, fue un golpe para saquear nuestros recursos naturales” y afirma enfáticamente que “tenemos la responsabilidad de devolver la dignidad y la soberanía al pueblo boliviano, con lucho lo lograremos”.
Pero advierte que “La lucha no termina acá, la lucha es mucho más profunda, porque el capitalismo y el imperialismo permanentemente planifican como adueñarse de nuestras riquezas naturales”- Defiende el modelo económico que lideró Arce Catacora en su gobierno y al cual se ha comprometido en dar continuidad, “construimos un modelo económico mejor que el del capitalismo, modelo basado en las nacionalizaciones de nuestros recursos, sin el FMI, sin las multinacionales, con crecimiento económico. Nacionalizamos nuestros recursos, recuperamos la renta petrolera para el desarrollo, para el pueblo boliviano”. Finalmente, sentencia que “vamos a continuar con la industrialización del litio, sin Estados Unidos, vamos a continuar con este plan”. El dilema es “O los pueblos con su Estado o EE. UU con sus transnacionales”.
Estas referencias puntuales sobre las sólidas convergencias en los discursos los tres dirigentes del proceso, hacen evidente que comparten un ideario común, con profundas coincidencias programáticas, ideológicas, políticas, económicas y culturales que guían el proceso de transformaciones radicales del pueblo boliviano. Los demócratas y revolucionarios debemos estudiar el proceso boliviano, no para copiar y calcar, sino para aprender de su histórica lucha en curso.
José Arnulfo Bayona, Miembro de la Red Socialista de Colombia.
Foto tomada de:El Periódico
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