Tal y como se observa en la figura, estos meses de pandemia han impactado de manera significativa la dinámica del producto. Estas caídas tan fuertes no se habían visto.
Durante este año de pandemia, la tasa de crecimiento anual del ISE ha variado de manera significativa. En enero de 2020, comparado con enero 2019, tuvo un crecimiento de 3,4%, pero a partir de marzo la tendencia cambió de signo. El punto más bajo se observó al comparar abril 2020 con abril 2019. La caída fue de -20,5%. Y el último dato disponible, y que corresponde al mes de septiembre, presenta una disminución anual del producto de -7,3%.
Este panorama que es dramático, además de inesperado, está debilitando aún más la ya frágil estructura económica. Las implicaciones de la caída del producto son de muy diversa naturaleza, y algunas todavía no se pueden percibir. El efecto más inmediato es sobre el empleo, el consumo, la pobreza y la calidad de vida. Desde antes de la pandemia, en el 2019, ya se observaba un deterioro en las tres dimensiones.
En septiembre de 2019 la tasa de desempleo era de 10,2%. Un año después, en septiembre de 2020 aumentó a 15,8%. El crecimiento del desempleo es significativo, y refleja las dificultades causadas por la pandemia. La peor situación se presentó en el sector de “alojamiento y servicios de comida”, que entre 2019 y 2020 tuvo una caída de la ocupación del 27%. El segundo sector más afectado ha sido el de “actividades artísticas y de entretenimiento…”, con una caída de empleo de 21,8%. Estos dos sectores no se van a recuperar rápidamente porque la apertura de restaurantes, hoteles, teatros, etc., continuará siendo muy lenta. El panorama se puede complicar en caso de que haya una segunda ola de contagios.
Los niveles de consumo y de pobreza se empeoraron. Entre 2018 y 2019, a nivel nacional, la incidencia de la pobreza pasó de 34,7% a 35,7%. Ello significa que el número de personas pobres aumentó de 16,8 millones a 17,4. En un año el número de pobres se incrementó en 662 mil.
En Bogotá, el porcentaje más bajo se presentó en el 2014 (23,3%), y a partir de allí, la tendencia ha sido creciente, llegando a 27,2% en el 2019. Entre el 2018 y el 2019, el número de pobres pasó de 2,1 millones a 2,2 millones, así que 88.951 personas cayeron en la pobreza. En pobreza extrema, Bogotá también aumentó la incidencia de 4% a 4,2%.
Bogotá y Bucaramanga han perdido el liderazgo que tenían en la lucha contra la pobreza. En el 2019 Bogotá ocupó el quinto lugar. La ciudad con menos incidencia fue Manizales (20,6%). Y le siguen Cali (21,9%), Medellín (24,4%), Barranquilla (25,6%).
Preocupa que junto con el aumento de la pobreza también se haya acentuado la desigualdad. A nivel nacional, el Gini ha venido subiendo desde el 2017, y pasó de 0,508 a 0,526 en el 2019.
El menor empleo, el aumento de la pobreza y el incremento de la desigualdad configuran un escenario complicado, que obligaría a tomar medidas radicales, comenzando con una intervención decidida del gobierno. Esta opción no ha sido considerada por la política pública, que continúa observando el panorama con una pasividad sorprendente. En el presupuesto del 2021 los recursos destinados a la inversión pública son pocos, y claramente insuficientes para impulsar la recuperación.
Frente a la gravedad de la crisis no tiene sentido que Duque continúe afirmando que el año entrante el crecimiento será maravilloso, y que compensará todos los sufrimientos del 2020. Un año difícil!
Jorge Iván González
Foto tomada de: RCN Radio
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