Según António Guterres[i] la cumbre tiene por objeto encontrar soluciones financieras para luchar contra la pobreza, reducir las emisiones que calientan el planeta y proteger la naturaleza ante el fracaso de la arquitectura financiera internacional en su misión de proporcionar una red de seguridad mundial a los países en desarrollo.
En la página Web de la embajada de Francia en Bogotá[ii] se dice sobre la cumbre lo siguiente:
“Con la crisis de la COVID-19, la deuda pública de todos los países ha alcanzado niveles sin precedentes. Un tercio de los países en desarrollo y dos tercios de los países de bajos ingresos se enfrentan a un riesgo elevado de sobreendeudamiento. La tendencia a la reducción de la pobreza, observada desde hace varias décadas, se ha detenido. La solidaridad financiera es, en este contexto, más necesaria que nunca.
Por este motivo, este encuentro tiene como objetivo desarrollar una arquitectura financiera mundial lo suficientemente sólida como para brindar más recursos, proteger a los países más vulnerables contra las crisis, lograr la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), recuperar la tendencia durable a la reducción de la pobreza y proteger los bienes públicos mundiales, como la salud y el clima”
La cumbre tiene el propósito indudable de aislar a Rusia, que no fue invitada al evento, y de contraponerse a la iniciativa de los BRICS por un nuevo paradigma económico y financiero global como alternativa al quebrado sistema monetario y financiero internacional del transatlántico.
La cumbre finalizó sin propuestas de solución estructural de la crisis que golpea a las instituciones de Bretton Woods y a su inevitable desplome, y solo prometieron algunas migajas para las naciones de bajos ingresos con el único propósito de financiar las llamadas energías verdes para la transición energética. El FMI anunció que ya se podían disponer de los $100.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro –DEG- ofrecidos desde hace unos 8 años para inversiones verdes en los países en desarrollo; por su lado el Banco Mundial señaló:
“una pausa en los reembolsos de la deuda, la posibilidad de que los países reorienten fondos hacia medidas de emergencia, nuevos tipos de seguros para apoyar proyectos de desarrollo y ayuda a los gobiernos para establecer sistemas de emergencia anticipados”.
Por ninguna parte se tocan alivios reales al problema del sobrendeudamiento de los países pobres, que se agravó con la Pandemia del Covid 19, con medidas como la posibilidad de establecer moratorias de la deuda, la realización de auditorías sociales para definir la legitimidad de las deudas, ni de reducciones de bonos de los Estados para los tenedores de deuda, ni de rebajas en los costos financieros. Nada de eso, solo refinanciar deudas.
Brasil y China se hicieron sentir en la cumbre
La posición de Brasil planteada por Lula Da Silva es que no solo se necesitan apoyos para la acción climática sino para el desarrollo económico y la reducción de la pobreza. En ese sentido se expresó el embajador Philip Fox-Drummond Gough, director del Departamento de Política Económica, Financiera y de Servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil[iii].
“Cuando se habla de financiación para el desarrollo sostenible, no se debería canalizar esa financiación únicamente hacia cuestiones climáticas. Hay que considerar el desarrollo sostenible basándose en tres pilares: el económico, el social y el medioambiental”
Por su parte Lula Da silva en su intervención en la cumbre criticó la política de endeudamiento del FMI y ratificó la agenda de los BRICS y del Nuevo Banco de Desarrollo –NBD- que preside Dilma Rousseff, recalcando que ella se encontraba en el evento. Lula planteó lo siguiente:
“Muchas veces los bancos prestan dinero y el dinero prestado provoca la quiebra del Estado. Esto es lo que estamos viendo hoy en Argentina. De la manera más irresponsable posible, el FMI prestó $44.000 millones de dólares a un señor que era presidente [Mauricio Macri]. Nadie sabe qué hizo con el dinero, y Argentina hoy está en una situación económica muy difícil, porque ni siquiera tiene dólares para pagarle al FMI.
“Hay gente que se asusta cuando digo que es necesario crear nuevas monedas para el comercio. No sé por qué Brasil y Argentina tienen que comerciar en dólares. ¿Por qué no podemos hacerlo en nuestras propias monedas? No sé por qué Brasil y China no pueden comerciar en nuestras monedas. ¿Por qué tengo que comprar dólares? Así que esta es una discusión que está en mi agenda y, si depende de mí, ocurrirá en la reunión de los BRICS, que tendrá lugar en agosto. Y también va a ocurrir en la reunión del G-20, porque vamos a necesitar que más amigos africanos participen en el G-20”.
Finalmente, el primer ministro chino, Li Qiang, en la ceremonia de clausura de la cumbre[iv] hizo una propuesta de tres puntos enfatizando en la línea del desarrollo y la inversión productiva. Al respecto dijo:
En primer lugar, avanzar firmemente en la reforma de la gobernanza financiera mundial y crear un entorno de financiamiento estable para los países en desarrollo. China está dispuesta a colaborar con todas las partes para construir una estructura de gobernanza financiera mundial justa y eficiente y a fortalecer la coordinación de la política macroeconómica internacional. El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales deben implementar el consenso alcanzado por los líderes del G20, completar una nueva ronda de reforma de cuotas y derechos de voto e incrementar la voz de los mercados emergentes y de los países en desarrollo.
En segundo lugar, construir una asociación de desarrollo mundial y proporcionar a los países en desarrollo más recursos para el desarrollo. Los países desarrollados deben cumplir seriamente sus compromisos de brindar asistencia y fondos a los países en desarrollo. Los países en desarrollo deben elevar su capacidad de desarrollo independiente. China continuará proporcionando diversas formas de apoyo a otros países en desarrollo con acciones prácticas en la medida de su capacidad.
En tercer lugar, impulsar firmemente la globalización económica y el libre comercio para inyectar un nuevo impulso de crecimiento en los países en desarrollo. China está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional para promover la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión, y se opone inequívocamente al proteccionismo comercial y al desacoplamiento y ruptura de las cadenas de suministro y sectoriales en cualquier forma.
Emmanuel Macron, un aventajado neoliberal que siente nostalgia por el pasado colonial de Francia, que pretende darle continuidad, con un nuevo ropaje, al descompuesto sistema financiero del FMI y el Banco Mundial, se encontró dentro de la cumbre con las ideas que vienen inspirando el nuevo paradigma económico y financiero global en torno a los BRICS y al Nuevo Banco de Desarrollo.
Macron, en su propósito de agrietar a los BRICS, está intrigando para hacerse invitar a la cumbre de este acuerdo económico que se realizará a finales del mes de agosto en Sudáfrica. Rusia ya manifestó su rechazo a esa posibilidad; el gobierno de Sudáfrica tendrá la ultima palabra.
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[i] https://news.un.org/es/story/2023/06/1522187
[ii] https://co.ambafrance.org/Cumbre-para-un-Nuevo-Pacto-Financiero
[iii] https://agenciabrasil.ebc.com.br/es/internacional/noticia/2023-06/lula-asiste-la-cumbre-para-un-nuevo-pacto-financiero-mundial
[iv] https://spanish.xinhuanet.com/20230624/e277578ed6a74161a0c67477aeb87269/c.html
Carlos Julio Díaz Lotero
Foto tomada de: Portafolio
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