El panorama electoral para las elecciones de 2022 empieza a decantarse de manera temprana, esto muestra que se ha aprendido de las lecciones del pasado, ya que las decisiones en el tiempo son parte de una estrategia que puede llevar al triunfo electoral.
Se ha venido planteando la existencia de tres frentes o bloques que llegarán a la primera vuelta presidencial: la derecha unificada, los sectores independientes, y la izquierda democrática. De ser ese el escenario para la primera vuelta presidencial, mi hipótesis de trabajo es que los sectores alternativos y democráticos están corriendo un alto riesgo de ser derrotados en la primera vuelta.
La derecha aún no se ha unificado.
Entre los partidos tradicionales y los surgidos de estos el único que tiene la gobernabilidad (burocracia y recursos financieros) para liderar un proceso de unidad en torno suyo es el Centro Democrático. Los partidos Conservador, Liberal, Cambio Radical y de la U, que pueden tener precandidatos, saben que es su apuesta para montarse en una gran coalición, y la posibilidad de llegar a la Casa de Nariño depende de su capacidad de aliarse y contar con el apoyo del expresidente Álvaro Uribe y el musculo del actual gobierno.
El debate al interior del partido de gobierno, se mueve entre quienes desean que el candidato presidencial debe ser un “pura sangre uribista”, más radical y eficiente que Iván Duque, y quienes creen que puede ser un aliado que comparta los principios que los cohesionan hoy. Según el discurso del expresidente Uribe cuando recobró su libertad, al manifestar que “el reposo y la resignación no hacen parte de mis opciones”, definió los 4 pilares sobre los cuales el Centro Democrático, estaría dispuesto a hacer una alianza, para darle continuidad a su proyecto político, ellos son: i) Propiciar la flexibilización del mundo laboral; ii) Continuar la lucha contra la Justicia Especial de Paz; iii) Buscar una reforma unilateral del Acuerdo de Paz de La Habana; y iv) Realizar una oposición frontal al denominado “proyecto socialista”, que lidera la izquierda en Colombia y que según ellos nos podría llevar a seguir el camino de Venezuela.
Si la estrategia de la derecha es igual a la de los sectores denominados alternativos (independientes e izquierda), ambos sectores estarían jugando con la misma estrategia electoral, el que gane en la primera vuelta recoge a los candidatos de derecha en una orilla, y en la otra pasaría algo similar. La ventaja la tendría el sector que logre llegar unificado a la primera vuelta, pues podría ser favorecido con una victoria.
No subestimar al adversario.
Luego de haber tenido que renunciar a su fuero de Senador de la República, el expresidente Álvaro Uribe, entendió que su única opción para que no lo juzguen por ser el “máximo responsable” de los delitos de “lesa humanidad” que pudieron haber cometido los integrantes de las fuerzas armadas, los servicios de inteligencia, y sus aliados los grupos paramilitares, es manteniéndose, con su proyecto político, en el poder.
Cuando afirmó: “No tengo cupo en el tren del apaciguamiento” desde que recuperó su libertad se ha dedicado a construir la llamada “COALICIÓN REPUBLICANA” con la que está convocando a todos los sectores de la derecha, para “poner toda la carne en el asador” en la primera vuelta presidencial. Así considera que podría amainar la solicitud de sectores del partido demócrata en el gobierno de Estados Unidos, que piden que se juzgue a todos los responsables de las atrocidades en el conflicto armado colombiano.
Por otra parte, es sabido que el competidor que base sus opciones de triunfo en los errores de su adversario, está rompiendo un axioma de la política, según el cual, nunca debes subestimar al adversario. Es cierto que el gobierno del presidente Iván Duque ha cometido muchos errores, que su popularidad no es muy favorable entre los sectores democráticos, pero quiero llamar la atención sobre la tarea que ha venido realizando de manera exitosa, para los intereses de su proyecto político, que la resumo en los siguientes dos hechos:
- El gobierno no se satisfizo con la nómina normal de poder ejecutivo, se dedicó a tomarse la Fiscalía, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, y si el control de constitucionalidad de la reforma electoral es superado, también tendrá la Registraduría, que dejaría su carácter plural y por ende imparcial.
- El gobierno ha priorizado 500 proyectos para impulsar en el 2021 la “reactivación post-pandemia”, en los cuales invertirá 176 billones de pesos, que serán asignados bajo la “confidencialidad” que ampara el manejo de los recursos invertidos bajo la figura de la EMERGENCIA producida por la pandemia del Covid-19.
Así las cosas, el presidente Iván Duque que ha sido ciego, sordo y mudo frente a la grave crisis social y económica que ha producido la pandemia en los sectores más vulnerables de nuestro país, por lo visto ha sido muy receptivo, y ha hecho la tarea que le encomendó su mentor, al plantear “pilas con el 2022”. Así, el presidente entrega un Centro Democrático con la mayor burocracia y el más gigantesco monto de recursos de libre inversión, que gobierno alguno haya tenido en la historia reciente del país. Aquí hay que advertir, que no es de poca importancia para garantizar la independencia y transparencia de las elecciones en el 2022, la implementación de la reforma electoral que está en revisión por parte de la Corte Constitucional.
Los independientes podrían derrotar a la derecha.
En una eventual segunda vuelta presidencial, podríamos contemplar dos escenarios, según sea el ganador entre las llamadas COALICIÓN DE LA ESPERANZA (independientes, socialdemócratas, pro-paz y/o de centro) y la COALICIÓN PRO PACTO HISTÓRICO (izquierda democrática).
Si se impone en la primera vuelta la denominada COALICIÓN PRO PACTO HISTÓRICO, encabezada por el Senador Gustavo Petro, en esta oportunidad es más difícil que logre atraer a los votantes del centro o independientes, pues hoy se ha declarado como la oposición a la alcaldesa Claudia López, en la misma dirección sus seguidores, se han encargado de calumniar y ultrajar a Sergio Fajardo, a Jorge Robledo y en general a un sector importante del partido verde. Si en las elecciones de 2018 no logro atraer a muchos sectores del centro, en las del 2022 sus acciones erráticas lo han alejado de muchos sectores que podrían llegar a ser irreconciliables.
Ahora bien, si en el espectro del centro la tiene difícil, en la derecha le temen, por la injusta propaganda negra que le han generado desde hace más de una década, tanto así que podría decirse que el candidato que más le conviene enfrentar a la derecha para competir en la segunda vuelta, es Gustavo Petro.
En cambio, si la ganadora en primera vuelta es la fórmula de la COALICIÓN DE LA ESPERANZA, que aún hoy no es claro quien la puede encabezar, tendrían una buena opción Juan Manuel Galán, Sergio Fajardo, o incluso un outsider** como Alejandro Gaviria. Esta fórmula tendría la ventaja de que la izquierda por su odio y temor por las consecuencias de otro gobierno del “proyecto uribista”, se verían convocados a apoyarla, escogiendo el mal menor. Pero esto no es suficiente para obtener el triunfo frente a las maquinarias afinadas, aceitadas y ampliamente financiadas, es necesario atraer a sectores, que en las elecciones de 2018 votaron por Iván Duque, pero que hoy ven que la corrupción, la incompetencia, la arrogancia, el nepotismo y su compromiso con las elites económicas, le hacen mucho mal a la institucionalidad, pero que nunca estarían dispuestos a contemplar la posibilidad de votar por la izquierda.
Así los electores de la izquierda tendrán que enfrentar con madurez una encrucijada, votar por la izquierda y dejar una constancia histórica, o apoyar al centro y derrotar a la derecha. Tendrían que escoger entre un programa reformista, que todos creemos que es necesario para Colombia, pero que en las elecciones del 2022 no es posible, y una alternativa que permita consolidar el proceso de paz y debilitar a la ultraderecha en su propósito de impunidad y de guerra.
Una izquierda disruptiva y audaz.
Se requieren convicciones firmes, y mucho valor para generar cambios que produzcan transformaciones efectivas en la sociedad, y hoy la izquierda agrupada en la llamada COALICIÓN PRO PACTO HISTÓRICO podría invertir su mejor capital político en buscar una mejor representación parlamentaria, con la cual poder impulsar las 5 transformaciones que vienen proponiéndole al país, y que con mayorías en el congreso serían posibles, y estarían allanando un camino que las convertiría en opción real de poder para las elecciones de 2026.
El líder de la izquierda, el Senador GUSTAVO PETRO, si él encabezara una lista al senado y llamara a todos los sectores alternativos a construir listas unificadas para transformar a Colombia, podríamos alcanzar mayorías en el congreso en marzo y en mayo podríamos salir victoriosos en la primera vuelta.
En verdad creo que habrían más posibilidades de adelantar las reformas que Colombia necesita para salir del atraso y la exclusión, con mayorías en el congreso que con una presidencia maniatada, con un congreso como el actual y una institucionalidad cooptada por la ultraderecha, que se opondrá a todas las reformas que se impulsaran desde el ejecutivo.
Me niego a pensar que estamos condenados a repetir la historia, una y otra vez, sin opciones reales de transformaciones para los más vulnerables y excluidos, y que nuestros dirigentes no sean capaces de privilegiar los procesos, sobre las legítimas aspiraciones individuales, pero que sabemos que pueden llegar a ser inútiles.
__________________________
** Este anglicismo, designa a un personaje que incursiona en la política, partiendo de un prestigio acumulado fuera de ella.
Miguel Antonio Galvis, Consultor y analista independiente, Director Ejecutivo de la Fundación Siglo XXI de Educación para Adultos.
Foto tomada de: La silla vacia
Deja un comentario