Pero esta elección parece haber contentado tanto a la derecha como a los socialistas españoles que presumen de haber situado por primera vez a mujeres en los puestos de dirección más importantes de la Unión. Para Lagarde su condición de mujer ha sido clave en su elección para el BCE, ya que Macron hizo de la paridad uno de sus objetivos en el reparto de cargos europeos. Fue también la primera fémina al frente del FMI y la primera en una reunión de ministros económicos del G7. Con estos méritos está justificada y aplaudida su elección.
Ursula Gertrud von der Leyen, a su vez, es alemana y ministra de Defensa desde el año 2013. También reúne el mérito de ser la primera mujer en la historia de Alemania que ocupa este cargo. Su profesión es médica, anteriormente fue ministra de Trabajo y Asuntos Sociales desde el 2009 hasta el 2013 y ministra de Tercera Edad, Mujeres y Juventud desde el 2005 al 2009. Durante mucho tiempo fue vista como posible sucesora de la canciller Angela Merkel debido a su instinto político y a su lealtad hacia la canciller. Y por ello, ha alcanzado uno de los más importantes puestos de la Unión Europea, la presidencia de la Comisión Europea, el órgano directivo y ejecutivo de la misma.
Y como si estas mujeres no representaran la misma política de la derecha que ha gobernado la Comunidad Económica primero y la Unión Europea más tarde, desde 1957 en que se firmó el Tratado de Roma, los medios de comunicación, los políticos de diversos pelajes e incluso el MF por acción o por omisión, aplauden sus nombramientos por el mérito de que se trata de mujeres. La estrategia de la derecha de promocionar mujeres le está dando muy buenos resultados.
Convertido el feminismo en una condición biológica la ideología no tiene protagonismo. El solo hecho de ser mujer, por tanto, redime a Margaret Thatcher, Golda Meir, Indira Gandhi, Madeleine Albrigth, Condoleeza Rice, que además era negra, entre otras muchas, de su adscripción a las fuerzas del capital que han desencadenado guerras imperialistas como la de las Malvinas y las de Afganistán, Irak, Libia, Yemen, han mantenido las políticas depredadoras de las naciones pobres y esquilmadas por Europa y EEUU, la explotación cada vez mayor de trabajadores y mujeres, la desigualdad económica y patriarcal, la masacre de emigrantes y refugiados en las fronteras europeas, la extracción de las materias primas en África, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, el infame comercio de la prostitución, el dominio de Israel en Palestina, el genocidio que se está practicando en la frontera de México y EEUU, Guantánamo y los campos de concentración para emigrantes en Grecia, en Turquía, en Libia, que constituyen verdaderos centros de tortura y exterminio, y tantas otras infamias.
Según este criterio el feminismo debía aplaudir a la pléyade de féminas que el PP llevó a puestos de responsabilidad: Isabel Tocino, Celia Villalobos, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, María Dolores de Cospedal, entre otras, y ahora a la futura presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Pero veamos cuales son los méritos de las nuevas gobernantas de Europa.
Úrsula Von der Leyen es aristócrata, descendiente de esa casta de empresarios belgas del siglo XIX que hicieron su fortuna con la explotación de los recursos naturales del Congo y el tráfico de esclavos. En el 2003, Leyen fue parte de un grupo organizado por la líder y presidenta de su partido político (CDU) Angela Merkel, para preparar una serie de alternativas con las que reformar el sistema social en respuesta a la Agenda 2010 del canciller Gerhard Schröder, que ya había llevado a cabo reformas en la protección social, precisamente a las que hoy se achaca el fracaso electoral de la socialdemocracia. En la misma línea, en 2005, Merkel eligió a Ursula von der Leyen para ocupar las carteras de Mujeres, Juventud, Familia y Seguridad social en su gabinete. El tema de Úrsula es la Familia. Tiene siete hijos.
Y además es sionista. En los festejos del 60 aniversario de la fundación de Israel, von der Leyen participó en el primer gabinete conjunto de los gobiernos de Alemania e Israel en Jerusalén en marzo del 2008.
Finalmente, nombrada Ministra de Defensa, dedica parte de los recursos del ministerio a la compra de armas y a la fabricación y exportación de éstas. Entre otros países a India con el apoyo a la construcción de submarinos a ese país, lo que derivó en una investigación de Tribunal de cuentas por sospechas de corrupción que obligó a abrir una comisión de investigación en el Parlamento.
Úrsula organiza la participación de la Fuerzas Armadas de Alemania en Afganistán, así como en la guerra kurda apoyando a Turquía. Un ejemplo de su postura fue su decisión en septiembre del 2014 de enviar armas a las fuerzas kurdas e iraquíes, medida que rompió el tabú de que Alemania no enviaba armas a zonas en conflictos, y apoya la creación de un ejército europeo. Implantó un programa para hacer más atractivas las fuerzas armadas para los jóvenes.
Von der Leyen constituye la propaganda feminista de la CDU, apoyando el incremento del número de jardines maternales, la introducción de una cuota de mujeres en los cargos directivos de empresas, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el bloqueo de las páginas de pornografía infantil en Internet y un salario mínimo en todo el país. Von der Leyen se hizo enemigos dentro del sector más tradicional de su partido y al mismo tiempo se ganó muchos admiradores de la izquierda. La derecha alemana la catalogó de feminista, y con esta calificación ha sido elegida para presidir la Comisión Europea. Y parece que engaña incluso a los socialistas que se muestran satisfechos con haber cumplido con la cuota femenina.
La otra ilustre que ha sido designada para dirigir el Banco Central Europeo, Christine Lagarde, fue ministra con varios Gobiernos conservadores de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy y ha tenido problemas notables con la justicia: unos meses después de ser Presidenta del FMI, un tribunal francés ordenó una investigación sobre su papel en un arbitraje de 403 millones de euros a favor del empresario Bernard Tapie (que había apoyado una campaña de Sarkozy) en 2008. Lagarde fue declarada formalmente investigada por negligencia, meses antes de ser elegida para un segundo mandato en el FMI, en 2016. Y meses después de esta reelección, fue declarada culpable, pero no recibió ninguna condena por su estatus político y porque los hechos ocurrieron en plena crisis económica mundial (eso dijo el tribunal). El FMI respaldó a Lagarde, incluso tras publicarse en Le Monde una carta manuscrita dirigida a Sarkozy en la que le decía frases como: “Utilízame mientras te convenga y convenga a tu proyecto”.
La presidenta del BCE será, junto a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Angela Merkel, canciller alemana –las tres conservadoras–, una de las mujeres más poderosas de Europa y el mundo. El comentarista añade de su cosecha que “tendrá la oportunidad de demostrar que las cosas se hacen distintas con mano femenina; y si es posible, que se hacen mejor”. Y me pregunto, ¿la trayectoria de las tres mujeres, pilares de la política de derechas que ha hundido en la miseria a Grecia, nos ha condenado a un paro estructural inamovible, establece las fronteras de Europa que permite la muerte de miles de emigrantes en el Mediterráneo, realiza los más perversos pactos con Israel y Arabia Saudí, alimenta el comercio de armas y las guerras con Oriente Medio, firma acuerdos como el Mercosur con Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, y mantiene las desigualdades económicas, sociales y patriarcales en los Estados de la Unión, permite esperar que “la mano femenina” haga las cosas mejor?.
El discurso de valorar “lo femenino” ha sido difundido tradicionalmente por la ideología patriarcal para mantener las diferencias sociales y económicas entre los hombres y las mujeres. Cuando esta distinción se desprestigió, las fuerzas de la derecha se dedicaron a promocionar mujeres que bien les sirvieran, estrategia con la que han obtenido un notable éxito. Pero que no puede engañar al feminismo.
El feminismo es una ideología no una condición biológica. Que la mujer sea una clase explotada no significa que todas ellas tengan la conciencia de clase para inscribirse en el feminismo. Bien sabemos que la mayoría de las mujeres ni aun siquiera conoce los términos de su explotación, amén de que como en todas las clases hay siempre traidores. Si todos los obreros votaran a la izquierda otro sería su poder. Si todas las mujeres trabajaran por el feminismo hace tiempo que habríamos hecho la más transcendental revolución: la feminista.
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LIDIA FALCÓN O’NEILL es licenciada en Derecho, en Arte Dramático y Periodismo y Doctora en Filosofía. Nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Wooster, Ohio. Es fundadora de las revistas Vindicación Feminista, y Poder y Libertad, que actualmente dirige.
Fuente: https://blogs.publico.es/lidia-falcon/2019/07/07/la-derecha-se-apropia-del-feminismo/
Foto obtenida de: Educación 3.0
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